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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 8

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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 8 Empty Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 8

Mensaje por SweeT PrincesS Mar Sep 18, 2012 5:56 am

"Una Nueva Vida"

PARTE 2 (FINAL)

Azalea vio que Lilly regresaba con una deslumbrante sonrisa en el rostro.
Al parecer, las cosas habían salido bastante bien.
En cuanto Lilly llegó hasta Azalea, se abrazaron con emoción.

LILLY: Ha sido un gran paso.
AZALEA: Me alegro mucho.
LILLY: Gracias por estar a mi lado en todo momento.
AZALEA: Gracias a ti por ser una verdadera amiga.
LILLY: Esto hay que celebrarlo. Brindemos por nuestra felicidad.

Alzaron la copa de refresco y brindaron con una sonrisa.
Pero tras esa sonrisa, Azalea escondía gran parte de su tristeza, pues ella no sería completamente feliz sin Falon a su lado.
Suspiró y borró ese pensamiento.
Hoy era la fiesta de Lilly, así que no haría preocupar a su amiga con expresiones de dolor.
En cuanto sonó la música de la orquesta, las dos chicas sacaron a bailar a Challen.
Tanto ellos y como las mascotas disfrutaron de esa fiesta hasta el anochecer.
Y al día siguiente, regresaron al reino de Aion.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------

En el desayuno, Zaebard, Shaner, Azalea, Lilly y Challen estaban preocupados por Tedra y Cerith, las cuales no aparecían desde el día anterior.

ZAEBARD: Jamás dijeron a dónde iban. Por todos los demonios… Si algo malo les ocurre, no sabré cómo mirar al rey de Kan-is-Tra.
SHANER: Haré otro reconocimiento de los alrededores, Majestad. Quizá se han perdido por la ciudad.
ZAEBARD: No, Shaner, no. Tedra se conoce muy bien el territorio central.
AZALEA: ¿Y si decidieron irse más allá del territorio central?
LILLY: ¿Y si el círculo negro las absorbió?

Se miraron con impotencia hasta que el rey ordenó rastrear la ciudad entera en busca de las dos chicas.
Al medio día, los soldados regresaron sin noticias, por lo que Zaebard decidió enviar un aviso a los reyes de Ciudad Kan-is-Tra.
Azalea subió a su estancia junto a Challen.
Las mascotas llegaron volando por la terraza.

MOG: Hemos volado sin descanso por toda la nación.
KUPÓ: Ni rastro de Tedra y Cerith, kupó.
AZALEA: Quizá sea cierto que el círculo las absorbió…
CHALLEN: No pensemos negativamente, Alteza.

De pronto, se oyó una fuerte explosión dentro del reino, y el castillo comenzó a temblar.

AZALEA: ¿Qué ha sido eso?
CHALLEN: Parece un terremoto. Será mejor que nos escondamos bajo la cama hasta que todo pase.

Tras unos minutos de angustia, el temblor se detuvo.
Entonces Azalea aprovechó para salir corriendo hacia la sala principal, de dónde provenían unas voces.
Pero al llegar, la sala estaba completamente vacía. ¡Y las voces seguían oyéndose!
¿De dónde provenían?
Miró a su alrededor, y se dio cuenta de que en el pasillo flotaba polvo brillante.
Siguió el rastro hasta que la llevó al subterráneo.
Entró y soltó un grito al ver a Zaebard y a Shaner inconscientes en el suelo.

AZALEA: ¡Que alguien venga, por favor! ¡Challen! ¡Challen!

De inmediato, todos llegaron alertados por los gritos de la princesa.
Los soldados cargaron con los cuerpos de Zaebard y de Shaner y los llevaron a los sofás de la sala principal, que era la que estaba más cerca.
Challen acompañó a su princesa hasta el mismo lugar.

CHALLEN: ¿Qué ha ocurrido?
AZALEA: No lo sé… Los encontré así… Se oían voces extrañas…

Un minuto después, el rey y el guerrero despertaron y miraron a su alrededor, recordando enseguida lo sucedido.

