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La Noche de las Rosas

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La Noche de las Rosas Empty La Noche de las Rosas

Mensaje por Jeanette Yunnuen Dom Oct 23, 2011 9:25 pm

Alice in the Country of Hearts
Heart no kuni no Alice

ハ—トの国のアリス
Fanfic

La Noche de las Rosas


Sinopsis:
El corazón de Alicia ha sido despedazado por un hombre a quien amaba. Creyendo que no podría sufrir no puede creer cuando, en la noche de Halloween dos demonios entran en su casa y le aseguran que su hermana morirá si ella no accede a acompañarlos hasta el Inframundo.
Debe romper el hechizo; encontrar las rosas negras que crecen de noche en aquel lugar extraño, recolectarlas y hacer un collar con sus espinas, antes de que el frasco que le ha sido entregado se llene. Pero no puede pedir ayuda, no puede decirle a nadie que es lo que ocurre, si no todo será en vano…
El Inframundo es un lugar extraño repleto de peligros que ella deberá enfrentar; hay una guerra, las personas mueren y a nadie parece importarle…
Pero, hay algo que ningún ser o demonio le advirtió y que puede representar un gran problema para Alicia: si pierde su corazón en el intento, nunca podrá regresar.

¿Has escuchado sobre Perséfone?
¿No?
La mujer que fue raptada por el amo y señor del Inframundo...
...él la amaba y ella...
...ella quería regresar a casa...


Tal vez los relatos no son sólo para disfrutar,
tal vez tratan de advertirnos...
Nada sucede de la misma forma dos veces,
pero
las historias llegan a parecerse bastante...
la leyenda
se vuelve real


Ha pasado mucho tiempo.
Ella no se llama Perséfone, sino Alicia.
No fue raptada, cayó al Inframundo
y debe permanecer en él hasta
encontrar la cura para
la maldición que le quita la vida a su hermana.
Y, una vez que lo haga
debe volver a casa.
Pero, llega él y no está dispuesto a dejarla ir...
...él la ama y ella...
...ella tiene que salvar a su hermana...

