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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 8

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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 8 Empty Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 8

Mensaje por SweeT PrincesS Lun Sep 17, 2012 9:31 am

"Una Nueva Vida"

PARTE 1

En cuanto Shaner llegó de hacer el reconocimiento, se apoyó en la pared del establo y cerró su ojo sano.
Estos mareos estaban acabando con su paciencia.
Ya no era el mismo de antes…
De la fortaleza había pasado a la inseguridad. Y odiaba eso.
Respiró hondo y caminó hasta la puerta, pero volvió a marearse y cayó de rodillas al suelo.

SHANER: Por todos los infiernos…

Intentó levantarse pero no pudo.
Lleno de furia e impotencia, dio un puño en la pared de madera, y los caballos se removieron con nerviosismo.
Oyó pasos y se alegró de pensar que venía algún criado para ayudarle, pero se puso tenso al ver que era la princesa de Kan-is-Tra, la cual, preocupada, se arrodilló a su lado.
¿Cómo era posible que supiera siempre dónde se encontraba?

TEDRA: ¿Otro mareo?
SHANER: Sí… No… Estoy bien.
TEDRA: ¿Ah sí? ¿Entonces qué haces sentado en el suelo?
SHANER: Descansando.
TEDRA: Sí, claro. Lo que tú digas.
SHANER: Alteza…
TEDRA: Será mejor que descanses en tu cama. No te ves nada bien.

Lo ayudó a levantarse y lo obligó a apoyarse en ella.
Caminaron con lentitud hasta llegar a la habitación del guerrero.
Tedra lo dejó sentado en la cama y le ofreció un vaso de agua que estaba sobre la mesita.

SHANER: Gracias. Ya podéis iros.
TEDRA: No sin antes regañarte por haber huido a ese reconocimiento.
SHANER: Por todos los dioses…
TEDRA: Si vuelves a desobedecerme, te daré el mayor castigo que hayas recibido jamás.
SHANER: ¿Qué clase de castigo podría darme una princesa?
TEDRA: Algo…que tú no soportes.
SHANER: ¿Acaso sabéis vos qué es lo que yo no soporto?
TEDRA: Sí. “Yo”. Sé que no me soportas.

Dicho eso, y para sorpresa del chico, Tedra se lanzó sobre él y lo besó en la boca.
El tiempo se detuvo.
La mente del guerrero dejó de pensar.
Sentir la sensación de tener un suave cuerpo de mujer sobre el suyo y de la boca blandita que se movía sobre la suya…fue algo muy placentero.
Hacía tanto tiempo que no sentía algo así…tanto tiempo que no sentía a una mujer…
Y ésta era tan hermosa…tan dulce…tan dispuesta…
Poco a poco su cerebro y su cuerpo fueron entregándose a ese delicioso momento.
En un impulso, Shaner pasó sus manos por todas esas perfectas curvas que se escondían bajo el vestido.
Decidió responder al beso y así enlazar su lengua con la de ella.
Tedra se sorprendió al notar que Shaner respondía con ganas, así que aprovechó la ocasión y lo abrazó con emoción.
El beso se tornó largo y apasionado.
Tan fogoso que no se dieron cuenta de que la puerta había quedado abierta y que Cerith los miraba con los ojos bien abiertos del asombro.
Muerta de vergüenza, retrocedió unos pasos pero su espalda chocó con el marco de la puerta, y el ruido cortó ese beso.
Shaner y Tedra se apartaron con brusquedad.

CERITH: Lo-lo siento…yo…
TEDRA: ¿Qué haces ahí parada?
CERITH: Me-me dijeron que te habías dirigido hacia aquí con el capitán… Quise tocar antes de entrar pero la-la puerta estaba abierta y…
TEDRA: Y nos viste. Perfecto. Vámonos.

Sin mirar a Shaner, la princesa cogió de la mano a Cerith y se fueron de la estancia, dejando al guerrero furioso y aturdido.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------

Challen, Kupó y Mog estaban desesperados.
Ya no sabían qué más hacer para que Azalea saliera de la cama y comiera algo.
Llevaba tres días y dos noches con el estómago vacío, sin salir de la estancia, sin asistir a sus estudios, y sumida en la tristeza.
En ese momento, los tres conversaban en la terraza.

KUPÓ: ¿Lograste hablar con Falon y saber lo que ha ocurrido, kupó?
CHALLEN: No quiere ver a nadie. Ni siquiera al rey Zaebard, que es su amigo.
MOG: Azalea tampoco quiere hablar del tema. Esto no puede seguir así. Caerá muy enferma.
CHALLEN: Deberíamos avisar a los reyes de Krystán.
KUPÓ: Azalea jamás nos lo perdonaría, kupó.
MOG: ¿Entonces qué hacemos?
CHALLEN: Tal vez si convencemos al príncipe Falon de que venga a verla aunque sea para hacerla reaccionar, quizá…
MOG: De nada servirá. Falon está tan furioso que podría lastimarnos con sus propias manos.
CHALLEN: Se los veía tan unidos…tan enamorados y felices… ¿Qué razón podría ser capaz de destruir ese amor?

