El desconocido

por Kishy Miér Ago 17, 2011 7:50 pm

Prologo
Bosques del sur, siglo s. XVII, año 1632
Dos hombres buscaban venganza hacía la bestia que acababa de aparecer, uno sujetaba una escopeta mientras el otro aguantaba la trampa por si aparecía el animal.
Oían los pasos, ellos estaban alerta, pero en ver de aparecer la bestia era un simple animalillo asustado, los cazadores se relajaron al ver al animalito y dieron la espalda a la zona donde estaban vigilando. De repente la luz de la luna desapareció y algo sobre ellos salto, una bestia blanca como la luna, de su boca asomaban unos blancos colmillos, y su cola estaba dividida en siete partes. Los cazadores se quedaron asustados, paralizados, ante aquel animal que amenazaba en matarlos. Esta bestia al ver la cara asustada de los hombres dio media vuelta y continua con su carrera por llegar hasta el mar...

Llego el amanecer y la bestia se detuvo, cerca de un árbol, se tumbó y dejo que el sol del amanecer rozara su cuerpo, de tal manera que sus patas traseras y su cola se fueron transformando en unas piernas, con una tela delgada que se posaba encima de él, su pelaje se fue convirtiendo en una piel pálida, y llego la luz al rostro del lobo que este se convirtió en la cara normal, con su boca, su nariz, sus ojos dorados, sus orejas puntiagudas, y su cabello era verde, por lo que indicaba ser un elfo.
El joven elfo se alzó, cansado, no recordaba nada, como siempre. Siempre se levantaba, después de la noche de luna llena, cansado y con algún desastre a su alrededor, pero aquella vez no había nada. Eso lo tranquilizo. Siempre amanecía rodeado de algún pobre animal que no tuvo tiempo de huir, pero esta vez no había nada, y eso le reconfortaba.

