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Mensaje por Fera01 Sáb Mar 03, 2012 2:31 am

Hola a todos, soy nuevo y aqui les dejo el primer capítulo de una historia dentro del mundo shinobi, con personajes originales y una temática que espero les guste =) --->



Ninja Code(1): “Four villages, one destiny Pt.1”




“La verdad y la justicia se encontraron. La verdad brotará de la tierra, y la justicia mirará desde los cielos”.


-------------------------------------------------------------------
Villa Nuram.
Frontera entre el país de la Tierra y la Lluvia.


El sol del mediodía parecía esconderse tras unas nubes sobre la pacífica villa Nuram, una pequeña población ubicada entre los países de la tierra y de la lluvia. Sus habitantes encajaban con el lugar, siendo pacíficos y alejados al vivir en una frontera en la que ambos territorios decidieron mantener como zona neutral y a la vez libre de conflictos. Tal era la situación que ni siquiera contaba con ningún ninja: guerreros especializados en las artes del ninjutsu, taijutsu y genjutsu, sirviendo a una aldea en especial dentro de los diferentes países que conformaban la zona. Los conflictos externos eran irrelevantes para la tranquila villa, la cual vivía otra bella tarde.


Entre las calles, la gente realizaba sus actividades con gran tranquilidad como de costumbre; en el mercado del centro la gente compraba y vendía productos varios, en las casas las mujeres hacían el qué hacer de manera alegre mientras miraban a los niños jugar y en las afueras los hombres realizaban sus trabajos para llevar la comida a sus respectivas mesas. Entre todas las personas que conformaban la villa, una era la que llamaba la atención al salir de su humilde pero acogedora vivienda con rumbo al río:


-Buenos días, Katsudon-kun -Decía una señora de avanzada edad a su vecino, quien se asomaba a la calle con una gran sonrisa.

-Hey, buenos días para usted también, Illi-san -Respondió aquel sujeto. Su cabello era castaño, largo y alborotado, mientras que reflejaba una barba "de la tarde" y una mirada alegre y tranquila.

-¿Vas al río de nuevo?

-Así es. Se me terminó la leña en la casa y necesito ir a buscar, hehe.

-Entonces cuídate mucho, hay muchas criaturas peligrosas rumbo al río y hacia la región de la lluvia.......

-Hehe, tendré mucho cuidado Illi-san, igual que todos los días......



-------------------------------------
Noroeste de Nuram.
País de la tierra.


Las enormes y ásperas rocas rodeaban un árido sendero, extendiéndose hasta donde se perdía la vista. Parecía ilógico que en aquel lugar hiciera tanto calor, estando tan cerca de un clima templado como era en Nuram; en el camino que cruzaba aquel solitario lugar, se podía divisar una silueta a lo lejos, distorsionada por las ondas de calor: llevaba vestimentas en gris oscuro junto con marrón, un elegante saco de color blanco y una llamativa espada colgada detrás de él.


Después de haber estado caminando toda la mañana, decidió detenerse a descansar bajo la escasa sombra que le brindaba una enorme roca, mientras que de sus pertenencias sacaba una botella de agua. Después de dar varios tragos y casi terminarse todo el líquido, miró hacia el cielo con seriedad para después bajar la mirada y ver a una pobre flor que parecía estar pronto a morir debido al árido y rocoso lugar en el que le había tocado nacer. Aquel joven miró la flor detenidamente, para después vaciar el agua que le quedaba en su botella justo sobre la hermosa flor que parecía volver a la vida.


Al ver aquello, sonrió y volvió a incorporarse al camino.



-------------------------------------
Este de Nuram.
País de la hierba.



-Muchas gracias por la oportunidad de hacer mis estudios sobre este templo –Agradecía una joven a una señora de avanzada edad.

-Al contrario, muy pocas personas se interesan ya en la historia de lugares tan antiguos como este….. –Respondió, para después ver como se alejaba aquella chica.


