Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 21

por SweeT PrincesS Miér Mayo 15, 2013 2:45 pm

CAPÍTULO 21:

"Curando Heridas..."

PARTE 1

Cuando al fin Azalea regresó al castillo de Aion, ya atardecía.
Entró en su habitación y se dejó caer de espaldas sobre la cama para mirar el techo sin ver realmente.
Sus mascotas se sentaron a su lado y le acariciaron el cabello en silencio.
Azalea no podía borrar la imagen de Challen alejándose…para siempre.
Había esperado que al regresar al castillo, encontraría consuelo y apoyo en Falon, pero él también la había abandonado.
Sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas y las mascotas se entristecieron.

KUPÓ: No llores más, kupó…
MOG: Solo conseguirás hundirte del todo.
AZALEA: No entiendo por qué Falon me ha gritado esas cosas…
MOG: Creo fue un arrebato de celos al ver cómo Challen te besaba.
AZALEA: Yo no sabía que Falon lo estaba viendo todo… Yo no sabía que Challen me besaría… Yo no…yo…

Se cubrió el rostro con las manos y ahogó un sollozo.
¿Cómo supo el príncipe dónde se encontraba ella? ¿Qué habría pensado al ver que su caballero la besaba?
Nada bueno, estaba claro.
Lo que Azalea tendría que hacer era ir a hablar con él y contarle que Challen se había marchado para siempre, pero…
No tenía fuerzas en este momento. Había perdido una importante parte de su alma, y sumado a la despedida de Falon, hoy su corazón estaba de luto.
Kupó y Mog decidieron dejarla sola y volaron hacia el comedor real, dónde Zaebard, Yaridis y sus dos hijos cenaban junto a Dalden, a Tedra, a Cerith y a los Cazadores de Bestias.
Zannaleah se levantó de la silla, mirando a las mascotas con preocupación.

KUPÓ: Azalea está bien, kupó. Solo necesita estar sola y tranquila, kupó.
MOG: Hay que avisar a sus padres.
ZANNA: Yo…lo haré.

Era hora de enfrentarse a los reyes de Krystán. Era hora de enterrar el pasado.
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Al día siguiente Azalea despertó y lo primero que hizo fue salir a la terraza y aspirar la brisa de la mañana; los rayos del sol la entibiaron con rapidez.
Dedicó una mirada al cielo azul y suspiró profundamente.
Durante la noche había tomado una decisión: dejaría de llorar y de lamentarse por su mala suerte; comenzaría a vivir una nueva etapa sin Challen y quizá sin…Falon.
Debía valorar a las personas que siempre permanecían a su lado en todo momento. Se dedicaría a su familia y amigos, se centraría en sus estudios.
Saldría adelante sin temores ni llantos. Por ella misma, por Challen, por un futuro mejor. No permitiría que las dudas o el desamor volvieran a guiarla por el camino de la tristeza. No defraudaría nunca más a las personas que la amaban y la apoyaban.
Trató de sonreír, pensando positivamente en Challen, al cual debía consideración y gratitud.
Se prometió a sí misma que volvería a verlo.
Y en cuanto a Falon…le explicaría todo el malentendido y le haría ver que estaba equivocado de nuevo, que no podía enterrar la reconciliación de ambos por un error inocente.
Tras darse un baño perfumado, se puso el uniforme estudiantil y se dirigió hacia la sala de estudios.
Se dedicó a atender a la profesora con absoluta atención y después de varias horas de clase, el grupo de amigos salió al jardín para disfrutar de un picnic bajo la sombra de los altos árboles.
Antes de que cualquiera de ellos preguntase por Challen, Azalea les contó lo sucedido con la repentina marcha de su caballero.
Pronto la tristeza se adueñó del ambiente, por lo que Aika actuó con rapidez y señaló a la princesa.

