Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 13

por SweeT PrincesS Dom Sep 30, 2012 9:17 am

"Amor Y Rencores"

PARTE 2 (FINAL)

Zannaleah se sentía feliz de que los dioses le hubieran permitido retirarse de su puesto como Cazadora por un tiempo.
Corrió hacia el jardín en dónde Challen y compañía reían y conversaban.
Con la emoción pintada en el rostro, los miró a todos con una sonrisa para luego fijarse en su prometido.

ZANNA: ¿Me acompañas, Challen?
CHALLEN: ¿Qué?
ZANNA: A ver a mi madre. Se alegrará mucho de verte.
CHALLEN: Yo…

El caballero miró a su princesa, buscando su permiso.
Azalea lo miró unos segundos y luego miró a Zannaleah.

AZALEA: ¿Cuándo?
ZANNA: Hoy mismo.
AZALEA: ¿Y hasta cuándo?
ZANNA: Vos decidís, princesa.
AZALEA: Bueno, ¿dos días?
ZANNA: Perfecto. Gracias, Alteza. Te espero en la salida del castillo, Challen. Iré a preparar mis cosas.

Dicho eso, salió corriendo de nuevo, mucho más contenta que antes.
Azalea se dio cuenta de que Aika, Lilly y Lenoic la miraban con sorpresa.

AZALEA: Yo tampoco entiendo por qué nos parecemos tanto.
LILLY: Se dice que tenemos un doble en el mundo, ¿no?
AZALEA: Mm.
CHALLEN: Alteza, ¿estáis segura de aceptar que me vaya dos días?
AZALEA: Sí. No te preocupes. Aquí estaré protegida y cuidada.
CHALLEN: Pero…
AZALEA: Ya está decidido. Te hará bien descansar esos días.
KUPÓ: ¿Y cuándo iremos a Krystán, kupó?
AZALEA: En cuanto Challen regrese. Y ahora me iré a estudiar para el próximo examen.
AIKA: No debiste mencionarlo. Qué pereza…
LILLY: Podemos estudiar juntos en la biblioteca para que no se haga tan aburrido. ¿Verdad, Lenoic?
LENOIC: Sí, cla-claro.

En cuanto Azalea regresó a su habitación junto a sus mascotas, se asomó a la terraza para mirar desde esa altura la actividad de la ciudad central.
Muy pronto regresaría a su hogar y podría estar con sus padres.
Sabía que en el refugio de su castillo dejaría de pensar en Falon, ya que tenía decidido organizar un baile de disfraces.
Estaba dispuesta a ser la Azalea alegre y rebelde de antes.
Oyó pasos abajo en el jardín y vio que era Falon, el cual estaba sudoroso, despeinado y con la espada en la mano.
Al parecer, venía de entrenar.
El chico alzó los ojos hacia ella y su corazón dio un vuelco.
Los recuerdos de la última vez que hicieron el amor la golpearon con fuerza.
Necesitaba urgentemente alejarse de Aion para no volver a verlo más.
Respiró hondo y volvió a la habitación para sentarse en la cama y rodearse de libros.
Pronto empezó a estudiar bajo las miradas de Kupó y de Mog.
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El río había arrastrado a Tedra y a Shaner hasta el lago del Sud de Aion.
Ahora yacían acostados sobre la hierba, empapados y con las respiraciones agitadas.
Habían sobrevivido gracias a él.
Y la verdad, el guerrero estaba demasiado furioso para poder hablar.
En cambio la princesa se echó a reír, enfureciéndolo todavía más.
Era la mayor locura que había cometido Tedra.
El hecho de haber podido morir ahogada no la asustaba.
Ya nada la asustaba porque Shaner estaba ahí…protegiéndola.
Anhelaba hablarle de sus sentimientos, pero era muy pronto y sabía que no la creería.
Estaba dispuesta a demostrárselo.
Vio que él se levantaba del suelo con expresión atormentada.

TEDRA: ¿Shaner?
SHANER: Volvamos al reino. Ya es tarde.

¿Cómo? ¿No iba a regañarla por haber causado semejante peligro? ¿Ni siquiera le pelearía un poquito?
Se levantó también y se le acercó, pero Shaner la detuvo con la mano en alto.

SHANER: En cuanto lleguemos al castillo, hablaré seriamente con Zaebard.
TEDRA: ¿Para qué?
SHANER: Pienso renunciar al puesto como vuestro caballero personal y protector.

Tedra se quedó helada.
No podía estar hablando en serio.
Dio un paso hacia él, y le dolió ver que se apartaba.

