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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 10

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amor - Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 10 Empty Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 10

Mensaje por SweeT PrincesS Sáb Sep 22, 2012 11:52 am

"Un Viaje Al Error"

PARTE 2 (FINAL)

Cuando Challen despertó, Azalea se acercó a él al ver que miraba a su alrededor.

AZALEA: ¿Cómo te sientes?
CHALLEN: ¿Dónde está Zannaleah?

El corazón de la princesa dio un vuelco.
Era la primera vez que su caballero no le respondía o no le sonreía ni se interesaba en saber cómo estaba ella.
Simplemente había preguntado por su prometida.

AZALEA: Está…en una de las habitaciones de este reino.
CHALLEN: ¿Este reino? ¿Acaso no es Aion?
AZALEA: Sí, pero pertenece a otro siglo.
CHALLEN: No entiendo…
AZALEA: Veo que no recuerdas gran cosa. Hemos viajado al pasado con los Cazadores de Bestias.

Entonces él recordó que habían aparecido en una extraña playa rodeada de gigantes rocas y que al ver a Zannaleah…había huido sin mirar por dónde pisaba hasta tropezar y caer, golpeándose la cabeza con una piedra.

AZALEA: Pero hay un error.
CHALLEN: ¿Cuál?
AZALEA: Hemos retrocedido cien años en el tiempo.
CHALLEN: Oh… ¿Y decís que esto es Aion?
AZALEA: Sí. Estamos en el castillo del rey Ancor, el abuelo de Zaebard.
CHALLEN: Vaya… ¿Ha permitido nuestro hospedaje?
AZALEA: Así es. Frey le contó todo y le mostró el tal Sello Celestial para demostrar la verdad.

Se hizo el silencio y ella dio un paso hacia adelante, retorciéndose las manos de los nervios.
Challen no se fijó en su reacción. Más bien parecía ausente y pensativo.

AZALEA: Estaba muy preocupada por ti.
CHALLEN: Lo siento, Alteza. Yo…vi a Zannaleah y…
AZALEA: Entiendo.
CHALLEN: No supe cómo reaccionar… Verla en brazos de otro hombre me causó…un gran dolor y…
AZALEA: La sigues amando.

Challen parpadeó y sus mejillas se sonrojaron.
Su mente empezó a recordar todos los momentos llenos de amor vividos junto a su prometida.
Pero sus ojos se clavaron en Azalea y esos recuerdos se esfumaron.
Se pasó las manos por el cabello en un gesto de agobio y confusión.

CHALLEN: No lo sé…yo…

Tocaron a la puerta y ella fue a abrir.
Entraron Kupó y Mog junto a una sirvienta, la cual traía una bandeja llena de comida que dejó sobre la mesita y se marchó.

KUPÓ: La sopa es para Challen, kupó. Ya que ha estado inconsciente, el rey Ancor dijo que no es necesario que baje a comer con los demás, kupó.
AZALEA: ¿Quieres que me quede contigo, Challen?
CHALLEN: No, Alteza. Debéis comer algo también. No os preocupéis por mí.
MOG: Kupó y yo nos quedaremos con él, Azalea.
AZALEA: Gracias. Regresaré lo más pronto posible.

Les sonrió y salió de la habitación en busca del comedor real, pero como no era el mismo castillo de Zaebard, terminó por perderse en los pasillos.
Por suerte oyó pasos y giró la esquina para toparse con uno de esos altos y terroríficos esbirros.
Tragó saliva y recordó que no eran malvados…aunque de todos modos daban pavor.

AZALEA: ¿Do-do-dónde queda el comedor real?
ESBIRRO: Por la puerta que hay detrás de mí.
AZALEA: Gra-gracias.

Quiso moverse pero no pudo, pues sentía miedo de tener que pasar por su lado.
Para peor, el esbirro se quedó ahí quieto, mirándola con esos ojos amarillentos.
Decidió retroceder lentamente hasta que su espalda chocó con un fuerte pecho.
Se dio la vuelta y se topó con la fría mirada de Falon.
Su corazón se aceleró como siempre le sucedía cuando lo tenía cerca. Pero su alma se hundía cada vez más al ver su mirada llena de resentimiento.
Sin poderlo soportar, agachó el rostro y cerró los ojos con fuerza.
Falon sintió una fuerte presión en el pecho, pero sacó fuerzas para no caer en la tentación de abrazarla y consolarla.
Entonces pasó por su lado con la más absoluta indiferencia y se fue, dejándola ahí parada y rota.
Ella suspiró con tristeza y volvió a oír pasos.
Por suerte, se acercaba Dalden.

