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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio)
4 participantes
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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio)
por SweeT PrincesS Vie Ago 10, 2012 2:23 pm
"La Venganza De Azalea"
PARTE 15
Azalea entró en la sala de estudios y todavía el profesor no llegaba.
Challen la esperó en el pasillo, así que ella se acercó a su mesa y sacó los libros.
Lilly y Lenoic se acercaron también.
LILLY: Buenos días, princesa.
AZALEA: Buenos días.
LENOIC: Ho-hola…
LILLY: ¿Ya tienes la venganza lista para Aika?
AZALEA: Todavía no.
LILLY: Lenoic y yo podemos ayudarte. Tengo varias ideas.
AZALEA: ¿Os cae mal Aika?
LILLY: A mí nadie me cae mal, pero su comportamiento con los demás es horrible. Merece un castigo, ¿verdad, Lenoic?
LENOIC: Yo…yo…
El profesor llegó y los alumnos se sentaron para atender el relato de Ciudad Aion.
Una ciudad con leyendas sin fin.
Pero ni los profesores conocían la existencia del Oráculo de Aion, el cual estaba en peligro por culpa de un caballero traidor.
La mente de Azalea se desvió hacia el recuerdo de las palabras del rey Zaebard: “Creo que tu nombre es una maldición, Azalea, Flor del Desierto. Tan hermosa como una flor y tan sola como el desierto. Mírate ahora, Azalea. Has crecido, y te juro que eres una de las mujeres más hermosas que han pasado por aquí. Ahora lo tienes todo. Pero…en tus ojos no veo felicidad. Estás cargada de odio, y no sabes cómo liberarte de él para sentirte satisfecha. Juega bien tus cartas, Azalea. Y verás que todo saldrá como tú quieres. Entonces, dejarás de sentir odio y tu alma pesará menos”.
Jugar bien sus cartas…
Ya las había jugado bien. y al fin, Falon se había enamorado de ella.
Sí, sentía satisfacción de haber conseguido su propósito. Pero…había algo que la incomodaba en todo ese plan de venganza.
Una espinita le pinchaba el corazón, y debía sacársela cuanto antes.
Ahora que ya tenía enamorado a Falon, debía alejarse de él antes de que cayera en la tentación de entregarse a su amor.
Cerró los ojos para borrar esos pensamientos y cuando los abrió, vio que la clase había finalizado.
Suspiró y recogió los libros para luego salir de la sala y reunirse con su caballero protector.
Se dirigieron al comedor real y todos ya estaban sentados.
La princesa y Falon se miraron unos segundos, y pronto los criados sirvieron dos platos más de comida.
El rey llamó la atención de sus invitados.
ZAEBARD: Aunque yo sea el rey de Aion… Aunque sea el hombre más rico y poderoso de medio planeta, ante todo soy humano. Y como persona, no puedo prever el futuro. No tengo poderes mágicos para adivinar qué sucederá mañana. Hoy os doy la noticia de que debéis iros de aquí.
FALON: ¿Qué?
ZAEBARD: Se está abriendo una guerra entre mi territorio y las demás partes de toda la ciudad.
FALON: Tú eres señor y rey de todas esas partes. Deben obedecerte.
ZAEBARD: Ya no, querido amigo. Cian ha mostrado a la gente “algo” que es más poderoso que yo. Y se aferrarán a ello para pasar por encima de mí.
SHANER: No lo permitiremos, Majestad.
ZAEBARD: Shaner, nada ni nadie puede ni podrá jamás detener la fuerza del Oráculo. Tan solo los dioses. Pero ellos no querrán verse implicados en problemas de humanos. Problemas causados por la avaricia.
SHANER: Pero, Majestad…
ZAEBARD: Debéis iros de Ciudad Aion.
SHANER: No. Hablemos con las demás ciudades vecinas. Intentemos unirnos para detener a Cian.