ZAEBARD: Hemos acabado inconscientes, Shaner.
SHANER: Sí, Majestad. Jamás sabremos si lo conseguimos o no.
ZAEBARD: Maldita sea…
AZALEA: ¿Qué fue esa explosión? ¿Por qué hay polvo brillante por todas partes?
ZAEBARD: Shaner ha intentado invocar a los dioses.
AZALEA: ¿Qué…?
ZAEBARD: Jamás antes lo hicimos. No entiendo por qué la invocación nos dejó inconscientes.
SHANER: Por ahora volveré a recorrerme la ciudad para seguir buscando a Tedra y a Cerith.

Dicho eso, se levantó del sofá, cogió su espada y fue en busca de su caballo en el establo.
Minutos más tarde, salía en busca de la princesa y de la amiga.
Pero lo que pasó después, hizo que el caballo frenase en seco y él saliera disparado hacia adelante para caer justo en el interior del círculo de absorción.
---------------------------------------------------------------------------------------------------

Tedra y Cerith no entendían lo que estaba ocurriendo en el reino de Zarom.
Habían sido llevadas a una gran habitación con dos camas, dos armarios y dos tocadores con espejo.
La princesa de Kan-is-Tra intentó abrir la puerta pero no pudo.

TEDRA: Nos han encerrado.
CERITH: ¿Qué? ¿Por qué?
TEDRA: Estoy empezando a enojarme. De un momento a otro, nos arrancaron de la fiesta para encerrarnos aquí. Esta no es manera de tratar a dos chicas tan importantes como nosotras.
CERITH: Todo esto me sigue pareciendo tan extraño…
TEDRA: Si no volvemos pronto al reino de Aion, Zaebard avisará a mis padres de nuestra huida. ¡Y entonces seré castigada!

De pronto, la puerta se abrió y un soldado obligó a entrar a varias chicas con trajes de la realeza.
Luego volvió a cerrar con llave.
Furiosa, Tedra golpeó la puerta.

TEDRA: ¡Abran ahora mismo! ¡Ordenaré que os encierren en el calabozo por esto! Mad

Cerith miró a las demás chicas, las cuales parecían nerviosas y confundidas.

CERITH: ¿Por qué estáis aquí?
CHICA: Fuimos invitadas a la fiesta del rey Orion, y de pronto nos trajeron aquí.
CERITH: No entiendo nada… Tengo miedo…
TEDRA: Espero que alguien me dé una explicación, porque de lo contrario, huiremos cueste lo que cueste.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------

Azalea y Lilly salieron de la sala de estudios y fueron a la sala de reuniones, dónde ya estaban Zaebard y Challen.

ZAEBARD: Todo esto se me está yendo de las manos.
AZALEA: ¿Qué ocurre?
ZAEBARD: Shaner todavía no ha regresado del reconocimiento.
AZALEA: Oh, Dios… Las cosas se están complicando.
ZAEBARD: Ordeno que nadie salga del reino hasta que los dioses me den alguna señal.
LILLY: ¿Y cuánto debemos esperar para eso?
ZAEBARD: No lo sé… No lo sé…

El rey se sentó en su escritorio y ocultó la cara entre sus manos.
A pesar de ser tan joven, Zaebard se sentía física y moralmente agotado.
En el periodo de tan poco tiempo había perdido a la mitad de sus habitantes…a un caballero traidor que le sirvió durante años…a muchos de sus soldados ahora muertos en la pasada guerra…y por último a su mejor guerrero y amigo: Shaner.
Apenada de verlo así, Azalea se acercó a él y le tocó el hombro.

AZALEA: No te hundas aun, Zaebard. Todavía hay gente que te necesita. Sobre todo tu esposa y tus dos hijos.

Zaebard suspiró y alzó el rostro para mirar a la princesa, la cual se la veía más delgada y decaída. Y él conocía muy bien el motivo de su dolor interno: Falon.
¿Qué habría pasado con ellos dos?

ZAEBARD: Ahora confío en los dioses. No puedo hacer nada más. Si en dos días no recibo sus señales celestiales, volveré a invocarlos.

A partir de ahí, pasaron las horas y ni Tedra, ni Cerith ni Shaner daban señales de vida, así como los dioses no querían aparecer.
Estaba claro que estaban muy enojados con la humanidad, y no deseaban ayudar.
Azalea se paseba por su habitación, angustiada por todo lo que estaba ocurriendo.
Challen y las mascotas la miraban igual de angustiados.

