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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio)
4 participantes
Página 1 de 1.
Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio)
"La Venganza De Azalea"
PARTE 12
Tedra y Cerith estaban acomodadas en la sala del té, conversando animadamente.
La puerta se abrió y la conversación se cortó cuando entró Shaner, el cual se acercó un poco con indecisión.
SHANER: Buenas tardes, señoritas.
CERITH: Buenas tardes.
TEDRA: Hola.
SHANER: Debo daros las gracias, princesa Tedra. Me salvasteis la vida.
TEDRA: Bueno. Es una deuda saldada.
SHANER: Si lo veis de ese modo, me parece justo.
TEDRA: No solo me lo agradezcas a mí. Fue Cerith quién me convenció para que te rescatáramos.
Shaner arqueó una ceja, sorprendido ante la brutal sinceridad de esa princesa.
Seguía siendo tan odiosa como el día en que la conoció.
Al ver que Cerith se sonrojaba violentamente, el capitán le sonrió para quitarle importancia a las palabras de Tedra.
SHANER: Gracias a usted también, señorita Cerith.
CERITH: De-de nada…
SHANER: Cualquier cosa que necesite, podrá contar conmigo.
Hizo una reverencia y se fue.
Tedra tomó té de su taza y miró de reojo a su amiga.
TEDRA: Qué galante ha sido contigo.
CERITH: Bueno…
TEDRA: ¿Te gusta?
CERITH: ¡Cla-claro que no!
TEDRA: Es que te pusiste tan nerviosa…
CERITH: Siempre me pasa eso cuando los hombres me sonríen.
TEDRA: Es cierto.
CERITH: No debiste decirle que yo te convencí para que lo salvásemos de la trampa.
TEDRA: ¿Y acaso no fue verdad?
CERITH: Sí, pero…
TEDRA: Ajá. Cambiemos el tema por favor. Shaner es un hombre tosco y no me cae bien.
CERITH: Como gustes.
--------------------------------------------------------------------------------------------------
Al atardecer, Azalea y Cerith fueron llevadas a la sala de estudios para presentarles a los cinco profesores que les enseñarían durante los 4 años que duraban las asignaturas.
El rey Zaebard les explicó el horario de los estudios y el orden de las materias.
Al finalizar, las dejaron solas en dicha sala para que escogieran un puesto entre las 50 mesas y sillas que había, ya que llegarían más alumnos de todas partes del mundo.
Cerith escogió un puesto entre las últimas mesas. Y Azalea uno al lado del gran ventanal que daba a las vistas de la ciudad.
Antes de que la princesa saliera de la sala, Cerith se armó de valor y la detuvo.
CERITH: Azalea.
AZALEA: ¿Mm? (Volteándose)
CERITH: ¿Podemos…hablar un momento?
AZALEA: ¿Hay algo de lo que tú y yo debemos hablar?
CERITH: Sí. Por favor, escúchame.
Azalea se cruzó de brazos y se apoyó en la pared para mirarla con atención.
Cerith era una chica bastante bonita y muy educada, pero demasiado reservada y seria.
Los chicos no se acercaban a ella por culpa de su timidez.
Pero Falon sí se había acercado a Cerith, y eso la llenaba de rabia.
¡Falon! ¡Que tenía a tantas mujeres bellas suspirando por él!
¿Por qué carajos se había fijado en Cerith?
AZALEA: Tú dirás.
CERITH: Quiero saber si…en verdad estás interesada en…Falon.
AZALEA: Creo que eso no es asunto tuyo.
CERITH: Sí lo es. Él me gusta mucho.
Al decir eso, se sonrojó sobremanera.
Y Azalea sintió un pinchazo de celos.
AZALEA: Pero yo le gusto a él.
CERITH: Lo sé. ¿Y él te gusta a ti?
AZALEA: Sí.
CERITH: ¿Entonces por qué no le prestas atención? Lo único que haces es tenerlo detrás de ti como un…perro.
AZALEA: ¿Por qué me dices todo esto?
CERITH: Creo que Falon ha demostrado que va en serio contigo. Y tú pareces jugar con él.
AZALEA: No soy una chica fácil.
CERITH: Él me gusta mucho y no quiero que le hagan daño.
AZALEA: ¿Piensas que le estoy haciendo daño?
Cerith no respondió. Solo se limitó a mirarla por última vez y salir de la sala.
