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El experimento 666

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Mensaje por NeKo-nyuu Vie Ene 03, 2014 12:51 pm

Capítulo 1: El conflicto de las razas.  

Mientras Annie corría para refugiarse del peligro decidió  esconderse en uno de los muebles que mantenían gran parte de líquidos experimentales, se escuchaban con fuerza los rugidos, los gemidos y los choques de garras y golpes. El chirriante sonido metálico de estas atravesando el metal lentamente, indicaba que la puerta que retenía a la gran masa de demonios había cedido completamente. Dentro de uno de los grandes salones, se encontraba la batalla a muerte, el lugar estaba completamente destrozado y cubierto por cadáveres que anteriormente fueron científicos, donde se encontraban demonios luchando cara a cara contra un híbrido, con un ser superior. El sujeto se movía rápidamente mientras sus mechones negros y desordenados cubrían sus ojos en determinados momentos durante la pelea, su piel blanca, ahora manchada por la sangre de algunos de los demonios, destacaba notablemente en el salón donde estaba alojada la cápsula en la que acababa de ser un objeto de experimentación. Sus ojos, dilatados por la escasa luz que apenas dejaba ver con claridad, eran de un tono claro y estos estaban decorados con ojeras, que le daban al chico una aire siniestro. El demonio que atacaba seguidamente sin darle importancia a la gravedad de las heridas de ambos pronunció:

- Veo que estas excitado por la pequeña pelea, ¿eh? -hablando a su contrincante para invitarle a atacar mientras uno de sus brazos se agrandaba mucho superando el volumen de su cuerpo mientras este sonreía haciendo asomar sus colmillos levemente-

Pero el chico no reaccionó a esto, ya que tan solo es uno de los experimentos inacabados más investigados y caros que se han llevado a cabo en este país y por consiguiente tan solo actua por instinto propio. Apareciendo detrás del demonio con gran rapidez, tanta que este último no pudo divisar sus movimientos a tiempo para evitar la mano que ahora le atravesaba el corazón. El demonio cayó entonces ante él tratando de buscar más aire mientras  llevaba sus manos contra el suelo y apoyaba su cuerpo sobre sus rodillas, observando como las baldosas de la sala tomaban el color de su propia sangre, levantó entonces su cabeza lentamente mirándole mientras sentía el amargo sabor de la sangre en su boca y como se ahogaba lentamente, ya que su sangre subía por su garganta a causa de la gran hemorragia, haciendo que esta cayera por sus labios lentamente en un fino hilo que llegaba hasta el suelo.

 ¡¿Por qué un ser como tú puede ganarme?! -hablaba entrecortado, ya que la sangre impedía que este se aclarara la voz-  


Después de contemplar tan exquisita escena el chico procedió a tomarlo por sus cabellos y a levantarlo con facilidad del suelo llevándolo cerca de él para observar con más detalle la sangre que manchaba el cuerpo del demonio,  que ahora se quejaba por el dolor de las heridas y trataba desesperadamente salvar su vida.
Pero, en efecto, no pudo evitar que el híbrido que tenía delante enterrara por completo sus largos colmillos diseñados para un único objetivo; inmovilizar a la presa para arrancar su piel y alimentarse de la sangre, que fluía por debajo de esta, con el único propósito de alimentarse. Exactamente lo que le chico estaba haciendo con él.
Annie observó que aquella puerta ya estaba por colapsar, miraba a su alrededor desesperadamente tratando de verificar por donde huir, pero aquellas ventanas eran a pruebas de golpes y con rejillas por fuera, tragó saliva al no saber qué decisión tomar. Se agachó agarrando uno de los hierros, que era el decorado para sostener los abrigos, con sus delicadas manos y lo tomó con fuerza caminando lentamente y cuidadosamente hacia la puerta, alzó aquel hierro y lo dejó caer con mucha fuerza sobre una de las cabezas de los demonios que sobresalían de la puerta, hizo lo mismo con los otros y se alejó rápidamente sin apartar su mirada de la puerta. Su respiración se agitó cada vez más por miedo y desesperación a causa de la situación que ella  creía que no estaba sucediendo. Miró como aquella puerta apenas podía mantenerse en pie, aquella chica cayó al suelo rindiéndose y dejándose llevar por aquel miedo que hacía temblar su delicado cuerpo, les miraba con sus ojos completamente sin saber a donde huir mientras dejaba caer aquel hierro haciendo sonar el molesto ruido del metal contra las baldosas. En ese momento fue cuando uno de aquellos demonios que asomaban desapareció tras de la puerta con un movimiento brusco. Tan solo se podian oir los irritantes ruidos de las garras troceando, un líquido derramarse y  el metal ser arañado junto con el sonido de los  rugidos y gemidos que procedían desde detrás de aquella puerta, que ya estaba por caer. Todo quedó en silencio repentinamente...fue entonces cuando Annie se percató de que por uno de los arañazos de la puerta la contemplaba un ojo grisl, no pestañeaba, no le apartaba la vista de encima y le penetraba con esa mirada fría y distante.