AZALEA: ¿Qué podemos hacer para ayudar?
CHALLEN: Nada, Alteza. El rey Zaebard ya ordenó permanecer aquí dentro. No podemos enfrentarnos a la magia.
KUPÓ: Lo mejor sería irnos de aquí, kupó.
MOG: Sí. Regresar a la tranquilidad de nuestra ciudad.
AZALEA: ¿Y abandonar a Zaebard? No podemos hacer eso. Ahora sin Shaner se debe sentir solo y perdido. Creo que debería hacerle compañía hasta la hora de dormir.
CHALLEN: No, princesa. Yo lo haré. Vos debéis descansar.
AZALEA: Está bien, Challen. Gracias.

El joven caballero le sonrió y salió de la estancia para dirigirse de nuevo a la sala de reuniones.
Encontró al rey en su escritorio, mirando por la ventana y con una botella de alcohol en la mano.

CHALLEN: Majestad…
ZAEBARD: ¿Mm?
CHALLEN: ¿Estáis bien?
ZAEBARD: El alcohol me va calmando…
CHALLEN: ¿Puedo…quedarme con vos un rato?
ZAEBARD: Claro. Siéntate y toma un trago.

Challen se sentó frente a él y cogió el vaso que le ofrecía.
Olió el líquido y arrugó la nariz, por lo que Zaebard se echó a reír.

ZAEBARD: Jamás antes has bebido, ¿verdad?
CHALLEN: Jamás, Señor.
ZAEBARD: Siempre hay una primera vez para todo. Vamos, dale un trago.

Challen así lo hizo, y el líquido le quemó la garganta hasta expandirse por su pecho.
Dios… Qué alcohol tan fuerte…

ZAEBARD: ¿Cómo está Azalea de salud?
CHALLEN: Mucho mejor, Majestad. O almenos eso veo.
ZAEBARD: No, muchacho. No es lo que tú ves. Se trata de lo que ella aparenta estar o ser, para que los demás vean lo que ella misma quiere.
CHALLEN: ¿La…conocéis mucho?
ZAEBARD: De toda la vida, Challen. Yo la vi crecer y cambiar. Pero siempre fue reservada y solitaria hasta el día de hoy.

Zaebard tomó un buen trago de su botella y suspiró.
Challen también sorbió de su vaso y aguantó las ganas de toser.

ZAEBARD: Azalea ha sufrido mucho, ¿sabes? No entiendo por qué ahora, teniéndolo todo, sigue sufriendo.
CHALLEN: La causa de su dolor es la misma de su infancia y la de ahora.
ZAEBARD: Falon, ¿no?
CHALLEN: Así es, Majestad.
ZAEBARD: En este presente la causa no es Falon, jovencito. La causa es el amor.

Vació su botella y cogió otra nueva de la estantería de al lado.
Llenó el vaso de Challen y luego dio un largo trago.

ZAEBARD: El amor es una enfermedad que te domina como quiere. Yo nunca me he enamorado ni quiero enamorarme…
CHALLEN: ¿Y…vuestra esposa?
ZAEBARD: Estuvimos prometidos desde niños. Nuestros padres arreglaron el compromiso sin contar con nosotros. Pero la quiero a mi manera. Al fin y al cabo es la madre de mis hijos y la reina de mi ciudad.

Durante unos minutos, quedaron en silencio, mirándose el uno al otro.
El rey dando largos tragos, y el caballero pequeños sorbos.

ZAEBARD: ¿Qué me dices de ti? ¿Estás enamorado?

La mente de Challen se llenó de recuerdos sobre su prometida Zannaleah.
Unos recuerdos ahora borrosos…
Pero entonces la imagen de Azalea se antepuso a esos recuerdos.
Su corazón se aceleró y decidió tomarse el líquido del vaso de un solo trago.

ZAEBARD: Por el sonrojo de tu cara, la respuesta es sí. ¿Quién es la afortunada?

Challen quiso responder, pero no le salieron las palabras, ya que su mente y corazón estaban demasiado confundidos.
Tenía que cambiar rápidamente de tema.

CHALLEN: Contadme todo sobre vuestro reinado, Majestad.