DALDEN: ¿Qué haces aquí sola?
AZALEA: Iba…hacia el comedor real.
DALDEN: Yo también. Vamos.

Gracias al joven emperador, la princesa ya no tuvo miedo de pasar por al lado del alto esbirro.
En cuanto llegaron al comedor, se sentaron en la redonda mesa junto al rey Ancor, a su esposa, a su hijo, a Falon y a Cerith.
Todavía faltaba gente, así que el rey decidió esperar mientras conversaba y hacía preguntas sobre su futuro nieto Zaebard.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------

Tedra fue guiada por una sirvienta hasta llegar a la correspondiente habitación de Shaner.
Le dio las gracias fríamente a la criada y entró.
El guerrero estaba sentado en una silla, con el pecho descubierto y mojándose el ojo con un paño húmedo.
Preocupada, Tedra se acercó a él pese a sentir vergüenza y nervios por la visión de ese musculoso pecho.

TEDRA: ¿Estás bien?
SHANER: Sí.
TEDRA: Yo diría que no.
SHANER: Estoy bien. Solo es un poco de escozor.
TEDRA: Tienes la cicatriz demasiado enrojecida. Deberías aplicarte crema de plantas medicinales.
SHANER: Gracias por el consejo pero no necesito nada de eso.

Al ver que iban a volver a discutir, Tedra se mordió la lengua y decidió cambiar de conversación.

TEDRA: Gracias por intentar salvarme de las garras del rey Orion.

Shaner la miró sin decir nada y se encogió de hombros para quitarle importancia a ese hecho.
Pero a ella no le afectó su indiferencia, ya que tenía marcado en su mente las palabras que ese guerrero le había gritado a Orion en aquel momento: “No sé cómo llegué hasta aquí, pero ha sido una suerte ya que encontré secuestrada a mi princesa”.
Se sonrojó y disimuló la sonrisa que se dibujó en su rostro.

TEDRA: ¿No vienes a comer?
SHANER: Prefiero comer aquí.
TEDRA: ¿Quieres que te haga compañía?
SHANER: Deseo estar solo.

Tedra frunció los labios en un gesto de exasperación.
Odiaba su actitud de frialdad pasiva. Y cuanto mejor quería llevarse con él, más difícil le ponía las cosas.
Se cruzó de brazos y respiró profundamente.

TEDRA: ¿Disfrutas llevándome la contraria?

Shaner no respondió y decidió seguir mojándose el ojo con el paño.
La princesa lo miró atentamente, extasiada al ver cómo los músculos de su pecho se contraían al mover el brazo.
¿Qué sería sentir esa piel bajo la punta de sus dedos?
Recordó el último beso que le dio y su femenino cuerpo se erizó por completo al pensar en la manera en que ese guerrero respondió al beso y acarició su cuerpo.
Si volvía a robarle un beso… ¿reaccionaría él de la misma forma que aquella vez?
Todo consistía en probar.

TEDRA: Shaner…
SHANER: ¿Mm?
TEDRA: ¿Por qué no me besas?

El guerrero la miró con una ceja arqueada y ella se sonrojó, pero decidió seguir atacando.

TEDRA: Por muy serio que seas, yo sé que te gusto.
SHANER: Habláis con mucha seguridad, princesa.
TEDRA: Me lo demostraste en nuestro último beso.

Se miraron fijamente hasta que él se levantó y decidió dejar pasar las provocaciones de la chica.
Abrió el armario y cogió la camisa de su uniforme de batalla.
Cuando se dio la vuelta se encontró a Tedra tan cerca que pudo oler su aroma a rosas.

TEDRA: Necesito que me digas qué sientes por mí.
SHANER: Alteza…
TEDRA: Por favor.
SHANER: Sois mi princesa y nada más. Os recuerdo que me obligasteis a ser vuestro caballero personal y protector.
TEDRA: Cuando te besé…respondiste al beso… Y también me tocaste…me acariciaste.
SHANER: Fue un lapsus erróneo.
TEDRA: ¿Erróneo por qué? ¿Por ser yo?
SHANER: Tenéis que ir a comer. Os estarán esperando.
TEDRA: No iré a comer hasta que me digas la verdad.
SHANER: ¿Cuál verdad?
TEDRA: De lo que sientes por mí.
SHANER: ¿Vais a seguir con eso? ¿Por qué actuáis así? Vos misma fuisteis la que dejó claro que siendo princesa real jamás estaríais con un vulgar guerrero como yo.