Capítulo 1. La ciudad roja

Ciudad Dorada, siglo XXI, año 2023

Por fin, después de estar mucho tiempo encerrado, logro salir gracias a una de las abogadas, al salir del edificio de la justicia muchos periodistas se abalanzaron al hombre. Todos preguntaban por lo cometido. El no hacía caso. El solo avanzaba hacia el coche que tenía al frente, la gente se volvió a abalanzar contra él, el tipo abrió la puerta del coche plateado. Entro, cerrando la ventanilla del coche. Al otro lado se sentó su abogada. Arranco el coche y acelero, dejando atrás a todos aquellos periodistas enloquecidos. Alejándose de aquel lugar que parecía maldito.
Al llegar al hotel ella dejo al botones que aparcara su coche, mientras tanto el hombre salía del otro lado del coche, colocándose delante de sus ojos verdes unas gafas de sol. Ella cogió el brazo de él, y entraron al hotel.
Subieron por el ascensor. Al llegar al piso noveno, ella cogió la mano del hombre y le entrego una llave, esa llave pertenecía a una de esas habitaciones del hotel, y le dijo:
- Que sea la última vez que te tengo que sacar de otro lio, hermanito, ¡ya sabes que la próxima no te tienes que dejar coger!-
- Lo se… pero esta vez me tenían rodeado, ¡así que esa es mi escusa!- le dijo sonrientemente-
- Aix…que tengo que hacer contigo…en fin el jefe quiere verte mañana, así que no te muevas de aquí. ¡ Entendido!- le dijo señalándole con el dedo en la nariz-
- ¡Si si! ¡Donde quieres que me vaya! ¡Si desde que hicieron el traslado no he visto nada más!-
- Bueno…por si acaso…- ella le volvió a coger la otra mano dejándole un teléfono móvil y continuo- no lo pierdas, esta mi número de teléfono gravado. Sin necesitas ayuda, llámame-
- ¡Entendido mi capitana!- dijo chistosamente, imitando a un soldado
- ¡Deja de hacer el tonto! ¡Venga ves a la habitación! Te he dejado un par de cosas.- después de ello volvió a llamar al ascensor y se giró diciéndole- ¡no te muevas de aquí vale! No quiero que te pase nada-
- Vale, te prometo que me estaré aquí hasta mañana…-
Las puertas del ascensor se abrieron, ella entro, y las puertas se cerraron.
El camino hasta su habitación, “doscientos uno, doscientos dos, doscientos tres… ¡esta es!”, iba pensado.
Saco la llave de su bolsillo, la coloco en el paño de la puerta y está sin oponer resistencia, se abrió. Entro, y la habitación era muy grande, empezó a dar una vuelta para ver más de ella, cerrando detrás de si la puerta. Tiro las llaves a una mesilla que había cerca, camino hasta la habitación donde estaba la cama, echo a un lado las puertas, encima de la cama había unas bolsas y delante una nota, donde leyó:
“ oye, aki te dejo unas bolsas con cosas ke necesitaras ok! Asi ke si kieres ábrelas y disfruta ke asta mañana keda un ratillo ;D” el sonrió al ver el pequeño dibujillo que había debajo. Se sentó, cogió una bolsa y dentro tenía un traje de gala, parecía ser caro, lo saco de la bolsa, y se lo probo. Se acercó a un espejo, se miró con el traje puesto y vio que le quedaba bastante bien. Volvió donde estaban las otras bolsas, donde contenían comida y algunos alimentos. Después de ello se quitó el traje y calentó un poco de agua para darse un buen baño. Al verse en el espejo, miro a través del reflejo como uno de los ventanales estaba abierto. Se tapó con un albornoz que tenía a mano. Miro fuera. Pero no vio nada. Puso una cara como extrañado y se dio la vuelta. Delante de él tenía al mismísimo demonio. Quiso chillar pero la bestia blanca se abalanzó contra él. Un lago de agua roja se extendió a su alrededor. El hombre estaba sin vida. El lobo blanco se fue transformando. Camino hasta la habitación, comió un poco, para quitarse el mal olor que desprendía su boca. Después de ello saco un papel con el nombre de, “Charles Newt” y lo tacho, a continuación volvió a guardar la hoja. Salió por donde acababa de entrar y desapareció entre la noche oscura y silenciosa, que acechaba la Ciudad Dorada.
El día llego, el joven del pelo verdoso paseaba por la ciudad sus orejas las ocultaba bajo una cinta, que le daba un aspecto de joven con vestimenta informal. Se sentó en una terraza de la cafetería “Lamiere”:
- ¿Que desea tomar joven?- pregunto un camarero
- Un visco té de estos- dijo señalando un té en la lista de precios
- Entendido señorito, espere unos instantes y se lo traemos. ¿Desea algo más?-
- De momento no, pero gracias-
El camarero se marchó. Al poco rato un hombre de pelo canoso, con los ojos azulados se sentó a su lado, sujetando el diario del día.
- Parece que hiciste bien tu trabajo ayer anoche. ¡Mira esta vez sale en primera plana!-
El chico miro, y pudo leer “Ayer, Charles Newt, un famoso mafioso que fue detenido hace dos años, fue liberado, pero por la noche murió. Las causas de su muerte serán investigadas estos días. De momento solo hay un sospechoso: su abogada Jacqueline Newt, hermana del mafioso….”
- Bueno, ya solo me quedan ocho más. Y así podre saldar mi deuda.-
- Veo que lo tienes todo planeado. Pero ya sabes que yo soy tu mentor. Y hasta que no los mates a todos no saldaras tu deuda con mi jefe-
- Lo se Jack, pero te tengo que hacer una pregunta,…-
El chico callo, el camarero le traía el té…
- ¿Desea tomar algo Mr. Jack?-
- No gracias chico, he desayunado en casa…-
- Entendido, que pasen un buen día- dijo después de coger las monedas del chaval
- ¿Qué me estabas diciendo Kryener? –
- Sabes que no me gusta que me llamen así… ¡me recuerda mis tiempos pasados! En fin… lo que te decía, ¿quién es tu jefe, y porque quiere que mate a esas personas?-
- Mi jefe, no quiere darte mucha información, pero más bien quiere matar a esas personas… como diría… para tapar tu identidad… todos esos conocen la leyenda del elfo lobo, o como muchos dirían de Fenris, y eso se ha extendido por la ciudad, y por ello quieren encontrar al elfo, porque así encuentran al lobo. ¿Lo entiendes?-
- Mucha gente, como tú dices, cree la historia, pero en su mente ven que los elfos, los brujos, los dragones… son fruto del pasado, si lo vieran cada día dirían “claro que existen” pero no es así. Más bien tu jefe está enfadado porque casi mato a su ejército, y no por querer esconderme.-
- Las cosas chico nunca son lo que parecen, yo de ti haría lo que te piden, y las preguntas me las guardaría, ¿entendido?-
- Si, ¡Chao amico mio!-
- Adiós chico, a por cierto, se me olvidaba ya de darte esto-
Abrió el papel bien doblado… y pudo leer…
- ¿Así que esta vez me toca a…“ Bambino Charles”? ¿este debe ser su hijo no?-
- Sí. Esta vez acudirás a su fiesta, aquí tienes la invitación.-
Le dio un sobre, bastante pesado.
- No lo abras aquí, ábrelo en tu casa, te aseguro que tienes todo para ocuparte de él. Sigue como hasta ahora y todo irá bien. ¡Buena suerte!-
Jack se marchó dejando solo a Frise, este se tomó él te y se marchó dirección al bosque, donde ya había montado una base para planear todos sus planes.