 -aquella mujer solo le miraba con temor, su respiración era recortada por su miedo. Le seguía mirando mientras sus mechones de un color fríamente blanco tapaban unos de sus ojos azules como agua cristalina- ¿quién eres?... -su voz sonaba como la de una mujer madura-  

El ojo desapareció tras la puerta y se oyó un fuerte ruido, el ruido del metal cediendo y rompiéndose finalmente. Después de que la puerta cayera el joven bajó el dedo índice que había utilizado para romperla. Fue entonces cuando dio un paso adelante mirando a aquel sujeto que tenía delante mientras sus ojos azules la miraban detalladamente y las gotas de sangre caían bajando por su cuerpo desnudo hasta el suelo por sus mechones y su piel.
Ella solo le miraba, analizando y percatándose de que  era uno de los objetos experimentados, no le apartó la mirada mientras con sus manos se deslizaban por las baldosas buscando aquella jeringa que contenía un fuerte tranquilizante, se alejaba poco a poco deslizando sus nalgas por las baldosas mientras sus piernas hacían la fuerza necesaria para alejarse poco a poco mientras buscaba  la jeringa con sus manos sin apartar su mirada.

El chico que ahora se acercaba mientras su cerebro analizaba cada detalle encontrando las diferencias físicas entre esa cosa que se movía inquieta y tiritando y los otros tipos que habían tratado de asesinarle. Se agachó para colocarse a la misma altura que aquello, su instinto sabía que no era ningún peligro, que aquello fuera lo que fuera no tendría la suficiente fuerza o inteligencia para poder atacar sin que el detuviera sus movimientos. Así pues se acercó lo suficiente como para paralizarla con su mirada. Había algo parecido entre ellos, sí el color de los ojos claros. Aquella chica le miraba mientras no controlaba la caída de sus lágrimas por miedo, su cuerpo tiritaba en busca de protección y seguridad, movió sus ojos en busca de un ser humano como ella para que viniera a protegerla. Trataba desesperadamente de moverse para huir, luego entendió poco a poco que aquel ser que le miraba no tenía la intención de atacar, analizó bien la información que obtuvo la última vez que le vio dentro de aquel cristal. Lo convirtieron en un ser peligroso para la humanidad.
El varón que ahora la miraba atento notó que los latidos de aquello se volvían más lentos y regulares poco a poco, miro sus lágrimas descifrando completamente de qué clase de sustancias estaban formadas. Hizo lo mismo con su piel, su cabello y su olor. No la mató porque no tenía hambre y sabía que esa clase de ser vivo era útil en el futuro de su raza. Después de llegar a estas conclusiones se levantó dirigiéndose hacia las ventanas y miró a través de ellas quedándose asombrado por todo lo que sus ojos veían, había gran vegetación y a lo lejos podía divisar una orilla y un líquido compuesto por gran cantidad de sal y agua según los datos que obtuvo.
La delicada mujer se levantó controlando el miedo que recorría su cuerpo entero, llevó sus manos a cada brazo contrario de ella, miró al joven analizar atentamente el paisaje a través de la ventana. Caminó hacia uno de los cadáveres ya que alguno de ellos era su superior, tomó una de las chaquetas de uno de lo sujetos, se acercó tratando de ganar su confianza, cubriéndolo con aquella chaqueta que cubrió su cuerpo completo. La chica caminó entre los cadáveres tratando de no pisarlos, buscó entre los muebles de cristal un líquido que contenía unos fluidos químicos que a la vez eran tranquilizantes para su hambre, no la suya sino la de aquel chico. Él no apartó la mirada de ella desde el instante en que llevó sus manos a sus brazos y analizo antes de que le colocara la chaqueta si era dañina o no, decidió quedarse quieto sabiendo que algún movimiento suyo haría que aquella indefensa criatura saliera corriendo o se asustara, al igual que lo haría esos animales alados que acababa de divisar entre la maleza desde la ventana. Miro como ella se dirigía entre los cadáveres y la siguió por no perderla desde cierta distancia para que no se alterara, no dio importancia al sonido producido por sus pies descalzos atravesando el cráneo de alguno de los sacos de fluidos y compuestos orgánicos que no tenian vida.
 