AIKA: Damas y caballeros, os presento el primer y exclusivo postre de la princesa Azalea… ¡hecho con sus propias manos! ^o^

Azalea se sonrojó y mostró un delicioso pastel de bizcocho recubierto de nata y pedacitos de fresa.
Lilly, Lenoic, Kupó y Mog aplaudieron con entusiasmo, pero la princesa apenas pudo sonreír, puesto que ahí faltaba alguien…
Alguien que la felicitara con una dulce sonrisa… Alguien que defendiera su poca práctica en la cocina… Alguien que valorase sus intentos de aprendizaje…
Ese alguien era Challen.
Al verla sumida en sus pensamientos, Lilly le tocó el hombro y le sonrió.

LILLY: No estás sola.
AZALEA: Lo sé. Gracias.

En esa misma zona del jardín, Tedra y Cerith paseaban mientras conversaban sobre la repentina decisión de irse de Falon.

TEDRA: A veces la distancia es la que ayuda a olvidar, ¿no?
CERITH: Sí; y también el tiempo. Pero no es nada fácil cuando se ama con intensidad.
TEDRA: Nada es fácil en el amor…

Suspiró y alzó los ojos hacia la terraza que pertenecía a la habitación de Shaner, el cual debía estar descansando.
Lo único que deseaba Tedra era correr hacia allí, lanzarse a sus fuertes brazos y suplicarle que le hiciera el amor… Pero había aprendido a conocer bien a ese serio guerrero y a saber que no le agradaba que ella fuera terca e impulsiva.
Resopló e hizo reír a su amiga.

CERITH: ¿Qué piensas hacer?
TEDRA: Seguir como hasta ahora: tratar a Shaner con un poco de indiferencia y sobretodo con mucha paciencia.
CERITH: ¿Falon pudo hablar con él?
TEDRA: Pronto lo sabremos, pues por ahí se acerca…

Falon cruzó el jardín sin mirar ni una sola vez a Azalea, la cual se dio cuenta pero no se atrevió a acercarse a él para explicarle el malentendido. Ya lo haría más tarde…a solas en su estancia...dónde podría bloquearlo con su belleza y…someterlo a su pasión.
El príncipe llegó hasta Tedra y Cerith y les sonrió a medias.

FALON: ¿Cómo va la tarde?
CERITH: Bien.
TEDRA: Tensa.
FALON: ¿Por qué?
TEDRA: Quiero saber qué ha respondido Shaner sobre el tema de caballero personal y protector.
FALON: Eres una impaciente, hermanita. Pero traigo buenas noticias.
TEDRA: ¿En serio?
FALON: Sí. Ha aceptado tu petición.

Tedra soltó un gritito lleno de emoción y se abrazó a Cerith sonriendo con placer.
Al fin ese fiero guerrero estaría a su lado todo el tiempo, cuidándola y protegiéndola. Y para mejor, Shaner interpretaría el papel de protector por su propia voluntad y no por obligación.

TEDRA: Gracias, hermano.
FALON: No hay de qué. Pero recuerda: trata de no agobiarlo; piensa en su ojo perdido y en sus recientes heridas.
TEDRA: Lo sé.
FALON: Bueno, chicas, tengo que irme.
TEDRA: ¿No has cambiado de opinión?
FALON: No. Ni lo haré. Necesito irme ya. Cuidaros mucho y portaros bien. Os quiero un mundo.
TEDRA: Y nosotras a ti.
CERITH: Tú también cuídate mucho, por favor.
TEDRA: Nada de peleas ni de alcohol.
FALON: No os preocupéis por eso.
TEDRA: ¿No piensas…despedirte de Azalea?
FALON: No.

Con esa rotunda negación, besó las mejillas de las dos chicas y se marchó sin mirar atrás.
Cruzando el gran castillo de Aion hasta llegar a la otra punta lo esperaba una pequeña nave que lo llevaría a Ciudad Kan-is-Tra.
Necesitaba alejarse de Azalea antes de que cometiera de nuevo el error de rendirse a su amor para después ser pisoteado una vez más.
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En la sala del té estaban los reyes de Krystán junto a Azalea, conversando y pasando tiempo, juntos.
Entonces la puerta se abrió y se asomó Zannaleah.

ZANNA: ¿Puedo pasar?
AZALEA: Por supuesto.

La Cazadora se sentó al lado de su hermana y una sirvienta le sirvió té y pastas.