Esas palabras la devolvieron a la realidad.
¿Qué pensarían sus padres y sus amigos si se enteraban de que se estaba enamorando de un pobre guerrero?
Su corazón explotó en miles de latidos descontrolados.
¿Enamorarse ella? ¿De un chico de bajo nivel social?
No… Eso no podía ser posible…
Alzó sus ojos y los clavó en los de Shaner.
Entonces su mente dejó de pensar en los demás.
Solo existían él y las sensaciones que le provocaba al tenerlo cerca.
No solo era atracción física…
Era algo más… Había algo más profundo…
Reconocerlo la llenó de miedo, así que tragó saliva y retrocedió un paso.

TEDRA: Tienes razón. Jamás me casaría con alguien como tú.

Dicho eso, salió huyendo de la estancia y se refugió en la suya.
Ya no tenía hambre. No bajaría a comer.
Necesitaba estar sola y pensar.
Su cabeza estaba hecha un lío y eso no presagiaba nada bueno.
Tenía un mal presentimiento con todo aquello.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------

Frey, Moira y Fury comían sentados en la pequeña mesa de su habitación asignada.
Pero Zannaleah estaba sentada en el alfeizar de la ventana, con la mirada perdida y afligida.
Frey dio un sorbo de agua, se acercó a ella y le tocó el hombro.

FREY: ¿No vas a comer?
ZANNALEAH: No tengo apetito.
FREY: ¿Pasa algo, Zanna? Llevas horas seria y callada.
ZANNA: No es nada.
FREY: Si no te conociera, no insistiría. Pero te conozco y me importas.
ZANNA: Solo estoy cansada.
FREY: No intentes engañarme. Tu carácter es alegre y risueño. Por muy cansada que estés, siempre tienes dibujada una sonrisa.

Al ver que la chica solo suspiraba, Frey se sentó frente a ella y la tomó de la barbilla para que lo mirase a los ojos.

FREY: ¿Desde cuándo hay secretos entre nosotros?
ZANNA: Yo…
FREY: ¿Qué sucede?
ZANNA: Es un tema…delicado.
FREY: Apóyate en mí como siempre has hecho.
ZANNA: Es que…con este tema…no es lo mismo… No me sentiré cómoda apoyándome en ti…
FREY: ¿Por qué?
ZANNA: Se trata de…mi prometido.

El estómago de Frey se revolvió al oír las palabras “mi prometido”.
Ese tema solo lo habían tocado una sola vez en los cinco años que se conocían.
Y era un tema que todavía le quemaba el alma, pues saber que el corazón de su pequeña Zanna pertenecía a otro hombre…a ese prometido…lo rompía por dentro.
La expresión de la joven se tornó aun más deprimida al ver tan serio a Frey.

ZANNA: No deseo hablar de ello.
FREY: No te preocupes por mí, Zanna. Siempre te escucharé y te ayudaré en todo lo que pueda.
ZANNA: Pero, tú…
FREY: No pienses en mí. Solo cuéntame lo que quieras.
ZANNA: No puedo.
FREY: Hazlo. Ante todo deseo tu felicidad.

Zannaleah agachó el rostro y suspiró.
A pesar de que siempre tuvo la esperanza de reencontrarse con Challen, llegó a acostumbrarse a la compañía, a la protección y a la ternura de Frey.
Ella había sido y era feliz junto a él, a Moira y a Fury.
Los tres la habían acogido con amor y sacado de la tristeza.
Vio que las manos de Frey se entrelazaban con las suyas y al mirarlo a los ojos, su corazón se encogió de dolor.

ZANNA: Challen está aquí.

Durante un momento, el chico se puso pálido, pero pronto disimuló su agonía para que ella pudiera seguir hablando sin preocuparse por él.

ZANNA: Es el caballero personal de la princesa Azalea.

Vaya… Qué pequeño era el mundo.
Frey empezaba a creer que el tiempo ponía a cada uno en su sitio. Y esta vez, el destino se había encargado de poner a Challen de nuevo en el camino de Zannaleah.
Qué mal momento para eso…
Podría haberlo puesto antes.
Mucho antes de que Frey se enamorase de ella.
Maldita fuera…
No tenía palabras para poder tranquilizarla.
No sabía cómo apoyarla. No en esto.
Al ver su indecisión, la chica le apretó las manos.

ZANNA: Frey, yo…
FREY: No digas nada.

La soltó y miró por la ventana, soportando las ganas de gritar o de huir.

FREY: ¿Ya has hablado con él?
ZANNA: No.
FREY: ¿Qué harás?
ZANNA: No lo sé. Estoy asustada.
FREY: ¿Por qué?
ZANNA: Por si…me rechaza.
FREY: No pierdas tiempo en indecisiones. Has estado cinco años sin verle y sin saber de él.
ZANNA: ¿Y si se niega a hablar conmigo?
FREY: No tiene motivos para hacer eso.

