Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20

por SweeT PrincesS Miér Abr 10, 2013 7:34 am

"Apartarme De Tu Lado"

PARTE FINAL

A la mañana siguiente, Azalea despertó y se fijó en que el sol ya estaba bastante alto como para adivinar que era casi mediodía.
¡Oh, Dios! ¡Mediodía! ¡Se había quedado completamente dormida!
Se levantó y abrió el armario para buscar el uniforme estudiantil y los zapatos; más tarde se daría su habitual baño perfumado ya que ahora no tenía tiempo suficiente.
Al oír tanto alboroto, Zannaleah y las mascotas también despertaron.

ZANNA: ¿Qué ocurre?
AZALEA: ¡Llego tarde a clase! (-_-)
ZANNA: Oh…
AZALEA: ¡Ni Kupó ni Mog han sido capaces de despertarme! (>_<)
KUPÓ: También nos hemos quedado dormidos, kupó…
MOG: Eso nos pasa por estar hablando toda la madrugada…
KUPÓ: ¿Por qué Challen no ha venido a despertarte como siempre, kupó?
MOG: Quizá también se durmió tarde.
KUPÓ: O quizá está enfermo, kupó. Estos días no ha tenido buena cara, kupó

Tras escuchar eso, Azalea se metió en el baño, se cepilló los dientes, se lavó la cara y se peinó un poco.
¿Challen enfermo? ¿Por qué no se lo habría dicho?
Sintiéndose preocupada, se dirigió a la habitación de su caballero y tocó a la puerta, pero nadie abrió, por lo que decidió entrar sin permiso.
Ahí no estaba Challen. Y la cama estaba hecha.
Quizá estaba en el baño, así que se acercó a la puerta y también tocó, pero nada.
Lo buscó por todas partes del castillo y preguntó a todos los sirvientes por él, pero nada.
Ni siquiera había bajado a desayunar.
Cada vez más preocupada, Azalea salió al establo y habló con el mozo de cuadras, pero Challen tampoco había salido a cabalgar.
¿Habría ido a pasear por la ciudad?
Si eso fuera así, ¿por qué no la había avisado?
Era su obligación como caballero personal. ¡No debía apartarse de su lado!
Entonces vio que Dalden se le acercaba.

DALDEN: Buenos días, Azalea.
AZALEA: Hola…
DALDEN: Estaba esperando a verte para entregarte esto.

Le dio una “azalea”, la flor que se llamaba como ella junto con una carta.
La princesa sintió que el corazón se le desbocaba.

DALDEN: No sé por qué me ha escogido a mí, pero debo respetarlo. Te dejaré sola para que puedas leerla con tranquilidad.

Y se fue, dejándola nerviosa y confundida.
¿De qué iba todo esto?
Olió la flor, abrió la carta y se dispuso a leer:
“Hola, Alteza, soy vuestro caballero personal, el que os venera y os cuida con su vida. Os escribo para deciros que me siento muy feliz de que al fin hayáis podido hacer las paces con Zannaleah, con Tedra y con Cerith. Me encanta veros sonreír y disfrutar de la compañía de los que una vez fueron vuestros enemigos. No hay que malgastar la vida en odios y resentimientos, porque la acorta demasiado. Si vos sois feliz, yo también lo soy, princesa”.

Azalea tomó aire y le dio la vuelta a la hoja para continuar leyendo:

“Hola, Azalea, soy Challen, el hombre que te ama con su corazón. Te escribo para decirte que soy un maldito cobarde que ha decidido huir de sus propios sentimientos. Me odio tanto que no me siento merecedor de tu amor… Un amor que nunca será mío, pues aunque me quieras mucho, sé que jamás dejarás de amar a Falon, y ya está más que comprobado. Decidí hacerme a un lado para que puedas empezar una nueva etapa junto a él. Me di cuenta de que lo pasabas realmente mal con tus confusiones. Pero también me di cuenta de que tu corazón sigue siendo del príncipe, y que sin palabras y con hechos al fin escogiste uno de los dos. Es por eso que es preferible que sufra uno solo y no tres. Te pido perdón por decirte todo esto a través de una carta, pero no podía hacerlo cara a cara… Me hubiera derrumbado y quizá habría permanecido aun a tu lado, sufriendo. Quiero que seas completamente feliz; lo mereces, Azalea. Lucha por ello y no te preocupes por mí. Allá a dónde vaya, estaré bien. Jamás te olvidaré, hermosa mía. Hoy me atreví a marcharme… Hoy decidí apartarme de tu lado. Te amo…por siempre…”.