ZANNA: Quería despedirme de vosotros.
AZALEA: ¿Te vas tan pronto?
ZANNA: Sí; creo que ya lo he retrasado demasiado y la angustia está pudiendo conmigo.
AZALEA: Entiendo.
PADRE: ¿Y por dónde piensas buscar a Frey?
ZANNA: No lo sé… En cualquier aldea…en todas las ciudades, pueblos, bosques… No pararé hasta encontrarle.
REINA: KRYSTÁN: ¿No crees que sería demasiado peligroso andar por lugares desconocidos tú sola?
ZANNA: El peligro siempre nos rodea estando solos o acompañados, Majestad. Pero por suerte tengo mis poderes como Cazadora para defenderme.
PADRE: Ve con mucho cuidado. Y escríbenos, por favor.
ZANNA: Lo haré.

Se tomó el té y se levantó para hacerle una reverencia a la reina, luego abrazó a su padre y a su hermana.
Tras un largo suspiro, Zanna salió del castillo y miró al horizonte; hoy empezaba su mayor aventura a solas.
Se juró que encontraría a Frey costara lo que costase. Y una vez encontrado, jamás nadie volvería a arrebatárselo.
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Ya atardecía cuando Azalea buscó a Falon por todas partes, y al no hallarlo, visitó a Zaebard en la biblioteca. Cuando le preguntó por Falon, el joven rey se quedó callado, y ella temió lo peor.
Con un nudo en la garganta, corrió hacia la habitación del príncipe, y al entrar, abrió el armario. Estaba vacío.
Oh, Dios… Se había marchado en serio.
Se acercó a la cama y golpeó a la almohada con rabia e impotencia.
¿Por qué Falon había actuado tan impulsivamente?
Sus ojos se llenaron pronto de lágrimas pero luchó para no derramarlas, pues se había prometido dejar de llorar y de lamentarse. Y lo cumpliría hasta el final.
Respiró hondo y bajó al comedor real, dónde los demás ya iban a empezar a cenar.
Se sentó al lado de Tedra y le susurró al oído.

AZALEA: ¿Dónde está Falon?
TEDRA: Oh… Ehm…yo…
AZALEA: ¿Adónde ha ido?
TEDRA: No creo que sea buena idea que yo…
AZALEA: Si tú estás enamorada me entenderás. Si estuvieras en mi lugar, ¿qué harías?

Tedra jugueteó con la comida de su plato y miró de reojo a su alrededor disimuladamente.
Si estuviera en el lugar de Azalea haría lo que fuera por ir tras Shaner e intentar arreglar las cosas.

TEDRA: Sinceramente no sé qué ha sucedido para que mi hermano haya decidido marcharse tan repentinamente.
AZALEA: Todo fue un malentendido. Y no pienso permitir que vuelva a abandonarme así sin más. No voy a quedarme cruzada de brazos. Yo…

Se dio cuenta de que tenía la respiración agitada y que había alzado la voz, por lo que todos se habían volteado a mirarla.

AZALEA: Yo…no quiero ser odiada de nuevo…y mucho menos por él.

Tedra adoraba a su hermano, y por mucho que intentara llevarse bien con Azalea, no soportaba que lo lastimara, aunque…ahora Azalea tenía razón: sería mejor solucionar las cosas antes de que el pasado se repitiera en el presente.

TEDRA: Me confesó que estaría unos días en mi castillo, con mis padres.
AZALEA: Gracias, Tedra.
TEDRA: Espero que dejéis de haceros daño mutuamente. De lo contrario, será mejor que os alejéis definitivamente.
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Todavía no amanecía cuando Azalea se dio un baño perfumado, se puso un sencillo vestido y se recogió el cabello en una gruesa trenza.
Procuró no despertar a sus mascotas y se dirigió hacia el jardín trasero, dónde la esperaba una pequeña nave y también Zaebard.

ZAEBARD: Tus padres me matarán cuando se enteren.
AZALEA: Les dejé una carta en la mesita; lo entenderán. Y en cuanto llegue a Ciudad Kan-is-Tra les escribiré para tranquilizarlos.
ZAEBARD: Ve con cuidado.
AZALEA: Muchas gracias por colaborar, Zaebard.