La chica se cubrió el rostro con las manos y respiró hondo.
Frey tenía razón, pero la verdad era que no se sentía preparada.
Necesitaba valor suficiente para mirarlo a los ojos y preguntarle: “¿Cómo te ha ido todo?”.
¿Qué haría él? ¿Sonreírle o mirarla con seriedad? ¿Responderle o quedarse callado?
No sabría las respuestas si no lo intentaba…
Cuando apartó las manos de su rostro, vio que Frey ya no estaba ahí, así que miró a Moira y a Fury con impotencia.

MOIRA: Salió a dar un paseo. Necesita estar solo y pensar. Dale tiempo.
------------------------------------------------------------------------------------------------------

Tras la comida, el rey Ancor organizó una pequeña fiesta en el jardín central, dónde solo asistieron sus nuevos invitados y algunos aldeanos de los alrededores.
Dicho jardín estaba decorado con guirnaldas de colores y coronas de flores puestas en todas partes.
Había mesas llenas de helado, pasteles y refrescos.
Sentados en unas butacas de cuero blanco, el rey Ancor y Shaner conversaban sobre Zaebard.

ANCOR: Por la forma en la que hablas de él, puedo notar lo mucho que lo admiras y aprecias.
SHANER: Pese a su juventud, es un gran rey, Majestad.
ANCOR: Y por todo lo que me has explicado…he llegado a entender que…mi hijo Biran morirá joven, dejándole el puesto como rey a un pequeño Zaebard.
SHANER: …
ANCOR: ¿Cuál será el motivo de su muerte?
SHANER: No me corresponde a mí hablar de eso, Majestad. Podría cometer el error de cambiar la historia.
ANCOR: Tienes razón. Discúlpame.

Por otro lado, Tedra y Cerith conversaban y disfrutaban de los helados.
Pero Tedra no dejaba de mirar a Shaner con exasperación.

CERITH: ¿Otra pelea?
TEDRA: Algo peor.
CERITH: ¿Qué ha pasado esta vez?
TEDRA: He decidido dejarlo en paz. Me rindo.
CERITH: ¿En serio? Surprised
TEDRA: Sí.
CERITH: ¿Pero por qué?
TEDRA: No quiero enamorarme de él.

Cerith la miró con una media sonrisa y Tedra no pudo evitar sonrojarse, pero se dedicó a comer su helado disimuladamente.

CERITH: Hagas lo que hagas, tu corazón será el que decida.
TEDRA: Estoy a tiempo de retroceder.
CERITH: ¿Estás segura de que quieres eso?
TEDRA: Sí. Él mismo se ha encargado de abrirme los ojos.
CERITH: ¿Qué fue lo que te dijo para que pienses así?
TEDRA: Sus palabras exactas: “Os recuerdo que fuisteis vos la que me dejó claro que siendo princesa real jamás estaríais con un vulgar guerrero como yo”.
CERITH: Ah…
TEDRA: Y le di la razón. Así que no pienso insistir más en todo esto.
CERITH: Entonces no ha sido él quien te ha abierto los ojos. Simplemente ha usado tus mismas palabras para que te alejes del todo.
TEDRA: Sea como sea, es preciso dejarlo así. No debo estar con un guerrero. Jamás avergonzaría a mi familia.
CERITH: ¿Y qué pasará con tu corazón?
TEDRA: Mi corazón está a salvo.

Cerith no estaba tan segura.
El amor llega sin avisar. Y cuando llega, se queda para empezar a dejar marca.
Y por mucho que uno luche en contra de eso, siempre sale perdiendo.
Decidió encogerse de hombros y dejar que el tiempo fuera el que decidiera qué hacer con Tedra y Shaner.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------