Tras oír esa pregunta, Kupó y Mog se miraron con los ojos bien abiertos.

KUPÓ Y MOG: ¡La venganza!
CHALLEN: ¿Qué?
KUPÓ: ¡Quizá Falon está tan enfadado porque ya sabe toda la verdad, kupó!
MOG: ¡Eso es! ¿Pero cómo se ha enterado?
KUPÓ: ¿Azalea se lo habrá confesado, kupó?
MOG: Si eso es así, esto no se arreglará tan fácilmente…
CHALLEN: ¿Habláis de la venganza de Azalea contra Falon?
KUPÓ: Sí, kupó.
CHALLEN: Pero terminaron enamorados, ¿no?
MOG: El amor no borra una mentira. Está claro que Falon no cree a Azalea.
KUPÓ: Pobrecita, kupó…

Se miraron sin saber cómo solucionar algo que al parecer no tenía arreglo.
Todo estaba en manos de Falon. Él tenía la última palabra. Y por lo que se veía, había decidido seguir odiando a la princesa de Krystán.
------------------------------------------------------------------------------------------------

Tedra volvía a estar furiosa. Y esta vez no por culpa de Shaner, sino de Azalea.
Cerith caminaba tras su amiga, intentando calmarla, pero era en vano.
En cuanto llegaron a la estancia de Azalea, las dos la vieron en cama, delirando de fiebre, con Challen, Zaebard y las dos mascotas a su lado.

ZAEBARD: ¿Cómo es posible que esta muchacha haya llegado a estar así?
CHALLEN: No ha hecho caso a nadie, Majestad. Se ha hundido en la tristeza.
KUPÓ: Por favor, rey Zaebard, ordenad que vayan a buscar al doctor, kupó.
ZAEBARD: Ya está en camino. No os preocupéis. Se recuperará.

Tedra y Cerith se acercaron un poco más y se sorprendieron al ver a Azalea pálida y con los labios morados.

CERITH: Dios mío…
TEDRA: ¿Se está muriendo?
ZAEBARD: Por favor, Tedra. No digas eso.
TEDRA: Es que tiene muy mal aspecto…
ZAEBARD: Lleva días sin comer y sin salir de la cama. Está sumida en una depresión.

Tedra arqueó una ceja, pensando que se lo merecía por haber hecho sufrir a su hermano.
Por culpa de ella, Falon se había marchado quién sabe a dónde. ¡Y con el alcohol en la mano!
Maldita Azalea…
La odiaba con todas sus fuerzas.
En cambio, a Cerith no le gustaba verla en ese estado enfermizo.
¿Tanto amaba a Falon como para estar así? ¿Qué malo habría pasado entre ellos dos?
Nadie conocía los verdaderos motivos.
En cuanto llegó el doctor, todos salieron de la habitación para que pudiera atender a Azalea.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Ya finalizaba el verano en Ciudad Aion.
Habían pasado los tres largos meses más tranquilos que los habitantes hubieran podido tener después de tantos acontecimientos.
Los círculos absorbentes seguían apareciendo. Pero los que no aparecían eran los Cazadores de Bestias. Y eso era muy extraño.
El guardián Zen seguía visitando a Tedra, para así muy pronto llevarla ante su rey Orion.
Shaner continuaba ejercitando su ojo sano a pesar de haber vuelto a su trabajo como guerrero y capitán.
Y Azalea…apenas se estaba recuperando de su recaída.
Con la ayuda de Challen y de sus dos mascotas, estaba saliendo adelante.
Challen…su adorado caballero…su fiel amigo…su ángel de la guarda…
Se había apoyado tanto en él que ya se había acostumbrado a su constante compañía.
Desde que Falon se había marchado, Azalea no había dejado de llorar ni una sola noche, pero almenos ahora comía mejor y asistía de nuevo a sus estudios.
Había logrado todo eso gracias a Challen, a Kupó y a Mog.
Suspiró y decidió seguir atendiendo al profesor, el cual hablaba sobre el clima de Aion.
Lilly estaba de mejor humor desde que su padre, el emperador Rerion, había aparecido sano y salvo, el cual no recordaba dónde había estado ni qué había pasado.
Existían tantos misterios en esta ciudad…
Al finalizar la clase, la princesa se levantó de su puesto y se encaminó hacia Lilly, pero Cerith le cortó el paso.

CERITH: Hola, Azalea.
AZALEA: Hola.
CERITH: ¿Cómo sigues?
AZALEA: Mejor. Gracias. (Seria)
CERITH: Me alegro.
AZALEA: No lo creo. Si te apartas de mi camino…
CERITH: No quiero pelear. Solo necesito hablar contigo.
AZALEA: ¿Sobre qué?
CERITH: Sobre…Falon.