 -divisó bien a su alrededor en busca algún peligro, se dirigió rápidamente hacia uno de los salones que guardaba ropa de aquellos sujetos que trabajaban en el laboratorio, abrió uno de los casilleros y tomó la ropa- puedes entender mi idioma?... -le mira y se acercó un poco al chico- puedes hacerlo?... -esperó el resultado de su respuesta-
 


El chico se fijó en el movimiento de aquellos labios que seguían una serie,  un código específico que transmitía una serie de sonidos. Empezó a analizar, entonces, los sonidos y la forma de articulación de cada uno de ellos dándose cuenta de que trataba de comunicarse igual que el tipo hizo antes de que atravesará su corazón.

Al ver la reacción del chico nuevo, solo se decidió a guardar algunos archivos sobre su creación en un portafolios cercano de un pequeña mesita. Tomó algunos antídotos sellandolos y guardandolos en uno de sus bolsillos de su chaqueta. Se levanta decidida en mantener aquel experimento con vida hasta lo último que haga. Le mira y jala leve de uno de sus brazos tratando que le siga buscando las puertas de escape de emergencia, mientras caminan por uno de los pasillo de los quirófanos, divisó una especie de arma en caso de urgencias, caminó rápidamente hacia el, la tomo y miro detalladamente si estaba cargada o no. Miró nuevamente hacia atrás si aquel chico aún le seguía.

El chico le había seguido todo el tiempo analizando cada movimiento y cada centímetro del lugar, a pesar de que tan solo llevaba una bata de laboratorio, no sentia ningun frío. Sus pies descalzos se manchaban por la sangre que ya estaba seca, bajó su cabeza mirando aquellas substancias agridulces, algunas más saladas que otras, imaginando como sería poder beber más de aquello, fué entonces cuando escucho un ruido metálico y giró rápidamente su cabeza hacia la chica que tenía enfrente de él. Ella no era un peligro, era demasiado débil como para dañarlo. Por otra parte ella sería necesaria para mantener su especie, pero lo que sostenía en sus manos si suponía un peligro. Empezó a andar rápidamente hacia ella sin aviso ninguno, fue avanzando dejándola contra la pared mientras miraba sus ojos de manera distante como siempre. Colocó su mano en el arma rompiendola con gran facilidad mientras escuchaba el metal crujir y doblarse.