Azalea estaba sentada en otra de las butacas de cuero blanco, alejada de los festejos y de la gente que conversaba y reía.
Alzó la mirada hacia la ventana que pertenecía a la estancia de Challen, el cual deseaba estar solo.
Kupó y Mog se divertían con otras mascotas, así que ella suspiró y le dio un sorbo a su refresco.
No quería sentirse de lado, pero sin Lilly y sin Challen ya no era lo mismo.
Siempre había estado sola, y no entendía por qué ahora le dolía estarlo si ya estaba acostumbrada a la soledad.
Se fijó en que Falon también permanecía solo y apartado en un rincón del jardín, tomando un refresco o quizá…alcohol.
Desde que se separaron, él tampoco era el mismo.
Parecía más distante, más frio. Incluso ausente. Ya no bromeaba ni sonreía.
Aunque no podía evitar recordar que había intentado rescatarla de las garras del esbirro guardián y eso la llenaba de esperanza.
Una esperanza que pronto se le hizo absurda cuando un grupo de chicas se acercó a él para captar su atención.
Los celos arrasaron con la paz de Azalea, y poniéndose tensa al instante, esperó a ver cuál sería la reacción del chico.
¿Sería igual de frio y distante con esas bonitas aldeanas tal y como lo era con todos los demás?
Eso esperaba…pues quería creer que Falon seguía amándola a pesar de todo.
En cuatro meses no se olvidaba a una persona, ¿verdad?
Aunque ahora el odio estuviera por encima de ese amor, quería pensar que los sentimientos seguían estando ahí.
Cualquier indicio de esperanza se desintegró cuando vio que Falon regalaba una de sus mejores sonrisas a esas mujeres.
El mundo se le cayó encima cuando vio cómo besaba la mejilla de una de ellas.
Oh, Dios… Cómo dolía todo aquello…
Necesitaba irse de ahí cuanto antes. Pero no podía moverse. Las piernas no le reaccionaban. Sus ojos no deseaban apartarse de esa escena.
Falon ya no la amaba, y lo demostraba en ese momento, al dar su atención a ese grupo de coquetas.
Se sentía tan estúpida…
Los hombres no podían amar a una sola mujer por mucho tiempo.
Necesitaban estar rodeados de muchas y tener una distinta para cada noche.
Y al parecer, Falon era uno de esos hombres.
Si retrocedía mentalmente varios meses atrás, aun podía recordar las palabras de su madre: “Mi amor, eres joven e inocente. Tú no entiendes a los hombres. Ellos son apasionados por naturaleza. Desean a todas las mujeres bellas. Hacen lo que sea para tenerlas en su cama y adueñarse de sus cuerpos. Falon también es joven y solamente te desea.” “Cuando un hombre está tan desesperado por tener a una mujer, hace lo que sea por conquistarla”.
Pero más le escoció recordar las de su padre: “Falon te respetará hasta que tú te entregues a él. Cuando haya probado tu cuerpo, irá a por otra mujer”.
Y ahí estaba la prueba: frente a ella.
Pero su mente se desvió hacia otras palabras…
Las que aquella anciana vidente le dijo: “Tras vuestros sentimientos hay una cortina oscura… Una cortina que esconde una mentira y una ilusión imperfecta. Se acerca una tormenta que arrasará con el amor que os une”.
Qué verdad tan cierta…
Todo se estaba cumpliendo paso a paso.
Dejó el vaso sobre la mesa y al fin se levantó de la silla.
Seguía sintiendo las piernas flojas, pero debía huir del jardín.
Respiró hondo, se dio la vuelta y se encaminó hacia la entrada del castillo, pero Dalden le cortó el paso.

DALDEN: ¿Adónde vas?
AZALEA: A mi habitación. Quiero descansar.

Dalden miró hacia el lugar en el que se encontraba Falon rodeado de chicas, y supo el motivo por el cual ella se iba de la fiesta.
Pero no permitiría que se marchara por culpa de un cretino como Falon.
La tomó de la mano y la hizo regresar a la silla.

DALDEN: Aun es pronto para ir a descansar.
AZALEA: Pero…
DALDEN: Quédate un rato más. Solo será un refresco y ya.

Azalea quiso protestar pero no le salieron las palabras.
Y es que ya no le quedaban ganas de discutir con nadie.
Ya no era la misma rebelde y peleona de antes.
El joven emperador la sentó y le ofreció otro refresco.
Luego se sentó frente a ella para que no viera la escena entre Falon y esas mujeres.

DALDEN: ¿Cómo sigue Challen?
AZALEA: Bien…supongo.
DALDEN: Pues debería estar aquí contigo. No debes estar sola.
AZALEA: Tiene sus motivos. No pienso obligarle a nada que él no quiera. Es mi mejor amigo.
DALDEN: Entonces yo seré tu nuevo caballero personal y protector.
AZALEA: ¿Qué?
DALDEN: Hasta que Challen solucione sus…cosas.
AZALEA: Pero…
DALDEN: Necesitas a alguien a tu lado, Azalea. Y no me importan las veces que me rechaces. Seguiré aquí.

La princesa aguantó las ganas de romper a llorar.
Era consciente de que la rodeaban chicos nobles y guapos como Challen y Dalden, pero su estúpido corazón seguía latiendo por Falon.

DALDEN: De tu lado no me moveré a menos que ordenes a esos esbirros guardianes que me saquen a patadas.
AZALEA: No… Yo no haría eso.
DALDEN: Y aunque lo hicieras, creo que regresaría a por ti. Qué terquedad la mía, ¿verdad?
AZALEA: Sí.
DALDEN: Te la robé a ti.