Azalea se puso tensa.
Oír ese nombre le provocaba punzadas de dolor en todo su ser.
Se había recuperado de la recaída, pero no del desamor.
Respiró profundamente y fingió indiferencia.

AZALEA: Yo no tengo nada que hablar sobre él. Y mucho menos contigo.

Quiso irse, pero Cerith la detuvo del brazo, con expresión preocupada.

CERITH: Es importante.
AZALEA: No para mí.
CERITH: Pero sí para mí y para Tedra.
AZALEA: ¿Y qué tengo que ver yo en eso?
CERITH: Queremos saber el motivo por el cual Falon desapareció.
AZALEA: Eso no es asunto vuestro. Si se marchó, es cosa de él.
CERITH: Desapareció, Azalea.
AZALEA: ¿Qué…?
CERITH: No ha ido a su ciudad. No ha llegado a su castillo. Sus padres no saben nada de él. Lo están buscando por todas partes.
AZALEA: Oh, Dios mío…

El miedo le atenazó el alma.
¿Adónde podría haber ido? ¿En qué estado se encontraría?
Ya habían pasado tres meses y…

CERITH: Por favor, Azalea, ¿qué pasó para que Falon actúe así?
AZALEA: Eso es algo nuestro. Y ni tú ni nadie tiene derecho a meterse.

La miró con altanería y salió de la sala.
En el pasillo, Challen la esperaba con una gran sonrisa en el rostro.
Sin dudarlo, Azalea corrió hacia él y se lanzó a sus brazos, provocando que se sonrojara sobremanera.
Todavía no se acostumbraba a la espontaneidad de su princesa.
Tenerla cerca siempre lo ponía nervioso.

CHALLEN: ¿Cómo os ha-ha ido la asignatura? Embarassed
AZALEA: Bastante bien.
CHALLEN: ¿Cómo estáis hoy de ánimos?
AZALEA: Estaba tranquila hasta que Cerith me cambió el humor.
CHALLEN: ¿Por qué? ¿Qué pasó?
AZALEA: Me preguntó el motivo por el cual Falon y yo nos separamos.
LILLY: ¡Azalea! ¡Challen!

Lilly se acercó a los dos sonriendo y con la respiración agitada.
Los abrazó y los dejó desconcertados.

AZALEA: ¿Qué sucede? ¿Por qué tanta alegría?
LILLY: ¡He recibido una carta de mi padre! I love you
AZALEA: Oh… Eso es estupendo.
LILLY: Dice que hará una gran fiesta en la mansión. ¡Estamos todos invitados!
AZALEA: Ah…qué bien…

Azalea tuvo que disimular las pocas ganas que tenía de asistir a una fiesta.
No se sentía con fuerzas para ir a bailar o para estar rodeada de gente desconocida.
Pero no podía fallarle a su amiga, ya que esa fiesta la uniría más a su padre.

LILLY: ¡Tenemos que comprar los vestidos! I love you
AZALEA: ¿Y cuándo es esa fiesta?
LILLY: Pasado mañana. ¡Estoy tan contenta! Al fin veré a mi padre después de tantos días de angustia.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------

Era de noche y la luz de la luna llena apenas iluminaba el sendero lleno de árboles, flores y piedras.
Pero ella seguía corriendo sin mirar atrás. Sin importarle que iba descalza y que las piedras lastimaban sus delicados pies.
Seguía deseando huir del Diablo para continuar refugiándose en los brazos de su ángel de la guarda.
Solo él podía salvarla de las garras de ese demonio.
Una nube ocultó la luna y el sendero quedó a oscuras.
La joven tropezó y cayó de bruces al suelo, lastimándose así las palmas de sus manos.
Sin saber por qué, comenzó a sollozar con la respiración agitada.
¿Por qué lloraba? ¿Por qué sentía un vacío en su interior? ¿Por qué todo estaba oscuro? ¿Dónde estaba la luz?
Anhelaba tanto sacar todo el dolor que la quemaba por dentro…
¿Pero cómo hacerlo si seguía enamorada de su enemigo?

CHALLEN: Alteza… Alteza…

La chica despertó y vio a Challen al lado de su cama, mirándola con preocupación.
Otra pesadilla…
Se incorporó y se secó las lágrimas de las mejillas.
Kupó y Mog dormían a los pies de la cama.

AZALEA: ¿Qué hora es?
CHALLEN: En una hora amanecerá, Alteza.
AZALEA: ¿Podrías darme ese vaso de agua? (Señalando)
CHALLEN: Claro.

Mientras ella tomaba agua con la mirada perdida, Challen la observaba con atención, pues su princesa había perdido peso.
Seguía igual de hermosa, pero se la veía más delgada y decaída.
Haberse separado de Falon le había afectado muchísimo.
Y la verdad…ya no soportaba verla más así.
En cuanto ella dejó el vaso sobre la mesita de al lado, Challen respiró hondo, se sentó frente a la chica y tomó sus delicadas manos entre las suyas más grandes.
Se miraron a los ojos.

