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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 16
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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 16:
"Desnúdame El Alma"
PARTE 1
Agotado y frustrado, Challen llegó a su casa y se sentó en la mesa para esconder su rostro entre los brazos.
Habían pasado más de ocho horas y no habían encontrado a su princesa.
El miedo y los nervios estaban acabando con él.
Escuchó que alguien se sentaba a su lado y levantó levemente la cabeza para encontrarse con la mirada triste y cansada de Zannaleah.
ZANNA: ¿Ha aparecido?
CHALLEN: No.
ZANNA: Lo siento mucho… No fue mi intención que la princesa huyera así… Jamás imaginé que…le dolería tanto saber que soy su hermana.
CHALLEN: Todos estamos afectados.
ZANNA: Entiendo.
Agachó el rostro y aguantó las ganas de seguir llorando.
Era doloroso saber que jamás sería aceptada por su nueva familia. Y mucho menos amada.
Tenía un nudo tan grande en el pecho que sintió la necesidad de soltarlo.
ZANNA: Sé que soy fruto del pecado…pero no tengo la culpa de los errores de nuestros padres.
CHALLEN: No hables así, Zannaleah. Tú no eres ningún error.
ZANNA: Sé la realidad, Challen. Y aunque no sea en las mejores circunstancias, me alegro de saber que tengo un padre y una hermana.
Se hizo el silencio… Cada cual perdido en sus propios pensamientos.
Era patente la distancia emocional que ahora los separaba.
Y no eran solo los años los que habían creado esa distancia, sino las personas que en el presente existían en sus vidas.
Pero ahora Frey no estaba, y Zannaleah no tenía a alguien en quien apoyarse.
ZANNA: Discúlpame por agobiarte con mis cosas. Debes estar muy angustiado por la princesa.
CHALLEN: Creo que seguiré buscándola.
ZANNA: Está bien.
CHALLEN: Puedes quedarte aquí todo el tiempo que necesites.
ZANNA: Gracias.
Challen se levantó para acercarse a la puerta, pero antes de salir, Zannaleah no pudo evitar decir lo que hacía ya tiempo necesitaba soltar.
ZANNA: Estás…enamorado de ella, ¿verdad?
El chico se puso tenso.
Haber aceptado por sí mismo que amaba a Azalea ya era bastante sorprendente e incómodo.
Pero oírselo decir a su prometida era mucho peor.
De algún modo sentía que le había fallado.
Zannaleah siempre fue sincera al confesarle que sentía algo muy fuerte por el Cazador Frey.
¿Por qué no ser honesto él también?
Se volteó para mirarla directamente a los ojos.
CHALLEN: Sí.
Zanna sonrió con tristeza.
¿Cómo no enamorarse de Azalea?
Era una princesa real muy hermosa, encantadora y noble.
Una chica perfecta.
Ya era bastante doloroso que su prometido amase a otra mujer. Pero más doloroso era que esa mujer fuera precisamente su propia hermana.
ZANNA: Gracias por tu sinceridad.
CHALLEN: Sigue descansando.
En cuanto Challen se marchó, una solitaria lágrima rodó por la mejilla de la chica.
Necesitaba tanto estar con su mejor amiga Moira.
Necesitaba tanto ser abrazada por Frey…
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Era de noche y la luz de la luna llena apenas iluminaba el sendero lleno de árboles, flores y piedras.
Pero ella seguía corriendo sin mirar atrás. Sin importarle que iba descalza y que las piedras lastimaban sus delicados pies.
Solo deseaba huir del dolor.
De nuevo estaba completamente sola.
Una nube ocultó la luna y el sendero quedó a oscuras.
La joven tropezó y cayó de bruces al suelo, lastimándose así las palmas de sus manos.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y no hizo nada por incorporarse.
¿Cuántas veces había tropezado y caído? ¿Cuántas lágrimas había derramado? ¿Cuánto más debía seguir sufriendo?
Necesitaba sentir una cálida mano en su hombro, pero jamás llegó ese contacto.