Azalea cerró los ojos para evitar que el enfado saliera a la superficie.
¿Hacerle daño a Falon? ¡Claro que sí! ¡Se lo merecía!
Cerith no sabía nada del pasado de Falon y Azalea, así que no podía entender lo que era sufrir en manos del príncipe de Kan-is-Tra.
--------------------------------------------------------------------------------------------------
Era de noche y la luna llena apenas iluminaba el sendero lleno de árboles, flores y piedras.
Pero ella seguía corriendo sin mirar atrás. Sin importarle que iba descalza y que las piedras lastimaban sus delicados pies.
Solo deseaba huir del Diablo y llegar a los brazos de su ángel de la guarda. Solo él podía salvarla de ese demonio.
Al final del sendero había una luz, y por más que corría, no la alcanzaba.
Oyó pasos y vio que una figura negra se acercaba.
Aceleró la marcha pero de todos modos fue alcanzada por… ¡Falon!
Oyó más pasos, y sin dejar de correr, vio que llegaban Dalden, Challen, Tedra y Cerith.
Todos corrían juntos hacia la luz.
¿Pero qué hacían ellos ahí?
FALON: Algo se acerca.
AZALEA: ¿Qué?
FALON: Debemos seguir unidos.
CHALLEN: Tenemos que protegernos unos a otros.
TEDRA: Debemos ayudarnos así sea en contra de nuestra voluntad.
CERITH: Unidos llegaremos al final.
DALDEN: Juntos seremos una sola espada.
Confundida, Azalea miró a uno y a otro, y en ese despiste, tropezó y cayó al suelo.
Cuando abrió los ojos, se vio en la cama, dentro del reino Aion.
Se incorporó y se tocó la frente con la mano.
Qué pesadilla tan extraña…
En cuanto tocó la campanita que había a su lado, las sirvientas corrieron a atenderla a pesar de ser las cinco de la mañana.
Tras darse su habitual baño perfumado, se puso el bonito uniforme y se miró en el espejo.
¡Le sentaba de maravilla! ¡Y se veía tan femeninamente hermosa!
Sonrió, miró a Kupó y a Mog que dormían a los pies de la cama y salió de la estancia para dirigirse al comedor real.
Se sorprendió al ver tan solo al rey sentado en la mesa.
ZAEBARD: Buenos días, Azalea.
AZALEA: Buenos días, Maje… Zaebard.
Se sentó y pronto le sirvieron el desayuno.
El rey la miraba tan fijamente que la incomodaba sobremanera.
ZAEBARD: La última vez que te vi, tenías 12 años. Fue en el día de tu cumpleaños. ¿No te acuerdas de mí?
AZALEA: No, Majestad… Zaebard.
ZAEBARD: Era tu fiesta, y el jardín estaba repleto de niños. Y a pesar de ser tú la protagonista, te vi sola en medio de un bonito rosal. ¿Por qué, Azalea?
AZALEA: Yo…
Agachó la mirada, dolida al tener que recordar el pasado.
Ese tema era su punto débil, su infierno, el motivo infantil de su sufrimiento.
No soportaba hablar de ello. Pero al parecer, el rey estaba dispuesto a seguir.
ZAEBARD: ¿Preferías la soledad en vez de estar con niños de tu misma edad?
AZALEA: Sí.
ZAEBARD: Me di cuenta de que nadie se te acercaba. Y tus padres estaban demasiado ocupados atendiendo a los padres de esos niños como para darse cuenta de que su hija estaba sola y triste.
AZALEA: Yo no estaba triste.
ZAEBARD: ¿Ah no? Tus ojos no decían lo mismo.
La princesa apretó los puños bajo la mesa.
Había dejado de desayunar porque sentía el estómago revuelto.
Siempre había creído que nadie se fijaba en las expresiones de su rostro, pero ahí estaba ese joven rey, explicando todo lo que pudo ver aquél horrible día de 6 años atrás.
ZAEBARD: Solo dos niños se acercaron a ti, pero no para hacerte compañía, sino para lanzarte globos de agua y reírse de ti. Esa escena consiguió atraer a los demás niños, y pronto te habían rodeado para burlarse de tu aspecto.
Azalea no podía alzar la mirada hacia el rey y decirle que se callara.
Sentía que su alma pesaba al oír todas esas verdades.
Falon y Tedra fueron los dos niños que se acercaron a torturarla.