ZAEBARD: Sería una pérdida de tiempo. Lo que se tarda en visitar a las ciudades y convencerlas de una unión, Cian podría volvernos a atacar. No hay más opción que huir.
FALON: ¿Y tú, Zaebard? ¿Qué harás?
ZAEBARD: Quedarme y enfrentarme a Cian.
FALON: ¿Solo?
ZAEBARD: Seré un orgulloso rey que lucha o muere en sus tierras junto a sus gentes.
SHANER: Me quedo con vos.
FALON: Yo también.
ZAEBARD: No, chicos. Tenéis una vida por delante y personas a las que proteger.
Todos miraron a Azalea, a Tedra y a Cerith, las cuales no entendían nada de lo que ellos estaban hablando.
FALON: Tú también eres joven, Zaebard. Y tienes una familia a la que proteger.
ZAEBARD: Ya envié un aviso a mi esposa y a mis hijos para que huyan a la ciudad más lejana de Aion. Estarán a salvo.
FALON: A salvo sí, pero infelices de saber que tú…podrías morir.
ZAEBARD: Yo soy el rey. Yo doy las órdenes. Así que en una semana os iréis de aquí.
SHANER: Majestad…
ZAEBARD: Es una orden.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
Tedra siguió a Shaner a lo largo del pasillo hasta llegar a una única puerta, por la cual entró el capitán, y antes de poder cerrarla, la princesa se lo impidió.
Se quedaron mirando durante largos segundos hasta que ella arqueó una delicada ceja.
TEDRA: ¿Podemos hablar?
SHANER: ¿En…mi habitación?
Tedra se sonrojó y retrocedió un paso.
Shaner abrió la puerta de par en par y se cruzó de brazos.
SHANER: Vos diréis.
TEDRA: Ehm… Quiero saber qué está pasando. ¿Qué es el Oráculo?
Esta vez fue el hombre quién arqueó una ceja.
SHANER: No puedo contar nada.
TEDRA: Tampoco Falon. Ni siquiera Dalden.
SHANER: ¿Qué os ha hecho pensar que yo os lo contaría?
TEDRA: Me debes la vida, ¿recuerdas?
SHANER: Creo recordar que yo os la salvé varias veces.
TEDRA: Sí, pero…me lastimaron un brazo por tu culpa y…
SHANER: Vaya, es extraño en vos que no os quejarais en ese momento. Si me disculpáis, deseo irme a dormir.
Le hizo una reverencia y le cerró la puerta en las narices, dejándola pálida de la sorpresa.
¡¿Cómo se atrevía a hacerle eso a la princesa de Kan-is-Tra?!
Respiró profundamente y se volteó para volver a su habitación, y en el camino se encontró con Azalea.
Sonrió con maldad al saber que descargaría su malestar contra esa falsa princesa.
TEDRA: Te diriges a la habitación de mi hermano, ¿verdad?
Al ver que Azalea seguía caminando sin prestarle atención, Tedra la detuvo del brazo y se miraron con desafío.
TEDRA: ¿Cuándo lo dejarás en paz?
AZALEA: Cuando él me lo pida. Y creo que será nunca.
TEDRA: No estés tan segura.
AZALEA: Pues lo estoy. Nada ni nadie me separará de Falon.
TEDRA: Yo lo conseguiré.
AZALEA: Inténtalo. Pero creo que ya es demasiado tarde.
Dicho eso, se soltó y continuó su camino, sintiéndose cada vez más nerviosa con cada paso que daba.
Falon estaba cumpliendo su palabra de no buscarla para no tocarla ni besarla.
Y ella lo echaba de menos…
Algo que no debía ser así, ¿pero qué podía hacer para evitarlo?
Llegó a la puerta y dio unos golpecitos, pero Falon no abrió.
Quizá no estaba ahí dentro.
¿Dónde estaría metido a estas horas de la noche? ¿Con Cerith?
Sintió la habitual punzada de celos y se dirigió hacia la habitación de Cerith para averiguar si ella estaba dormida o no.