Annie solo soltó el arma al sentir como aquella fuerza dobla el metal con facilidad comparandolo con un papel, solo le miró de una forma temerosa y sin decir una palabra por miedo a cómo podría reaccionar, miró hasta al fondo del pasillo buscando alguna puerta de salida, se apartó de él por incomodidad y miedo, siguió caminando. El único ruido que había en aquel pasillo era el de los pasos de los tacones de aquella mujer mientras caminaba. Tomó unas llaves y camino hacia una puerta que le llamo la atencion, colocó aquella llave por el pequeño cerrojo de la puerta y sintió un ruido metálico que resultó ser  la removida del seguro, con una de sus manos abrió la puerta mirando el lugar oscuro y frío. Se estremeció rozando ambas de sus manos por sus dos brazos manteniendo su calor corporal. Con una de sus manos rozó la pared buscando el interruptor para iluminar el lugar. Todas las luces de la sala se prendieron de la nada, Annie apartó bruscamente su mano de la pared asustada, miró a su alrededor buscando si alguien seguía con vida. Tragó saliva y miró los contenedores de cadáveres congelados. Siguió caminando y pisando los archivos y papeles que estaban derramados en el suelo.
Fue entonces cuando el ruido causado por el movimientos de los papeles hizo que se girara, no había ningún peligro tan solo era aquel extraño híbrido observando cada una de las runas que regían el abecedario de su lenguaje. Los ojos del chico se movían rápidamente mientras grababan en su memoria cada runa exacta y algunas de las secuencias que le parecían más importantes, movió su oreja detectando un fuerte ruido avanzar  hacia ellos mientras algo golpeaba las paredes de metal fuertemente. Se incorporó rápidamente y corrió hacía Annie mientras sacaba sus colmillos demostrando enfado en su rostro por primera vez.
Annie volteó su cabeza mirando al experimento que corría hacia ella con enfado, se aleja corriendo mientras una de sus piernas resbala con una de las hojas de archivos, cayendo completamente, ella sin poder hacer nada cubre su cabeza con ambas manos mientras cierra sus ojos con fuerza. Tan solo notó una rápida brisa de aire mover sus cabello y un fuerte choque, volteó su cabeza poco a poco mientras abría sus ojos. Lo que vio fue una reacción que nunca había visto antes en él. El chico estaba sosteniendo a uno de los demonios, que debería haber estado escondido hasta ahora, por sus cuernos puntiagudos y mortales mientras el demonio trataba de librarse moviendo su cabeza y rugiendo frustradamente. Fue entonces cuando el chico esperó hasta que volvió a agitar su cabeza y sobre su  mismo eje centró sus energías en sus dedos, sus muñecas, sus brazos, sus hombros y su torso, girando sobre sí mismo rompiendo el cuello de su presa con facilidad mientras lo seguía manteniendo por sus cuernos. No iba a permitir que nadie tocara a aquella cosa débil que estaba bajo de él aún asustada.
Annie escuchó un grito familiar, levantó levemente su cabeza mientras aquel chico seguía sosteniendo al demonio en sus manos. Ella se levantó sin pensarlo dos veces, sosteniéndose de sus piernas temblando levemente, corrió sin darle importancia a lo demás reconociendo el grito de su hermana mayor. Corrió rápidamente hacia la dirección del los gritos desgarradores a causa de algo, su respiración se aceleró por el momento de desesperación en busca de ella mientras gritaba su nombre -Alice-. Llegó a una de las puertas del pasillo que estaba sellada y cerrada por dentro, golpeó fuertemente sin dejar de nombrar a su hermana, buscó en sus bolsillos la llave desesperada, en el momento extremo que pasaba las llaves se resbalan de sus dedos por nerviosismo y temor, se agachó a recogerlas al escuchar el fuerte crujido de huesos rotos y carne desgarrarse mientras el grito desgarrante y dolorosa se hacía más fuerte, Annie intento abrir la puerta con todas las llaves que tenía en sus manos sin resultado, sentía como se ahogaba por la desesperación si poder hacer nada por ella, corría sus lágrimas por sus mejillas mientras no dejaba de golpear la puerta metálica que era una de las salas del quirófano.
Esos gritos llegaron en forma de eco hasta los oídos de él, quien estaba dispuesto a alimentarse, pero aquella secuencia de sonidos que ella repetía significaban algo y los gritos y los golpes sonaban a que algo andaba mal. Corrió entonces rápidamente siguiendo el rastro de ella cuando olió el aroma de aquellos demonios, y la sangre escuchó también el delicioso crujido de los huesos. Corrió más deprisa entonces excitado por todo ese aroma y derribó la puerta con uno de sus hombros como si fuera un simple trozo de cartón. La puerta salió despedida por la fuerza del impacto bastante abollada y golpeó a uno de los demonios aplastandolo contra la pared mientras sus organismos dejaban de funcionar por hemorragias internas.