ZAEBARD: Cuando terminaron de reírse de ti, se alejaron para continuar con la fiesta. Y quedaste ahí, sola de nuevo, con tu peinado destrozado y con tu vestido nuevo mojado. Pero no soltaste ni una lágrima. Y en ese momento, yo deseé abrazarte.
El corazón de la chica se aceleró.
Jamás imaginó que…ese día hubiera sido observada por el importante rey de Ciudad Aion. Un completo desconocido para ella.
Y lo más sorprendente era que ese rey, el hombre más poderoso de Aion, había observado a una niña fea y solitaria para también desear abrazarla.
La vida era tan irónica…
ZAEBARD: Creo que tu nombre es una maldición, Azalea, Flor del Desierto. Tan hermosa como una flor y tan sola como el desierto.
La chica cerró los ojos.
No quería llorar. Y mucho menos delante de ese rey.
Solo deseaba salir huyendo de ahí, pero no podía moverse, ni hablar.
Tragó saliva e intentó calmar su agitada respiración.
El rey terminó de desayunar, pero siguió mirándola fijamente.
ZAEBARD: Fuiste muy fuerte ese día al no llorar ante todos. Yo sabía lo que te estaba costando contenerte, por eso deseaba abrazarte. No lo hice porque en el fondo sabía que me rechazarías.
Se levantó de la silla, se acercó a ella, la tomó de las manos y la obligó a levantarse también.
Al ver que seguía mirando hacia abajo, Zaebard le levantó el rostro y se miraron a los ojos.
ZAEBARD: Mírate ahora, Azalea. Has crecido, y te juro que eres una de las mujeres más hermosas que han pasado por aquí. Ahora lo tienes todo. Pero…en tus ojos no veo felicidad.
Azalea quiso apartarse, pero el guapo rey la sujetó por los brazos para que no huyera.
ZAEBARD: Estás cargada de odio, y no sabes cómo liberarte de él para sentirte satisfecha.
Se atrevió a acariciarle el cabello, haciendo que ella se pusiera tensa.
ZAEBARD: ¿Por qué no usas tu belleza para tus propios beneficios? El niño que te lanzó los globos de agua fue Falon. Y míralo ahora, solo tiene ojos para ti. Tu cambio físico lo ha dejado impactado. Lo tienes a tus pies.
Azalea apretó los dientes.
Si Falon estaba interesado en ella era porque creía que era una chica adoptada llamada Zannaleah. Pero eso el rey no lo sabía, y tampoco pensaba contárselo.
ZAEBARD: Juega bien tus cartas, Azalea. Y verás que todo saldrá como tú quieres. Entonces, dejarás de sentir odio y tu alma pesará menos.
La princesa no pudo evitar relajarse un poco.
¿Por qué parecía que ese rey podía entender lo que ella sentía?
La puerta del comedor se abrió y miraron hacia ahí.
Era Falon, que al ver al rey sujetando a la princesa, su expresión se tornó peligrosa.
Pero Zaebard no la soltó, más le sonrió a su amigo.
ZAEBARD: Bueno días, Falon. Te esperaba para desayunar, pero ya terminé. En cambio Azalea todavía no, así que podrías acompañarla.
Dicho eso, besó la mano de la joven y salió del comedor, dejándola a solas con Falon, el cual se acercó para sentarse en la mesa.
Azalea se quedó de pie, dónde el rey la había dejado.
Todavía le quemaba el dolor de su pasado.
Ese maldito tema la desarmaba y lo único que deseaba en ese momento era infligirle dolor al causante de su mala infancia: Falon.
FALON: ¿No vas a terminarte el desayuno?
AZALEA: Ya no tengo apetito.
FALON: ¿Por qué?
AZALEA: No es asunto tuyo.
Quiso irse, pero al ver entrar a Cerith, se lo pensó mejor.
Si esos dos se quedaban a solas, los celos se encargarían de carcomerse a Azalea, así que se sentó y empujó su plato del desayuno, dando a entender que no comería más.
Cerith saludó con frialdad y se sentó.
Falon y la chica desayunaron en un ambiente silencioso y tenso, bajo la atenta mirada de Azalea.
En cuanto el reloj del comedor dio las 7 en punto, las dos chicas se dirigieron hacia la sala de estudios.
Al abrir la puerta, se sorprendieron al ver a 50 alumnos y alumnas, todos uniformados, conversando y riendo.