Pero oyó pasos en las escaleras que llevaban al jardín trasero.
Decidió acercarse y asomarse.
Por ahí bajaba Falon con paso acelerado.
¿Acaso tenía una cita a escondidas? ¿Pero con quién? ¿Con alguna sirvienta? ¿Quizá con Cerith?
Lo siguió y a medio camino en el jardín lo llamó.
AZALEA: ¡¡Falon!!
El príncipe se detuvo de golpe y se volteó con expresión asesina en el rostro.
Pero Azalea lo miraba de igual manera.
FALON: ¿Qué demonios haces aquí?
AZALEA: ¿Y tú?
FALON: Una princesa debería estar metida en la cama y soñando con angelitos.
AZALEA: No me has respondido.
FALON: Tú tampoco.
AZALEA: Te estaba buscando.
FALON: Será en otra ocasión. Ahora vete a dormir.
AZALEA: ¿Te vas a ver con tu amante?
FALON: ¿Qué?
AZALEA: Esta será la última vez que tú y yo hablamos, Falon. Adiós.
Dio media vuelta para irse pero le chico la atrapó entre sus brazos y la besó sin más.
Azalea luchó por soltarse, pero al final se rindió y se entregó a esos labios que la encadenaban.
Falon quería absorberla… Era tan deliciosa…
Sentirla débil y entregada entre sus brazos era el mejor regalo que le habían otorgado los dioses.
SHANER: ¿Falon? ¿Estás ahí?
El príncipe cortó el beso en cuanto el capitán apareció en la oscuridad de la noche.
Por suerte no se pudo ver el sonrojo de la chica.
SHANER: ¿Qu hace la princesa aquí?
FALON: Lo mismo pregunté yo.
AZALEA: ¿Qué hacéis vosotros?
FALON: Será mejor que te vayas a dormir.
AZALEA: No hasta que me digáis que estáis tramando.
SHANER: Se acercan soldados.
FALON: Maldita sea.
Falon se cargó a la princesa en el hombro y corrió tras Shaner hasta llegar a una pequeña nave dónde los esperaba Dalden, el cual al verla sobre el hombro de Falon, lo miró con rabia.
DALDEN: ¿Qué demonios crees que haces?
FALON: Cierra el pico y sube.
En pocos segundos la nave se alzó al aire y arrancó a toda velocidad.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Mientras Shaner pilotaba la nave, Azalea, cruzada de brazos, miraba a Falon y a Dalden.
AZALEA: Estáis actuando a espaldas del rey, ¿verdad?
DALDEN: Es por una buena causa, Azalea.
FALON: Cállate, Dalden. No tienes que darle explicación.
AZALEA: ¿Cómo te atreves?
FALON: Princesa, esto es confidencial. El rey no desea que nadie más lo sepa.
AZALEA: Pero soy de confianza y…
SHANER: Oráculo a la vista.
Al decir eso, Falon, Dalden y Azalea se asomaron al pequeño ventanal de la nave y se asombraron al ver una fuerte luz que se alzaba sobre parte de la ciudad.
Una luz rodeada por un marco dorado y vegetación.
AZALEA: ¿Qué es eso?
FALON: Aterriza allí, Shaner. (Señalando)
SHANER: Príncipe Falon, deberíamos haber traído un grupo de soldados.
FALON: Nadie nos verá. Solo reconoceremos el terreno.
AZALEA: ¿Se puede saber qué vais a hacer?
FALON: Tú te quedarás aquí dentro. Y no saldrás por nada del mundo.
En cuanto la nave tocó tierra firme, la puerta se abrió y los tres chicos salieron al exterior, dejando a la princesa sola, la cual se paseó por la nave con impaciencia.
Con cada minuto que pasaba, más nerviosa se ponía.
¿Qué estaría ocurriendo? ¿De qué iba todo eso? ¿Por qué nadie podía saberlo? ¿Ni siquiera ella, que era la princesa de Krystán?
