Robot- capítulo 1

Hallo a todos/as! :D antes que nada, pido mil perdones por haberme registrado hace una semana más o menos y no tener participación en el foro. Estoy preparando unos exámenes para la universidad y eso y el trabajo me tienen bastante atareada, ya luego de rendir la semana entrante prometo estar más activa mientras tanto aquí les dejo un fic basado en los personajes de Vocaloid, más precisamente en. Len y Rin. Desde ya advierto que si bien el fic no contendrá escenas eróticas, la historia girará en torno al incesto,así que ya saben aquellas personas que no gozan de la lectura de esta temática. Cualquier crítica. O sugerencia, en tanto sea constructiva, la agradecerè rotundamente puesto que estoy segurísima me ayudarà a crecer como escritora sin más preámbulos, aquí dejo el primer capítulo de mi fic saludos!


"ROBOT"

Capítulo 1

Conciliar el sueño a esa hora de la mañana era inútil. Llevaba casi cuarenta minutos oyendo la misma discusión de hacía más de un año. Ni mi gruesa frazada de cuero de cordero lograba bloquear los desaforados gritos provenientes de la sala que acusaban a mi padre de haber estado con otra mujer a altas horas de la noche. Si era cierto o no, ya no me importaba. Hacía mucho tiempo que había optado por no escoger partido a favor de ninguno de mis progenitores. Los problemas matrimoniales debían resolverlos ellos mismos, sin entrometer a ninguno de sus hijos. Yo sólo quería que a nosotros nos dejaran en paz. Así comencé a pensar ese extraño día, aquel que por primera y única vez en toda mi vida vi llorar a Len.
Las manecillas del reloj continuaron su trayecto, y cuando se hicieron las diez renuncié a todo intento de seguir durmiendo. Al parecer, la acalorada disputa tenía para rato. Giré el rostro hacia mi izquierda, sin despegar la cabeza de la almohada, y me encontré con un vasto espacio vacío en la cama. Lo había olvidado. Cuando decidí mudarme a Hong Kong para especializar mis estudios en la literatura, mi segunda gran pasión luego de la música, Len les pidió a nuestros padres cambiarse de habitación, y así, cuando yo regresara durante vacaciones y el receso invernal, cada uno tuviera su propia alcoba. Debo admitir que me resultó bastante difícil aceptar que él y yo ya no dormiríamos juntos, pero estoy segura de que mi decisión de haberme alejado de él le dolió mucho más, y sin embargo, jamás se atrevió a decirme ni una sola palabra al respecto.
Opté por abandonar la cama de una vez por todas y dirigirme al cuarto de mi hermano. Allí lo encontré sentado en una esquina, frente a su ordenador portátil, con los auriculares puestos y una fuerte música que podía oirse hasta donde me encontraba.
-Buen día Len!- traté de saludarlo enérgicamente, a pesar de ser consciente de que ninguno de los dos había tenido un despertar agradable. Él apenas desvió la mirada un par de segundos del monitor y me respondió con un simple "hola" apenas perceptibles.
Me acerqué un poco más y me quedé parada junto a su asiento, mirando yo también el monitor de su ordenador, y lo descubrí jugando un juego de rol de muy buenas gráficas.
-Wow! Qué sorprendente ese castillo!-exclamé emocionada pasando la vista de la pantalla a mi gemelo- Parece interesante. Es un juego nuevo?-
-Yo lo hice, debo arreglar detalles- respondió sin despegar sus ojos del monitor y maniobrando con las manos en el teclado de una forma que yo no entendía muy bien.
-Te está quedando perfecto. Apuesto a que muchos querrán comprarlo!- le sonreí complacida al decir esto último, no obstante, mi sonrisa se desvaneció en cuanto noté que Len ni siquiera oyó lo que le dije.
Retrocedí con paso lento hacia la puerta, observando atenta a cualquier reacción que él pudiera tener, mas continuaba con la atención fija en su trabajo y ni siquiera pareció percatarse de que yo ya me marchaba. Al atravesar el umbral me topé con una pared del pasillo y salí corriendo de regreso a mi cuarto con los ojos llenos de lágrimas. Me tiré en la cama, del lado que Len solía dormir, me abracé a su antigua almohada y comencé a llorar desconsoladamente. La frivolidad de mi hermano gemelo, la persona que más amaba en el mundo, me desgarraba lentamente desde el interior de las entrañas y hacia mi misma alma. Mi corazón pegaba un vuelco cuando me topaba con su mirada sombría. Ya no era mi amado Len. Se había convertido en una máquina desprovista de emociones, recubierta por tejido humano y cabellos dorados, y oxidada con el polvo del olvido de dos niños que en otro tiempo solían reir.