Al ver a su hermana mayor completamente destrozada, observó que sus órganos internos habían sido arrancados y sus costillas habían sido destrozadas por los dientes de aquellos seres, solo vió el rostro de su hermana que se mantenía aún completo pero bañado por su propia sangre, llevo una de sus manos a su boca mientras sus lágrimas no cesaban corro sin pensarlo y tomó una de las sillas golpeando la cabeza de uno de ellos mientras aun queriendo arrancar la pierna de la hermana de annie, Annie sintió el crujir el cráneo roto de aquel demonios por la silla incrustada en su cabeza, gritó por dolor y frustración al no poder llegar a tiempo, sacó aquella silla giratoria de la cabeza de ese demonio, golpeó al otro que comidia los órganos de su hermana mayor, le golpeó la espalda rompiéndole la columna y sus costillas, annie alzó la silla hacia arriba mientras una de sus piernas la coloca en la cabeza de este contra el suelo aplastandolo y enterrando su taco reventando su ojo como si fuera una globo, escucho los gemidos de dolor de aquel demonio, su respiración se había agitado junto con sus latidos al extremo que había logrado llegar, da su último grito de desesperación, apartando su pie de la cabeza de este mientras deja caer con fuerza la silla giratoria sobre la cabeza de ese demonio rompiendola por completo.
El chico perplejo, por lo que acababa de ver, había analizado como siempre todo lo que había hecho, cada gesto de ira y como se movían sus músculos,  trato de comprender por qué ese cambio. Miró el cadáver que había en la sala y la miro a ella, algo era extraño...ellas dos se parecían. Empezó a comprender entonces que eran de la misma raza, como todos los demás cadáveres, pero a ellas les unía algo más...Y ese algo lo comprobaría más adelante pero para hacerlo necesitaba muestras. Se dirigió entonces a el cuerpo de la presa de aquellos demonios y empezó a lamer la sangre y a masticar la piel. Annie al ver cómo su experimento de años de trabajo empezaba a comer de su hermana, tomó uno de los metales que estaba en el suelo, y con ira, fue hacia a él golpeando su cabeza mientras sus lagrimas no paraban de caer y gritaba de frustración. Él esquivo sin dificultad y tomo el hierro, la miro analizando lo que acaba de ocurrir, ¿por qué lo había atacado?¿Porque se había comportado exactamente igual que con los otros dos demonios?. Ya sabía que aquello que caía por su piel era substancias producidas por su mismo organismo, pero ahora no estaba desprotegida ni sola, entonces,¿por qué?, se mantuvo breves minutos reflexionando ahora sobre los movimientos que había realizado él y entendió la respuesta a todo. Ella no permitiría que se acercaran a aquel cadáver, sin importar el riesgo que pudiera correr. Fue entonces cuando actualizó la información de su cabeza, clasificó aquella especie como -ser peligroso en situaciones excepcionales- y eliminó su anterior clasificación -débiles-, aún así no logro descifrar el por qué estaban cayendo esas substancias por sus mejillas otra vez.
Annie respiraba por su boca rápidamente por culpa del  extremo al  que llegó, aún sostenía el metal en sus manos sin duda en atacar aún protegiendo a su hermana sin importar  nada, no le importó lo que estaba frente de ella e ignoró que ese chico era el experimento que tenía que proteger, después de unos minutos reaccionó poco a poco lo cual bajó lentamente el metal, le miró y miró a su hermana llevando una de sus manos a su rostro limpiando sus lagrimas, aguantando la ira y dolor que acaba de ver en esos momentos, dejándose caer de rodillas al suelo sin importar mancharse por la misma sangre que pertenecía a su hermana, llevó sus manos a su cara cubriendola por completo y sin aguantar más estalló en llanto.
