Hasta las declaraciones de amor tienen sus límites... ¿O no? [Saint Seiya]

Título: Hasta las declaraciones de amor tienen sus límites... ¿O no?
Pareja: MiloxCamus.
Anime: Saint Seiya.
Género: Romance, Humor, Shonen-ai.
Capítulos: Único. [One-shot]
Clasificación: K+
Advertencia: YAOI. Por favor, si no te gusta el género, no lo leas.
Disclaimer: Saint Seiya no me pertenece, es propiedad de Masami Kurumada.

Quizá me esté pasando un poco… ¡pero por el Olimpo, no puedo evitarlo!

Jamás pensé llegar a un extremo como este; observarte a escondidas. Es decir, al principio lo hice, e incluso tuve la idea de continuar con ello durante un tiempo más. ¿Razón? Pues, ni yo estoy seguro. Lo único de lo que soy consciente es que eres totalmente opuesto a mí, y que pese a ello quería saber qué era eso que me atraía sin remedio hacia ti. Somos amigos, si, desde pequeños y a saber desde hace cuántos años que he perdido la cuenta, pero esa palabra poco a poco empieza a dolerme a medida que pasa el tiempo. “Amigo” es aquel con el que puedes contar, con quien te diviertes a tu manera siempre y cuando no se salgan del margen de lo considerado aceptable. Compañero de travesuras o regaños entre otras cosas. Algo a lo que más se acopla el gato de Aioria. Sin embargo, esa definición no va con lo que ahora siento. He dejado de verte como la persona que tanto me convencí que eras, que todavía quiero creer y que en vista de todo el lío interno que llevo, a duras penas puedo dirigirte la mirada sin que se me acumule la sangre en mis pómulos. No, ya no puedo, o más bien me niego, verte como amigo; ¡te quiero ver como algo más!

Ignoro si has notado mi repentino cambio en las últimas semanas. ¡Maldita sea, me siento como colegiala enamorada! Enamorado sí, pero no tan… bueno, dejémoslo para otro punto.

Algunas veces me da la impresión de darle una fuerte apuñalada a mi orgullo por ser yo el que iba detrás de ti. ¡Por los dioses! ¿Desde cuándo me tomo la libertad de ir acosando, cuando es a mí a quien siempre acosan? Mujeres, hasta hombres, vienen a mí, no yo a ellos. La fuerza de magnetismo que tienes tu, témpano de hielo, para conmigo ha de ser fuerte. Volviendo al tema, es así como de repente te he cogido el interés; aparentemente insensible, frío y calculador cubo de hielo Camus de Acuario, guardián del onceavo templo donde paso los últimos días a escondidas cada que crees que estoy en Escorpio, observando tus movimientos y aprendiendo tus manías como lo es leer entre otras cosas. Obviamente hasta ciertos límites, mismos que de una sola colada tras las cortinas estoy mandando al demonio.

¿Cortinas? ¡Eso no es nada! Dirán muchos. Bueno, es que no saben tras cuales cortinas, de qué lugar, y qué situación.

¿Las del baño? ¡Qué comes que adivinas! Si, sabiondo, esas.