Qué extraño… Pues siempre había estado ahí…en sus peores momentos…
¿Por qué ahora no? ¿Dónde estaba?
No podía moverse. Algo la aplastaba y la dejaba sin aire.
¿Por qué nadie la sacaba del oscuro pozo como siempre sucedía? ¿Por qué demoraba tanto en llegar su ángel de la guarda?
Hacía frio…las piedras se clavaban en su delicado cuerpo…la oscuridad se cernía sobre ella…el miedo le atenazaba la garganta, impidiéndole así pedir auxilio…
Se habían olvidado de ella… Necesitaba ayuda…
Oh, Dios… Que alguien la salvase, por favor…
Sentirse atrapada en ese pozo de llanto y dolor era como estar en el infierno. Esta sensación era la segunda vez que la sentía…
Ayuda…ayuda…ayuda…
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
A medida que el caballo galopaba a toda velocidad por el bosque, el corazón de Falon se aceleraba más a cada minuto que transcurría.
Pudo divisar la zona rocosa que separaba Krystán de las demás ciudades vecinas.
Esa zona era la más peligrosa y solitaria de toda la ciudad.
Si Azalea no estaba en ningún lugar de los alrededores, solo quedaba buscar en la zona rocosa.
¿Pero sería posible que esa loca y testaruda princesa se hubiera internado en el peligro?
Si la encontraba ahí…se juró estrangularla en cuanto la viera.
De lejos pudo ver un caballo caminando a pata coja y su corazón se detuvo.
Aceleró el galope y rezó a los dioses para que ella estuviera bien.
Pero de nada sirvió rezar, ya que al llegar a la zona rocosa, vio a la princesa desmayada en el suelo, con la frente y el vestido manchados de sangre.
El mundo se derrumbó a su alrededor.
Era la segunda vez que la veía así…pálida y…casi muerta… Como el día de la tormenta de nieve…
Bajó del caballo, corrió hacia ella y se arrodilló a su lado para tomarle el pulso.
Un pulso condenadamente lento.
La sacudió con demasiada brusquedad a causa del miedo, y la chica empezó a mover los párpados.
FALON: Azalea, reacciona.
AZALEA: Duele…
FALON: ¿Qué es lo que duele? ¿Tienes algún hueso roto?
AZALEA: Yo…
Rompió a llorar y el príncipe se sintió perdido, tal y como le sucedía siempre que la veía llorar.
La cogió en brazos y la llevó hasta el caballo.
Al comprobar que ya no se quejaba de nuevo, supo que no tenía nada roto.
AZALEA: ¿Adónde me llevas?
FALON: A casa.
AZALEA: No, no. Por favor, no.
FALON: ¿Cómo que no?
AZALEA: No quiero regresar…
FALON: Deja de decir tonterías, mujer.
AZALEA: Por favor…
FALON: Estás herida y…
AZALEA: Falon…
Oír decir su nombre con esa dulce voz cargada de dolor y debilidad, hizo que el alma del chico se encogiera dolorosamente.
Azalea suspiró y apoyó la cabeza en ese fuerte hombro, ya que seguía cogida en sus brazos.
AZALEA: No deseo volver a casa.
FALON: ¿Por qué?
AZALEA: No quiero ver a papá. No soportaría ver las lágrimas de mamá. Tampoco quiero ver a Zannaleah.
FALON: ¿Qué está pasando, Azalea? ¿Por qué huiste tan repentinamente?
AZALEA: Llévame lejos, por favor.
FALON: Responde.
AZALEA: Te lo suplico…
FALON: ¿Si lo hago me contarás todo?
AZALEA: Sí.
Se oyeron los cascos de un caballo y Falon vio que se acercaba Challen, el cual, al ver a su princesa, saltó del animal y corrió hacia ellos.
CHALLEN: ¡Oh, Dios! ¡Princesa!
Se moría por abrazarla para sentirla sana y salva, pero una vez más, se sintió cohibido por el príncipe, ya que lo miraba con absoluta seriedad.