Se agachó junto a ella observando detalladamente, seguramente aquellas lágrimas se debían a otra cosa, entonces contemplo la posibilidad de que aquellos dos individuos se conocieran y tuvieran un cierto apego, por lo cual la muerte de uno de ellos causaría un estado negativo en el otro, y quizá lo que estaba viendo en ella era la expresión de ese estado negativo. Pero necesitaba datos para poder dar este análisis por bueno, acercó su cuerpo a ella lentamente y tomó uno de sus dedos con su mano izquierda. La acercó a su boca y lo colocó contra sus labios por leves segundos mientras abría y colocaba su lengua contra la piel de su dedo y cerró finalmente su boca clavando sus colmillos en el descifrando el código y la información que contenía su sangre. Annie levantó su cabeza mirando qué es lo que hacía aquel chico, apartó su mano sin dudarlo. Su respiración se había calmado hasta ser regular y sus pulsos igual, solo se levantó, trato de no vomitar al ver el estado de su hermana, revisó su bata buscando algo de ella, miró su cuello, que aun tenia el colgante que les regaló su madre, se la quitó cuidadosamente aun manchandose sin importarle, lo guardo en uno de sus bolsillo mientras peino con sus dedos el cabello de su hermana deslizándolos por última vez. Miro el reloj que sus agujas no dejaban de sonar mientras seguian moviendose, respiró hondo y suspiro al ver la hora en que ya estaba por amanecer, miró al chico ya cansada, se volvió a sentar apoyando su espalda en una de las patas de la camilla metalica, cerró sus ojos poco a poco y los volvió a abrir mirando el suelo bañado en sangre de diferentes personas mezcladas por la sangre de esos monstruos.
Él notó el sabor de la sangre de ella y observó sus movimientos mientras dio por bueno su análisis antes realizado, ella ahora estaba calmada así que entendió que sus lágrimas expresaron su dolor hasta que se calmó por completo. Miro el colgante sin darle mucha importancia, se levanto y tomo su mano sacándola de esa habitación repleta de bacterias, soltó su mano una vez afuera y miro detalladamente lo bajas que estaban sus energías.
Annie ya cansada de una noche agitada empezó a caminar buscando la salida, ignorando quienes estaban muertos o si había algún ser con vida aún, siguió caminando hasta que consiguió salir, observó el oscuro bosque que rodeaba al edificio. Miró a su alrededor por seguridad propia, estiró de su experimento y siguió caminando infiltrándose en el bosque, observando que los troncos de los árboles se acercaban a cada paso que ella daba esquivandolo como si nada a través de la oscuridad, teniendo en cuenta de que cerca de aquel lugar se encontraba una carretera. Después de andar durante un largo rato el chico se seguía preguntando por qué aquella criatura seguía avanzando por los mismos lugares una y otra vez, aún así tan solo se limitó a seguirla. Pero de pronto se detuvo, no porque estuviera cansado sino porque era consciente de que aquella chica ya no tenía más energías en su cuerpo, y por lo que descubrió en su sangre esa criatura que tenía delante necesitaba materia orgánica para poder reponerlas. Así pues se detuvo sabiendo que ella no iría a ninguna parte sin él.
Annie ya cansada de andar en círculos sin saber muy bien a donde ir ya que el cansancio y el sueño dominaban poco a poco su frágil cuerpo, miró al chico que se detuvo, sólo buscó un lugar más cómodo para descansar, camino unos cuantos metros y se sentó en un montón de hojas secas y apoyó su espalda contra el árbol, pasó su mano por su frente en forma de molesta ya que no lograba salir de ese lugar, se abrazó a sí misma por el frío, ya que solo estaba vestida con su polera y su falda que encima solo lo cubría su bata, abrió leve su boca empezando a juntar sus manos cerca de su boca y expulsó un aire cálido queriendo calentar sus manos. El híbrido miró hacía arriba y vio las pequeñas criaturas que habitaban los árboles, miró a Annie y por los gestos que ella realizaba entendió que el clima no era apto para ella y por lo tanto tenía que calentar su cuerpo para no morir o enfermar gravemente, odiaba a esas criaturas, todo eran problemas, eran demasiado débiles. Aún así tenía que mantenerla con vida, ella sería necesaria más adelante. Rápidamente trepó a uno de los árboles hasta las ramas más altas. Tardó unos minutos en bajar otra vez, miró a la chica mientras sostenía una de las pequeñas criaturas aladas en su boca mientras esta le picaba y trataba de escapar. Se acercó a Annie y llevó las manos a su boca mientras se quedaba de cuclillas a su lado. Tomó el pájaro con sus manos y le partió la columna con un rápido movimiento dejando sonar el crujir de los huesos de animal. Acercó su mano a ella y le dejó el cadáver del pobre pájaro en sus labios. Aquella chica le miró y sintió el pájaro entre sus labios y dentro de su boca, notando las plumas por su lengua y su paladar, se alejó del cadáver, escupiendo y tosiendo al pasar a tragar una de sus plumas, llevó una de sus manos hacia su boca aún tosiendo sin parar, no tuvo otra opción de tragarlo al no poder sacarlo mientras tosía, miró al chico.
 