Azalea sonrió, pero a Cerith la invadió la timidez.
En cuanto los cinco profesores llegaron, compuestos por tres hombres y dos mujeres, los alumnos se sentaron, y al ver que una chica se sentaba en el puesto equivocado, Azalea se acercó a ella, frunciendo el ceño.
AZALEA: Disculpa, este es mi sitio.
CHICA: Yo lo pedí hace días.
AZALEA: Yo también.
CHICA: No había ningún cartelito con tu nombre.
AZALEA: No sabía que debía ponerse. No me informaron de eso.
CHICA: Entonces no es culpa mía.
AZALEA: Tampoco mía. ¿Quién eres?
CHICA: Aika, hija del emperador del Norte de Ciudad Aion.
AZALEA: Yo soy Azalea, princesa real de Ciudad Krystán.
Los demás la miraron con asombro, pero Aika puso cara de indiferencia.
AIKA: ¿Y qué quieres decir con eso?
AZALEA: Estoy en un nivel más alto en cuanto a clase social. Este puesto me pertenece por derecho propio.
AIKA: Eso lo decidirá el director.
AZALEA: ¿Y quién es el director?
DIRECTOR: Yo.
Uno de los profesores, el más mayor, dio un paso hacia adelante, y Azalea se acercó a él.
AZALEA: Quiero ese puesto. Yo también lo escogí.
DIRECTOR: Alteza, ese puesto no os pertenece.
AZALEA: ¿Por qué no?
DIRECTOR: Todas las mesas que están al lado de los ventanales, pertenecen a los alumnos Platino. Y el otro lado pertenece a los alumnos Bronce.
AZALEA: ¿Qué es eso de Platino y Bronce?
DIRECTOR: Los que son de la clase social mediana, son Platino. Los de la clase social alta, son Bronce.
AZALEA: Pues yo, siendo Bronce, quiero que el lado Bronce sea puesto cerca de los ventanales.
Todas las miradas se clavaron en Azalea, la cual no pudo evitar sacar su carácter terco y rebelde.
DIRECTOR: ¿No os gusta el otro lado de la sala?
AZALEA: No. Prefiero los ventanales.
DIRECTOR: De acuerdo. Que todo el mundo cambie sus puestos.
A regañadientes, Aika se levantó y dejó el puesto libre, por lo cual, con una gran sonrisa, Azalea se sentó en él.
Los profesores comenzaron con el discurso sobre las materias y los horarios.
Y varios alumnos alzaron la mano para hacer preguntas.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
Dos días más tarde, Falon, Dalden y Shaner fueron convocados a la sala de reuniones.
Cuando entraron, vieron al rey con expresión sombría.
SHANER: ¿Qué ocurre, Majestad?
ZAEBARD: Jamás debí dejar libre a Cian.
SHANER: ¿Por qué decís eso?
ZAEBARD: Descubrieron el Oráculo de Aion.
Shaner se asombró, pero Falon y Dalden no entendían nada.
FALON: ¿De qué estás hablando, Zaebard?
ZAEBARD: De algo que nadie debe saber. Solo el rey de Aion y sus más fieles confidentes. Y uno de ellos, me ha traicionado hasta el límite.
FALON: ¿Pero qué ha hecho Cian?
ZAEBARD: Intentar apoderarse del Oráculo.
DALDEN: ¿Y qué es el Oráculo?
ZAEBARD: La puerta que lleva a otros mundos.
FALON Y DALDEN: ¿Qué…?
ZAEBARD: La puerta que esconde la Magia Suprema.
_______________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
PARTE 12
Tedra y Cerith estaban acomodadas en la sala del té, conversando animadamente.
La puerta se abrió y la conversación se cortó cuando entró Shaner, el cual se acercó un poco con indecisión.
SHANER: Buenas tardes, señoritas.
CERITH: Buenas tardes.
TEDRA: Hola.
SHANER: Debo daros las gracias, princesa Tedra. Me salvasteis la vida.
TEDRA: Bueno. Es una deuda saldada.
SHANER: Si lo veis de ese modo, me parece justo.
TEDRA: No solo me lo agradezcas a mí. Fue Cerith quién me convenció para que te rescatáramos.
Shaner arqueó una ceja, sorprendido ante la brutal sinceridad de esa princesa.
Seguía siendo tan odiosa como el día en que la conoció.