CHALLEN: Alteza, no sigáis soportando esa carga que tanto pesa sobre vuestros hombros.
AZALEA: ¿Qué…?
CHALLEN: Guardarse el dolor no es sano para el alma. Todo lo que contenga veneno, debemos expulsarlo de nuestro interior.

Al pronunciar esas palabras, recordó el dolor que sintió cuando su prometida lo abandonó aquella noche de cinco años atrás.
Un dolor que se enganchaba al corazón y encadenaba todos los sentidos, anulándolos por completo y sumiéndolos en la agonía.
Un dolor que terminaba por dominar la mente y adueñarse del rumbo de la vida de uno mismo.

CHALLEN: Os pido que compartáis vuestra carga conmigo, Alteza.
AZALEA: Yo…
CHALLEN: Habéis estado enferma estos últimos tres meses, y en parte es por permanecer sola y encerrada en vuestro propio silencio.

Los ojos de Azalea se llenaron de lágrimas.
Su caballero personal tenía razón.
Ni siquiera había hecho el intento de desahogarse con Kupó y Mog. O al menos con Lilly.

CHALLEN: Deseo con todas mis fuerzas aliviaros ese sufrimiento, princesa.
AZALEA: No es tan fácil, Challen. El dolor del amor solo se cura con la persona que uno ama.
CHALLEN: No debemos aferrarnos a ese sentimiento, esperando al regreso de esa persona que no llegará. De ese modo tan solo conseguiríamos empeorar.
AZALEA: Pero…
CHALLEN: Lo primero que tenéis que hacer es desahogaros, para que esa carga sea un poco más liviana. ¿Os parece bien?

La princesa lo miró con el corazón en un puño.
Con Challen podía confiar y apoyarse…pero le costaba tanto volver a recordar todo lo sucedido y hablar de ello…

Agachó el rostro y suspiró.

AZALEA: Falon…descubrió la verdad.
CHALLEN: ¿Qué verdad?
AZALEA: De que no soy una chica adoptada, sino Azalea, la verdadera princesa de Krystán.
CHALLEN: Entiendo. Kupó y Mog me contaron sobre eso. Y por lo que he podido ver, ahora Falon os detesta.
AZALEA: Oh, Challen… ¿Se puede amar y odiar al mismo tiempo?
CHALLEN: No sé, princesa. Jamás he sentido odio por nadie.
AZALEA: Y es mejor que nunca lo sientas. Es algo horroroso, que te destruye lentamente.
CHALLEN: Quiero entender esta historia, Alteza. Así que contádmela desde el principio.

Con llantos y pucheros, la joven le contó todo lo bueno y lo malo que contenía ese relato de amor y odio.
Todo el tiempo Challen estuvo sosteniéndole las manos.
Azalea soltó un tembloroso suspiro y se recostó en la almohada.

AZALEA: Gracias por escucharme.
CHALLEN: ¿Cómo os sentís ahora?
AZALEA: Un poco mejor, la verdad.
CHALLEN: Ya veréis que mejoraréis con cada día que pase, ya que estaré a vuestro lado en todo momento, soportando una parte de esa carga.
AZALEA: No sé qué sería de mí sin ti y sin mis mascotas.

Cerró los ojos y se dejó vencer por el cansancio.
Su caballero estuvo a su lado hasta que se quedó dormida.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Tedra y Cerith vieron cómo Azalea, Challen y las mascotas subían al Transportador y se alejaban del reino.

TEDRA: Al parecer, no está tan enferma como dio a entender.
CERITH: Es bueno salir y distraerse cuando se tiene depresión.
TEDRA: ¿Por qué la defiendes? (¬ ¬)
CERITH: No es eso, pero…
TEDRA: Bueno, no quiero hablar de esa odiosa. Busquemos a Shaner y salgamos de compras.

Cuando salieron al jardín, vieron acercarse al guardián Zen.

ZEN: Buenos días, señoritas.
CERITH: Buenos días.
TEDRA: Hola, Zen. Llevo dos días sin saber de ti.
ZEN: He estado organizando una gran fiesta en vuestro honor, Alteza.
TEDRA: Oh… ¿En mi honor? Surprised
ZEN: Así es. Mi rey quiere conoceros.
TEDRA: ¡Ya era hora! ¿Puedes esperarme? Tengo que cambiarme de ropa. Debo ir bien hermosa. Vamos, Cerith.

Un rato más tarde, las dos chicas estaban dentro de una carroza, con Zen frente a ellas en el asiento.

TEDRA: ¿Está muy lejos tu ciudad?
ZEN: No.
CERITH: Shaner debería estar aquí, Tedra.
TEDRA: Claro que no. estaremos seguras con Zen y su rey. Son buenas personas y perfectos caballeros.
ZEN: La princesa tiene razón, señorita Cerith. Con nosotros…nada os ocurrirá.

Tras decir eso, el carruaje se detuvo en seco, provocando miedo en Cerith.