-¿Acaso eres estupido?¡, no puedo comer esa mierda de animal crudo! -le grita, al poco paso de los minutos recordó  que él no era como los otros seres, se quedó en silencio molesta por el sueño y el hambre-
Él movió sus orejas molesto por el estruendo que estaba montando, la miró con sus ojos grises levemente cubiertos por sus cabellos negros y sus ojeras, recordó toda la secuencia de sonidos que emitió Annie. Abrió su boca y movió sus labios imitando su manera de articular las palabras.

-No-susurro por primera vez el chico, su voz era serena y de un tono grave. No le apartó los ojos de encima mientras volvía a hablar una vez más- Come.-

Annie le miró sorprendida al escuchar por primera vez su trabajo de años, miró el pájaro, le miro a él, noto que el chico se esforzaba que ella aun siguiera con vida, tomo el animal en sus manos, tragó saliva por la estupidez que iba a hacer, jalo con fuerza separando la cabeza del cuerpo del animal, miró la sangre que salía de aquel cuerpo, ella dejó la cabeza a un lado mientras arrancaba las plumas del pequeño animal, miró seguidamente al chico, pensó en un nombre para él.
Él chico le miró sin entender qué estaba haciendo, acercó su boca al suelo y se tragó la cabeza del animal. Ella no la quería y no iba a dejar comida desperdiciada. Todo era nuevo para él, se quedó sentado mirando todo los movimientos que ella realizaba y que estaba haciendo, miro alrededor y iba de un lado a otro tocando las cosas que él desconocía como las hojas, también atrapó con facilidad gran variedad de animales. Los tocaba a cada uno de ellos comprobando como de débiles eran, durante la noche solo consiguió juguetear y experimentar con algunos roedores , por lo tanto no le asombro ninguno de ellos, todos eran incluso más débiles que la molesta hembra que tenía que cargar. Aún así se limitó a hacer su trabajo, para lo que estaba hecho, para retener información sobre todo lo que le rodeaba. Para él tan solo era un instinto, él no sabía que la intención de su creación era crear a un sujeto capaz de aniquilar y destruir cualquier cosa. La arma definitiva para la guerra.
La pequeña chica, cerró sus ojos sabiendo lo que iba a hacer era asqueroso, abre su boca mordiendo la carne desnuda de aquella ave jalando con fuerza tomando un pedazo, siguió con sus ojos cerrados haciendo unos gestos que expresan su desagrado hacia lo que estaba haciendo, trago sin masticar, empezó a toser para no vomitar. Volvió a mirar el pájaro, suspiro fuertemente hizo lo mismo que vez anterior por última vez y lo dejo de lado al no poder aguantar, solo trago y volvió a toser. Dejo el ave de lado, se volvió a apoyar en el árbol, miró hacia arriba mirando las hojas negras por las sombras y algunos agujero de ellas que hacían notar el cielo oscuro, empezando a cerrar sus ojos cansada poco a poco dejando caer su cabeza lentamente hacia a un lado. Acomodo levemente sus piernas juntandolas más, llevo sus manos tras cada brazo contrario de ella abrazándose a sí misma. Pasado un tiempo el chico volvió junto a ella y se quedó mirándola durante un largo rato¿Qué estaba haciendo ahora?, no se alarmó ya que enseguida se fijó en que ella aún respiraba. Se acercó silencioso como siempre,acercó su cara cerca de la de ella y se la quedó mirando de cerca. Se cansó de esperar a que abriera los ojos por si sola después de quedarse así durante 2 horas. Se separó y observó en qué posición estaba, eso era lo único que entendió fácilmente, estaba intentando mantener su temperatura corporal para poder sobrevivir a ese clima. Acercó la palma de su mano y la colocó sobre su cara. Su piel estaba más fría que antes. Miró alrededor tratando de buscar algo para que no sintiera tanto frío. Bajó su mirada y se sacó la bata que lo cubría y se la colocó encima de mala manera. La tela la protegería del aire y detendría un poco la humedad. La empezó a mover  leve para que reaccionara a algo, quizá estaba enferma o quizá había sido el pájaro. Pestañeo varias veces mientras pensaba que podría ser. Annie no despertaba ya que pasaba por la etapa de hipotermia, mientras ella aún dormía por un sueño que no la libraba de nada, su cuerpo empezó a reaccionar empezando a tiritar para mantener aunque sea un poco de calor, su respiración se colocó entre cortada mientras tiritaba, su piel se estremecía bajo su ropa, sus labios tiritaba. La ropa que tenía encima se movía, se escuchaban hojas secas crujiendo ya que un ser de gran poder se acercaba mientras aquel chico se estaba distrayendo por una criatura que lo valiera la pena en que viviera en el estado que esta pasando.
Rápidamente el chico se percató de la presencia de algo alrededor, tomó a Annie en brazos y se alejó. Saltó rápidamente al tronco de uno de los pinos que tenía delante. Dejó a Annie sobre él mientras la sostenía para que no cayera, miraba hacía abajo desde el tronco sin hacer ningún movimiento y manteniéndose totalmente en silencio, si era necesario mataría aquella cosa aunque aún tenía que pensar en donde dejar a Annie antes de separarse de ella en ese estado. Aparece una sombra de gran tamaño, se notaba el rugido de hambre guiándose por el olor de la única humana que quedaba en ese lugar, miró hacia arriba, sus ojos brillaron de la nada por la luz de la luna que penetró en el bosque, movió su cola mostrando sus colmillos y emitiendo rugidos leves llamando a otros. Por el otro lado Annie empezó que su respiración se le dificultaba y su cuerpo ya no lo sentía, reacciona de a poco abriendo sus ojos sin dejar de tiritar, miro al chico desnudo sin entender, trato de mirar a donde miraba él, notó los rugidos de otros acercándose, miró a los alrededores y se dio cuenta de que por el momento están en las alturas de los árboles. Él empezó a separarse de Annie y a dejarla recostada sobre el tronco que era lo suficientemente grueso para que pudiera quedarse ahí por un rato sin correr peligro de que este se rompiera, miró su cuerpo tiritar y sus labios colocarse morados por el frío y la piel de estos agrietarse, por primera vez en las pocas horas de “vida” no supo bien qué hacer, miro debajo una vez más, calculó que tardaría una hora en eliminar a esos demonios, volvió a mirar a Annie y la cargó otra vez en sus brazos, en una hora seguramente ella estaría muerta. Ella confiaba en él y era la única humana que quedaba, no iba a permitir que aquellos individuos la usaran, él había sido el que la había tenido que cuidar. Empezó a saltar de árbol en árbol rápidamente, lo había aprendido de observar a los roedores. Se alejo rápidamente de ellos perdiéndose de vista. Bajo entonces con Annie de un salto de unos 10 metros como mínimo.
El pelo del chico se movía rápidamente mientras caían dejando ver sus cejas que eran finas y negras como su cabello.
Annie poco a poco se aferró a él en busca de calor mientras seguirá temblando su cuerpo sin parar.