Azalea dejó caer la carta y la flor al suelo y miró al horizonte…
El corazón le sangraba…el pulso lo tenía muy acelerado a pesar de que le costaba respirar.
Esas palabras… Apartarme de tu lado… No las podía aceptar. Todo lo que había leído jamás lo aceptaría.
No…no…no…Challen…Challen…

AZALEA: ¡Challen!

Salió corriendo hacia la ciudad y lo buscó desesperadamente entre la gente, la cual la miraba con preocupación al verla llorando y alterada mientras gritaba sin cesar el nombre de su caballero.
Corrió y corrió hasta que sus pies la llevaron a las afueras de esa parte de la ciudad; se encontró con el sendero que llevaba al Este de Aion y lo observó con dudas, pues podía perderse.
Aunque para salir de Aion se necesitaba cruzar este camino; de seguro Challen se había marchado por aquí, por lo que decidió internarse en dicho sendero que empezaba con un bosque.

AZALEA: ¡Challen! ¡Challen!

Continuó corriendo sin mirar atrás, sin importarle que pudiera perderse o ponerse en peligro.
Corrió y corrió en línea recta. Sin dejar de llorar…sin dejar de gritar…hasta que se topó con dos ancianos leñadores, los cuales la detuvieron con preocupación al verla en ese estado.

ANCIANO: No deberías ir sola por estos lares, muchacha.
AZALEA: ¿Ustedes han visto por aquí a un chico de cabello claro y ojos azules?
ANCIANO: No; pero deberías regresar a tu casa.
AZALEA: No…no…por favor…dígame dónde queda el Este de Aion…
ANCIANO: Lo tienes al lado, cruzando esa arboleda. (señalando)
AZALEA: Gracias.

Se dirigió hacia allí a toda prisa y de nuevo se encontró rodeada de casas y de gente en las calles. Y de nuevo buscó a su caballero gritando su nombre.
La gente la miraba como si estuviera loca y la esquivaban para no ser atropellada.
Azalea no se rendiría; Challen no podía estar tan lejos puesto que no tenía dinero para viajar en nave. O quizá sí…
No; pues ella no le había dado todavía su salario.
Los pulmones le ardían de tanto correr y tenía mucha sed, por lo que se detuvo un momento y así pensar con claridad.
Para poder salir de Aion debía cogerse una nave o…o… ¡Un barco!
Oh, Dios…
El barco no era tan costoso como una nave.
Entonces se acordó de alguien: el padre de Challen…vivía aquí en el Este…
Detuvo a una mujer con nerviosismo.

AZALEA: Señora, ¿dónde queda el puerto?
MUJER: Al final de esa ancha calle. (señalando)
AZALEA: ¿Sabe si ha zarpado algún barco?
MUJER: Mi esposo trabaja ahí y los barcos solo zarpan al anochecer para que el viaje no se haga tan pesado.
AZALEA: Muchas gracias.

Gracias a los Cielos… Aun tenía una esperanza.
Todos en esta parte de la ciudad debían conocerse como vecinos que eran de toda la vida, ¿cierto?
Preguntó a todas las personas que se encontraba a su paso por el nombre de Challen y de su padre hasta que al fin un amigo de ellos le indicó el hogar.
Con fuerzas renovadas, la princesa se dirigió a la última casita de la calle y con el corazón acelerado, tocó a la puerta, pero nadie abrió.

AZALEA: Oh, Dios…no, no, no…

Continuó golpeándola con fuerza hasta que sus nudillos terminaron lastimados; gritó y lloró sin importarle que la gente la mirase.
¿Adónde habría ido Challen? ¿Quizá su padre le había entregado dinero para que viajara en nave? ¿Quizá se habían marchado los dos?
Se sentó en el rellano de la puerta y escondió la cabeza entre los brazos y las rodillas.
Esto no podía estar ocurriendo… Esto debía ser una pesadilla…
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Falon buscó a Azalea por el castillo, pero ni él ni nadie la encontraba, y ya todos empezaban a preocuparse.
Tampoco estaba Challen, y Falon pensó lo peor; vio que Dalden se le acercaba.