La chica sonrió muy a su pesar.
Decidió relajarse y distraerse con Dalden a pesar de estar deprimida por dentro.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------

A Falon se le borró la sonrisa al ver cómo Azalea sonreía con el estúpido de Dalden.
El muy desgraciado se aprovechaba de la situación.
Se tomó el alcohol de un solo trago y se apartó de las chicas que lo rodeaban, las cuales se quejaron al verlo partir hacia otro lado.
Falon se dirigía hacia Azalea y Dalden, dispuesto a provocar una pelea inmediata.
Pero se detuvo a medio camino.
¿Provocar una pelea? ¿Por qué? ¿Por celos? ¿En qué demonios estaba pensando?
Odiaba a esa princesa. Y no le importaba lo que ella hiciera con su vida. No le interesaba si estaba rodeada de hombres.
Apretó los dientes y se acercó al rey Ancor, interrumpiendo así su conversación con Shaner.

FALON: ¿Podría entrenar con tus guardianes, Ancor?
REY ANCOR: ¿Ahora?
FALON: Sí. Necesito hacer ejercicio.
ANCOR: De acuerdo. Pero te advierto que ellos no usan espadas, sino magia.
FALON: ¿Saben luchar cuerpo a cuerpo?
ANCOR: Sí.
FALON: Me es suficiente. Gracias.

Saludó a Shaner y se encaminó hacia el jardín trasero, listo para descargar su frustración a través de sus puños y patadas.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------

Mientras la fiesta seguía su curso, Challen al fin decidió salir de la habitación para ir en busca de su princesa, pues ya la había dejado sola demasiado tiempo.
Pero en el pasillo se topó con Frey, y se miraron en silencio durante lo que pareció una eternidad.

FREY: Ahora ya sé quién eres.
CHALLEN: …
FREY: ¿No piensas hablar con ella?
CHALLEN: No creo que desee verme.
FREY: ¿En qué te basas para decir eso?
CHALLEN: Vi cómo la abrazabas.

Volvieron a mirarse fijamente pero esta vez con desafío.
Pero Challen decidió seguir caminando, por lo que Frey lo detuvo del brazo.

FREY: Tenéis que hablar.
CHALLEN: Eso lo decidiremos nosotros.
FREY: Zanna no dará el primer paso. Está asustada. También cree que no quieres verla. Te aconsejo que seas tú el que dé ese paso, si es que te importa.

Dicho eso, Frey se fue, dejándolo indeciso.
Su corazón latía tan deprisa que creyó que le daría un paro cardíaco.
Respiró hondo y se acercó despacio a la puerta por la que había salido Frey.
Se asomó y se puso tenso al ver a Zannaleah sentada en el alfeizar de la ventana.
Tenía el cabello más largo que la última vez que la vio, y tan negro como la noche.
Si figura había crecido delicadamente, formando a una adolescente hermosa y de apariencia frágil.
Tragó saliva y dio un paso hacia el interior de la estancia.

CHALLEN: Zannaleah.

Pudo ver cómo su prometida se ponía rígida y temió que no quisiera girarse para hablar con él.
Pero Zanna respiró profundamente y bajó del alfeizar para postrarse frente al joven caballero, cara a cara.
Sus ojos se encontraron y los recuerdos de cinco años atrás los envolvieron por igual.
Zannaleah no pudo disimular el temblor de su cuerpo.
Volver a verlo no le causaba un gran shock, ya que lo había visto en varias ocasiones de lejos.
Pero justamente ahora…era la primera vez que Challen la miraba directamente a los ojos, reconociéndola….sabiendo quién era ella.
Y lo peor fue que su mirada no era la misma de cinco años atrás.
Challen volvió a tragar saliva y soltó lo primero que se le pasó por la mente.

CHALLEN: Me alegro de verte.
ZANNA: Yo…también.
CHALLEN: ¿Cómo te ha ido la vida en todo este tiempo?
ZANNA: Al principio muy mal… Pero pude recuperarme gracias a los Cazadores de Bestias.

Challen no pudo evitar recordar la forma en que Frey la había abrazado cuando estuvo inconsciente.
Fue un abrazo posesivo y protector… Demasiado entregado y confiado.

ZANNA: Nuestra separación me cambió la vida, Challen.

Arrugó las cejas al tener que recordar algo tan doloroso como eso.
Pero siempre había sabido que algún día tendría que tocar ese tema. Y ese día había llegado.
Era hora de ponerle paz a su corazón.