Preparó sus cosas: apuntes, pergaminos y provisiones; salió del antiguo templo ninja en el que se había hospedado por tres noches para poder aprender más sobre su historia y tradición. Caminaba rápidamente y mirando hacia el frente, sin siquiera mirar el hermoso paisaje por el que cruzaba, rodeado de hermosas flores y enormes extensiones de césped. Su cabello era rojizo, contrastando las vestimentas verdes que portaba y un par de ojos claros que se opacaban ante un seño fruncido de seriedad:


-Ya solo falta ir a un tal “Nuram” y terminaré la investigación……creo que no está muy lejos de aquí –Se dijo mientras daba un suspiro y seguía caminando.



--------------------------------------
Sur de Nuram.
País de la Lluvia.


No muy lejos de la villa Nuram se encontraba un gran río repleto de árboles y donde las nubes grises cubrían el cielo. Entre las sombras que creaban todas las plantas, troncos y demás vegetación del lugar, se podía distinguir una forma humana que se encontraba sobre la rama de un enorme árbol a orillas del río. Parecía estar descansando fuera de preocupación:


-Bueh……ya han pasado una cuantas semanas –Se decía en soledad, mirando las aguas tranquilas del río- Y vaya que llegué lejos, ya casi estoy por donde terminan las fronteras de la lluvia……..


Bajó la mirada para después voltear a ver hacia un extraño y gran objeto que lograba asomarse desde un agujero en el árbol; varios recuerdos pasaron por su mente al ver tal cosa, para después seguir viendo hacia el río. Entonces, comenzó a llover.



-------------------------------------------------------
Tarde.


-Bueno, bueno…….otro día de tranquilidad –Se decía Katsudon mientras que silbaba de regreso a Nuram. Bajo su brazo derecho llevaba varios troncos de madera seca. Por un instante bajó la mirada- Y pensar que ya ha pasado más de un año…….


Su caminar era lento y su mirada despreocupada, pareciera como si el tiempo se hubiese detenido para él y para quienes lo rodeaban: parecía que, había encontrado paz. Justo cuando estaba por subir hacia la loma que le daría vista entera de la villa, se escuchó una tremenda explosión. Desconcertado ante lo que pudiera estar pasando, lanzó los troncos de madera y corrió a una gran velocidad hacia la punta de la loma.


No muy lejos de ahí, el estruendo pudo ser identificado por aquella persona de vestimentas blancas y marrones, quien avanzó rápidamente hacia el origen de aquel alboroto. Por otra parte, el joven que se encontraba sobre una rama en el río pudo ver una ráfaga de humo y fuego que se elevaba a los aires no muy lejos de ahí. No sabía si acudir o no, pues estaba en los límites de su país.


Al llegar a la cima, Katsudon miró en shock: la gran mayoría de la aldea se estaba incendiando y se podían escuchar los lejanos gritos de mujeres y niños. Todo el lugar era un caos total. Estaba totalmente inmóvil, no sabía qué hacer. Fue entonces cuando aquella mirada tranquila se volvió seria, llena de determinación y valor: era como si hubiese recordado que tenía esos sentimientos. Rápidamente comenzó a correr hacia la villa, donde al entrar esquivaba mujeres, hombres y niños que corrían en dirección contraria a la de él.


-¡Illi-san! –Exclamó Katsudon al ver a la anciana correr hacia él- ¡¿Qué ocurre?!

-Corre, debemos escapar –Dijo la anciana, mientras que seguía corriendo y se alejaba de su vista.



No sabía qué estaba pasando. ¿Acaso había sido un accidente?¿Alguien había ocasionado aquel desastre? Era imposible, la villa era neutral. Al llegar al centro del lugar, Katsudon pudo divisar a cinco bandidos atacando y aterrorizando la ciudad; al ver aquello, trató de buscar ayuda pero la misma ventaja de la villa era su perdición: aquel lugar no contaba con ningún ninja. No tenía de otra, debía hacer algo:



-¡Hey, ustedes! –Exclamó hacia ellos. Los cinco voltearon hacia él casi de inmediato.

