Hex Hall 11

por **Ali Swift Gomez** Lun Ago 15, 2011 1:41 pm

Gracias por sus comentarios, eheheh, gracias!

Después de nuestra charla me fui a vagar por el instituto puesto que la directora Kurenai me había dado la tarde libre para que reflexionase acerca de 2 lo que había aprendido"
Entré en el pabellón de las clases y me senté sobre una mesa llena de polvo. Era bastante vieja por lo que deduje que no aguantaría mi peso así que me levanté rápidamente.
Avancé por algunos pasillos más hasta llegar a una sala dónde había diez u once teléfonos rojos para el uso de los estudiantes.
Me dirigí hacia ellos pero una mariposa se me posó en el dedo.
La mariposa era pequeña, con finas alas y de color turquesa.
Me acerqué la mariposa a la cara pero en cuanto me la acerqué echó a volar batiendo sus alas a una velocidad increíble. Quién sabe si esa mariposa tenía más poder que yo.
Suspiré y cogí un teléfono, inserté na moneda y marqué el número de mi madre y mi madre no tardó en contestar.
-Mi padre es el jefe del Concilio -dije antes de que ella pudiese siquiera abrir la boca.
-¡Ay, ariño habría querido decírtelo!
-Peor no lo has hecho.
-(...)...
-No me dijiste nada, no me dijiste nada sobre mi padre ni nada acerca de su cargo, al igual que tampoco me dijiste que yo, precisamente yo, podría ser la bruja más poderosa de todo el mundo.
-No tuvo elección...¿Qué crees que habrían dicho los otros prodigiums si hubiese echo una excepción con su hija? ¿Crees que lo habrían aceptado?
Me limpié la mejilla con el dorso de la mano.
-Vaya, pues tienes razón no me gustaría hacerle quedar mal -repliqué mordaz mientras lloraba silenciosamente.
-Cariño, llamaré a tu padre y arreglaremos esto
-¿Por qué no me dijiste que hay gente que quiere matarme?
Mamá empezó a respirar emtrecortadamente por el sobresalto.
-¿Quién te ha dicho eso? -mamá parecía más enfadada que yo.
-La directora Kurenai.
Durante la conversación en el despacho con la directora me había explicado que el Ojo quería matarme y estaba haciendo todo lo posible por intentarlo.
También me dijo que no debía culpar a mi padre puesto que el Ojo había ido detrás de nuestra familia desde siempre y mi padre ya había sido víctima de más de un atentado de lo que con suerte, había salido airoso y él me había ingresado aquí para protegerme puesto que si habían conseguido matar a Matsuri me podrían matar a mí y el único lugar donde podría estar medianamente segura y protegida era aquí.
-¿Es cierto? -le pregunté a mi madre.- ¿Mi padre me encerró aquí para protegerme?
-Quiero que me pases con la señora Kurenai ahora mismo -en su voz había rabia y miedo pero aún así no había respondido a mi pregunta.
-¿Es cierto? -repetí
No me contestó.
-¿Es cierto? -grité.
Las lágrimas caían cada vez con mayor intensidad por mi mejilla y mi madre seguía sin responder.
En algún lugar del pasillo una puerta se cerró, levanté la cabeza por encima de mis hombros mientras me secaba las las lágrimas, vi que el "perro malo" que me atacó en su día me miraba y me menaba la cabeza para luego cerrar la puerta.
-(...) -empezó a hablar mamá por fin.- Hablaremos de esto cuando vengas por vacaciones de Navidad, esto no es una cosa que podamos hablar las dos por teléfono.
-Entonces es verdad -susurré llorando a más no poder.
Al otro lado de la línea nadie contestó durante algunos segundos hasta que oí un largo y profundo por parte de mi madre.
-Ya hablaremos de esto.
Colgué el auricular de un golpe, este chirrió y yo me dejé caer sobre el suelo, me abracé las rodillas y apoyé la cabeza sobre ellas.