Contó hasta diez y decidió asomarse por la abierta puerta, y la luz de ese Oráculo la cegó por unos segundos.
Miró a su alrededor, en busca de Falon y los otros dos, pero habían desaparecido.
Tragó saliva, salió de la nave y dio unos cuantos pasos.
Entonces pudo ver las casas y edificios, todos vacíos.
No había nadie en las calles. Ni siquiera un pájaro en el aire.
Parecía un pueblo fantasma.
Frente a ella se extendía un espeso bosque, que detrás de él, se alzaba la pantalla de luz.
Una luz que Shaner había denominado como Oráculo.
¿Habrían ido hacia allí?
Respiró hondo y caminó hacia el bosque, sintiendo un repentino miedo al verse sola en un lugar desconocido.
Tendría que haber despertado a Challen para que la acompañara.
La luz del Oráculo era tan potente que parecía que fuera de día.
Se adentró en el bosque y se asombró al comprobar que los árboles eran más altos de lo normal. Igual que las flores, que medían un metro cada una.
Aion escondía cosas extraordinarias…
Y era una ciudad tan inmensa que quedaban muchas más cosas por descubrir.
Aion era otro mundo…otra dimensión…
Se dio cuenta de que el paisaje era el mismo con cada metro que caminaba, así que se detuvo, asustada de saberse perdida.
Miró hacia atrás, y el bosque se cerraba en torno al camino, dejándolo sin salida.
Se le formó un nudo en la garganta.
Aunque hubiera mucha luz, sentía un miedo horrible.
¿Por qué carajos había salido de la nave?
Tendría que haberle hecho caso a Falon.
Su curiosidad había sobrepasado a la obediencia, y ahora debía sufrir las consecuencias de haberse perdido en un lugar desconocido.
¿Qué haría ahora?
----------------------------------------------------------------------------------------------------
Falon, Dalden y Shaner llegaron a la nave y al no encontrar a la princesa dentro, se llenaron de temor.
FALON: Maldita sea. Le advertí que no saliera de aquí. No pensé que sería tan terca en una situación así.
SHANER: Estos bosques son peligrosos. Podría estar perdida.
DALDEN: Todo es por tu culpa, Falon. ¿Por qué demonios la trajiste?
FALON: Shaner, cuéntale cómo llegó la princesa hasta aquí antes de que le rompa la boca.
Dicho eso, salió de la nave para ir en busca de su amada.
Y antes de poder introducirse en el bosque, la luz del Oráculo se extinguió y todo quedó a oscuras.
Minutos después, una onda expansiva de aire agitó los árboles y lanzó a Falon al suelo.
FALON: ¿Qué demonios…?
Se oyeron unas voces femeninas que iniciaron un dulce cántico.
El aire se tornó melodioso y por detrás llegaron Dalden y Shaner, los cuales cayeron de rodillas al suelo.
DALDEN: ¿Qué está pasando? Se me cierran los ojos.
SHANER: Son los dioses…
FALON: ¿Qué?
El cántico se hizo más fuerte y la oscuridad se cernió sobre ellos.
__________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
PARTE 15
Azalea entró en la sala de estudios y todavía el profesor no llegaba.
Challen la esperó en el pasillo, así que ella se acercó a su mesa y sacó los libros.
Lilly y Lenoic se acercaron también.
LILLY: Buenos días, princesa.
AZALEA: Buenos días.
LENOIC: Ho-hola…
LILLY: ¿Ya tienes la venganza lista para Aika?
AZALEA: Todavía no.
LILLY: Lenoic y yo podemos ayudarte. Tengo varias ideas.
AZALEA: ¿Os cae mal Aika?
LILLY: A mí nadie me cae mal, pero su comportamiento con los demás es horrible. Merece un castigo, ¿verdad, Lenoic?
LENOIC: Yo…yo…
El profesor llegó y los alumnos se sentaron para atender el relato de Ciudad Aion.
Una ciudad con leyendas sin fin.
