Las Crónicas Del Diamante Cap 2 "Ataque a la Aldea"

Como lo pensé, Renji-sensei nos dio la noticia de que partiríamos de vuelta a nuestra aldea. Según él ya habíamos visto cómo funcionaban las cosas en los exámenes chunin y pronto estaríamos en ellos pero debíamos entrenar mucho, ya que yo había perdido ante ese chico arrogante.

-La próxima vez que vea a ese rubio ¡le romperé los huesos! – exclamaba el baka de Sora -¡Seeee! ¡También al idiota que derrotó a la débil Yuko!

-c-cállate…Sora ¬_¬ - le respondí

-sí cállate – siguió mi maestro, claro por supuesto sin antes darle un buen golpe en la cabeza al pequeño Sora.

-GAAAAHHH X___X perooo si voy a vengar su derrota –bufó – malagradecidos

Todo parecía normal, empacamos las pocas cosas que habíamos traído a la Hoja y emprendimos nuestro viaje a casa.
Me hubiese gustado ver las pruebas finales en el estadio, los Señores Feudales y gente importante estarían ahí… Pero no podía decirle nada a mi sensei, era su decisión.
Sora parecía con muchas ganas de entrenar, se la pasaba diciendo que quería volverse más fuerte que el rubio y que a pesar de todo le había caído bien y en el futuro se enfrentarían. Toshiro siempre en su silencio… realmente es hermoso. Pero ¿saben? Puedo asegurar algo, está decepcionado. Es decir, peleó contra alguien que no tenía ni siquiera un elemento a la vista.
Y yo… ¿qué decir de mí? Preparándome para enfrentar a mi amado padre. Él no me regañaría ni nada parecido si le cuento precisamente lo que sucedió, pero sé que lo que más quiere es verme triunfar en el mundo ninja.

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Después de días viajando, finalmente llegamos al Diamante (así es como le llamamos a nuestra villa). Despedí a mis compañeros y a mi sensei y fui directo a mi hogar.

-Oto-san oka-san ¡estoy en casa! – grité mientras abría la puerta. En ese momento veo a mi madre aparecer.

-Yuko-chan no grites. Buenas tardes ¿cómo te ha ido? – creo que ya mencioné el carácter de mi madre. Ella es… bueno, es especial… creo.

-Lo siento mamá. N-No volverá a pasar… Me fue bien, fue muy emocionante, los ninjas de la Hoja son increíbles.


-Hn.. Ya sabes lo que pienso sobre eso… - mi madre tiene un pensamiento algo tradicional. Sí, ella fue ninja pero sólo porque no tenía opción. Cree que es peligroso para las mujeres. No la entiendo, es decir, es fuerte… muy fuerte y aún así ya no pelea… que desperdicio ¿verdad? – tu padre está en el jardín, ve a saludarlo. Los espero para comer.

-Hai – fui corriendo a buscar a mi padre mientras escuchaba un regaño lejano de mi madre por el hecho de que corría y eso “no es de señorita” – papá papá – lo abracé

-Hija… estaba pensando en ti ¿cómo has estado? – sonrió.


-Bien bien. Fue genial conocer a otros ninjas, es decir… hay mucha gente fuerte detrás del Diamante – esto último lo dije un poco triste, ya que no me considero fuerte para nada.

-Lo sé, tú serás uno de ellos, no tienes por qué ponerte así n_n


-Sí papá, lo prometo

-No, no tienes que prometer nada Yuko, sí es lo que te gusta serás muy fuerte con esfuerzo y dedicación… pero no tienes que hacerlo sólo por complacerme, lo sabes ¿verdad?

Sabía que sus palabras eran sinceras, pero igual, quería hacerlo… por él… Quiero ser su orgullo…

-Sí papá, lo sé… Realmente es lo que quiero.


Sólo me revolvió el cabello y me sonrió. Esos momentos a solas eran muy especiales.


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Al cabo de una semana, en un entrenamiento llegó Renji-sensei y nos dio la noticia la cual constataba un ataque a Konoha durante la tercera prueba. Tuvimos mucha suerte de habernos vuelto antes, ya que posiblemente hubiéramos estado involucrados en todas esas peleas, además, el Sandaime Hokage había muerto, eso significaba que los ninjas que habían atacado eran muy poderosos, seguramente yo hubiera muerto… maldición, soy muy cobarde…

Después de varios meses de aquel ataque pasó lo que marcó mi vida.