-Parece que uno no quiere huir….. –Expresó uno de ellos.

-Váyanse……váyanse y no vuelvan –Les advirtió, mostrando una cara de pocos amigos.

-¿O qué harás? Nunca podrá un simple y estúpido granjero vencernos a nosotros –Dijo el más grande de ellos, agitando una espada.

-Es mi deber no hacerlo…….pero también es mi deber, salvar este lugar –Dijo finalmente Katsudon, levantando una mirada seria hacia los bandidos.

-¡Agárrenlo! –Expresó el más grande de ellos.



Tres de ellos comenzaron a correr hacia Katsudon; cada uno de ellos llevaba en sus manos un trinche que iba apuntando hacia el único que se atrevió a enfrentar a aquellos sujetos, pero justo cuando vio venir el triple ataque hacia él, increíblemente no hizo ningún movimiento: las filosas y puntiagudas armas se clavaron en su cuerpo, hasta casi atravesarlo. Todos sonrieron ante aquella escena, pues habían acabado muy fácil con el entrometido.


-Hahaha……que patético –Dijo el sujeto de la espada.



Pero increíblemente, la figura de Katsudon se desvaneció en el aire, dejando una extraña nube de humo donde se encontraba. Los bandidos estaban completamente desconcertados pues no sabían que había ocurrido; pero de manera asombrosa, los bandidos vieron como Katsudon se encontraba en el aire justamente hacia ellos, con una kunai en mano. El sujeto más grande de los bandidos se puso furioso al ver aquello: esa técnica, esos movimientos, esa arma……sin lugar a dudas se estaban enfrentando a un ninja.



Con la kunai se deshizo de uno de ellos mientras que con movimientos rápidos esquivaba y golpeaba a otro para dejarlo inconsciente. Por un instante pensó en todo el tiempo en el que no había hecho un clon de sombra. Volteó a ver hacia los tres bandidos que restaban, los cuales lo miraban con odio e inclusive, miedo. Sin perder tiempo, uno de ellos se lanzó gritando hacia Katsudon, empuñando el afilado trinche: pero justo cuando estaba listo para contrarrestar el ataque de su oponente, una figura femenina apareció frente a él, era aquella joven de vestimenta verde:



-No se apure, señor –Dijo la joven sin mirarlo, pues fijaba sus ojos serios ante el atacante. Rápidamente sacó un pequeño pergamino que no tardó en abrir- Yo lo protegeré………¡¡¡Pergamino de escudo!!!



Entre el bandido y ellos se creo inmediatamente un extraño campo de fuerza, casi invisible. El atacante trató de penetrarlo con su arma pero era imposible: aquella barrera había sido muy fuerte para él, quien se quedó asombrado al ver tal proeza. Sin embargo, quien se mostraba más sorprendido de todos era Katsudon, quien al ver el pergamino y la peculiar pose de manos de la chica inmediatamente se dio cuenta de que era una ninja. Increíble, tanto tiempo sin ver un simple y cotidiano pergamino de escudo.


-Eh…….gracias, pero…… -Intentaba decir Katsudon.

-No agradezca nada, señor. Creo que es hora de huir –Respondió, volteándolo a ver, reflejando una sonrisa seria.

-Ehhhh……no soy tan viejo para que me digas señor, y la verdad no necesito------ -Estaba diciendo cuando de la nada el que parecía ser el líder de ellos dio un gran salto, muy por encima de la barrera creada por aquella ninja.



Ella no podía creer lo que estaba pasando y cerró los ojos. En cambio, Katsudon estaba justo por contraatacar ante el inminente golpe de la filosa espada, cuando de la nada aparecieron tres kunais en dirección al sujeto de la espada quien tuvo que detener su ataque para lograr esquivar el triple ataque desconocido. Parándose a unos metros de la barrera, miró hacia todos lados para ver al responsable:



-¡¿Quién me atacó?! –Exclamó, mirando a todas partes.

-Muy sencillo. Fui yo….. –Se escuchó decir.






CONTINUARÁ………….
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