DALDEN: ¿Echamos una partida al ajedrez?
FALON: Ahora no.
DALDEN: ¿Por qué traes esa cara tan amargada? ¿Has vuelto a pelear con Azalea?
FALON: ¿Dónde está ella?
DALDEN: Hace media hora la dejé cerca del establo.
FALON: ¿Qué hacía allí en vez de estar en clase? ¿Acaso salió a cabalgar?
DALDEN: No tengo idea.

Falon gruñó y fue hasta el establo; entró para ver si faltaba algún caballo, pero por suerte estaban todos.
El mozo de cuadras dejó de trabajar para mirarlo.

MOZO: ¿Saldréis a cabalgar, Alteza?
FALON: No. ¿Has visto a la princesa Azalea?
MOZO: Estuvo aquí preguntándome por su caballero, y después se quedó hablando con el emperador Dalden.

Las mascotas entraron volando con una carta y una flor en sus pequeños brazos.

FALON: ¿Qué es eso?
KUPÓ: Lo hemos encontrado en el suelo, cerca del establo, kupó.

Él le arrebató la carta y la leyó; entonces lo entendió todo.

MOG: ¿Se trata de Azalea?
FALON: Quiero que sobrevoléis la ciudad entera.
MOG: ¿Qué? Pe-pero…
FALON: ¡Ahora!

Kupó y Mog salieron volando atemorizados y Falon salió del establo para observarlas mientras arrugaba la carta en su puño.

FALON: ¡Buscadla sin cesar!

Sentía furia…mucha furia…pero no por Challen, sino por Azalea; si descubría que había ido tras él para detenerlo y pedirle que se quedase con ella, no respondería, pues estaba más que harto de toda esa situación.
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Azalea llevaba más de dos horas sentada en el rellano de esa puerta; sentía que no le quedaban más lágrimas. Todo estaba perdido con Challen.
La gente pasaba y la miraba con curiosidad, algunos le preguntaban si se encontraba bien, pero ella ni respondía ni levantaba la cabeza de entre sus brazos y rodillas.
No tenía ganas de nada… No quería hablar con nadie. Se sentía tan mal por haber hecho que Challen se apartara de su lado… ¡Y todo por su propia culpa! ¡Por sus malditas confusiones sentimentales!
Sí, amaba a Falon. Pero también deseaba tener cerca a Challen, porque lo quería mucho…porque era su ángel de la guarda…su mejor amigo…
Oh, Challen…

AZALEA: Lo siento tanto… Lo siento…lo siento…
CHALLEN: ¿Alteza?

El corazón de la chica se detuvo.
Esa era la inconfundible voz de su caballero… ¿Quizá era una ilusión creada por el dolor?
Para salir de dudas, alzó la cabeza y sus ojos se encontraron con los de Challen, que los tenía llenos de lágrimas y sin embargo sonreía.

CHALLEN: ¿Llorando de nuevo?

Azalea no respondió, más solo observó cómo el padre del chico se marchaba disimuladamente para dejarlos a solas.
Challen se acercó despacio y se arrodilló frente a ella.

CHALLEN: ¿Qué hacéis aquí?
AZALEA: No me hables de “vos”, pues decidiste dejar de ser mi caballero.

A pesar de tener el rostro surcado de lágrimas, la voz de la chica tenía un tono de resentimiento, por lo que él trató de suavizarle el carácter.

CHALLEN: Simplemente es respeto, Alteza.
AZALEA: Tendrás mucho respeto pero te falta educación, ya que te fuiste sin despedirte como Dios manda. (¬ ¬)
CHALLEN: Veo que no habéis entendido la carta.
AZALEA: Sí, la entendí, pero no quiero aceptarlo.
CHALLEN: Alteza…
AZALEA: No. No quiero aceptarlo. ¡No pienso hacerlo!