TEDRA: ¿Qué pasa?

De pronto, la cabina comenzó a llenarse de humo blanco.
Y antes de que ellas pudieran reaccionar, cayeron profundamente dormidas.
------------------------------------------------------------------------------------------------------

Lilly estaba de los nervios.
¿Cómo la recibiría su padre?
Ella, Azalea, Challen y las dos mascotas fueron llevados a la gran sala de estar, llena de muebles, sofás y cuadros de paisajes.

LILLY: Ya echaba de menos mi hogar…

De lejos se oía la música y los murmullos de los invitados.
Azalea miró a su alrededor, ya que el lugar le recordaba a su castillo.
Extrañaba tanto a su madre…
Cada semana le escribía una carta, diciéndole que todo iba bien.
No quería preocuparla con los problemas que había tenido con respecto a su salud.
Se abrió una puerta y apareció el emperador Rerion, el cual, al ver a su hija, se quedó bloqueado.
Lilly tuvo miedo al comprobar que su padre seguía siendo igual de distante.
Ella debía dar siempre el primer paso.
Tragó saliva y sonrió un tanto incómoda.

LILLY: Hola, padre. Me alegro de que estés aquí, sano y salvo.
RERION: Gracias...Lilly. ¿Cómo estás? ¿Cómo van tus estudios?
LILLY: Bien. Todo bien.

Se quedaron mirando durante lo que pareció una eternidad, hasta que Azalea suspiró, llamando así la atención de ambos.

LILLY: Oh… Quisiera presentarte a mi amiga Azalea, princesa de Ciudad Krystán.
AZALEA: Mucho gusto, emperador Rerion.
RERION: El gusto es mío, Alteza.
LILLY: Él es Challen, su caballero personal y protector.
CHALLEN: Un honor conocerle, emperador.
RERION: Bienvenido al Norte de Aion.
CHALLEN: Gracias.
LILLY: Y las mascotas de la princesa se llaman Kupó y Mog.
KUPÓ Y MOG: ¡Hola!
RERION: Hola. Podéis acomodaros en las estancias del primer piso. Cuando gustéis, Lilly os llevará a la sala de fiestas.

Dicho eso, se fue sin más, dejando un vacío en el interior de Lilly.
Un vacío que al paso de los años…se había hecho más profundo.
Un vacío que su padre no había intentado llenar.
Al verla triste, Azalea la tomó de la mano, sonriéndole.

AZALEA: Dale tiempo, amiga.
LILLY: Eso haré. Vayamos a las habitaciones asignadas. Necesito estar sola un rato.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Dentro de una acogedora habitación, Azalea terminó de retocarse y vio cómo Challen, Kupó y Mog disfrutaban del paisaje que podía verse desde el ventanal.
Su mente se desvió hacia Falon, el cual seguía sin dar noticias.
No podía evitar sentir pánico al creer que algo malo podría haberle pasado.
Ojalá los dioses lo estuvieran protegiendo…
Se sentía tan culpable de su desaparición…
Challen le puso la mano en el hombro, sacándola de sus negativos pensamientos.

CHALLEN: ¿Estáis bien?
AZALEA: Sí…claro.
CHALLEN: Prometedme que intentaréis pasarlo bien.
AZALEA: Sí. Haré el esfuerzo.

Sonrió a medias y fue en busca de Lilly a la habitación de al lado.
La encontró sentada frente al espejo del tocador, con la mirada perdida.

AZALEA: ¿Lilly?

Se acercó a ella y le tocó el hombro para llamar su atención.
La chica parpadeó y se levantó del taburete.

LILLY: Oh… Ya estás lista.
AZALEA: ¿Estás bien?
LILLY: Sí, pero… Es solo que…
AZALEA: Te noto nerviosa.
LILLY: Lo estoy. Me cuesta mucho estar bajo el mismo techo que mi padre y sentir que…que es como si yo no estuviera.
AZALEA: No debes sentirte así. El tiempo se encargará de poner las cosas en su sitio.
LILLY: Eso espero, ya que…todos estos años…han sido tan grises para mí.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, y la princesa la abrazó para infundirle calma y ánimos.

AZALEA: Lo importante es que tu padre está aquí, vivo y contigo. Todo lo demás llegará por sí solo.
LILLY: Gracias, Azalea.
AZALEA: Vaya. Es la primera vez que me dices Azalea, y no princesa. Surprised
LILLY: Has demostrado ser una verdadera amiga.
AZALEA: Como tú. Y ahora vayamos a esa fiesta y brindemos por esta amistad, para que así sea eterna.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Cuando Tedra y Cerith despertaron, se vieron dentro de una bonita y desconocida habitación, acostadas sobre una inmensa cama.

CERITH: ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estamos?
TEDRA: Solo recuerdo haber estado en el carruaje contigo y con Zen.
CERITH: Sí… El carruaje se había detenido y…
TEDRA: ¿Y qué pasó después?
CERITH: No recuerdo.
TEDRA: Yo tampoco.