CHALLEN: Gracias por encontrarla. ¿Cómo está ella?
FALON: Tiene una pequeña herida en la cabeza, pero está estable.
CHALLEN: Gracias al cielo… Hay que llevarla rápido al castillo y…
FALON: No.
CHALLEN: ¿Qué?
FALON: No irá al castillo. Ella no lo desea.
CHALLEN: Pe-pero está herida y…
FALON: Yo me ocuparé de eso. Regresa tú al reino y avisa a los reyes de su aparición. Diles que está bien, pero que no volverá a casa por ahora.
Challen se debatió entre obedecer o no esa orden.
Miró a su princesa, la cual parecía dormida o…inconsciente.
Al ver sus dudas, Falon intensificó la seriedad de su mirada.
FALON: Date prisa.
CHALLEN: Juradme que no le haréis más daño.
FALON: ¿Sigues con eso?
CHALLEN: La princesa ha sufrido y llorado demasiado por vos.
FALON: ¿Por mí? ¡Claro que no! Sufrió a causa de sus propias mentiras.
CHALLEN: El odio del pasado os está cegando todavía, Alteza Falon.
FALON: ¿Cómo te atreves a hablarme así?
CHALLEN: Aunque no conozca tan bien a la princesa como lo hacéis vos, sé toda la historia. Y os aseguro que ella ha tenido verdaderos motivos para vengarse de vos.
FALON: Estás pisando un terreno peligroso, Challen.
CHALLEN: No quiero ofenderos, Alteza. Y os respeto, pero ante todo, mi princesa está primero.
Oír “mi princesa” hizo que todo se removiera en el interior de Falon, el cual apretó los dientes y subió como pudo sobre el caballo con Azalea aun en sus brazos.
Pero Challen le cortó el paso al animal para seguir mirando con desconfianza al príncipe.
CHALLEN: Por favor, Alteza, no la hagáis llorar más.
FALON: Créeme que a mí tampoco me gusta ver sus lágrimas.
CHALLEN: Entonces, ¿lo juráis?
A regañadientes, Falon asintió con la cabeza, esquivó al joven caballero y emprendió el galope hacia la casa de uno de sus amigos.
Esas palabras de Challen le dieron en qué pensar durante todo el trayecto.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Challen se encontró acorralado entre dos arrebatos de furia.
El del rey de Krystán y el del emperador Dalden, el cual estaba al tanto de lo que sucedía con Azalea.
REY: ¿Cómo has podido permitir que se la lleve?
CHALLEN: Lo siento, Majestad. Yo…
DALDEN: ¿Con qué derecho ese cretino se la lleva? ¿No tiene suficiente con todo el daño que le causó?
REY: ¿No dijo a dónde la llevaba?
CHALLEN: No, Majestad. Pero el príncipe Falon juró cuidar de ella.
DALDEN: ¡Y tú le has creído! ¡Ahora aprovechará para volver a lastimarla!
CHALLEN: Lo importante es que apareció sana y salva…
DALDEN: ¡Oh, cállate!
REY: Ya puedes retirarte, Challen.
CHALLEN: Sí, Majestad.
Con un suspiro de alivio, hizo una reverencia y salió de la biblioteca para reunirse con las mascotas en el jardín.
KUPÓ: ¿Cómo se lo ha tomado el rey, kupó?
CHALLEN: Fatal.
MOG: ¿Y qué hará al respecto?
CHALLEN: Nada. Nadie sabe a dónde la llevó Falon.
Oyeron pasos y vieron que se acercaba la reina con los ojos rojos de tanto llorar.
Era tan parecida a su hija Azalea que dolía verla triste.
Al llegar hasta ellos, la hermosa reina clavó la mirada en Challen, provocando que éste tragase saliva.
REINA: No quiero que esa…prometida tuya vuelva a pisar este reino.
CHALLEN: Así será, Majestad.
REINA: Supongo que la estarás apoyando.
CHALLEN: Sí. Pues ella no es culpable de nada.
REINA: Eso no me importa. ¿Vas a seguir viéndola?