Zaebard sonrió y le sirvió más alcohol.
Entonces comenzó a explicarle la historia de Aion desde el día en que él nació como príncipe para luego ser rey de una nación tan grande…
-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Azalea despertó sobresaltada por culpa de sus pesadillas.
La habitación ya estaba a oscuras, y eso significaba que era de noche.
Sus mascotas dormían a los pies de la cama.
Se arropó para seguir durmiendo, pero unos golpecitos en la puerta la obligaron a levantarse para abrir.
Era Challen, y parecía un tanto incómodo…

CHALLEN: Bu-buenas noches, Alteza.
AZALEA: Pensé que ya estarías dormido.
CHALLEN: He estado con el rey hasta ahora… Lo siento mucho, princesa. No quería despertaros.
AZALEA: Ya estaba despierta. No te preocupes. Pasa.

El caballero caminó despacio, intentando aguantar el equilibrio.
Se sentó en el taburete y agachó el rostro.
Azalea cerró la puerta, encendió la lámpara de luz suave y se sentó en la cama para mirarlo con una ceja arqueada.

AZALEA: ¿Estás bien?
CHALLEN: Sí, Alteza. ¿Por qué lo-lo preguntáis?
AZALEA: Pareces…mareado.
CHALLEN: Oh…eso… Es que…el rey quiso que yo tomara unos tragos y…
AZALEA: Y tú estás acostumbrado a obedecer siempre, ¿no?

Challen se sonrojó y ella se echó a reír.
La chica se levantó para coger un pañuelo de seda y humedecerlo en el agua del cuenco que había en la mesita.
Entonces se sentó en otro taburete, frente al chico, y le mojó la cara con dicho pañuelo, el cual olía a flores.
Un olor como el de ella…
Un olor que mareaba todavía más al caballero…

AZALEA: Mañana tendrás dolor de cabeza, así que duerme todo lo que puedas.
CHALLEN: No puedo hacer eso, Alteza. Yo debo estar despierto antes que vos para poder atenderos.
AZALEA: No harás tal cosa. Dormirás hasta que tu cuerpo diga basta.
CHALLEN: Pero…
AZALEA: Es una orden.

Challen agachó el rostro con actitud obediente.
Azalea sonrió y se levantó para arreglar un poco su cama, ya que había quitado por completo las sábanas por culpa de su pesadilla.
El chico la miraba con atención, sintiendo que la sangre le hervía en las venas…que su mente se embotaba con la hermosa imagen de su princesa…
Su pulso ya estaba acelerado…
El alcohol lo estaba dominando con cada minuto que pasaba…

AZALEA: No debes preocuparte por mí. Yo estaré estudiando con Lilly. Si veo que no despiertas, yo misma iré a sacarte de la cama.

Dicho eso, terminó de arreglar la cama y se giró hacia Challen, el cual estaba de pie frente a ella, demasiado cerca.

AZALEA: No te oí levantarte del taburete…
CHALLEN: Alteza…
AZALEA: ¿Sí?
CHALLEN: Solo vine a…a asegurarme de que estáis bien…
AZALEA: A pesar de mi reciente pesadilla, sí, estoy bien. Así que ya puedes ir a descansar.
CHALLEN: Sí, princesa.

Pero no se movió. No podía.
La belleza y la ternura de Azalea lo tenían paralizado.
Para peor, ella se acercó más a él para darle un beso en la mejilla.
El corazón del caballero explotó en miles de latidos desbocados.

CHALLEN: Alteza…
AZALEA: ¿Sí?
CHALLEN: Sois muy hermosa…
AZALEA: Oh…gracias…

Sonrojada, dio un paso atrás, pero él volvió a acercarse sin poderlo evitar.
El alcohol se había adueñado completamente de sus sentidos.

CHALLEN: Alteza, yo…
AZALEA: ¿Qué pasa?
CHALLEN: Lo siento mucho…
AZALEA: ¿Por qué te disculpas?
CHALLEN: Porque muero por besaros.

El tiempo se detuvo ante esa confesión.
Azalea no supo cómo reaccionar, así que Challen la sujetó de los hombros y pegó su boca a la de ella.
La mente de la princesa se llenó de imágenes en las que Falon la besaba con la mayor ternura posible.
Por un instante, se dejó llevar, pero…esos labios tenían otro sabor…otro calor…
Esos labios no le transmitían el amor que tanto extrañaba.
Abrió los ojos y ver el rostro de Challen la devolvió a la realidad.
Lo apartó y le dio la espalda, sintiendo que sus mejillas ardían sobremanera.
Alterado y avergonzado, Challen retrocedió hasta chocar con la pared.