Al ver que Cerith se sonrojaba violentamente, el capitán le sonrió para quitarle importancia a las palabras de Tedra.
SHANER: Gracias a usted también, señorita Cerith.
CERITH: De-de nada…
SHANER: Cualquier cosa que necesite, podrá contar conmigo.
Hizo una reverencia y se fue.
Tedra tomó té de su taza y miró de reojo a su amiga.
TEDRA: Qué galante ha sido contigo.
CERITH: Bueno…
TEDRA: ¿Te gusta?
CERITH: ¡Cla-claro que no!
TEDRA: Es que te pusiste tan nerviosa…
CERITH: Siempre me pasa eso cuando los hombres me sonríen.
TEDRA: Es cierto.
CERITH: No debiste decirle que yo te convencí para que lo salvásemos de la trampa.
TEDRA: ¿Y acaso no fue verdad?
CERITH: Sí, pero…
TEDRA: Ajá. Cambiemos el tema por favor. Shaner es un hombre tosco y no me cae bien.
CERITH: Como gustes.
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Al atardecer, Azalea y Cerith fueron llevadas a la sala de estudios para presentarles a los cinco profesores que les enseñarían durante los 4 años que duraban las asignaturas.
El rey Zaebard les explicó el horario de los estudios y el orden de las materias.
Al finalizar, las dejaron solas en dicha sala para que escogieran un puesto entre las 50 mesas y sillas que había, ya que llegarían más alumnos de todas partes del mundo.
Cerith escogió un puesto entre las últimas mesas. Y Azalea uno al lado del gran ventanal que daba a las vistas de la ciudad.
Antes de que la princesa saliera de la sala, Cerith se armó de valor y la detuvo.
CERITH: Azalea.
AZALEA: ¿Mm? (Volteándose)
CERITH: ¿Podemos…hablar un momento?
AZALEA: ¿Hay algo de lo que tú y yo debemos hablar?
CERITH: Sí. Por favor, escúchame.
Azalea se cruzó de brazos y se apoyó en la pared para mirarla con atención.
Cerith era una chica bastante bonita y muy educada, pero demasiado reservada y seria.
Los chicos no se acercaban a ella por culpa de su timidez.
Pero Falon sí se había acercado a Cerith, y eso la llenaba de rabia.
¡Falon! ¡Que tenía a tantas mujeres bellas suspirando por él!
¿Por qué carajos se había fijado en Cerith?
AZALEA: Tú dirás.
CERITH: Quiero saber si…en verdad estás interesada en…Falon.
AZALEA: Creo que eso no es asunto tuyo.
CERITH: Sí lo es. Él me gusta mucho.
Al decir eso, se sonrojó sobremanera.
Y Azalea sintió un pinchazo de celos.
AZALEA: Pero yo le gusto a él.
CERITH: Lo sé. ¿Y él te gusta a ti?
AZALEA: Sí.
CERITH: ¿Entonces por qué no le prestas atención? Lo único que haces es tenerlo detrás de ti como un…perro.
AZALEA: ¿Por qué me dices todo esto?
CERITH: Creo que Falon ha demostrado que va en serio contigo. Y tú pareces jugar con él.
AZALEA: No soy una chica fácil.
CERITH: Él me gusta mucho y no quiero que le hagan daño.
AZALEA: ¿Piensas que le estoy haciendo daño?
Cerith no respondió. Solo se limitó a mirarla por última vez y salir de la sala.
Azalea cerró los ojos para evitar que el enfado saliera a la superficie.
¿Hacerle daño a Falon? ¡Claro que sí! ¡Se lo merecía!
Cerith no sabía nada del pasado de Falon y Azalea, así que no podía entender lo que era sufrir en manos del príncipe de Kan-is-Tra.
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Era de noche y la luna llena apenas iluminaba el sendero lleno de árboles, flores y piedras.
Pero ella seguía corriendo sin mirar atrás. Sin importarle que iba descalza y que las piedras lastimaban sus delicados pies.
Solo deseaba huir del Diablo y llegar a los brazos de su ángel de la guarda. Solo él podía salvarla de ese demonio.
Al final del sendero había una luz, y por más que corría, no la alcanzaba.
Oyó pasos y vio que una figura negra se acercaba.
Aceleró la marcha pero de todos modos fue alcanzada por… ¡Falon!