CHALLEN: Sí, Majestad.
REINA: Entonces deberás renunciar al cargo como caballero protector de mi hija.
CHALLEN: ¿Qué?
REINA: No quiero que vuelvan a lastimarla.
CHALLEN: Pero, Majestad… Yo no tengo nada que ver en todo lo que está pasando y…
REINA: Escoge, Challen. O tu prometida o mi hija.
Dicho eso, volvió a marcharse, dejando a Challen destrozado.
¿Escoger entre las dos personas que más le importaba?
Era una batalla que no podría ganar sin antes perder la mitad de su corazón.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Azalea despertó y se vio en una cama, dentro de una desconocida habitación.
Se incorporó y le latió dolorosamente la cabeza, la cual estaba cubierta por un vendaje.
Recordó que había permitido que Falon la llevase a cualquier lugar que no fuera su reino y se le aceleró el corazón.
Falon había ido a buscarla al bosque.
¿Pero cómo se había enterado de que ella había huido? ¿Cómo pudo saber dónde se encontraba?
La puerta se abrió y asomó la cabeza del príncipe, que al verla despierta, suspiró con alivio.
FALON: Te están preparando un baño caliente y así podrás cambiarte de vestido.
AZALEA: ¿Dónde estamos?
FALON: En casa de mi amigo.
Un rato más tarde, la princesa yacía sentada en una mesa, sintiéndose mucho mejor después del baño y del vestido limpio.
Ahora comía un delicioso plato de comida, pero el amigo de Falon, sentado frente a ella, la incomodaba un poco, ya que no dejaba de mirarla, obviamente cautivado por su belleza.
Y el príncipe, dándose cuenta también, gruñó y se mordió la lengua para no insultar a su amigo y así no aparentar ante ella que sentía celos.
Azalea, acostumbrada a ser el centro de atención, decidió aliviar la tensión que flotaba en el ambiente.
AZALEA: Gracias por todo, ehm…
RIDDOCK: Riddock, Alteza.
AZALEA: Gracias, Riddock.
RIDDOCK: De nada. Es un honor teneros en mi hogar. Y podéis quedaros el tiempo que necesitéis.
Ella sonrió cálidamente, provocando que Riddock se atontara más de lo que ya estaba.
Falon se removió en su asiento y dejó de comer.
FALON: Azalea, será mejor que descanses un poco más.
AZALEA: Sí, lo intentaré.
Al terminar de comer, Falon la acompañó a la habitación y quiso irse de nuevo, pero Azalea lo detuvo del brazo.
Ese contacto tan pequeño les causó a ambos una descarga eléctrica en sus cuerpos.
AZALEA: ¿Por qué…me has ayudado?
FALON: Eso no importa.
AZALEA: ¿Por qué me buscaste? ¿Por qué te preocupas por mí? ¿Por qué haces todo esto?
FALON: En vez de interrogarme, deberías darme las gracias, ¿no crees?
Azalea se sonrojó y le soltó el brazo para retroceder hasta chocar con la cama.
AZALEA: Claro que estoy muy agradecida. Y mucho más por haberme traído aquí y no a mi castillo.
FALON: Lo prometido es deuda. ¿Qué pasó para que huyeras así?
AZALEA: ¿Recuerdas…todo lo que te conté sobre la infidelidad de mi padre y sobre la hermana secreta?
FALON: Sí.
AZALEA: Esa hermana…ya apareció.
FALON: ¿Qué?
AZALEA: Ya sé quién es.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y Falon deseó que no comenzase a llorar o sería una tortura para él.
AZALEA: Ha resultado ser…Zannaleah.
FALON: Lo imaginé.
AZALEA: ¿Lo…imaginaste?
FALON: La mencionaste cuando te encontré más allá del bosque. Ella y tú sois tan parecidas…
AZALEA: Si antes odiaba a mi padre, ahora le odio más.
Falon se apoyó en la pared y se cruzó de brazos, observándola con atención.
¿Cómo era posible que alguien tan menuda y delicada pudiera albergar tanto odio en su interior?