TEDRA: No puedes hacer eso.
SHANER: Claro que puedo. Soy una persona, maldita sea, no un muñeco que podéis mover a vuestro antojo.
TEDRA: ¿Por qué me hablas así?
SHANER: ¿Y todavía lo preguntáis?
TEDRA: Solo ha sido un impulso y…
SHANER: Pues espero no estar a vuestro lado cuando sintáis otro de esos peligrosos impulsos.

Dicho eso, emprendió el camino hacia el reino.
Oh, Dios… Estaba realmente furioso.
Tedra suspiró y lo siguió con prisa.
No podía hacer eso. ¡No debía renunciar al puesto como caballero!
No lo permitiría.
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Ya al atardecer, Challen entró en la estancia de su princesa y la vio estudiando.

CHALLEN: Siento interrumpiros, Alteza.
AZALEA: Tranquilo, pasa. Así me tomaré un descanso.
CHALLEN: Solo quería…despedirme.

Azalea se levantó de la cama y se acercó a él para darle un abrazo.
Un abrazo que aceleró el corazón del joven caballero.

AZALEA: Descansa todo lo que puedas y relájate. Te mereces estas mini vacaciones. Así podrás visitar a la madre de Zannaleah, que supongo le tendrás mucho cariño, ¿no?
CHALLEN: Sí. Siempre se portó muy bien conmigo. Es una gran mujer.

La princesa le sonrió con dulzura y Challen se sintió bloqueado.
Se había acostumbrado tanto a estar con ella que ahora le costaba mucho alejarse de su lado.
Sentía que si no estaba ahí acompañándola, algo le ocurriría.

AZALEA: Te veo en dos días.
CHALLEN: Sí, Alteza.

Saludó a las mascotas y se acercó a la puerta, pero antes de salir, volvió a mirarla.

CHALLEN: Princesa, no dudéis en ir a buscarme si necesitáis algo.
AZALEA: No pienso interrumpir tus vacaciones, Challen.
CHALLEN: Vos sois más importante, Alteza.

El corazón de la chica dio un vuelco.
Cuando Challen le hablaba así, por un momento dejaba de verlo como a un caballero para verlo como a un chico más.
Y eso la desconcertaba.
CHALLEN: Por cualquier cosa, por muy pequeña que sea, no dudéis en buscarme.
AZALEA: Pero…
CHALLEN: Prometedlo.
AZALEA: Está bien. Lo prometo.

Se miraron en silencio durante eternos segundos hasta que Challen se atrevió a acercarse para volver a abrazarla.

CHALLEN: Os quiero, Alteza.

Las mejillas de la chica se tiñeron de rojo y sintió un nudo en el pecho.

AZALEA: Yo…también te quiero.

Challen sonrió y al fin se fue, dejándola pensativa y conmocionada.
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A la hora de la cena, Azalea se dio un baño perfumado y tras ponerse un cómodo y sencillo vestido, bajó al comedor real, dónde ya estaban en la mesa Zaebard, su esposa y sus dos hijos junto a Falon, a Dalden y a Cerith.
Saludó a todos por educación y se sentó también.

AZALEA: ¿Dónde están Moira y Fury?
ZAEBARD: Se marcharon a sus hogares.
AZALEA: Ah…
FALON: Tedra me tiene preocupado. Pues todavía no regresa de su paseo.
ZAEBARD: No te angusties. Con Shaner está bien protegida.
FALON: De todos modos no son horas de llegar.

Viendo la tensión que de pronto había en el comedor, Zaebard cambió de tema.

ZAEBARD: Cerith, ¿has podido saber si te han aceptado como nueva Cazadora de Bestias?
Todas las miradas se clavaron en Cerith, llenas de sorpresa, poniéndola totalmente roja de la vergüenza.
No sabía hacia dónde mirar, pero se dio cuenta de que estaban esperando su respuesta.

CERITH: Zanna me dijo que…debo esperar a que reciba alguna señal celestial. (///)
ZAEBARD: Eso quiere decir que todavía hay esperanzas.

En ese momento llegaron Shaner y Tedra, completamente empapados.
Falon se levantó de inmediato.

FALON: ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estás mojada?
TEDRA: Me…caí en el río al tropezar y…Shaner me rescató.
FALON: ¿Pero estás bien?
TEDRA: Sí…sí. Iré a darme un baño.

En cuanto se fue, Shaner siguió con la mirada a Tedra hasta perderla de vista.
Entonces se centró en Zaebard.