Pero ni los profesores conocían la existencia del Oráculo de Aion, el cual estaba en peligro por culpa de un caballero traidor.
La mente de Azalea se desvió hacia el recuerdo de las palabras del rey Zaebard: “Creo que tu nombre es una maldición, Azalea, Flor del Desierto. Tan hermosa como una flor y tan sola como el desierto. Mírate ahora, Azalea. Has crecido, y te juro que eres una de las mujeres más hermosas que han pasado por aquí. Ahora lo tienes todo. Pero…en tus ojos no veo felicidad. Estás cargada de odio, y no sabes cómo liberarte de él para sentirte satisfecha. Juega bien tus cartas, Azalea. Y verás que todo saldrá como tú quieres. Entonces, dejarás de sentir odio y tu alma pesará menos”.
Jugar bien sus cartas…
Ya las había jugado bien. y al fin, Falon se había enamorado de ella.
Sí, sentía satisfacción de haber conseguido su propósito. Pero…había algo que la incomodaba en todo ese plan de venganza.
Una espinita le pinchaba el corazón, y debía sacársela cuanto antes.
Ahora que ya tenía enamorado a Falon, debía alejarse de él antes de que cayera en la tentación de entregarse a su amor.
Cerró los ojos para borrar esos pensamientos y cuando los abrió, vio que la clase había finalizado.
Suspiró y recogió los libros para luego salir de la sala y reunirse con su caballero protector.
Se dirigieron al comedor real y todos ya estaban sentados.
La princesa y Falon se miraron unos segundos, y pronto los criados sirvieron dos platos más de comida.
El rey llamó la atención de sus invitados.
ZAEBARD: Aunque yo sea el rey de Aion… Aunque sea el hombre más rico y poderoso de medio planeta, ante todo soy humano. Y como persona, no puedo prever el futuro. No tengo poderes mágicos para adivinar qué sucederá mañana. Hoy os doy la noticia de que debéis iros de aquí.
FALON: ¿Qué?
ZAEBARD: Se está abriendo una guerra entre mi territorio y las demás partes de toda la ciudad.
FALON: Tú eres señor y rey de todas esas partes. Deben obedecerte.
ZAEBARD: Ya no, querido amigo. Cian ha mostrado a la gente “algo” que es más poderoso que yo. Y se aferrarán a ello para pasar por encima de mí.
SHANER: No lo permitiremos, Majestad.
ZAEBARD: Shaner, nada ni nadie puede ni podrá jamás detener la fuerza del Oráculo. Tan solo los dioses. Pero ellos no querrán verse implicados en problemas de humanos. Problemas causados por la avaricia.
SHANER: Pero, Majestad…
ZAEBARD: Debéis iros de Ciudad Aion.
SHANER: No. Hablemos con las demás ciudades vecinas. Intentemos unirnos para detener a Cian.
ZAEBARD: Sería una pérdida de tiempo. Lo que se tarda en visitar a las ciudades y convencerlas de una unión, Cian podría volvernos a atacar. No hay más opción que huir.
FALON: ¿Y tú, Zaebard? ¿Qué harás?
ZAEBARD: Quedarme y enfrentarme a Cian.
FALON: ¿Solo?
ZAEBARD: Seré un orgulloso rey que lucha o muere en sus tierras junto a sus gentes.
SHANER: Me quedo con vos.
FALON: Yo también.
ZAEBARD: No, chicos. Tenéis una vida por delante y personas a las que proteger.
Todos miraron a Azalea, a Tedra y a Cerith, las cuales no entendían nada de lo que ellos estaban hablando.
FALON: Tú también eres joven, Zaebard. Y tienes una familia a la que proteger.
ZAEBARD: Ya envié un aviso a mi esposa y a mis hijos para que huyan a la ciudad más lejana de Aion. Estarán a salvo.
FALON: A salvo sí, pero infelices de saber que tú…podrías morir.