CHALLEN: Lo siento… Lo siento…

Huyó lo más rápido que el mareo le permitió correr.
En ese momento, algo cambió en la relación que había entre caballero y princesa.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Tedra no podía creer lo que estaba sucediendo.
El mismísimo rey Orion… ¡¡Había resultado ser un secuestrador de chicas!!
En ese momento, ella se encontraba de pie ante el rey, con las manos atadas a la espalda, junto a Cerith y a las demás doncellas, las cuales estaban asustadas y a punto de llorar.
Pero Tedra estaba furiosa por ese trato recibido.
Orion, sentado en su trono, las miraba con una sonrisa engreída.

ORION: En cuanto lleguen los vestidos especiales, os daré permiso para ir a cambiaros.
TEDRA: ¡Permiso! ¡¿Cómo te atreves a tratar así a una princesa real como yo?! Mad
ORION: ¿Cómo te atreves tú a alzarle la voz a un rey como yo?
TEDRA: Tú no eres un rey. ¡Eres un embustero secuestrador!
ORION: Estando calladita eres más bella, princesa de Kan-is-Tra.
ZEN: ¡Señor!

Todos miraron hacia la entrada, por dónde llegaba Zen corriendo con expresión preocupada.

ORION: ¿Qué ocurre?
ZEN: Veréis, mi rey… Es largo de contar y… Espero que no os enfadéis con la princesa Kirena…
ORION: ¿Qué ha hecho esta vez?
ZEN: Bueno, ella…

Fue interrumpido por un grito de guerra de un hombre.
Luego siguió el ruido del entrechocar de espadas y de soldados corriendo.

ORION: ¿Qué es todo ese jaleo?

Por la puerta apareció el guerrero Shaner, con la espada manchada de sangre y la respiración agitada a causa de la furia que lo embargaba.
Orion se levantó de su trono y lo miró fijamente.

ORION: ¿Quién eres tú? ¿Cómo has llegado hasta aquí?
TEDRA: ¡Shaner!

Al oír esa conocida voz, Shaner se sorprendió al ver a Tedra y a Cerith atadas junto a más chicas.
¿Qué demonios era todo esto?
Miró a Orion y a Zen con los dientes apretados.

ORION: Te he hecho unas preguntas. Si no respondes, haré que te arda la piel hasta provocarte una muerte lenta y dolorosa.
SHANER: Soy Shaner, guerrero y capitán de Ciudad Aion. No sé cómo llegué hasta aquí pero ha sido una suerte, ya que encontré secuestrada a mi princesa.

El corazón de Tedra se aceleró al oír “mi princesa”.
Dio un paso adelante y Orion lo señaló con su dedo.

ORION: No vuelvas a moverte, princesa.
TEDRA: Creí que eras una buena persona. Pero me has mentido tanto como tu estúpido guardián. ¿Por qué coleccionas a chicas?
ORION: Estoy buscando una nueva esposa.

Todas las chicas empalidecieron.
Shaner no podía creer que ese maldito loco quisiera obligar a alguna de ellas a casarse con él.
Obviamente no lo permitiría.
Alzó la espada y comenzó a acercarse a su enemigo.
Orion dirigió su dedo hacia el guerrero y una descarga eléctrica lo lanzó al suelo ante las miradas de Tedra y Cerith.

TEDRA: ¡No!
ORION: Zen os ha hablado de la parte buena que hay en mí. Pero la otra parte la conoceréis ahora…

Dicho eso, su cabello se alargó como goma elástica hasta enredarse en la cintura de Tedra para luego alzarla como una pluma y acercarla a él.

ORION: Sin duda eres la más bella de todas…pero tienes una lengua demasiado larga.
TEDRA: ¿Cómo te atreves…?

Otro mechón del cabello de Orion se enredó en el cuello y boca de la chica para hacerla callar.

ORION: Antes de eliminarte de mi lista de candidatas, disfrutaré de tu cuerpo y de tu belleza.

Tras oír eso, Shaner se levantó y volvió a correr hacia su enemigo con la espada en alto.
Pero de nuevo la descarga eléctrica lo dejó tirado en el suelo.
Las chicas al fin rompieron a llorar, incluida Cerith.

ORION: Zen, lleva a Tedra a mi habitación.
ZEN: Sí, Majestad.