Y tú, muy maldito, te estás bañando. Repito, nunca en mi vida pensé ser tan narices como acosarte en tu propia ducha, pero he de decir que valió la pena todos los intentos por controlarme. Muchos de esos torturosos minutos tuve envidia del agua por recorrer tu cuerpo con parsimonia cuando yo lo haría con frenesí; odio al jabón por cubrir tu bien formado pecho en el que las gotas caen coquetas y casi lascivas; de sus propias manos que te acariciaban para quitarte los restos de suciedad que se habían encariñado con tu piel, casi tan nívea como los copos que caen en invierno. Tu cabello, ahora pegado a tu rostro y espalda por la humedad, me cubre la vista a tu ancha espalda y maldigo interiormente, pero bien que dejaron algo al aire para mi consuelo; ese perfecto y contorneado trasero. No me imagino la gravedad del enrojecimiento de mi rostro, pero me doy una idea al sentir a cierto incordio buscando espacio entre mis piernas. Oh si, este amigo no está dispuesto a cooperar. Asomo la mirada nuevamente; ¡te echas el agua! Adiós jabón, esta la perdiste. Veo ahora con detalle tu desnudez; apacible rostro, bien formados pectorales, envidiables abdominales, llamativo torso cuya fina línea invita a seguir explorando hasta tu... tu… Oh, Zeus; ¡Oh, Zeus! La sangre se me va de golpe a la cabeza; ¿Es que pudiste crear a alguien más perfecto? ¡Tengo a la misma reencarnación de Adonis frente a mí! Una serie de pensamientos indebidos pasan por mi mente tan rápido que apenas medito en ellos. Lo que recuerdo es que tenía que ver contigo, conmigo, y una cama de por medio… Bueno, no culpo a mis alucinaciones; ¡Hasta la misma Afrodita es capaz de violarte aquí mismo! Siento que me tambaleo, ciertamente tanta presión acumulándose en mis mejillas apenas me hacen razonar del lugar en el que me encuentro. Me muevo involuntario, despertando tu atención en lo que te amarrabas la toalla alrededor de la cintura. Ahora sí, definitivamente, la he jodido.

— ¿Quién está ahí? —te oigo oír, amenazante. Intento en vano quedarme quieto, pero el de allí abajo se niega y quiere revelar mi ubicación desatando ligeros oleajes de placer que me hacen estremecer. Y van empeorando a medida que toma dureza. A torpes pasos me dejo revelar sin querer, con gesto de mareo, lo que te sorprende y me ves incrédulo— ¿Eh? ¡Milo! ¿Qué demonios…?... ¿porqué tu cara está tan roja?... Milo, ¿por qué te sangra la nariz? ¡Oh no, no vayas a ensuciar el…! ¡Milo, Milo!

Ahí quedé, el frío de la loseta me vino tan bien... aunque el golpe contra el suelo no fue muy necesario, ¡Auch! Luego de aquella ocasión las cosas dieron un giro inesperado; ¡qué digo! Inesperado para ti, pero provechoso para mí. Desde ese día podía decir que oficialmente éramos pareja, y aunque más de medio Santuario lo sospechara no precisamente sabían la forma en cómo me había declarado… Mejor para nosotros, en especial para ti. Ya pasados dos buenos años prósperos para nuestra relación estamos a pocos minutos de celebrar nuestro segundo aniversario. Te veo sobre el techo de tu templo observando las estrellas y me acerco para tomarte desprevenido. Pero sabes que estoy ahí, y te limitas a voltear con una sonrisa.

— ¿Planeabas sorprenderme como esa vez?

— ¡Qué! ¿Ahora ya no te puedo ver desnudo? —pero si ya tenía ese privilegio desde hace tanto…

— ¡Milo! —te sonrojas y no evito soltar una risotada.

—Está bien, está bien. ¿Qué haces aquí a estas horas? —tomé asiento a tu lado.

—Recordaba los viejos tiempos… aún no me creo que hayas tenido esa manía de acosarme; ¿cuánto es que llevabas así?

—No lo recuerdo exactamente —puse una mano en mi mentón, pensativo. Luego sonreí socarrón—, pero sé que fue mucho tiempo.

—Si serás…

— ¡Eh! Vamos, en mi lugar habrías hecho lo mismo.

— ¿Por qué Milo de Escorpio es el más irresistible de las 88 constelaciones?

— ¡Te la sabes de memoria! —reímos divertidos un buen rato, hasta que nuevamente tomé la palabra, sin despegar mi mirada del cielo estrellado— ¿Ya sabes qué día es?

—Pasadas las doce… ¿nuestro aniversario? —nos sonreímos y rompemos la distancia entre nosotros, uniendo nuestros labios como la primera vez… no, no como la que nos dimos en tu bañera, sino como la que nos dimos en tu habitación.