Capítulo 1 https://animefanfics.forosactivos.net/t1381-la-noche-de-las-rosas

II
La reina de corazones

Curioso. Justo en el momento que más necesitaba de su voz y la perdía. La visión del arma y el peligro al que estaba expuesta había sido lo suficiente como para dejarla con los miembros rígidos, sin capacidad para hacer nada. Los ojos del hombre se estrecharon, dio unos pasos adelante, pero jamás dejó de apuntar a Alicia con la pistola.
-No tengo tu tiempo, niña –resopló, frunciendo el ceño.
Fue una caricia del viento, cuyo soplo agitó el largo cabello de la joven sobre su rostro, lo que la hizo despertar de su trance.
-Mi nombre es Alicia Liddell, no pertenezco a este lugar y lamento mucho si hice algo indebido, pero desconozco las reglas de estas tierras –soltó, en una sola exhalación de aire. Su corazón estaba tan inquieto que parecía que se saldría de su pecho en cualquier momento.
Entonces, quizás porque la suerte no estaba completamente en su contra en esa ocasión, el desconocido bajó el arma. Sus ojos se abrieron, mostrando unas pupilas de un azul profundo. Ella, con cierto recelo, retrocedió cuando lo vio mover la mano, pero, se dio cuenta, sólo era para guardar la pistola en la funda que llevaba en el cinturón. De pronto, se vio un poco arrepentido por sus acciones.
-Me llamo Elliot –soltó, con menos brusquedad-. Lamento todo esto, pero son órdenes de Blood que todo intruso sea… destruido.
Decidiendo que era mejor retirarse antes de que Elliot cambiara de opinión, Alicia murmuró una débil despedida y comenzó a caminar –no tenía idea a dónde se dirigía, pero cualquier lugar era mucho mejor que estar ahí-. Se hubiera logrado perder entre unas paredes compuestas de arbusto, si no fuese porque el hombre con orejas de libre la aferró de la muñeca. Alicia, quien ya estaba un poco predispuesta al terror, soltó un pequeño grito ante esta inesperada reacción; pensando que sólo era el preámbulo para su muerte.
-¡Tranquila! –exclamó Elliot, levantó las manos, en un gesto que intentaba parecer pacífico-. ¡Ya no traigo la pistola! Por favor, Alicia, sólo quiero invitarte a tomar el té.
-¿Té? –cuestionó Alicia, extrañada por su cambio de parecer. Hace sólo unos instantes pensaba dispararle sólo porque se acercó demasiado a la mansión…
-Sí –asintió él-, estoy seguro que el Sombrerero me permitirá tener una invitada, es más, él no tarda en volver por lo que podrías conocerlo.
-Esto… -Alicia dudó, aun desconfiaba de él, pero ahora se veía tan amable con ella, tal vez sólo había creído que se trataba de alguno de sus enemigos. Sacudió su cabeza inmediatamente y, en un acto reflejo, se llevó una mano al corazón; ella tenía una misión importante que cumplir, no estaba para perder el tiempo. Nada podía distraerla de salvar a su hermana- no, gracias.
-¿Por qué no? –Elliot se veía contrariado e incluso un poco triste-. Además, siendo una forastera, seguramente no tendrás donde quedarte, tal vez Blood te deje permanecer en la mansión por unos días.
Estaba a muy poco de decirle que ya tenía un lugar donde pasar las noches, cuando la visión de dos personas más la distrajo; parecían dos niños no mayores a trece años, ambos idénticos, mismo cabello negro, mismas facciones y misma complexión. Gemelos. El único elemento que podría ayudar a diferenciarlos eran sus ojos, mientras que uno los tenía azules el otro los tenía de un color rubí; sus ropas hacían juego con ellos. Se veían tan lindos, vestidos como una especie de guardianes, con todo y un sombrero que lucía muy bien con el uniforme que Alicia estuvo a punto de sonreír. Lo iba a hacer, si no fuera porque sus intenciones se borraran en cuando vio lo que sostenían los gemelos: era un arma bastante grande, podría haber pasado por un simple báculo negro si no fuese por las grandes cuchillas que estaban adheridas en la punta.
-¿Con quién hablas, Hare? ¿Quién es ella? –corearon en perfecta coordinación.
-¡Dee! ¡Dum! ¿Qué hacen aquí? ¡Deberían estar vigilando las puertas! –los reprendió Elliot.
Los gemelos hicieron una mueca de fastidio.
-Estábamos aburridos –soltó Dum, bostezando-, entonces escuchamos que alguien gritaba y supusimos que te estabas divirtiendo, así que…
-Aquí estamos –completó Dee.
No pudo evitarlo, Alicia comenzó a reír; después de semejante discurso, ¿a quién le importaría que los llevaran armas peligrosas? Para ella, esos dos gemelos eran adorables. Pronto los tres dejaron de gruñirse y se percataron de la alegría de Alicia, no tardaron mucho en contagiarse de ella.
Ambos niños se inclinaron.
-Nos alegra conocer a una señorita tan bonita como tú…
-Alicia –se presentó ella, interrumpiéndolos. Extendió sus brazos y estrechó la mano izquierda de Dum, mientras que hacía lo mismo con la derecha de Dee.
-¡Tweedledum y Tweedledee para servirle, señorita! –exclamaron en posición de firmes, con las mejillas ruborizadas.
Alicia volvió a reír.
-¿Entonces sí te quedarás al té?
-¡Sí! ¡Sí! –exclamaron los gemelos-. ¡Acepta!
-Lo siento, debo irme…
-¿Qué puedes tener que hacer que sea más importante? –Elliot arqueó una de sus cejas-. Además, tenemos que discutir tu situación en este lugar. Primero que nada, tienes que presentarte ante el guardián…
-¿Guardián?
-Sí, el guardián del Inframundo, él es quien controla todo lo que sucede aquí. Sin embargo, te recomendaría que fueras acompañada por Blood o por mí, ya que él puede ser un poco irritable. Odia que algo se salga de control.
-Sin tomar en cuenta que detesta la compañía –añadió Dee.
-Y jamás sonríe, tal vez por eso vive solo –completó Dum.
-No creo que tenga muchas ganas de conocerlo en este preciso momento –dijo Alicia. Después le preguntaría a Julius si era absolutamente necesario conocer a ese guardián y, si era así, ya pensaría en qué hacer-. Tengo que irme.
-¡Espera! ¡Necesitas un lugar para dormir!
-No hay problema –les gritó para que la escuchara. Ya estaba a sólo unos pasos de confundirse con los arbustos gigantescos-. Me estoy quedando en la Torre del Reloj.
Le pareció que su respuesta provocaba una gran sorpresa en los tres, debido a que se le quedaron viendo fijamente, pero no tuvo tiempo para analizar sus reacciones, ni siquiera oyó lo que le gritaron, puesto que ya se había internado en la maleza.
Una vez que supo que estaba sola, se sentó un momento en el suelo. El sol seguía igual que el día anterior: negándose a compartir sus rayos. Sin embargo, Alicia se permitió una sonrisa cuando una ligera brisa le ayudó a quitarle la cabellera de los ojos. Los cerró y se permitió pensar un momento en la voz de Lora cuando le contaba una historia; pronto estaría con ella. Tal vez su mente habría terminado de dibujar el rostro de su hermana, si un extraño dolor en el pecho no la hubiera distraído. Extrañada, se presionó la palma de la mano sobre su corazón y sintió el golpeteo muy agitado. Fue necesario tomar varias respiraciones profundas para que volviese a su ritmo normal y dejara de lastimarla.
Fue extraño.