La puerta se abrió y entró el guardián Zen, con la misma sonrisa afable de siempre.

ZEN: ¿Habéis descansado bien?
TEDRA: ¿Descansado? ¿Pero qué…?
ZEN: Habéis dormido tan profundamente que ahora apenas recordáis.
TEDRA: No entiendo nada…
ZEN: Las dos os quedasteis dormidas en el carruaje de camino a mi ciudad. No quise despertaros, y yo, personalmente, os traje a esta habitación.

Ellas se sonrojaron al imaginar que Zen las cogía en brazos para llevarlas a la cama.
Dios… Qué incomodidad…

TEDRA: Gra-gracias…
ZEN: Un placer. Podéis daros un baño y arreglaros mientras los invitados van llegando a la fiesta.

Tras esa puerta tenéis el baño y el vestidor.
Dicho eso, les sonrió y se marchó.
Cerith miró a Tedra con las cejas fruncidas.

CERITH: Esto es muy extraño…
TEDRA: ¿El qué?
CERITH: ¿Cómo es posible que no nos hayamos dado cuenta de que Zen nos trajo aquí? ¡Debimos despertarnos por el movimiento!
TEDRA: Quizá el viaje estaba siendo tan largo que nos agotamos del aburrimiento y nos dormimos.
CERITH: De todos modos yo suelo despertar con cualquier ruido, por muy pequeño que sea. Es tan extraño todo esto…
TEDRA: Pero estamos bien, eso es lo que importa, Cerith. Ahora disfrutemos de la fiesta y de la gente nueva que nos está esperando.
------------------------------------------------------------------------------------------------

Shaner estaba de los nervios.
¿Dónde se habría metido la princesa Tedra?
No la había encontrado en todo el reino. Ni a ella ni a Cerith.
Los criados tampoco las habían visto desde hacía ya dos horas.
Gruñó y se dirigió hacia la sala de reuniones, dónde lo esperaba el rey Zaebard.

SHANER: ¿Ocurre algo, Señor?
ZAEBARD: Necesito que me ayudes, Shaner.
SHANER: Claro. ¿De qué se trata?
ZAEBARD: Voy a invocar a los dioses.
SHANER: ¿Qué?
ZAEBARD: Tengo que hacerlo. Debo detener los círculos de absorción y encontrar a la gente desaparecida, incluidos a los Cazadores de Bestias.
SHANER: Majestad, no podéis hacer eso. Las Leyes Celestiales indican que si invocamos a los dioses, debemos sacrificar algo.
ZAEBARD: Soy rey de una nación, Shaner. Debo sacrificarme por mis habitantes y por mi ciudad.
SHANER: Pero debe haber otro modo para…
ZAEBARD: No, amigo. No somos nada al lado del mundo de la magia. No tenemos más opción que usar la “magia” para vencer a la magia.
SHANER: Por favor, Majestad, no hagáis eso…
ZAEBARD: Con tu ayuda o sin ella, pienso hacerlo.
SHANER: Pero vos tenéis familia, mi rey. Yo los invocaré. Yo no tengo a nadie que sufra por mí.
ZAEBARD: Shaner…
SHANER: Ya está decidido, Señor. Yo lo haré.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Azalea permanecía sentada en una cómoda silla, dentro de la sala de fiestas de la mansión del emperador Rerion, el cual conversaba con sus amistades.
No había tanta gente, pero la orquesta conseguía animar el ambiente.
Lilly estaba sentada a su lado, tomando pequeños sorbos de su refresco, con la mirada clavada en su padre.
Challen estaba de pie tras su princesa, observando atentamente a su alrededor.
Kupó y Mog volaban por el jardín, acompañados por otras mascotas.
Todos parecían divertirse menos Azalea y Lilly, cada cual con sus respectivas razones.
Se miraron de reojo y sonrieron muy a su pesar.

LILLY: Iba a decirte algo…
AZALEA: Yo a ti también…
LILLY: Oh, pues empieza tú.
AZALEA: No, no. Dime tú.
LILLY: Las princesas primero.
AZALEA: Está bien. Bueno, solo quería decirte que…debes ser tú la que dé el paso definitivo para con tu padre.
LILLY: Es que no sé cómo hacerlo… No sé qué más decirle…
AZALEA: Entonces no le digas nada. A veces no hacen falta las palabras. Simplemente dale un largo y fuerte abrazo. Que sienta tu amor de hija.

Lilly se emocionó y se sintió más animada, por lo que Azalea se alegró de verla positiva.