AZALEA: Qué pequeño es el mundo, ¿verdad? De tantas chicas que existen en este planeta, ha tenido que ser Zannaleah, prometida de mi caballero y una Cazadora de Bestias.
FALON: ¿Por qué la odias a ella?
AZALEA: ¿Y todavía lo preguntas?
FALON: No tiene la culpa del desliz de tu padre.
AZALEA: El simple hecho de ser el fruto de esa traición es suficiente.
FALON: Estás actuando injustamente.
AZALEA: No eres el más indicado para decir eso, Falon.
Se miraron con desafío, conscientes de que iban a desviarse del tema.
Azalea se sentó en la orilla de la cama y se abrazó a sí misma, sintiendo un frio repentino.
AZALEA: Tu odio hacia mí es injusto.
FALON: Deberías descansar.
AZALEA: No puedes seguir odiándome el resto de tu vida. Ya te pedí perdón.
FALON: No quisiera volver a eso…
AZALEA: Pues no pienso callarme más.
Lo miró con esos grandes ojos llenos de dolor y determinación.
Falon deseaba salir de la estancia, pero sus emociones lo retenían por completo.
No soportaba recordar su engaño. Pero mucho menos soportaba verla tan afectada.
AZALEA: Una vez te dije que…puedo comprender que siendo niños tú me odiaras tanto. Pero no veo motivos para que ese odio se alargue durante años.
FALON: Tú misma lo alargaste al planear tu venganza.
AZALEA: Está bien. Pero te pedí perdón y te confesé mis sentimientos. ¿Por qué no me crees?
FALON: No puedo.
AZALEA: Si fuera mentira…yo hoy estaría feliz de haberme vengado de ti. Pero mírame. Estoy tan hundida desde que me abandonaste…
Esas palabras calaron hondo.
El príncipe intentó imaginarse a Azalea hundida, tal y como decía, pero solo pudo ver imágenes de su sonrisa, estando rodeada de sus amigos.
AZALEA: ¿Acaso no recuerdas todos los juramentos que me hiciste?
FALON: …
AZALEA: ¿Acaso no viste lo desesperada que yo estaba cuando te pedí que los jurases?
FALON: Basta.
AZALEA: ¿Acaso no me viste destrozada cuando descubriste la verdad?
FALON: Si me amabas en serio, me lo habrías confesado antes de la luna de miel. ¿Por qué esperaste tanto? Querías tenerme bien entregado, ¿cierto?
AZALEA: Estás equivocado. Tenía miedo de perderte. Fue un error dejar que transcurrieran los días. Pero estaba tan asustada…no quería perderte…
FALON: Pero me perdiste.
Oír eso consiguió que la chica se echase a llorar, por lo que Falon gruñó y se dispuso a salir de la estancia, pero lo que llegó después lo dejó clavado en el suelo…
AZALEA: Te amo.
Esas dos malditas palabras lograron derrumbar el muro de piedra que rodeaba su corazón.
Y para peor, ese llanto le estaba desgarrando el alma.
AZALEA: Juraste amarme siempre. Juraste amarme por encima de todo. Juraste que jamás me dejarías.
Entonces Falon recordó la frase que le dijo cuando él había regresado de la guerra: “Juré regresar por ti. Y aquí estoy. Y aunque el mundo entero entre en guerra, no volveré a dejarte. Tú eres mi vida. Eres lo único que necesito para seguir viviendo. Te amaré pase lo que pase”.
Ella…la única…
Lo era, maldita sea.
Era la única que había conseguido robarle el corazón.
Pero no podía olvidar todo lo planeado para enamorarlo.
Si ella no hubiera resultado enamorada también, hoy estaría riéndose de él.
Pensar en eso hizo que la rabia aumentara, y solo entonces, pudo salir de la habitación, dejando a la princesa destrozada en un mar de lágrimas.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Pasaron dos días, en los cuales Azalea había permanecido encerrada en casa del amigo de Falon.
Se sentía un poco más tranquila. Pero no podía dejar de pensar en su madre.