En cuanto el cabello soltó a Tedra, la chica aprovechó para salir corriendo hacia Shaner, pero una descarga eléctrica la dejó inconsciente en el suelo, al lado del guerrero, el cual la miraba con el corazón en un puño.
Verla ahí…desmayada y herida…era la peor imagen que su mente estaba guardando…

ORION: Chicas repelentes y desobedientes no me gustan nada. Llévatela, Zen.
ZEN: Sí, mi rey.
SHANER: ¡No la toques!

Cegado por la furia, Shaner lanzó la espada hacia Zen y se la clavó en una pierna.
El guardián gritó y cayó al suelo, comenzando a sangrar.
Cansado ante la interrupción de ese desconocido, Orion alargó su cabello para enredarlo en las piernas del guerrero y alzarlo al aire para luego lanzarlo contra la pared y dejarlo también inconsciente.
Entonces se acercó a Cerith sonriendo, pero ella cerró los ojos con fuerza.

ORION: No tiembles, florecita. Si te portas bien…no te haré daño.
ZEN: Majestad…
ORION: ¿Qué?
ZEN: Mi herida…
ORION: Oh, claro.

Ordenó a sus soldados que se llevasen a Zen a la sala de curación.
Y así él pudo concentrarse en la asustada de Cerith.

ORION: Vamos, pequeña. Abre los ojos y mírame. Tú serás la primera en pasar la prueba.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------

Azalea estaba en la sala de estudios, intentando ponerle atención a la profesora, pero el recuerdo del beso de Challen seguía ahí, torturándola en silencio.
¿Por qué su caballero había hecho eso? ¿Por qué justamente ahora?
Recordó su mirada nublada y su tambaleo al caminar.
Claro. Eso era.
El alcohol era el causante del atrevimiento del chico.
Quitaría importancia al asunto y retomaría el trato habitual entre caballero y princesa.
Suspiró y miró a Lilly, la cual parecía más animada desde la fiesta de su padre.
Se alegraba tanto por ella…
La familia era lo más importante que podía tener una persona.
Entonces recordó a su padre y se entristeció, ya que todavía seguían peleados.
Mejor sería dejar de pensar en eso.
Vio que varios alumnos se levantaban de sus asientos para asomarse al ventanal.
Ella hizo lo mismo y sus ojos se abrieron como platos al ver la escena del cielo.
Millones de luces rosadas atravesaban las nubes con miles de destellos violetas alrededor.
Era una imagen preciosa, pero… ¿Qué era realmente eso? ¿Quizá era la señal celestial que esperaba Zaebard?
Entonces estalló una luz tan potente que los cegó a todos por completo durante unos segundos.
Pronto los alumnos comenzaron a murmurar con asombro.
En el cielo había aparecido un inmenso círculo rosado, el cual, parecía moverse en espiral.

AZALEA: ¿Qué será eso?
LILLY: Jamás había visto algo así…
PROFESORA: Por favor, chicos y chicas, volved a vuestros puestos para terminar la materia.

Una hora después, toda la gente del castillo se había reunido para seguir mirando la mancha rosada del cielo.
Challen llegó después y se acercó a su princesa, la cual lo miró de reojo, con las mejillas sonrojadas.

AZALEA: Hola.
CHALLEN: Buenos días, Alteza. ¿Cómo os fue en clase?
AZALEA: Bien. ¿Y tú cómo sigues después de haber tomado alcohol?
CHALLEN: Con dolor de cabeza, tal y como dijisteis.
AZALEA: ¿Por qué no sigues durmiendo?
CHALLEN: No, Alteza. Quiero estar pendiente de vos.

Sin saber por qué, ella se puso nerviosa.
Había decidido olvidar el beso y actuar como si nada hubiera pasado, pero le costaba tanto…
En cambio a Challen se le hacía más fácil, ya que no se lo veía incómodo o avergonzado.
Quizá no recordaba nada…
Si eso era así, pues mucho mejor.

CHALLEN: ¿Qué es eso que hay en el cielo?
AZALEA: Nadie tiene idea.

El rey Zaebard se acercó a la multitud para mirar también el extraño fenómeno del cielo.

AZALEA: ¿Es una señal de los dioses?
ZAEBARD: No lo sé. Pero quiero a todo el mundo dentro del castillo. ¡Vamos, moveros!