ZAEBARD: Yo soy el rey. Yo doy las órdenes. Así que en una semana os iréis de aquí.
SHANER: Majestad…
ZAEBARD: Es una orden.
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Tedra siguió a Shaner a lo largo del pasillo hasta llegar a una única puerta, por la cual entró el capitán, y antes de poder cerrarla, la princesa se lo impidió.
Se quedaron mirando durante largos segundos hasta que ella arqueó una delicada ceja.
TEDRA: ¿Podemos hablar?
SHANER: ¿En…mi habitación?
Tedra se sonrojó y retrocedió un paso.
Shaner abrió la puerta de par en par y se cruzó de brazos.
SHANER: Vos diréis.
TEDRA: Ehm… Quiero saber qué está pasando. ¿Qué es el Oráculo?
Esta vez fue el hombre quién arqueó una ceja.
SHANER: No puedo contar nada.
TEDRA: Tampoco Falon. Ni siquiera Dalden.
SHANER: ¿Qué os ha hecho pensar que yo os lo contaría?
TEDRA: Me debes la vida, ¿recuerdas?
SHANER: Creo recordar que yo os la salvé varias veces.
TEDRA: Sí, pero…me lastimaron un brazo por tu culpa y…
SHANER: Vaya, es extraño en vos que no os quejarais en ese momento. Si me disculpáis, deseo irme a dormir.
Le hizo una reverencia y le cerró la puerta en las narices, dejándola pálida de la sorpresa.
¡¿Cómo se atrevía a hacerle eso a la princesa de Kan-is-Tra?!
Respiró profundamente y se volteó para volver a su habitación, y en el camino se encontró con Azalea.
Sonrió con maldad al saber que descargaría su malestar contra esa falsa princesa.
TEDRA: Te diriges a la habitación de mi hermano, ¿verdad?
Al ver que Azalea seguía caminando sin prestarle atención, Tedra la detuvo del brazo y se miraron con desafío.
TEDRA: ¿Cuándo lo dejarás en paz?
AZALEA: Cuando él me lo pida. Y creo que será nunca.
TEDRA: No estés tan segura.
AZALEA: Pues lo estoy. Nada ni nadie me separará de Falon.
TEDRA: Yo lo conseguiré.
AZALEA: Inténtalo. Pero creo que ya es demasiado tarde.
Dicho eso, se soltó y continuó su camino, sintiéndose cada vez más nerviosa con cada paso que daba.
Falon estaba cumpliendo su palabra de no buscarla para no tocarla ni besarla.
Y ella lo echaba de menos…
Algo que no debía ser así, ¿pero qué podía hacer para evitarlo?
Llegó a la puerta y dio unos golpecitos, pero Falon no abrió.
Quizá no estaba ahí dentro.
¿Dónde estaría metido a estas horas de la noche? ¿Con Cerith?
Sintió la habitual punzada de celos y se dirigió hacia la habitación de Cerith para averiguar si ella estaba dormida o no.
Pero oyó pasos en las escaleras que llevaban al jardín trasero.
Decidió acercarse y asomarse.
Por ahí bajaba Falon con paso acelerado.
¿Acaso tenía una cita a escondidas? ¿Pero con quién? ¿Con alguna sirvienta? ¿Quizá con Cerith?
Lo siguió y a medio camino en el jardín lo llamó.
AZALEA: ¡¡Falon!!
El príncipe se detuvo de golpe y se volteó con expresión asesina en el rostro.
Pero Azalea lo miraba de igual manera.
FALON: ¿Qué demonios haces aquí?
AZALEA: ¿Y tú?
FALON: Una princesa debería estar metida en la cama y soñando con angelitos.
AZALEA: No me has respondido.
FALON: Tú tampoco.
AZALEA: Te estaba buscando.
FALON: Será en otra ocasión. Ahora vete a dormir.
AZALEA: ¿Te vas a ver con tu amante?
FALON: ¿Qué?
AZALEA: Esta será la última vez que tú y yo hablamos, Falon. Adiós.