Alterada de nuevo, comenzó a golpear el pecho de Challen mientras lloraba con rabia, provocando que él derramase más lágrimas de las que ya había soltado las últimas horas.
Permitió que la princesa se desahogase y terminase agotada.

AZALEA: Juraste quedarte a mi lado toda tu vida…
CHALLEN: …
AZALEA: Amo a Falon, pero te quiero mucho, Challen. Te necesito en mi vida…
CHALLEN: Sí, sé que me necesitáis, pero simplemente como amigo y como caballero protector.
AZALEA: ¿Qué tiene de malo? Jamás pusiste problemas en eso y siempre has sabido todo lo que siento por Falon.
CHALLEN: Sí, hasta que me enamoré de vos; entonces todo cambió. No seáis tan egoísta, princesa.

Azalea parpadeó, sorprendida de que por primera vez Challen le hubiera recalcado uno de sus defectos.
Sintiéndose incómodo, él se pasó la mano por el cabello.

CHALLEN: ¿Qué sentiríais vos si tuvierais que vivir cada día con la visión de Falon junto a Cerith amándose abiertamente?

Esa pregunta se formó en una escena para la mente de la princesa y su cuerpo se tensó al recordar las veces que Falon y Cerith estuvieron demasiado juntos…o cuando los encontró en el establo, semi desnudos, a punto de…
¿Qué había sentido ella en aquel entonces?
Ganas de desaparecer…ganas de morir…ganas de…

AZALEA: Huir.
CHALLEN: Sí, yo tuve que huir; es demasiado dolor para soportarlo toda una vida.

Azalea se sumió en un triste silencio, por lo que Challen supo que poco a poco ella entraba en razón.
Inspiró hondo y cortó una de las rosas que había podadas al lado del rellano, y tras quitarle las espinas con el pequeño puñal, colocó un lazo en el tallo y la puso en la parte alta del uniforme estudiantil de la joven.

CHALLEN: Os falta la chaqueta del uniforme.
AZALEA: Desperté tarde e iba con prisas.
CHALLEN: No fuisteis a clase.
AZALEA: No; te estuve buscando.

Se miraron durante lo que pareció una eternidad hasta que ella apoyó su cabeza en ese cálido pecho.

AZALEA: Te late muy rápido el corazón.
CHALLEN: Le pasa cada vez que te veo, Azalea.

De nuevo le hablaba de “tú” y no de “vos”. Y eso ya no agradaba a Azalea, pues sentía que Challen se alejaba más y más…

AZALEA: ¿Por qué no me abrazas?
CHALLEN: No puedo.
AZALEA: ¿Por qué?
CHALLEN: Si te abrazo, no podré soltarte.
AZALEA: Necesito solo un abrazo.
CHALLEN: Por eso huí, para evitar todo esto.
AZALEA: Está bien.

Se levantó y apretó los puños, sintiendo que el enfado se apoderaba de ella.

AZALEA: Siento mucho haberte hecho sufrir; bien sabes que jamás te haría daño intencionadamente. Tienes todo el derecho de marcharte si así lo deseas, y trataré de ser fuerte, pero…yo…

No quería llorar más… No deseaba derrumbarse y entristecer aun más a su caballero, el cual miraba esa delicada espalda con ganas de abrazarla y no soltarla jamás.

AZALEA: Te echaré mucho de menos y…y…se me hará extraño no verte cada día…
CHALLEN: Lo mismo me pasará a mí, pero con el tiempo tú…
AZALEA: No digas más. Es hora de despedirse. Cuídate mucho y…

Challen la interrumpió tomándola del brazo y volteándola para al fin besarla, sorprendiéndola así.
En ese momento llegó Falon con las mascotas y al ver la escena, la furia lo invadió por completo.
Eso era lo que había temido… ¡Eso era lo que no pensaba permitir de nuevo!
Contuvo las ganas de interrumpir, pero por esta vez dejaría que fuera Challen quien demostrara su fuerza de voluntad como hombre, por lo que se escondió tras la pared lateral de una casa y puso la máxima atención.
El caballero la besó a conciencia durante largos segundos, y deseó seguir así toda una vida, pero se obligó a detenerse y a apartarla de él, dejándola sumida en el silencio y la vergüenza.
Entonces la miró con una triste sonrisa.