SHANER: Majestad, me gustaría hablar con vos en privado.
ZAEBARD: Claro. Nos vemos en la sala de reuniones.
SHANER: Gracias, mi rey.

Y también se fue.
Los demás se miraron unos a otros al notar extraños a esos dos.

ZAEBARD: En fin. Os comunico que mañana haré una fiesta para la despedida de los estudiantes que se van de vacaciones una semana.
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Cerith no dudó en ir en busca de Tedra.
Al entrar en la habitación, la vio recién bañada y peinándose frente al espejo, con una expresión de tristeza.

CERITH: ¿Qué ha pasado, amiga?
TEDRA: Todo iba bien hasta que…hice una estupidez.
CERITH: Cuéntamelo todo. No te veo muy bien. (Sentándose)
TEDRA: Volvió a rechazarme. Y entonces lo desafié.
CERITH: Sigue.
TEDRA: Le dije que…o aceptaba tener un romance conmigo o me lanzaba del puente.
CERITH: Oh…

Haberla visto mojada y viéndola ahora triste, Cerith supo que la había rechazado y que por eso se había lanzado al río.
Entonces se dio cuenta de algo y la miró con asombro.

CERITH: Tedra, tú…tú…
TEDRA: ¿Yo qué?
CERITH: Has arriesgado tu vida por amor.

La princesa resopló y se encogió de hombros, ya que su riesgo no había valido la pena.

CERITH: Estás completamente enamorada, amiga.
TEDRA: ¿Y qué? No soy correspondida.
CERITH: ¿Acaso se lo has confesado?
TEDRA: ¿Qué más confesión que ponerme en peligro?
CERITH: Eso es una obligación, Tedra. Deberías ir ahora y confesarle lo que sientes antes de que se encierre con Zaebard para hablar.
TEDRA: ¿Qué? ¿Piensa hablar con él ahora mismo?
CERITH: Sí.
TEDRA: Es tan odioso… Ni siquiera ha esperado a mañana.
CERITH: Deja de quejarte y vete a impedirlo. Están en la sala de reuniones.

Tedra respiró hondo y salió corriendo hacia la sala, pero en vez de entrar, decidió pegar la oreja en la puerta y escuchar la conversación.

ZAEBARD: ¿Por qué estás tan alterado?
SHANER: Los detalles no importan, Majestad. Pero debéis concederme el permiso para renunciar a mi puesto como caballero personal y protector de la princesa Tedra.
ZAEBARD: ¿Por qué?
SHANER: Ya me cansé de ella.

Tedra sintió un pinchazo en el pecho, pero tragó saliva y continuó escuchando.

ZAEBARD: Eso no es motivo para darte el permiso. Aunque os llevéis mal, Tedra necesita un caballero protector.
SHANER: Pues buscadle a otro.
ZAEBARD: Solo confía en ti, Shaner.
SHANER: No me importa. Deseo ser un guerrero y nada más. Deseo ser libre, maldita sea.
ZAEBARD: Los padres de Tedra son buenos amigos míos, y no quisiera que ella les fuera a contar que le niego protección.
SHANER: Esa es la culpa de su carácter altanero. Todos la tienen demasiado consentida.
ZAEBARD: Vaya, Shaner. Cualquiera diría que estás tratando de ocultar lo que en verdad sientes por ella tras una máscara de rabia y odio.

Tanto el corazón de Shaner y como el de Tedra se aceleraron violentamente.
Se hizo el silencio dentro de la sala.
Y ella esperó, con el corazón en un puño, a que él confesara que sí la quería.
Pero su esperanza se apagó al oír la respuesta.

SHANER: Lo siento, Majestad, pero si no me concedéis el permiso de renuncia, no tendré más opción que irme de aquí.
ZAEBARD: ¿Qué?
SHANER: Os entregaré la espada y regresaré a mi aldea.

Tedra se sintió desfallecer.
¿Tanto la detestaba que era capaz de apartarse de su rey, que tanto lo apreciaba, e irse de su trabajo?
Dios… Eso sí dolía…
No necesitaba más pruebas para aceptar de una vez que Shaner jamás la amaría.
Con lágrimas en los ojos, la chica salió corriendo para regresar a su habitación.
Al llegar, se lanzó sobre la cama y rompió a llorar.
Cerith, alarmada, se acercó para tocarle el cabello.