—Feliz Aniversario, Camus.

—Feliz Aniversario, Milo.

¿Fin?

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¡No!

Han pasado variedad de sucesos desde entonces, muchos de los que ahora no me canso de recordar. Sigo creyendo que fue buena idea colarme en tu templo aquella vez, aunque hubiera preferido una declaración más normal, ya que cuando me cuestionan el cómo es que le hice para ser tu novio he de decir que me cuesta ser discreto por respeto a ti. ¡Incluso con tus pupilos! Cada que Hyoga e Isaac preguntan cómo fue que enamoré a su maestro siempre omito la parte de cómo te jabonabas con esmero el cuerpo, omito cómo el agua te tocaba a su gusto y yo sentía envidia de ella, omito ese buen trasero que me dejó en vela varias noches, y también omito el derrame nasal que me dio tan pronto me descubriste.

No obstante, lo que siempre aseguro, es que tienes cuerpo de dios griego.

¡Los he traumado, lo sé! Eso les pasa a esos mocosos por metiches. Pero es una verdad innegable; ¡Podría hasta gritar a los cuatro vientos que tu trasero…! Eh, espera, Camus, ¿qué haces con ese mega-cubo de hielo?... Camus, cariño, por favor… No, no, espera, dame tiempo, ¡Dame tiempo!... ¡Auch!

Notas de la autora: Esto es lo primero que publico aquí de esta pareja. La verdad no sé cómo sea visto el yaoi aquí, espero no estar quebrantando reglas u otra cosa. Bien, me gusta la pareja, y mucho y ya lo tenía preparado desde hace algunos días. Hice el intento por tratar de mantener sus personalidades, pero sé que con Camus me ha costado. Que, por cierto, cada vez que escribía de Camus bañándose no evitaba ir a tomar aire, era mucha presión asdasdfd (?) Bueno xD espero que les haya gustado; quisiera leer sus opiniones y digo desde ya que las críticas son bienvenidas, siempre y cuando sean constructivas. Puede que me anime a seguir publicando; de este par tengo otros cuantos One-shot a la espera. ¡Oh! Y uno de Dégel y Kardia, como los amo <3

Eso era todo, ¡Gracias por leer!

Adieu~.

adasdafds ¡Muchas gracias! Tu comentario me ha hecho muy feliz T^T no sabía qué tan bien o mal era visto el yaoi en este foro, pero si es permitido entonces seguiré, tengo muchos otros más qué publicar -de hecho estoy a punto de subir uno más, lol-, veamos que tal le van xD. Bueno, aún me considero novata en esto de los fics -y en el yaoi, pero voy mejorando-, pero si, admito que hasta a mi me ha gustado este -según una amiga, la maldición de un autor es no ver la belleza de su propio arte cuando otros pueden verla- ¡Igualmente, me seguiré esforzando! ^^

Sobre la serie creo que la mayoría lo conocen como "Los caballeros del zodiaco"; es un anime de los clásicos; pero si te orientas mejor con una imagen entonces te las dejo ^^ >> Este << es Camus -Camus de Acuario- y >> Este << es Milo -Milo de Escorpio-. Por ser un anime de mi infancia es que aún no me creo el haber adquirido cierto fanatismo excedido por estos dos, lol. Ciertamente es notorio el cambio que le hice a Milo; en sí, el porte de mujeriego que tiene es un agregado de los fans, seguro haciendo referencia a la descripción que le dan a los nacidos bajo la constelación de Escorpio -errr signo zodiacal, en cristiano (?)-; pero aparte de eso nada más xD.

Y sobre lo del facebook, por mi está bien owo. Me gustaría que más pudieran leer este escrito ^^.

Nuevamente gracias por tus palabras, me has alentado y es seguro que seguiré subiendo mis creaciones -pero debo corregir antes, uh...-.

En fin, eso era todo owo ¡Hasta otra!