Oyó más pasos, y sin dejar de correr, vio que llegaban Dalden, Challen, Tedra y Cerith.
Todos corrían juntos hacia la luz.
¿Pero qué hacían ellos ahí?
FALON: Algo se acerca.
AZALEA: ¿Qué?
FALON: Debemos seguir unidos.
CHALLEN: Tenemos que protegernos unos a otros.
TEDRA: Debemos ayudarnos así sea en contra de nuestra voluntad.
CERITH: Unidos llegaremos al final.
DALDEN: Juntos seremos una sola espada.
Confundida, Azalea miró a uno y a otro, y en ese despiste, tropezó y cayó al suelo.
Cuando abrió los ojos, se vio en la cama, dentro del reino Aion.
Se incorporó y se tocó la frente con la mano.
Qué pesadilla tan extraña…
En cuanto tocó la campanita que había a su lado, las sirvientas corrieron a atenderla a pesar de ser las cinco de la mañana.
Tras darse su habitual baño perfumado, se puso el bonito uniforme y se miró en el espejo.
¡Le sentaba de maravilla! ¡Y se veía tan femeninamente hermosa!
Sonrió, miró a Kupó y a Mog que dormían a los pies de la cama y salió de la estancia para dirigirse al comedor real.
Se sorprendió al ver tan solo al rey sentado en la mesa.
ZAEBARD: Buenos días, Azalea.
AZALEA: Buenos días, Maje… Zaebard.
Se sentó y pronto le sirvieron el desayuno.
El rey la miraba tan fijamente que la incomodaba sobremanera.
ZAEBARD: La última vez que te vi, tenías 12 años. Fue en el día de tu cumpleaños. ¿No te acuerdas de mí?
AZALEA: No, Majestad… Zaebard.
ZAEBARD: Era tu fiesta, y el jardín estaba repleto de niños. Y a pesar de ser tú la protagonista, te vi sola en medio de un bonito rosal. ¿Por qué, Azalea?
AZALEA: Yo…
Agachó la mirada, dolida al tener que recordar el pasado.
Ese tema era su punto débil, su infierno, el motivo infantil de su sufrimiento.
No soportaba hablar de ello. Pero al parecer, el rey estaba dispuesto a seguir.
ZAEBARD: ¿Preferías la soledad en vez de estar con niños de tu misma edad?
AZALEA: Sí.
ZAEBARD: Me di cuenta de que nadie se te acercaba. Y tus padres estaban demasiado ocupados atendiendo a los padres de esos niños como para darse cuenta de que su hija estaba sola y triste.
AZALEA: Yo no estaba triste.
ZAEBARD: ¿Ah no? Tus ojos no decían lo mismo.
La princesa apretó los puños bajo la mesa.
Había dejado de desayunar porque sentía el estómago revuelto.
Siempre había creído que nadie se fijaba en las expresiones de su rostro, pero ahí estaba ese joven rey, explicando todo lo que pudo ver aquél horrible día de 6 años atrás.
ZAEBARD: Solo dos niños se acercaron a ti, pero no para hacerte compañía, sino para lanzarte globos de agua y reírse de ti. Esa escena consiguió atraer a los demás niños, y pronto te habían rodeado para burlarse de tu aspecto.
Azalea no podía alzar la mirada hacia el rey y decirle que se callara.
Sentía que su alma pesaba al oír todas esas verdades.
Falon y Tedra fueron los dos niños que se acercaron a torturarla.
ZAEBARD: Cuando terminaron de reírse de ti, se alejaron para continuar con la fiesta. Y quedaste ahí, sola de nuevo, con tu peinado destrozado y con tu vestido nuevo mojado. Pero no soltaste ni una lágrima. Y en ese momento, yo deseé abrazarte.
El corazón de la chica se aceleró.
Jamás imaginó que…ese día hubiera sido observada por el importante rey de Ciudad Aion. Un completo desconocido para ella.
Y lo más sorprendente era que ese rey, el hombre más poderoso de Aion, había observado a una niña fea y solitaria para también desear abrazarla.
La vida era tan irónica…
ZAEBARD: Creo que tu nombre es una maldición, Azalea, Flor del Desierto. Tan hermosa como una flor y tan sola como el desierto.
La chica cerró los ojos.
No quería llorar. Y mucho menos delante de ese rey.
Solo deseaba salir huyendo de ahí, pero no podía moverse, ni hablar.