CERITH: ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estás así?
TEDRA: Vete, Cerith. Quiero estar sola…
CERITH: Pero…
TEDRA: Por favor…

Resignada y afligida, Cerith no tuvo más remedio que irse.
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A la mañana siguiente, Azalea se sintió extraña al no recibir la visita de Challen.
Se había acostumbrado tanto a su compañía que le costaba aceptar que estaría sin él dos días.
Sus mascotas todavía dormían a los pies de la cama, así que decidió darse su habitual baño y ponerse un pomposo vestido de color vainilla, dejándose el cabello suelto y decorado con una diadema de diamantes.
Entonces bajó al comedor real.
Se extrañó al no ver a nadie.
¿Tan temprano sería?
Se encogió de hombros y se sentó en la mesa.
De inmediato una sirvienta la atendió.
A mitad del desayuno, apareció Dalden.

DALDEN: Buenos días, Azalea.
AZALEA: Buenos días.

El emperador se sentó frente a ella y la observó con atención.
¿Era posible que esa chica pudiera ser más hermosa con cada día que pasaba?

DALDEN: ¿Podemos hablar?
AZALEA: ¿Por qué preguntas eso? Fuiste tú el que dejó de dirigirme la palabra así sin más.

Estaba resentida. Se le notaba.
Y Dalden se sentía mal por eso, pues ella tenía razón.
¿Cómo había podido dejar de hablarle sin ofrecerle explicación alguna?

DALDEN: Lo siento, princesa. Las palabras de Tedra…
AZALEA: Sí, sí, entiendo. Es un duro golpe para los que son cercanos a mí descubrir que no soy la verdadera princesa de Krystán. (¬ ¬)
DALDEN: ¿Entonces es cierto?

La chica lo miró con una ceja irónicamente arqueada.
¿Qué debía hacer? ¿Seguir con la mentira o contarle la verdad?
Estaba tan decepcionada con él que quería devolverle la piedra.

AZALEA: Puedes creer lo que quieras.
DALDEN: Necesito que me saques de la duda, Azalea.
AZALEA: ¿Necesitas? ¿Por qué? ¿Tan importante es saber si soy o no la princesa real de Krystán? ¿Dejarías de hablarme o de visitarme si no lo fuera?

Se miraron fijamente.
Ella desafiante. Y él confundido.
Azalea tomó un sorbo de su té y suspiró.

AZALEA: Creo que ya decidiste tu camino, Dalden.
DALDEN: ¿Qué?
AZALEA: Cuando Tedra te dijo todo eso, automáticamente tú dejaste de acercarte a mí, así que…
DALDEN: Azalea…
AZALEA: …ya tomaste una decisión en aquél momento. Espero que no vuelvas a hablarme jamás.

Se levantó de la mesa y se encaminó hacia la salida del comedor, pero el chico le cortó el paso, tomándola de los hombros.

DALDEN: No te vayas así.
AZALEA: Suéltame.
DALDEN: Estás equivocada. Yo…
AZALEA: No. No lo estoy. Eres un interesado, Dalden. Y la verdad no necesito una amistad a medias.

Quiso apartarse para seguir su camino, pero el emperador la atrapó entre sus brazos, poniéndola tensa.

DALDEN: Escúchame primero. No importa nada de eso, maldita sea. ¿Acaso no te he hecho sentir en todo este tiempo mi interés hacia ti? Incluso estuve a tu lado cuando tú andabas muriéndote por ese estúpido de Falon.
AZALEA: …
DALDEN: Y mírame, a pesar de mis dudas, sigo aquí.

Azalea lo miró a los ojos y pudo ver sinceridad.
Pero había algo que le escocía.
Y era el motivo de siempre: su cambio físico.
Pues Dalden empezó a ir tras ella cuando vio su maldita belleza.

AZALEA: ¿Dónde estuviste en mi infancia, Dalden? ¿Por qué no me visitabas? ¿Por qué no asistías a mis fiestas?

Dalden parpadeó, obviamente bloqueado e incómodo.
No deseaba tocar ese delicado tema, pero ella esperaba una respuesta.

DALDEN: Una vez te dije que…yo mantenía viajando con mi padre y…
AZALEA: Sigo sin creer que no tuvieras ni un día para venir a verme.
DALDEN: Azalea…
AZALEA: Pero fíjate en la casualidad de que empecé a cambiar, poniéndome más bonita cada día, y de repente, apareciste y empezaste a visitarme mucho más seguido. ¿Dónde quedaron tus viajes, emperador?
DALDEN: …
AZALEA: Te odio.

Le dio un empujón para que la soltara, pero el chico se negó a dejarla ir, agarrándola del brazo.