Para sorpresa del joven rey, la chica lo abrazó y le hizo sonreír con picardía.

ZAEBARD: Debí haberte esperado, Azalea.
AZALEA: ¿Cómo?
ZAEBARD: Debí haberte hecho mi esposa.
AZALEA: … 0//0
ZAEBARD: Eres una gran mujer. Vamos, vete ya.

Sonrojada por esa confesión, la princesa se adentró en la nave y se acomodó en el asiento tras saludar al piloto.
No tenía ni idea de cómo reaccionaría Falon cuando la viera, pero estaba dispuesta a intentarlo todo para solucionar ese embrollo. Entonces, él tendría la última palabra. Él decidiría todo sobre su futuro juntos.
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Falon despertó con dolor de cabeza a causa de haber dormido poco y pensado mucho.
Se pasó las manos por el rostro y suspiró.
El recuerdo de Azalea lo perseguiría toda la vida.
Se levantó de la cama y se dio un rápido baño. Se postró frente al espejo y comenzó a vestirse.
Hoy iría a visitar a sus amigos de siempre para distraerse un rato.
De pronto, escuchó el ruido de una nave y se asomó a la terraza.
Efectivamente, en la pista de aterrizaje había una nave, de la cual salió Azalea.
El corazón del chico dio un fuerte vuelco y su mente se bloqueó.
¿Qué demonios hacía aquí?
Con paso decidido, la hermosa princesa caminó hasta el jardín principal y entonces se detuvo para alzar el rostro hacia la terraza.
Sus miradas se encontraron. La de ella, triste. La de él, sorprendida.
Estaba preciosa con esa trenza que descansaba sobre su hombro y caía hasta su cintura…algunos mechones de cabello que se habían soltado le acariciaban el rostro y el cuello…
Al comprobar que había venido sola y sin protección, la furia del príncipe se intensificó, y tras gruñir, se adentró en la estancia para ponerse a caminar de un lado a otro.
¿Qué debía hacer? ¿Qué debía decir?
Todavía estaba cegado por la rabia y la decepción, pero tampoco deseaba lastimarla con las crueles palabras que querían brotar de lo más profundo de su ser.
¿Por qué Azalea había viajado hasta aquí? ¿Con qué propósito? ¿Para seguir peleando o para tratar de reconciliarse?
Unos golpecitos en la puerta lo sacaron de sus pensamientos.

FALON: ¿Quién es?
SIRVIENTA: Alteza, la princesa Azalea desea veros.
FALON: Estoy indispuesto. Que se ocupen mis padres de ella.
SIRVIENTA: Sí, Alteza.

Falon se sentó en la orilla de la cama y apoyó la cabeza entre las manos.
El volver a verla había provocado que las ganas de tocarla y de amarla se adueñasen de todo su cuerpo. Pero la imagen de ella siendo besada por Challen lo retenía con bastante ímpetu. Como tampoco podía olvidar el hecho de que Azalea había corrido tras su caballero para suplicarle que no se marchara. Y en cuanto Challen la había besado, ella no lo había apartado.
Volvió a gruñir y se dejó caer de espaldas en la cama para mirar el techo.
En estos momentos estaba demasiado enojado, por lo que sería mejor esperar a que Azalea se marchara de su castillo para poder salir de su habitación.
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Azalea se sentía bastante incómoda estando sentada frente a los padres de Falon, los cuales, al parecer, no sabían que él y ella habían roto el compromiso hacía bastante tiempo.

REINA KAN-IS-TRA: Nos alegra mucho tu visita, cariño. Falon se pondrá muy contento cuando sepa que estás aquí. n_n
REY KAN.: Es un detalle muy bonito que la prometida venga a ver a su futuro esposo.
AZALEA: Gra-gracias por recibirme tan amablemente.
REY KAN.: Lo que no me explico es por qué habéis venido por separado y con un día de diferencia.
AZALEA: Quería…darle una sorpresa…

Una sirvienta llegó e hizo una reverencia para luego mirar con incomodidad a Azalea.