Tragó saliva e intentó calmar su agitada respiración.
El rey terminó de desayunar, pero siguió mirándola fijamente.
ZAEBARD: Fuiste muy fuerte ese día al no llorar ante todos. Yo sabía lo que te estaba costando contenerte, por eso deseaba abrazarte. No lo hice porque en el fondo sabía que me rechazarías.
Se levantó de la silla, se acercó a ella, la tomó de las manos y la obligó a levantarse también.
Al ver que seguía mirando hacia abajo, Zaebard le levantó el rostro y se miraron a los ojos.
ZAEBARD: Mírate ahora, Azalea. Has crecido, y te juro que eres una de las mujeres más hermosas que han pasado por aquí. Ahora lo tienes todo. Pero…en tus ojos no veo felicidad.
Azalea quiso apartarse, pero el guapo rey la sujetó por los brazos para que no huyera.
ZAEBARD: Estás cargada de odio, y no sabes cómo liberarte de él para sentirte satisfecha.
Se atrevió a acariciarle el cabello, haciendo que ella se pusiera tensa.
ZAEBARD: ¿Por qué no usas tu belleza para tus propios beneficios? El niño que te lanzó los globos de agua fue Falon. Y míralo ahora, solo tiene ojos para ti. Tu cambio físico lo ha dejado impactado. Lo tienes a tus pies.
Azalea apretó los dientes.
Si Falon estaba interesado en ella era porque creía que era una chica adoptada llamada Zannaleah. Pero eso el rey no lo sabía, y tampoco pensaba contárselo.
ZAEBARD: Juega bien tus cartas, Azalea. Y verás que todo saldrá como tú quieres. Entonces, dejarás de sentir odio y tu alma pesará menos.
La princesa no pudo evitar relajarse un poco.
¿Por qué parecía que ese rey podía entender lo que ella sentía?
La puerta del comedor se abrió y miraron hacia ahí.
Era Falon, que al ver al rey sujetando a la princesa, su expresión se tornó peligrosa.
Pero Zaebard no la soltó, más le sonrió a su amigo.
ZAEBARD: Bueno días, Falon. Te esperaba para desayunar, pero ya terminé. En cambio Azalea todavía no, así que podrías acompañarla.
Dicho eso, besó la mano de la joven y salió del comedor, dejándola a solas con Falon, el cual se acercó para sentarse en la mesa.
Azalea se quedó de pie, dónde el rey la había dejado.
Todavía le quemaba el dolor de su pasado.
Ese maldito tema la desarmaba y lo único que deseaba en ese momento era infligirle dolor al causante de su mala infancia: Falon.
FALON: ¿No vas a terminarte el desayuno?
AZALEA: Ya no tengo apetito.
FALON: ¿Por qué?
AZALEA: No es asunto tuyo.
Quiso irse, pero al ver entrar a Cerith, se lo pensó mejor.
Si esos dos se quedaban a solas, los celos se encargarían de carcomerse a Azalea, así que se sentó y empujó su plato del desayuno, dando a entender que no comería más.
Cerith saludó con frialdad y se sentó.
Falon y la chica desayunaron en un ambiente silencioso y tenso, bajo la atenta mirada de Azalea.
En cuanto el reloj del comedor dio las 7 en punto, las dos chicas se dirigieron hacia la sala de estudios.
Al abrir la puerta, se sorprendieron al ver a 50 alumnos y alumnas, todos uniformados, conversando y riendo.
Azalea sonrió, pero a Cerith la invadió la timidez.
En cuanto los cinco profesores llegaron, compuestos por tres hombres y dos mujeres, los alumnos se sentaron, y al ver que una chica se sentaba en el puesto equivocado, Azalea se acercó a ella, frunciendo el ceño.
AZALEA: Disculpa, este es mi sitio.
CHICA: Yo lo pedí hace días.
AZALEA: Yo también.
CHICA: No había ningún cartelito con tu nombre.
AZALEA: No sabía que debía ponerse. No me informaron de eso.
CHICA: Entonces no es culpa mía.
AZALEA: Tampoco mía. ¿Quién eres?
CHICA: Aika, hija del emperador del Norte de Ciudad Aion.
AZALEA: Yo soy Azalea, princesa real de Ciudad Krystán.
Los demás la miraron con asombro, pero Aika puso cara de indiferencia.