Dio media vuelta para irse pero le chico la atrapó entre sus brazos y la besó sin más.
Azalea luchó por soltarse, pero al final se rindió y se entregó a esos labios que la encadenaban.
Falon quería absorberla… Era tan deliciosa…
Sentirla débil y entregada entre sus brazos era el mejor regalo que le habían otorgado los dioses.
SHANER: ¿Falon? ¿Estás ahí?
El príncipe cortó el beso en cuanto el capitán apareció en la oscuridad de la noche.
Por suerte no se pudo ver el sonrojo de la chica.
SHANER: ¿Qu hace la princesa aquí?
FALON: Lo mismo pregunté yo.
AZALEA: ¿Qué hacéis vosotros?
FALON: Será mejor que te vayas a dormir.
AZALEA: No hasta que me digáis que estáis tramando.
SHANER: Se acercan soldados.
FALON: Maldita sea.
Falon se cargó a la princesa en el hombro y corrió tras Shaner hasta llegar a una pequeña nave dónde los esperaba Dalden, el cual al verla sobre el hombro de Falon, lo miró con rabia.
DALDEN: ¿Qué demonios crees que haces?
FALON: Cierra el pico y sube.
En pocos segundos la nave se alzó al aire y arrancó a toda velocidad.
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Mientras Shaner pilotaba la nave, Azalea, cruzada de brazos, miraba a Falon y a Dalden.
AZALEA: Estáis actuando a espaldas del rey, ¿verdad?
DALDEN: Es por una buena causa, Azalea.
FALON: Cállate, Dalden. No tienes que darle explicación.
AZALEA: ¿Cómo te atreves?
FALON: Princesa, esto es confidencial. El rey no desea que nadie más lo sepa.
AZALEA: Pero soy de confianza y…
SHANER: Oráculo a la vista.
Al decir eso, Falon, Dalden y Azalea se asomaron al pequeño ventanal de la nave y se asombraron al ver una fuerte luz que se alzaba sobre parte de la ciudad.
Una luz rodeada por un marco dorado y vegetación.
AZALEA: ¿Qué es eso?
FALON: Aterriza allí, Shaner. (Señalando)
SHANER: Príncipe Falon, deberíamos haber traído un grupo de soldados.
FALON: Nadie nos verá. Solo reconoceremos el terreno.
AZALEA: ¿Se puede saber qué vais a hacer?
FALON: Tú te quedarás aquí dentro. Y no saldrás por nada del mundo.
En cuanto la nave tocó tierra firme, la puerta se abrió y los tres chicos salieron al exterior, dejando a la princesa sola, la cual se paseó por la nave con impaciencia.
Con cada minuto que pasaba, más nerviosa se ponía.
¿Qué estaría ocurriendo? ¿De qué iba todo eso? ¿Por qué nadie podía saberlo? ¿Ni siquiera ella, que era la princesa de Krystán?
Contó hasta diez y decidió asomarse por la abierta puerta, y la luz de ese Oráculo la cegó por unos segundos.
Miró a su alrededor, en busca de Falon y los otros dos, pero habían desaparecido.
Tragó saliva, salió de la nave y dio unos cuantos pasos.
Entonces pudo ver las casas y edificios, todos vacíos.
No había nadie en las calles. Ni siquiera un pájaro en el aire.
Parecía un pueblo fantasma.
Frente a ella se extendía un espeso bosque, que detrás de él, se alzaba la pantalla de luz.
Una luz que Shaner había denominado como Oráculo.
¿Habrían ido hacia allí?
Respiró hondo y caminó hacia el bosque, sintiendo un repentino miedo al verse sola en un lugar desconocido.
Tendría que haber despertado a Challen para que la acompañara.
La luz del Oráculo era tan potente que parecía que fuera de día.
Se adentró en el bosque y se asombró al comprobar que los árboles eran más altos de lo normal. Igual que las flores, que medían un metro cada una.