DALDEN: Azalea, por favor…
AZALEA: Suéltame.
DALDEN: No podemos dejarlo así.
AZALEA: No quiero seguir hablando contigo. ¡Suéltame!
DALDEN: Pero…
FALON: Ha dicho que la sueltes.

Los dos miraron hacia la puerta, dónde Falon los observaba con el cuerpo en tensión.

FALON: ¿Qué quieres arreglar a estas alturas, Dalden?
DALDEN: No te metas en mis asuntos, maldito.
FALON: ¿Por qué no le cuentas la verdad de una vez?

Dalden se puso tenso, y ella lo notó, por lo que arrugó sus delicadas cejas.

AZALEA: ¿Qué verdad?
FALON: Si la quieres tal y como dices, sé valiente y cuéntasela.
DALDEN: Eres un desgraciado, Falon.
FALON: Nada conseguirás alimentando tus mentiras.
DALDEN: ¡Cállate!
AZALEA: ¿De qué verdad habla, Dalden?
DALDEN: De ninguna. Solo quiere fastidiarme.
FALON: ¿Eso crees? Entonces tendré que contarla yo.

Azalea notó que Dalden le apretaba el brazo con más fuerza.
Se lo veía totalmente incómodo y…asustado.
Falon dio un paso hacia adelante, con determinada decisión.

FALON: Cuéntale por qué no la visitabas en su infancia. O por qué no asistías a sus fiestas infantiles.
DALDEN: Ella sabe de mis viajes.
FALON: ¿Vas a seguir mintiendo? ¿Cuántas veces rechazaste sus invitaciones porque no te interesaba ver a una niña fea y malcriada?

Azalea recibió una puñalada en el alma.
Siempre había sabido que pocos niños querían estar cerca por su fealdad o carácter difícil, pero jamás creyó que Dalden hubiera sido uno de ellos.
Siempre lo había mirado diferente a los demás.

FALON: En las demás fiestas, mías o de otros niños, asistías sin falta. ¿Y qué decías tú? Que solo querías estar rodeado de niñas bonitas. Y solo a espaldas de Azalea hablabas mal de ella. La detestabas.

En ese momento, Dalden la soltó y retrocedió, mirando con odio a Falon, el cual solo estaba pendiente de la princesa, que estaba a punto de llorar.
Su delicado cuerpo temblaba, y sus mejillas se veían sonrojadas por la humillación.
Dios… Cómo dolía verla así… Herida y perdida. Sin saber dónde esconderse.

FALON: Solo decidiste aparecer cuando cambió para mejor. Y que te quede claro, maldito cretino, que ella es la verdadera princesa de Krystán.

Se hizo el silencio.
Dalden respiraba aceleradamente y apretaba los puños.
Falon se sentía bastante bien por haberlo desenmascarado.
Y Azalea… No podía moverse. Tenía el estómago revuelto.
El pasado la perseguía allá a donde iba.
Vio que el emperador daba un paso hacia ella.
Si se atrevía a intentar siquiera consolarla, ella misma lo golpearía.
Pero para su alivio, eso no ocurrió.
Entonces miró a Falon, poniéndolo tenso al instante.

AZALEA: Gracias por abrirme los ojos. Ahora ya sois dos los que estáis en el cubo de la basura de mi vida.

Dicho eso, huyó del comedor, dejándolos solos y dolidos, con ganas de golpearse mutuamente.

DALDEN: ¿Qué consigues lastimándola más de lo que ya lo has hecho?
FALON: Simplemente quería alejarla de tu falsedad. Era la hora de hacerle ver lo cobarde que siempre fuiste.
DALDEN: Te odio, Falon. Esto no quedará así.
FALON: El odio es mutuo. Y búscame cuando quieras pelear. Estaré encantado de romperte los huesos.
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TO BE CONTINUED...

por **Katherina Kusanovic** Dom Sep 30, 2012 3:09 pm

Mira vos a Dalden e.e*** quien coños se ha creído e.e
buen acto por parte de Falon! Wuajajaja el amor comienza a resurgir de una forma u otra!!! Y ahora que challen se fue con zanna de viaje es la oportunidad perfecta!!!
a parte de toda esa felicidad, pobre Tedra u.u parece que el tedraxshanner ha quedado en el olvido TTnTT
espero la contiii

por **~Shia~** Dom Sep 30, 2012 3:40 pm

Maldito Dalden y maldito Falon ¬¬ por que no son como el tierno de Challen *-*
Pobresita Tedra u.u como ah de esta sufriendo por culpa del capitan,pero igual es culpa de su terquedad.

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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 13

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