AIKA: ¿Y qué quieres decir con eso?
AZALEA: Estoy en un nivel más alto en cuanto a clase social. Este puesto me pertenece por derecho propio.
AIKA: Eso lo decidirá el director.
AZALEA: ¿Y quién es el director?
DIRECTOR: Yo.
Uno de los profesores, el más mayor, dio un paso hacia adelante, y Azalea se acercó a él.
AZALEA: Quiero ese puesto. Yo también lo escogí.
DIRECTOR: Alteza, ese puesto no os pertenece.
AZALEA: ¿Por qué no?
DIRECTOR: Todas las mesas que están al lado de los ventanales, pertenecen a los alumnos Platino. Y el otro lado pertenece a los alumnos Bronce.
AZALEA: ¿Qué es eso de Platino y Bronce?
DIRECTOR: Los que son de la clase social mediana, son Platino. Los de la clase social alta, son Bronce.
AZALEA: Pues yo, siendo Bronce, quiero que el lado Bronce sea puesto cerca de los ventanales.
Todas las miradas se clavaron en Azalea, la cual no pudo evitar sacar su carácter terco y rebelde.
DIRECTOR: ¿No os gusta el otro lado de la sala?
AZALEA: No. Prefiero los ventanales.
DIRECTOR: De acuerdo. Que todo el mundo cambie sus puestos.
A regañadientes, Aika se levantó y dejó el puesto libre, por lo cual, con una gran sonrisa, Azalea se sentó en él.
Los profesores comenzaron con el discurso sobre las materias y los horarios.
Y varios alumnos alzaron la mano para hacer preguntas.
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Dos días más tarde, Falon, Dalden y Shaner fueron convocados a la sala de reuniones.
Cuando entraron, vieron al rey con expresión sombría.
SHANER: ¿Qué ocurre, Majestad?
ZAEBARD: Jamás debí dejar libre a Cian.
SHANER: ¿Por qué decís eso?
ZAEBARD: Descubrieron el Oráculo de Aion.
Shaner se asombró, pero Falon y Dalden no entendían nada.
FALON: ¿De qué estás hablando, Zaebard?
ZAEBARD: De algo que nadie debe saber. Solo el rey de Aion y sus más fieles confidentes. Y uno de ellos, me ha traicionado hasta el límite.
FALON: ¿Pero qué ha hecho Cian?
ZAEBARD: Intentar apoderarse del Oráculo.
DALDEN: ¿Y qué es el Oráculo?
ZAEBARD: La puerta que lleva a otros mundos.
FALON Y DALDEN: ¿Qué…?
ZAEBARD: La puerta que esconde la Magia Suprema.
_______________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
SweeT PrincesS- Mensajes : 124
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio)
Chan chan!!! Llegó la magia owo
un segundo problema dentro del fic!!! Que pasará con la puerta? Completará Azalea su venganza? Léanlo en el siguiente cap!! Xddd
okey... Espero la contii y te dejo k :3
un segundo problema dentro del fic!!! Que pasará con la puerta? Completará Azalea su venganza? Léanlo en el siguiente cap!! Xddd
okey... Espero la contii y te dejo k :3
Katherina Kusanovic- ADMIN
- Mensajes : 1186
Fecha de inscripción : 08/01/2012
Edad : 27
Localización : donde el agua me llevo(?
Personaje Favorito : Itachii *-* es el amor de mi vida :3 Amm.. Yugao Uzuki (mi heroina desconocida) n_n am.. Rima, Shiki, Zero y Aidou (de Vampire Knight); Suigintou y Shinku (de Rozen Maiden); Algunos que me dan verguenza mencionar >////< y.... nee... otros xD
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio)
como siempre azalea sacando las garras >:3 xD
me encanto :D
kiero conti pronto onegai :'3
me encanto :D
kiero conti pronto onegai :'3
jessie ichinose- Mensajes : 240
Fecha de inscripción : 01/10/2011
Edad : 33
Localización : en un cuarto oscuro con sasuke >////<
Personaje Favorito : sasuke *¬* naruto *-* itachi *w* yuujii *O* death the kid :9 y muxos mas xDD
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio)
OMG ! D: Mujer ya te he dichoi que no le dejes ahí & continua escribiendo Dx
de verdad que me dejaste picada .3. ~
Espero conti ~
de verdad que me dejaste picada .3. ~
Espero conti ~
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