SIRVIENTA: Alteza, os comunico que el príncipe Falon está indispuesto y no bajará a recibiros.
REINA KAN.: ¿Cómo que indispuesto? ¿Cómo se atreve a ser tan maleducado con su prometida?
REY KAN.: Cálmate, esposa. Nuestro hijo estuvo casi toda la madrugada leyendo en la biblioteca. Al parecer, no pudo dormir.
REINA KAN.: Entonces deberás ir tú a su habitación, querida.
AZALEA: Oh…no, no. Dejemos que descanse.
REINA KAN.: Tú también deberías descansar un poco. Acomódate en la estancia de Tedra.
AZALEA: No se preocupe. Mejor iré a la sala del té y me relajaré.

Les sonrió y se levantó del cómodo sofá. En cuanto dio un paso, sintió un gran mareo y se tambaleó, provocando que los reyes se incorporasen, preocupados.

REINA KAN.: ¿Azalea? ¿Estás bien?
REY KAN.: Pareces muy pálida…

Esas voces sonaban distorsionadas a oídos de la princesa, la cual se volteó para tranquilizarlos, pero se asustó al verlos borrosos.
Volvió a tambalearse y se sostuvo en el respaldo del sillón. Las náuseas acudieron a su garganta y el mareo se intensificó.
¿Qué le ocurría? ¿Quizá la cena de la noche anterior le habría sentado mal?
Antes de que los reyes pudieran reaccionar, al fin Azalea se desmayó.
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Al no oír ruidos ni voces, Falon bajó al comedor real y estaba vacío. Luego fue a la sala del té y no había nadie.
Quizá Azalea ya se hubiera marchado, ¿pero dónde estaban sus padres?
Se acercó a una sirvienta que limpiaba el polvo de las estanterías.

FALON: ¿Dónde está todo el mundo?
SIRVIENTA: Vuestros padres están esperando a que la princesa Azalea reaccione.
FALON: ¿Reaccione? ¿Cómo es eso?
SIRVIENTA: No sé, Alteza. Creo que se desmayó.
FALON: ¿Dónde la tienen?
SIRVIENTA: En la estancia de vuestra hermana.

Falon se debatía entre ir a verla o esperar a que le dijeran cómo seguía.
Maldita fuera…
¿Por qué demonios tenía que encontrarse cerca cada vez que a ella le sucedía algo?
No podía evitar preocuparse por su bienestar, pues la amaba con locura.
Oyó pasos y vio que se acercaba su padre con el ceño fruncido.

FALON: ¿Cómo está ella?
PADRE: Ha despertado pero sigue un poco pálida y mareada.
FALON: ¿Por qué no avisáis al doctor?
PADRE: Lo hemos intentado pero Azalea se ha negado rotundamente. Dice que es a causa de haber viajado con el estómago vacío.
FALON: ¿Madre está con ella?
PADRE: Sí; está tratando de convencerla para que se quede hoy con nosotros ya que se la ve débil además de haber viajado hasta aquí para verte.

Falon se puso tenso; se acercó a la vitrina y se sirvió una copa de licor suave. Tomó un sorbo y miró de reojo a su padre, el cual se había cruzado de brazos en un gesto de desaprobación.

PADRE: ¿Tan indispuesto estabas que no pudiste recibirla?
FALON: Me dolía muchísimo la cabeza y necesitaba dormir un poco más.
PADRE: ¿Tampoco piensas ir a verla ahora?
FALON: Prefiero dejarla descansar. Yo iré a cabalgar un rato.

Antes de que el rey pudiera replicar, su hijo se escabulló del castillo, montó sobre su corcel y salió a todo galope.
No quería ser débil ante Azalea. Lo que quería era mostrarse fuerte y hacerle ver que no quería saber nada de ella, que viera que esta vez iba muy en serio.
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A la hora de comer con los padres de Tedra, Azalea se dio cuenta de que Falon la estaba evitando a toda costa; no deseaba verla y eso la enfurecía. Para peor, los reyes de Kan-is-Tra se sentían igualmente de incómodos ante el comportamiento de su hijo.