A regañadientes, todos fueron entrando, dejando al rey solo en el jardín.
¿Cómo podía saber si eso era una señal o no?
----------------------------------------------------------------------------------------------------

Pasaron dos días, en los cuales no había ocurrido nada extraño, excepto que el círculo rosado seguía en el cielo, pero ahora un poco más grande.
Por otro lado, Azalea seguía haciendo su vida junto a Lilly, a Challen y a sus mascotas.
Pero su mente seguía en el pasado. Y su corazón continuaba sangrando.
En ese momento, ella se encontraba en el jardín principal junto a Lilly, ya que estaban recogiendo flores para decorar sus estancias.
Oyeron el ruido de una nave aterrizar en el descampado verde.
Se dirigieron hacia allí y se sorprendieron al ver a Dalden, el cual se acercó deprisa a Azalea para coger su mano y besársela.

DALDEN: Me alegro de volver a verte, Azalea. Extrañaba poder admirar tu exquisita belleza.
AZALEA: Ho-hola, Dalden. ¿Qué te trae por aquí?
DALDEN: Me enteré de tu ruptura con Falon. Y para serte sincero, me alegro de que ya no estés con él.
AZALEA: Ah…
DALDEN: En cuanto lo supe, corrí hacia aquí sin perder tiempo. Te sigo deseando, Azalea. Y pienso hacer todo lo posible para conquistarte.

Azalea se sonrojó y Lilly se sorprendió de ver cuántos admiradores tenía su amiga.
Dalden volvió a besar la mano de la princesa.

DALDEN: Ahora iré a saludar a Zaebard. Te veo luego.

Dicho eso, saludó a Lilly y se adentró en el castillo.

LILLY: ¿Cómo haces para tenerlos locos por ti?
AZALEA: Yo no hago nada. Pero adoro ser el centro de atención.
LILLY: ¿Permitirás que el emperador Dalden te conquiste?
AZALEA: No estoy para eso, amiga. Y se lo haré saber de la mejor manera posible.
------------------------------------------------------------------------------------------------------

Apenas amanecía cuando Azalea despertó asustada…
Y no por sus pesadillas, sino por los temblores del castillo.
Las mascotas también despertaron y se aferraron a su princesa.

MOG: ¡¿Qué está pasando?!
KUPÓ: ¡Tengo mucho miedo, kupó!
AZALEA: Dios mío…

Salieron de la habitación y vieron el pasillo lleno de soldados que corrían de aquí para allá.

CHALLEN: ¡Alteza!

Su caballero llegó hasta ella y la agarró del brazo para llevarla hacia un lugar seguro.

AZALEA: ¿Por qué tiembla la tierra?
CHALLEN: No lo sé, princesa. Pero debemos ponernos a salvo.

Salieron del castillo y vieron que los alumnos, los criados y varias personas de los alrededores corrían hacia el Transportador, obviamente para huir de Aion.
Pero en el Transportador solo cabían diez personas, y ahí había más de cincuenta.
Se amontonaban en la entrada y se empujaban unos a otros.
Los soldados intentaban poner orden, pero el miedo tenía dominada a toda esa gente.

LILLY: ¡Azalea! ¡Challen!

Con gran alivio, Azalea abrazó a su amiga en cuanto llegó hasta ella.
El rey Zaebard, junto a su esposa e hijos, se reunieron con ellos.

AZALEA: ¿Qué está pasando?
ZAEBARD: No lo sé. No sé nada. Pero en unos minutos llegará mi nave para que podáis iros todos de aquí.
AZALEA: ¿Podáis? ¿Y tú qué harás?
ZAEBARD: Debo encargarme de que todos mis habitantes salgan de Aion. Yo seré el último en irme de mi ciudad.
AZALEA: Pero, Zaebard…

Sin escuchar a la princesa, el joven rey corrió hacia la gente que intentaba subir al Transportador para avisar que pronto llegaría su nave y los pondría a todos a salvo.
De pronto, sonó un gran estruendo en el cielo y estalló otra potente luz que los cegó por unos segundos.
El temblor de la tierra se hizo todavía más fuerte, y la gente comenzó a gritar de la desesperación.
Azalea abrazó a sus mascotas y rezó a los dioses para que hicieran algo pronto.
Sintió que Challen la abrazaba con fuerza y le susurraba palabras tranquilizadoras en el oído.
Challen…su ángel de la guarda…
Siempre estaba a su lado…siempre…
Cuando la cegadora luz desapareció, todos volvieron a mirar al cielo y se sorprendieron al ver la escena que se representaba.