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Después de un tranquilo día en la academia, comencé a caminar hacia mi casa. El día estaba nublado, amenazando con llover, las nubes estaban de un color gris intento y no había rastros del sol.

Había mucha tranquilidad en la villa, y mientras caminaba y pensaba lo raro que era todo me tropecé… ¿será algún presagio?

Pero la vida me lo respondió al instante.

Los gritos derribaron la tranquilidad que hace un instante habitaba. Gritos horribles, de desesperación y angustia.
El sonido de las katanas cortar la carne, el sonido del fuego quemar, todo eso y más hizo que me paralice un momento. ¿Qué estaba sucediendo? Por dios, quedé en shock, jamás.. JAMÁS había oído tantos gritos.
Después de mirar hacia atrás y ver que mi academia se estaba desmoronando junto con las casas y todo lo que había a su alrededor comencé a correr. Sin mirar atrás, mi vista iba al frente y mis lágrimas se iban con el viento.
Empecé a chocarme con gente peleando, sólo pude visualizar ninjas con la banda de la aldea del sonido, riendo sádicamente. Peleaban y mataban, quise correr a mi casa pero fui capturada por una ninja de cabello negro y su cara envuelta con un pañuelo. Traté de golpearla pero no pude, traté de empuñar mi sable pero no pude. Era una completa inútil.

-Quédate quieta niña, así sentirás menos dolor ja ja ja (N/A: intento de risa macabra)– me dijo mientras colocaba una gran espada en mi cuello, cerré los ojos y pensé en mis padres… “Oto-san… Oka-san… los amo…” –AAAHH maldito – gritó la ninja, sentí el sonido de su espada pero no sentía dolor alguno, abrí los ojos y vi a mi padre, mis lágrimas salían con más velocidad de mis ojos. Mi padre me había salvado, y la había lastimado a ella.

-¡Corre Yuko! ¡Vete de aquí! ¡Ve al bosque!

-Pero papá

-¡Cállate y vete de aquí! ¡Nos encontraremos allá! – fue lo último que lo escuché decir. Asentí con la cabeza y miré hacia atrás, también vi a mi madre peleando. No pude entender nada ¿por qué nos atacaban de esa manera? Si nuestra aldea era pequeña…
Hice lo que mi padre me dijo y corrí esquivando cuerpos y shinobis. Por suerte era muy buena para correr, pero ¿eso era bueno? ¿Es bueno correr en medio de un altercado? No… Al menos es lo que sé ahora… fui una cobarde…


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Se preguntarán qué pasó después… Bueno… me refugié en una pequeña cueva, llorando hasta el amanecer, y cuando tuve el valor de levantarme de ahí caminé hacia lo que alguna vez había sido mi aldea.

Pero me encontré con un panorama desastroso. Busqué a mis padres, fui a mi hogar y estaba destrozado, pero eso no iba a detenerme, seguí buscando y me topé con gente agonizando que me repetía al nombre de “Orochimaru”… al parecer ese bastardo era el causante de todo. Seguí buscando pero nunca los encontré, ni siquiera sus cuerpos…
Me dejé caer, pensé en todo lo que había perdido. Y lloré… lloré sin cesar… Mis amigos, mi equipo… el team Wasabi… Toshiro… Sora… Renji-sensei… y lo que más significaba para mi… mis padres… el dolor en mi pecho fue inmenso. Me ví envuelta en una soledad eterna… sentí que mis días ya no tendrían sentido…

-Oi.. niña… ¿te encuentras bien? – escuché, mientras una mano se posó en mi hombro. Levanté mi vista sin ganas y la miré. Ahí estaba ella, la que actualmente sería mi compañera de viaje, entrenamiento y batalla. Yume Takahashi en ese momentoella habrá tenido unos quince años. Me sonrió y me transmitió paz. Pero aun podía sentir el dolor.

-No, déjame en paz – le respondí, mi actitud buena se fue por la borda, ya no me importaba. Sólo quería estar sola.

-Vamos, levántate, me sorprende que no tengas ni un rasguño, es sorprendente – volvió a sonreir – tenemos que salir adelante, seguro eres muy fuerte por estar viva

-No, sólo huí como lo cobarde que soy

Ella se quedó un momento en silencio, pero luego volvió a mirarme con ternura

-Levántate, no tienes la culpa de nada, tal vez si hubieras peleado no habrías estado aquí

-Quiero morirme – sollozé -¡Quiero ir con mis padres! – ya no soporté y comencé a llorar con todas mis fuerzas.


continuara...