CHALLEN: Basta de llorar; se feliz. Te amo. Adiós, Azalea.

Tras esa despedida, dio media vuelta y se alejó seguido de su padre, que cargaba con dos maletas.
Azalea lo contempló alejarse mientras que una parte de su alma se apagaba para siempre.
Kupó y Mog se situaron uno a cada hombro de la joven, tristes también.

KUPÓ: No estás sola, kupó…
MOG: Tienes que ser fuerte. Challen estará bien.
KUPÓ: Cierto, kupó. Seguramente te escribirá cartas, kupó.

Ella no respondió ni apartó la mirada de la figura que poco a poco iba perdiéndose en la lejanía de la calle que llevaba al puerto.
Adiós…Challen…

KUPÓ: Regresemos al reino, kupó.
MOG: Eso, eso. Llevas muchas horas perdida y sin comer.

Al fin Azalea suspiró y se dio la vuelta para regresar por donde había venido; entonces Falon salió a su encuentro, y antes de que ella pudiera buscar su consuelo, él le gritó todo lo que sentía en ese momento.

FALON: ¡¡Hasta aquí llegó todo esto!! ¡¡No quiero saber nada más de ti!! ¡¡Empezaré a odiarte de nuevo!!

Dicho eso, se marchó sin mirar atrás, dejándola estupefacta y sin comprender a qué venía eso.
Las mascotas siguieron a Falon y le gritaron de todo, pero él no les hizo caso y continuó alejándose.
Poco a poco, Azalea fue absorbiendo las crueles palabras de su amado; era el segundo adiós que recibía en menos de diez minutos.
¿Eso quería decir que…había perdido…a los dos chicos que…más quería? ¿Pero por qué? ¿Qué había hecho ella para merecer esto?
Se abrazó a sí misma y rompió a llorar de nuevo, sin hacer caso a las personas que intentaban hablar con ella.
Hoy había sido el peor día de su vida.
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Falon sacaba toda la ropa de su armario con movimientos bruscos y llenos de furia.
Tenía que marcharse antes de que se topara con Azalea y volviera a intentar amarla de nuevo.
En esta vida todo tenía un límite, y el suyo ya había sido superado.
Tedra, Cerith y Dalden lo miraban con pesadumbre.

DALDEN: ¿Ni siquiera vas a contarnos los motivos?
FALON: No vale la pena.
TEDRA: ¿Adónde piensas irte?
FALON: Primero a nuestro castillo, después ya veré.
TEDRA: ¿Por qué tienes que marcharte ahora que estamos todos tan unidos?

Falon se detuvo para girarse y mirar a las tres personas que lo observaban con tristeza.

FALON: No volveréis a verme almenos durante varios años.
TEDRA: ¿Qué…?
FALON: Necesito mucho tiempo para poder salir de este agujero. Necesito apartarme de su lado. Me voy y no sé cuándo regresaré. Lo siento...
________________________________________________________________
TO BE CONTINUED...

por **~Shia~** Miér Abr 10, 2013 4:21 pm

Pobre Azalea, se quedo como el perro de las dos tortas ( asi era no? xD)
Challeeeeeen TT-TT, tonto Falon el deberia de comprender un poco a Azalea, pero es demaciado egoista

por **Katherina Kusanovic** Miér Abr 10, 2013 4:46 pm

Argg tonta Azalea, yo habría hecho lo mismo que Falon ¬¬ siempre tiene que andar con sus dudas y sus mentiras, no es sincera ni con ella misma -tic- ¡Vamos Falon, yo te apoyo en tu campaña "Dejar a Azalea-la-Indecisa"! Además, además... ¿Por qué no pudo aceptar la partida de Challen y ya? Egoísta que quería que el se quedara con ella pese a su dolor... Hmp... merece que Falon la halla dejado.

por **Alice~** Jue Abr 11, 2013 12:17 am

No puedo creer que esto acabe así ... Me siento mal por Challen uAu pero era justo que el fuera libre de ese horrible sentimiento que comprendo un poco uDu ... & Falon... Oh, pobre, también tiene razón... Ninguno se merecía ese trato, a veces es mejor aceptar las cosas que hacerlas más dolorosas u.u ... ~

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