LILLY: Gracias, Azalea.
AZALEA: De nada, amiga.
LILLY: Ahora dime lo tuyo.
AZALEA: Solo era que…estoy angustiada por Falon.
LILLY: ¿Por qué? ¿Le ha pasado algo?
AZALEA: Está desaparecido.
LILLY: ¿Qué?
AZALEA: Y yo sé que es culpa mía. Por todo lo que te conté…él ahora está sumido en el alcohol. Y nadie sabe a dónde ha ido.
LILLY: No debes culparte por eso, princesa. Las personas sabemos nuestro límite. Si Falon decidió seguir ese mal camino, es problema suyo.
AZALEA: Pero está dolido por mis mentiras y…
LILLY: Y tú estás destrozada por su maldito odio hacia ti, y no por ello has huido para no preocupar a nadie con cualquier locura.
AZALEA: Lo sé, pero…sigo sintiéndome culpable.
LILLY: Eso es porque lo sigues amando, amiga.

Oír la palabra “amar” era como una puñalada para su corazón.
Un corazón que todavía sangraba por la pérdida de un amor tan intenso.
Azalea tomó de su refresco y respiró profundamente.
No deseaba ponerse a llorar en la fiesta de su amiga.
Notó una cálida mano sobre su hombro y supo que era su caballero personal.
Challen… Un chico tierno que inspiraba paz.
Un chico entregado a la protección de su princesa.
Un chico que siempre estaba pendiente de los estados de ánimo de ella.
Un chico que permanecía a su lado en todo momento, en lo bueno y en lo malo.
Challen… Su ángel de la guarda.
Las dos chicas vieron cómo el emperador Rerion se iba de la sala.

AZALEA: Ahora es el momento, Lilly. Ve tras él y demuéstrale lo mucho que lo quieres.
LILLY: Lo haré. De nuevo te doy las gracias, Azalea.
AZALEA: Estaré aquí esperándote. Buena suerte, amiga.

Lilly sonrió y fue tras su padre.
Azalea cerró los ojos y suspiró.
Ojalá ella pudiera ir tras Falon y volver a tener su dulce amor…
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Tras ponerse lo más bonitas posible, Tedra y Cerith fueron llevadas al salón de baile, el cual estaba lleno de gente con ropas extrañas.
Zen las acompañó hasta el estrado, dónde se encontrada el joven rey sentado en un precioso trono.
Las chicas quedaron maravilladas al ver cuan largo era el cabello de dicho rey.
Largo hasta sus pies y negro como una noche cerrada.
Orion se levantó de su trono para inspeccionarlas atentamente de arriba abajo, provocando que se sonrojasen.
Al finalizar el estudio físico, él tomó la mano de cada una para besarlas.

ORION: Bienvenidas, preciosas mías. Soy Orion, rey de Zarom.
TEDRA: Oh… Yo soy Tedra, princesa de Kan-is-Tra. Y ella es la señorita Cerith, la ahijada de mis padres.
CERITH: Mucho gusto.

Orion sonrió, satisfecho con la belleza de Tedra, la cual se sentía vanidosa al ser admirada por un rey tan guapo.
En cambio, Cerith agachó la mirada, obviamente avergonzada.

ORION: Zen, tráeles todo lo que deseen.
ZEN: Sí, mi rey.

Las sentaron en una gigante mesa dónde ya había muchísima gente comiendo, bebiendo y conversando.
Zen les ofreció diversos platos de comida y una bebida de color violeta.

ZEN: Que aproveche, señoritas.
TEDRA Y CERITH: Gracias.

Durante una hora, las dos disfrutaron de los manjares y de las personas que se interesaban por ellas.
Orion las miraba con atención desde su trono.
Zen se puso a su lado, satisfecho de ver a su rey contento.

ORION: Me gustan, Zen.
ZEN: Me alegro, Majestad.
ORION: ¿Cuánto tardarás en traerme a las demás princesas?
ZEN: Un día más, Señor.
ORION: Perfecto. ¿Dónde está mi hermana?
ZEN: No quiso asistir a la fiesta.
ORION: Últimamente está muy extraña. Necesito hablar con ella. Tráela aquí, Zen.
ZEN: Sí, mi rey.

Con una mueca de agobio, el guardián fue a la estancia de su princesa.
Al llegar, tocó a la puerta, pero la chica ni abrió ni dio señales de vida.

ZEN: ¿Alteza?

Al no recibir respuesta, se atrevió a entrar y vio que ahí no estaba.
¿Dónde se habría metido?
Preguntó por ella a todos los criados hasta que el cocinero le dijo lo poco que sabía.

COCINERO: Nuestra princesa me pidió una bandeja llena de comida y se dirigió al pasillo que conduce a los calabozos.
ZEN: ¿Qué?

Teniendo un mal presentimiento, Zen corrió hacia allí, y sin hacer ruido, se acercó a los calabozos y vio que su princesa salía con la bandeja vacía.
Se toparon y se miraron a los ojos.
Él con expresión de sospecha.
Ella sorprendida por haber sido descubierta.

KIRENA: ¿Qué haces aquí?
ZEN: ¿Qué hacéis vos en este sector del castillo?
KIRENA: Yo pregunté primero.

Zen la apartó de en medio y se dirigió hacia el último calabozo.
Kirena dejó caer la bandeja al suelo y corrió a cortarle el paso.