REINA KAN-IS-TRA: Seguramente se habrá entretenido con sus amigos; no demorará en llegar. ¿Quieres más refresco?
AZALEA: No, gracias.
REY KAN.: ¿Te sientes mejor? ¿Deseas descansar un poco más?
AZALEA: No se preocupen por mí. Si Falon no llega, regresaré a Aion hoy mismo.
REINA KAN.: ¿Por qué no te quedas unos días más, cariño?
AZALEA: Oh, me encantaría, pero en la carta que envié a mis padres esta mañana mencionaba que hoy estaría con ellos.

Tras terminarse el postre, Azalea se disculpó con una sonrisa y se dirigió a la estancia de Falon para esperarlo ahí.
Pronto el aroma del chico la inundó y la llenó de dolorosos anhelos.
Se paseó por la habitación mientras se retorcía las manos; sería la última vez que intentaría arreglar esa situación.
Varios minutos después se sentó en la butaca que quedaba al lado de la ventana y observó las fotos que descansaban sobre el masculino tocador.
Eran retratos de Falon, de Tedra y de sus padres. Había una foto en la que aparecía Falon con diez años al lado de un potro gris y blanco.
Azalea no pudo evitar sonreír ante la inocencia de ese infantil rostro sonriente.
De pronto, el estómago se le revolvió y tuvo que incorporarse para ver si se le pasaba el malestar.
Entonces la puerta se abrió y entró una sirvienta con un escote demasiado exagerado, con la falda extremadamente corta y con un cuenco lleno de fresas en las manos.
Al ver ahí a la princesa, la criada se sonrojó violentamente y se tapó el escote.
Con las cejas arqueadas, Azalea se levantó de la butaca y se acercó a la chica.

AZALEA: ¿Cómo te atreves a entrar aquí sin permiso?
SIRVIENTA: Lo-lo siento… No pensé que estaríais vos y…
AZALEA: No importa si estoy yo u otra persona. Para entrar aquí o a cualquier estancia debes pedir permiso. ¿Cuánto tiempo llevas trabajando en este castillo que no conoces las normas de la servidumbre?
SIRVIENTA: Fui contratada por el príncipe Falon para que me ocupase de su estancia y de…de…
AZALEA: ¿Y de qué?

Al ver que la criada no respondía y agachaba el rostro, Azalea lo comprendió todo: esa sirvienta era una de las muchas amantes de Falon.
Llena de celos, se cruzó de brazos y la acorraló contra la puerta.

AZALEA: ¿Cuánto tiempo llevas aquí “atendiéndolo”?
SIRVIENTA: Dos a-años, Alteza.
AZALEA: ¿Cuándo fue la última vez que estuviste con él?
SIRVIENTA: Hace ya mu-muchos meses… Quizá un año…
AZALEA: ¿Me estás diciendo la verdad?
SIRVIENTA: Sí, Alteza. Os lo ju-juro.
AZALEA: Pues desde ya quedas oficialmente despedida. Soy su prometida y no necesita de los servicios de nadie.
SIRVIENTA: De acuerdo, princesa.

En cuanto la criada salió huyendo, Azalea se acercó a la almohada y la golpeó con fuerza, imaginándose que era él.
Si era verdad que hacía un año que esa chica no se había acostado con Falon, ¿por qué carajos seguía trabajando aquí?
Al sentirse agitada, el mareo volvió con más fuerza y tuvo que salir corriendo hacia el baño. Entonces, vomitó todo lo que había comido.
Tras enjuagarse la boca con agua, caminó despacio hasta la cama y se dejó caer sobre ella.
Se encontraba tan mal que no dudó en dormir un ratito mientras esperaba a que Falon decidiera regresar.
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TO BE CONTINUED...

por **Alice~** Jue Mayo 16, 2013 11:11 pm

OMG o_o Azalea esta... ¿¡ESTA EMBARAZADA!? D: WTF? No puede ser ToT ! Y si Falon no vuelve con ella? :,c ... Noooooooooooo TnT ... Espero continuación ;u;

por **~Shia~** Dom Mayo 19, 2013 1:39 am

Me pregunto los mismo que Alice, ¿esta embarazada?,¿ y si Falon no regresa con Azalea?
Son tantas mis dudas, la intriga me mata D:

Ya extrañaba tu fic, me alegra poder leerlo de nuevo Smile

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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 21

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