CHALLEN: Por todos los dioses…

Las gigantescas rocas que flotaban en lo alto del cielo comenzaron a descender hacia la ciudad.
La gente gritó y empezó a huir para intentar refugiarse del peligro de ser aplastados.
Challen tomó de la mano a Azalea y salieron corriendo hacia las afueras del reino, pero habían tantas personas que les costó sobremanera llegar al centro de la ciudad.
Los ancianos no podían correr y los niños lloraban con gran desesperación y temor.
Esa escena estaba acabando con los nervios de la princesa.
Pronto las rocas fueron chocando contra las casas, edificios y calles, dejando grandes destrozos y aplastamientos a su paso.
El humo y el polvo se abalanzaron sobre las personas, provocando ceguera y ataques de tos.
Challen abrazó a su princesa para protegerla de ello, y a su vez, ella protegió a Kupó y a Mog.
En cuanto el humo se despejó un poco, Challen se horrorizó al ver la masacre que las rocas habían provocado.
Fue un golpe muy duro ver a tantas personas atrapadas bajo los destrozos, y a otras corriendo y llorando.
Azalea se soltó de su caballero para mirar también esa horrible escena.

AZALEA: Dios mío…
CHALLEN: Alteza, no miréis…
AZALEA: Dios mío, Challen…
CHALLEN: Princesa…

Sin poderlo evitar, la chica rompió a llorar y su caballero la abrazó de nuevo, cerrando los ojos para evitar seguir viendo ese caos.
Kupó y Mog se alzaron al aire para buscar con la mirada a Lilly, a Zaebard y a los demás.

MUJER: ¡Ayuda! ¡Por favor, que alguien me ayude!

Vieron que una mujer estaba arrodillada en medio de una casa destruida, quitando piedra tras piedra.
Azalea corrió hacia ella y se arrodilló a su lado.

AZALEA: ¿Qué pasa, señora?
MUJER: Mi hijo está aquí atrapado…
AZALEA: ¿Está…vivo?
MUJER: No lo sé…pero no pienso dejarlo ahí dentro…

La princesa la ayudó a sacar los escombros, sin importarle que sus manos se ensuciasen o lastimasen.
La gente huía y gritaba a su alrededor.
Las mascotas volaron hasta Challen.

KUPÓ: ¿Qué hacemos, kupó? No vemos a ninguno de los nuestros por alrededor, kupó.
MOG: Esto es una pesadilla…
CHALLEN: No conozco esta ciudad. No sé adónde ir para ponernos a salvo.

Al ver que otra de las rocas iba a caer cerca de la princesa y de la mujer, Challen corrió hacia ellas y las cogió del brazo para alzarlas del suelo.

MUJER: ¡No! ¡Mi hijo!
AZALEA: ¡Challen, suéltanos!
CHALLEN: ¡No, Alteza! ¡Estamos en peligro! ¡Debemos correr!
MUJER: ¡No, no, no!

La mujer se soltó y regresó al lugar donde yacía atrapado su hijo para seguir quitando los escombros.
Los ojos de Azalea se abrieron con terror al ver que la roca estaba a punto de caer sobre la señora y sobre la gente que había a su alrededor.

AZALEA: ¡Cuidado!

Quiso ir hacia ella, pero Challen la sujetó por la cintura y la arrastró hacia un lugar más apartado.
Pero la princesa pudo ver cómo la gigantesca roca caía sobre todas esas personas, matándolas al acto.
La onda expansiva de humo, polvo y pequeñas piedras alcanzó a la princesa y a su caballero y los lanzó al suelo con fuerza, sumiéndolos en la inconsciencia.
________________________________________________________________
TO BE CONTINUED
...
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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 8 Empty Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 8

Mensaje por ~Shia~ Mar Sep 18, 2012 9:17 pm

Que buen capitulo.Pobre señora D: y su hijo y todos los demás habitantes.
Challen *¬*,como lo amo
~Shia~
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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 8 Empty Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 8

Mensaje por Katherina Kusanovic Mar Sep 18, 2012 11:03 pm

El beso esperado! Momento AzaChall OwO xDD
Sigo intrigada con lo que paso con Falon o.o
Espero la conti!!!!!
Katherina Kusanovic
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http://el face? okno... Tashi Gimenez xDD busquen! Muajajaj

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