Con mucho recelo, olvidando todo lo demás, sacó las tres rosas que había conseguido. Sentía un gran temor de que lo que le habían dicho los demonios sobre ellas fuera cierto pero… aunque lo fuera, tenía que hacerlo. Loraine se encargó durante muchos años de ella, era hora de corresponderle; más que una hermana, llegó a ser como una segunda madre. ¿Qué no había dicho que haría todo por ella? Lora, más que nadie merecía ser feliz.
Alicia levantó la vista, alcanzó a ver el cielo de ese mundo extraño bajo la tierra, observó las nubes grises como si detrás de ellas pudiera estar su hermana, como si pudiese ver todo lo que ocurría.
Volveré, Lora. Y todo será como antes.
Con esa firme decisión, empezó su tarea: deshojó cada una de las rosas, teniendo cuidado de guardar los pétalos en la bolsa tejida. Después, cuando sólo quedaron los tallos, repletos de espinas, tras un suspiro, se dispuso a averiguar la forma de unirlos. Pensando que su mejor opción sería enrollar la punta del tallo con la de otro, tomó dos y fue torciéndolos. Fue un trabajo verdaderamente duro; las espinas, que parecían dispuestas a dañarla de cualquier forma, se clavaban y raspaban su piel con fuerza. Era mucho el dolor y ardor que experimentaba, pero se negó a detenerse; el tiempo apremiaba y jamás se perdonaría si no lograba hacerlo a tiempo.
Llegó un desastroso instante en el que Alicia derramaba adoloridas y decepcionadas lágrimas; nada parecía funcionar, por más empeño que ponía en ello no lograba hacer ceder a los tallos, eran demasiado duros y a pesar que deseaba torcerlos, estos volvían a su forma original. Sus movimientos se hicieron torpes y sus manos, negándose a continuar con el terrible sufrimiento empezaban a fallar. Estuvo a muy poco de soltar lo poco que había logrado hacer y dar rienda suelta su lacrimosa frustración pero, antes de hacerlo, sucedió algo tan extraño que nubló todos sus pensamientos. Los tallos, manchados con brillantes gotas de su sangre, tras un destello, se unieron por sí solos, formando uno más largo. Fascinada y extrañada por el acontecimiento se dispuso a probarlo con el tercer tallo, para unirlo al resto; se negó a ceder ante el agotamiento y el maltrato que había hecho pasar a sus pálidos dedos, ahora llenos de heridas abiertas y mojados con gotas rubís, e hizo el mismo proceso.
Funcionó, después de unos lastimeros minutos, consiguió que los tres tallos se volvieran uno. Sin embargo, la tira que había conseguido era demasiado corta aun y, lo peor era que, debido a lo angosto de los tallos, tendría que hacer cuatro tiras en total, del largo que requería el collar, para que lograra ser del ancho de tres dedos.
Sería un trabajo agotador y lento, ya que aun no encontraba un sitio en el Inframundo que fuera abundante en Lágrima Negra.
Alicia volvió a guardar todo en su bolsa, intentando ignorar lo mucho que le escocían los dedos y lo caliente que se había puesto la piel de sus manos. Se puso de pie y se sacudió el vestido. Se puso la correa tejida al hombro y continuó con su búsqueda. Sin embargo, después de mucho caminar se dio cuenta que había caído en una conexión de caminos sin principio ni fin. Todo a su alrededor eran paredes de arbustos llenos de hojas verdes y vivas, dividiéndose en distintos caminos que no parecía conducir a ningún lugar en concreto.
Había terminado en un laberinto.
Negándose a su mala fortuna, Alicia comenzó a correr con desesperación, convenciéndose de que pronto encontraría la salida, tendría que estar cerca… si ella logró entrar debía ser posible que pudiera salir.
Su marcha se fue ralentizando; un frío cansancio se apoderó de ella gradualmente: primero sus dedos se volvieron helados, después eso se fue extendiendo al resto de su cuerpo. Las exhalaciones de Alicia fueron cada vez más irregulares, incluso respirar con lenta mesura le era demasiado difícil, una presión en su pecho le impedía llenar por completo sus secos pulmones. Sus movimientos se volvieron rígidos; el caminar se convirtió en un simple arrastre de pies. Los dedos volvían a arderle de hecho, lo hacían de tal forma que el congelamiento en las palmas y el dorso de las manos se fue, para ser reemplazado por una quemazón insoportable.
Pero, el pánico todavía no hacía mella en Alicia, hasta que, en un parpadeo, todo quedó a oscuras. Apenas unos tenues y lúgubres resquicios de iluminación plateada descendían hasta sus pies para iluminar algo de su camino.
El veneno, después de todo, no era una mentira y ya estaba haciendo su efecto en ella.
Las imágenes que se presentaban ante sus ojos comenzaron a cubrirse de una neblina, se desdibujaban, de tal forma que ahora veía todo como una mancha borrosa que hubiese perdido toda nitidez. Ahora, sin poder confiarse de su vista, optó por centrarse en el resto de sus sentidos; cada sonido, por insignificante que fuera, se enalteció en los oídos de Alicia y se transformó en una tortura de horrorosas suposiciones: los sonidos eran pisas, movimientos ágiles en la maleza, dispuesto a atacar en cualquier instante.
Sin embargo, en medio de todo aquel temor surgió una ligera esperanza: el sonido del agua. Caía a chorros, como si proviniera de una fuente. Tras una respiración dificultosa, se dejó llevar por el sonido. Y lo logró: halló la salida.
Sus dañados ojos distinguieron la fuente, estaba hecha de piedra clara, de la que, en el centro, brotaban unos cristalinos y brillantes chorros de agua que, en la cima, formaban un corazón. Para ese momento, la seguridad era lo que menos le importaba. Con cierta torpeza imprudente se aproximó al agua, sumergió las manos heridas en su fresca consistencia; limpiándose toda la sangre seca que se había quedado en su piel. Se mojó el rostro, pero eso sólo sirvió para que volviera la sensación de congelamiento.
Estaba temblando, incontrolablemente.
Aun así, debía concentrarse; tenía que regresar a la Torre del Reloj cuanto antes. Se esforzó por mirar frente a ella, ahora su vista se nublaba y enfocaba en intervalos que sólo consiguieron marearla. Pero logró descifrar la figura enorme: un castillo cuyas torres, si es que no se equivocaba, tenían, en su parte más alta, corazones hechos de piedra.
Pensando en que podría tratarse de otros terrenos prohibidos –y que también tuvieran guardianes dispuestos a matarla como la ocasión anterior-, se giró para caminar en dirección contraria. Y habría logrado reincorporarse al camino correcto, si no fuera porque, al dar un paso, sus piernas ya no pudieron aguantarlas más.
Parecía que su destino era terminar cayendo, siempre.
Cerca del rumor que ejercía la fuente en medio de la misteriosa noche, Alicia quedó tendida en el suelo, con los cabellos a su alrededor, destellando ante los pocos rayos lunares que se lograban filtrar entre las nubes.
Escuchó, con cierto temor, pisadas que se acercaban hacia ella. Pero era demasiado tarde, porque no pasó mucho para que su mente se desconectara completamente.