ZANNA: Me sumí en una depresión y mi madre hizo de todo para sacarme de ahí, pero no pudo. Entonces…conocí a Frey, a Moira y a Fury.

Sonrió muy a su pesar, pues el día en que los conoció fue un suceso bastante divertido.
Pero al ver la seriedad de Challen, volvió a la cruda realidad.

ZANNA: Se convirtieron en mis mejores amigos y me ayudaron a salir de la tristeza.

Esperó a que él dijera algo, pero comprobó que seguía siendo tan reservado y educado como siempre.
Nerviosa, se miró las manos y decidió seguir con el relato.

ZANNA: Me entrenaron duro para poder formar parte del grupo y poco a poco fui retomando mi vida con normalidad. Ahora ellos forman parte de mi presente y futuro.

Challen continuó mirándola fijamente, sin decir nada. Como si esperase a que dijera algo más.
Pero la chica agachó el rostro y suspiró.
No se atrevía a confesarle que Frey estaba enamorado de ella. Y que ella…sentía algo especial también.
Y tener a su prometido tan cerca hacía que se sintiera extraña.
No conseguía definir sus sentimientos.
Vio que Challen daba un paso hacia ella y su corazón se detuvo.

CHALLEN: ¿Pudiste saber el motivo por el cual te separaron de mí?

Zannaleah parpadeó y sus mejillas se sonrojaron.
Jamás se había imaginado que le preguntaría algo así.
En ese momento sintió en su piel el escalofrío de un amor roto por el destino.

ZANNA: Sí.
CHALLEN: Me gustaría conocer ese motivo.
ZANNA: Amenazaron a mi madre con arrancarme de su lado si no se marchaba de Ciudad Krystán.
CHALLEN: ¿Quién la amenazó?
ZANNA: No lo sé. No quiso decírmelo.
CHALLEN: ¿Quizá fue tu verdadero padre? ¿Lo llegaste a conocer?
ZANNA: No. Y eso jamás se lo perdonaré a mi madre. Pues no quiere decirme quién es.

Su expresión se tornó dolorosamente triste, y eso fue lo que hizo que Challen se acercase más a ella.
Sus corazones latían al unísono, y las respiraciones de ambos se agitaron.

CHALLEN: Te he extrañado cada minuto de mi vida en estos cinco años.

Los ojos de la chica se llenaron de lágrimas y esperó a que dijera lo que anhelaba oír.
Pero Challen ni siquiera la tocó.

CHALLEN: Estuve trabajando con mi padre hasta que el rey de Krystán me nombró caballero personal y protector de la princesa.
ZANNA: ¿Ella te ayudó a…estar mejor?
CHALLEN: En parte, sí.

Sus miradas se cruzaron y las preguntas de agolparon en la garganta de Zannaleah.
Odiaba tanto esta desconfianza que existía ahora entre ella y Challen…
Pues no se atrevía a expresarle todo lo que deseaba decir.
Por culpa de estos cinco años de separación y ausencia, se había formado un pequeño abismo que los separaba todavía más.
Y para peor, había personas importantes en la vida de los dos.

CHALLEN: Podemos seguir hablando en otro momento. Tengo que ir a por la princesa.
ZANNA: De acuerdo.

Challen le sonrió a medias y se acercó a la puerta.
Pero antes de salir, la miró de nuevo, haciéndola pensar que diría algo más.
Pero de nuevo, el chico se fue sin añadir palabra alguna.
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Justo cuando finalizaba la fiesta, Challen vio a su princesa en compañía del emperador Dalden.
Se alegraba de no encontrarla sola.
Se acercó y le hizo una reverencia a Dalden. Y Azalea se lanzó a sus brazos nada más verlo, provocando que el caballero se sonrojase violentamente.

AZALEA: ¿Cómo sigues?
CHALLEN: Bastante mejor.
AZALEA: ¿Quieres compartir un refresco con nosotros?
CHALLEN: Claro.

De pronto, se oyó el grito de una chica y la música se detuvo.
Todos miraron inmovilizados la escena que se sucedía en el jardín.
Tedra yacía atrapada entre un montón de cabello negro perteneciente al rey Orion.
Y Cerith era sujetada por el guardián Zen.
Los esbirros se pusieron en guardia y Shaner fue el primero en desenvainar la espada.

REY ORION: Que nadie se mueva o le corto el cuello.
SHANER: Estás rodeado de guardianes con poderes. No te arriesgues.
ORION: ¿Crees que su magia podrá vencer a la mía?
SHANER: Lo único que sé es que somos demasiados contra vosotros dos.
ORION: No quiero hacer daño a nadie. Solo me llevo lo que me pertenece.
SHANER: ¿Con qué derecho dices que la princesa te pertenece?
ORION: Con el derecho de ser rey.