Aion escondía cosas extraordinarias…
Y era una ciudad tan inmensa que quedaban muchas más cosas por descubrir.
Aion era otro mundo…otra dimensión…
Se dio cuenta de que el paisaje era el mismo con cada metro que caminaba, así que se detuvo, asustada de saberse perdida.
Miró hacia atrás, y el bosque se cerraba en torno al camino, dejándolo sin salida.
Se le formó un nudo en la garganta.
Aunque hubiera mucha luz, sentía un miedo horrible.
¿Por qué carajos había salido de la nave?
Tendría que haberle hecho caso a Falon.
Su curiosidad había sobrepasado a la obediencia, y ahora debía sufrir las consecuencias de haberse perdido en un lugar desconocido.
¿Qué haría ahora?
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Falon, Dalden y Shaner llegaron a la nave y al no encontrar a la princesa dentro, se llenaron de temor.
FALON: Maldita sea. Le advertí que no saliera de aquí. No pensé que sería tan terca en una situación así.
SHANER: Estos bosques son peligrosos. Podría estar perdida.
DALDEN: Todo es por tu culpa, Falon. ¿Por qué demonios la trajiste?
FALON: Shaner, cuéntale cómo llegó la princesa hasta aquí antes de que le rompa la boca.
Dicho eso, salió de la nave para ir en busca de su amada.
Y antes de poder introducirse en el bosque, la luz del Oráculo se extinguió y todo quedó a oscuras.
Minutos después, una onda expansiva de aire agitó los árboles y lanzó a Falon al suelo.
FALON: ¿Qué demonios…?
Se oyeron unas voces femeninas que iniciaron un dulce cántico.
El aire se tornó melodioso y por detrás llegaron Dalden y Shaner, los cuales cayeron de rodillas al suelo.
DALDEN: ¿Qué está pasando? Se me cierran los ojos.
SHANER: Son los dioses…
FALON: ¿Qué?
El cántico se hizo más fuerte y la oscuridad se cernió sobre ellos.
__________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
SweeT PrincesS-
Mensajes : 124
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio)
por Alice~ Vie Ago 10, 2012 4:35 pm
OMG ! D: no ~ Continuale ;_; por favor ~
Alice~- Mensajes : 635
Fecha de inscripción : 01/08/2011
Edad : 26
Localización : ... *GPS buscando* ... LOST! ... (?)
Personaje Favorito : Deidara Iwakure , Grell Sutcliff , Itachi Uchiha & Drocell Cains <333; imposible tener solo uno ~ -
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio)
por ~Shia~ Vie Ago 10, 2012 8:20 pm
Aaaaaaaahh no me dejes así,ya quiero saber que pasara después.Me pregunto ¿qué aran los Dioses? D: me dejas con demasiada intriga,quiero saber que es el Oráculo.
Espero conti con ansias y también espero que
no me paso nada malo
Espero conti con ansias y también espero que
no me paso nada malo
~Shia~- Mensajes : 332
Fecha de inscripción : 10/09/2011
Edad : 26
Localización : Aquí
Personaje Favorito : Ninguno
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio)
por Katherina Kusanovic Vie Ago 10, 2012 10:29 pm
Dios!!! que haran esos dioses? XDD
OMG! No puedes dejarlo ahi!!! Conti Onegaiii :3
Besos!
OMG! No puedes dejarlo ahi!!! Conti Onegaiii :3
Besos!
Katherina Kusanovic- ADMIN
- Mensajes : 1186
Fecha de inscripción : 08/01/2012
Edad : 27
Localización : donde el agua me llevo(?
Personaje Favorito : Itachii *-* es el amor de mi vida :3 Amm.. Yugao Uzuki (mi heroina desconocida) n_n am.. Rima, Shiki, Zero y Aidou (de Vampire Knight); Suigintou y Shinku (de Rozen Maiden); Algunos que me dan verguenza mencionar >////< y.... nee... otros xD -
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