Walter…-susurro entrecortado llamándolo por su nombre anterior cuando él solo era un humano, siguió temblando, miró alrededor de reojo observando que ya estaban en la carretera, alivio un poco diciéndole- quédate aquí, es seguro…-

Walter abrió sus ojos al oír su nombre después de tanto tiempo, esa secuencia de sonidos le era muy familiar, le recordaba a algo. Pero, ¿ a qué?.
No lo sabía y eso le desconcertaba, no le agradaba para nada desconocer lo que sucedía, ¿por qué ella lo había llamado así? ¿por qué le resultaba tan familiar? ¿Quién era él?.  Miró a Annie mientra entendía otra palabra “seguro”.  Dejó de lado sus dudas y se centró en ella, al fin y al cabo ella le podría explicar todo, y eso ahora mismo es lo que él más deseaba. Observó el terreno de la carretera y el aire contaminado por ‘’Dióxido de carbono’’, el aire era pesado y transportaba partículas que ni a él le agradaban, se adentró un poco en el bosque de alrededor de la carretera, no mucho solo lo suficiente para evadir ese aire asqueroso. Dejo a Annie recostada en el suelo por un segundo, trepó rápidamente a los árboles y arranco muchas hojas dejándolas caer abajo, arrancó las hojas de los árboles que tenían hojas más grandes y más frondosas, bajó rápidamente enterrando sus uñas en la corteza del árbol y las tomo todas con sus brazos, las coloco todas en un montón bastante grande y colocó a Annie encima de las hojas, separandola así del frío suelo y de la humedad que este desprendía. La cubrió mejor con su bata y siguió buscando rápidamente algo más mientras pensaba en como calentarla, recordó entonces el fuego de el laboratorio...aquello era lo que necesitaba, tomó los troncos más secos y los apiló cerca de ella. Y encendió una pequeña hoguera con las hojas secas y utilizando la fricción de dos piedras entre ellas creando una pequeña chispa de energía térmica que prendió las hojas que después prendieron los troncos. De la nada a lo lejos se veían unas luces acercarse, Annie se dio cuenta, se levantó sentándose y miró hacía allí sonriendo se levantó dificultosamente, caminó hacía  la mitad de la carretera mientras movía sus manos para llamar la atención, notó un arma salir del automóvil, que se acercaba, de alto calibre. Annie abrió más sus ojos, se escuchó el disparo, las aves huyeron volando entre los árboles por el escandaloso ruido de la arma.    

Walter volteó su cabeza rápidamente y corrió hacia la dirección de ese ruido...ya lo había escuchado antes. Otra vez la maldita criatura de las narices se había ido sin avisar, después de que estuviera buscando cosas para ella durante un largo rato, entonces decidió actualizar otra vez su clasificación anterior, ahora se llamaría -ser peligroso en situaciones excepcionales y bastante molesto e imprudente-. Se molesto bastante, sin embargo no le quedaba opción. Se subió rápidamente a una de las ramas y miró hacia la carretera, el dióxido de carbono en el aire había aumentado, algo acababa de suceder.
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