KIRENA: ¿Adónde crees que vas?
ZEN: ¿Por qué estáis tan nerviosa?
KIRENA: Yo pregunté primero.

Zen volvió a esquivarla para seguir caminando, pero ella de nuevo le cortó el paso, hecha toda una furia.

KIRENA: Deja de meterte en mis cosas, Zen. Mad
ZEN: Todo lo vuestro me interesa, Alteza.
KIRENA: ¿Y por qué?

Zen la miró tan intensamente que la chica se bloqueó.
Entonces él aprovechó para salir corriendo hacia el mayor de los calabozos y se sorprendió al ver la escena de tantas personas encadenadas ahí dentro.

ZEN: Por todos los dioses…
KIRENA: Zen…
ZEN: ¿Qué habéis hecho?
KIRENA: Por favor…no se lo digas a Orion…
ZEN: ¿De dónde habéis sacado a toda esta gente?
KIRENA: Prometo contártelo todo si tú prometes no decirle nada a mi hermano.

Zen la agarró del brazo y la llevó hacia la zona más apartada y oscura de ese lugar para que nadie los oyera hablar.

KIRENA: Me haces daño…
ZEN: Hablad.
KIRENA: Primero prométeme que…
ZEN: Hablad de una maldita vez.

Kirena lo miró con expresión dolida.
Era la primera vez que su mejor amigo la trataba con brusquedad.

KIRENA: Soy tu princesa. Mira cómo me estás hablando.
ZEN: Por eso mismo. Sois mi princesa y me preocupo por vos. Si Orion se entera de esto…os enviará al Santuario.

Kirena se puso pálida.
Las amenazas de Orion podían hacerse totalmente realidad.
Y lo que menos deseaba era ir al Santuario para hacerse sacerdotisa.
Porque si se hacía sacerdotisa…no podría casarse con…Zen.
Sus ojos se llenaron de lágrimas.

KIRENA: Oh, Zen…

Zen tuvo que sacar fuerzas para no abrazarla al verla tan afligida.
Lo mínimo que pudo hacer fue suavizar el tono de voz y soltarle el brazo.

ZEN: Contádmelo y veré qué podemos hacer.
KIRENA: Usé mi magia para…para crear círculos de absorción y…
ZEN: ¿Y…?
KIRENA: Y traer a toda ésta gente de Ciudad Aion.
ZEN: Por todos los dioses, Kirena. ¿Por qué habéis hecho eso?
KIRENA: Tan solo quería hacer nuevos amigos de otro lugar y así conocer sus culturas y sus costumbres.
ZEN: ¿Con qué motivo?
KIRENA: Oh, Zen… Estoy cansada de permanecer aquí encerrada, sin poder salir a pasear ni por mi propia ciudad.
ZEN: Alteza, vivimos en un mundo lleno de magia negra y blanca. Allá afuera todo es peligroso. Y mucho más para una princesa tan joven como vos.
KIRENA: Pero…
ZEN: Todavía no sabéis usar correctamente la magia.
KIRENA: Eso es lo que tú crees. Mira lo que he conseguido.

Señaló a toda la gente encadenada y Zen se pasó la mano por el rostro, obviamente agobiado por esa situación.
Su princesa solo pensaba en sí misma. Jamás le importó lo que opinan los demás.

ZEN: Tenéis que devolver a toda esta gente a su mundo.
KIRENA: ¿Por qué?
ZEN: ¿Os gustaría ser secuestrada para vivir en otro lugar por mera obligación?
KIRENA: No, pero…
ZEN: Después de que habléis con vuestro hermano, devolveréis a todas estas personas.
KIRENA: ¿Hablar con mi hermano? ¿Cuándo?
ZEN: Ahora.
KIRENA: ¿Por qué?

Zen resopló, cansado de que la jovencita fuera siempre tan preguntona.
La tomó de la mano y la llevó a la sala de fiestas.

KIRENA: Adelántame algo…
ZEN: Vuestro hermano os ha notado rara estos días. Así que inventaros algo para que se quede bien convencido.
KIRENA: Me pondré nerviosa y lo sabes. Me ayudarás, ¿verdad?
ZEN: Haré lo que pueda.

Kirena sonrió y se sintió más aliviada.
Con Zen a su lado, jamás le ocurriría nada.
________________________________________________________________
TO BE CONTINUED
...
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Mensaje por Katherina Kusanovic Lun Sep 17, 2012 1:31 pm

Waaaa ha caido en la deprecion D: se ha perdido a si misma en el mar de la soledad y el dolor (?) Y como si fuera poco Falon, el unico capaz de revivirla desaparecio!!!! D:
Ya es to much, no sobrevivire a la emocion x.x
Espero la conti :3
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Mensaje por ~Shia~ Lun Sep 17, 2012 5:35 pm

Pobre Azalea y de su amiga u.u que mal que su padre sea tan distante. ¿Donde se habrá metido Falon?
~Shia~
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