Jeanette Yunnuen
Jeanette Yunnuen

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Fecha de inscripción : 19/10/2011

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La Noche de las Rosas Empty Re: La Noche de las Rosas

Mensaje por Meidara Lun Oct 24, 2011 12:54 am

est kawaiosooooooooo
esta genial >w<
mi espera contiiiiiiiiiii
onegau onee ouo
Meidara
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Localización : En una escuela militarisada tratando de ser inmadura de nuevo e.e
Personaje Favorito : shouji miketsukami-kun, ririchiyo shirakiin, sebastian michaelis, ciel phantomhive, alois trancy, claude faustus, soul eater, maka, miharu, yoite, miku hatsune rin kagamine, len kagamine, grell suctcliff, ronald knox, will T. spears, undertaker, Alemania, Italia, España, Romano, Japon, China

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La Noche de las Rosas Empty Re: La Noche de las Rosas

Mensaje por Sweet Lun Oct 24, 2011 11:58 am

Omg!!!!! me dejaste con la intriga amiga!!!!
Claro que conforme avanza la historia se pone mas buena -aunque creo que es obvio XD- me facina la trama! oww los gemelos cositas adorables...
Conti!!!...
Sweet
Sweet

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Fecha de inscripción : 01/08/2011
Localización : Nunca lo dire♫(?

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La Noche de las Rosas Empty Re: La Noche de las Rosas

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