Entonces Ancor dio un paso hacia adelante y miró con seriedad a los nuevos atacantes.

ANCOR: Yo también soy rey, y te pido que las dejes libres.
ORION: No puedo. Son candidatas a mi selección como mi nueva esposa.
TEDRA: ¿Todavía sigues con eso? Ya dejaste claro que no soy buena para ti, así que suéltame. Mad
ORION: Primero debo sacarle provecho a tu belleza.

Antes de que alguno pudiera reaccionar, estalló una potente luz y en medio de todos apareció la hermana de Orion, que al verse rodeada por gente nueva, parpadeó asombrada.

KIRENA: Lo he conseguido… ¡Lo he conseguido! ¡He viajado al pasado yo también!

Comenzó a dar saltitos de alegría mientras los demás la miraban en silencio y Orion se enfadaba.

ORION: Por todos los infiernos… ¿Qué demonios haces aquí?
KIRENA: Lo mismo que tú: recuperar lo que me pertenece.
ORION: No te atrevas a volver a hacerlo.
KIRENA: ¿Y por qué tú sí lo haces de nuevo?
ORION: Kirena, por favor…

En ese despiste, Shaner actuó con rapidez y con su espada cortó el cabello que sujetaba a Tedra.
Luego la puso tras él para protegerla y se enfrentó a Orion, el cual ordenó a Zen que le entregase a Cerith.

ORION: Contigo no terminé aquél día. Te desmayaste y no pude hacerte nada.

Al oír eso, Cerith tembló del alivio al saber que seguía siendo virgen. Que seguía intacta…
Oh… Gracias a los cielos…pero… ¿Cómo podía salvarse ahora de las garras de ese loco rey?
En ese momento, llegó Falon sudoroso y lleno de golpes y sangre, con la ropa rasgada y sucia, mirando con incertidumbre a Orion, a Zen y a Kirena.

FALON: ¿Quiénes sois vosotros?
KIRENA: ¡Oh! ¡Otro guerrero para mi colección!
ORION: Ni se te ocurra intentarlo, Kirena.
KIRENA: ¿Por qué no? Solo estoy siguiendo tus pasos.

Antes de que la princesa Kirena pudiera usar su magia, Shaner atacó a Zen y Dalden aprisionó a Kirena entre sus brazos.
Entonces el rey Ancor ordenó a sus esbirros que actuasen.
Rodearon a los tres desconocidos, incluida a Cerith, y crearon una burbuja de luz blanca que los atrapó en su interior, anulando así sus poderes.
Orion intentó usar su magia, pero fue en vano.
Cuando llegaron los Cazadores de Bestias, se encargaron de crear cadenas de magia para los tres nuevos prisioneros y encerrarlos en uno de los calabozos.
Entonces Falon miró directamente a Frey.

FALON: Por lo que veo, ya habéis recuperado el poder de vuestra magia.
FREY: Así es.
FALON: Entonces llévanos al presente…en el justo momento en que Cian descubre el Oráculo.
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Tras despedirse del rey Ancor, Falon y compañía se reunieron en el círculo que Frey, Moira, Fury y Zannaleah habían creado tomándose de las manos, los cuales tenían los ojos cerrados y murmuraban palabras en el idioma celestial para invocar al dios del Tiempo, Chronos.
La mirada de Falon se cruzó con la de Azalea.
Y Challen observó a Zannaleah con un nudo en el pecho.
Poco a poco el aire fue agitándose en torno a ellos y los cánticos celestiales se oyeron por toda la sala.
Pero algo falló en ese momento.
Nada salió igual que la primera vez.
La luz rosada los rodeó pero pronto empezaron a sentir dolor en sus cuerpos.
Frey miró con desesperación a sus compañeros.

FREY: ¡¿Qué sucede?!
MOIRA: ¡Debemos detener el proceso!
FURY: ¡No! ¡Podría ser peligroso!
ZANNA: ¡Frey, no puedo más!

Explotó una luz tan fuerte que provocó un leve temblor en todo el castillo.
Azalea, Tedra y Cerith fueron impulsadas hacia atrás y cayeron en la inconsciencia.
Antes de que alguno de ellos pudiera reaccionar, todo se volvió negro, sumiéndolos en una ceguera absoluta.
_________________________________________________________________
TO BE CONTINUED
...
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Mensaje por ~Shia~ Sáb Sep 22, 2012 4:37 pm

Qué pasará después? ,la intriga me mata. Falon ¬¬ ¿ por qué no admite que sigue enamorado de Azalea?.
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