¿Cómo estaría? ¿Qué habría hecho ahora que ya conocía a la otra hija de su esposo? ¿Seguiría llorando?
Tuvo miedo de que su madre pudiera caer en una depresión.
Oh, Dios…
¿Cómo pudo permitir su padre que su amante se quedase embarazada?
Tenía que volver a su hogar solo para ver a su madre.
Salió de la habitación y encontró a Riddock sentado en un sillón con un periódico en las manos.
AZALEA: Hola…
RIDDOCK: Hola, Alteza. Falon todavía no ha llegado. ¿Necesitáis algo?
AZALEA: ¿Cómo sigue mi caballo?
RIDDOCK: Ya tiene la pata prácticamente curada.
AZALEA: Oh, estupendo. Voy a regresar a mi casa.
RIDDOCK: ¿Sola?
AZALEA: Sí. El trayecto no es tan largo.
RIDDOCK: ¿Por qué no esperáis a que llegue Falon?
AZALEA: Tengo prisa y…
RIDDOCK: ¿Queréis que os acompañe?
AZALEA: No, no. Muchas gracias por todo, Riddock. Ha sido muy agradable estar unos días aquí en tu casa.
RIDDOCK: Un honor, Alteza. Podéis regresar cuando gustéis.
La chica le sonrió y se dirigió al pequeño establo para coger su caballo.
Hoy tenía un poco más de fuerzas para poder enfrentarse a su padre.
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TO BE CONTINUED...
"Desnúdame El Alma"
PARTE 1
Agotado y frustrado, Challen llegó a su casa y se sentó en la mesa para esconder su rostro entre los brazos.
Habían pasado más de ocho horas y no habían encontrado a su princesa.
El miedo y los nervios estaban acabando con él.
Escuchó que alguien se sentaba a su lado y levantó levemente la cabeza para encontrarse con la mirada triste y cansada de Zannaleah.
ZANNA: ¿Ha aparecido?
CHALLEN: No.
ZANNA: Lo siento mucho… No fue mi intención que la princesa huyera así… Jamás imaginé que…le dolería tanto saber que soy su hermana.
CHALLEN: Todos estamos afectados.
ZANNA: Entiendo.
Agachó el rostro y aguantó las ganas de seguir llorando.
Era doloroso saber que jamás sería aceptada por su nueva familia. Y mucho menos amada.
Tenía un nudo tan grande en el pecho que sintió la necesidad de soltarlo.
ZANNA: Sé que soy fruto del pecado…pero no tengo la culpa de los errores de nuestros padres.
CHALLEN: No hables así, Zannaleah. Tú no eres ningún error.
ZANNA: Sé la realidad, Challen. Y aunque no sea en las mejores circunstancias, me alegro de saber que tengo un padre y una hermana.
Se hizo el silencio… Cada cual perdido en sus propios pensamientos.
Era patente la distancia emocional que ahora los separaba.
Y no eran solo los años los que habían creado esa distancia, sino las personas que en el presente existían en sus vidas.
Pero ahora Frey no estaba, y Zannaleah no tenía a alguien en quien apoyarse.
ZANNA: Discúlpame por agobiarte con mis cosas. Debes estar muy angustiado por la princesa.
CHALLEN: Creo que seguiré buscándola.
ZANNA: Está bien.
CHALLEN: Puedes quedarte aquí todo el tiempo que necesites.
ZANNA: Gracias.
Challen se levantó para acercarse a la puerta, pero antes de salir, Zannaleah no pudo evitar decir lo que hacía ya tiempo necesitaba soltar.
ZANNA: Estás…enamorado de ella, ¿verdad?
El chico se puso tenso.
Haber aceptado por sí mismo que amaba a Azalea ya era bastante sorprendente e incómodo.
Pero oírselo decir a su prometida era mucho peor.
De algún modo sentía que le había fallado.
Zannaleah siempre fue sincera al confesarle que sentía algo muy fuerte por el Cazador Frey.
¿Por qué no ser honesto él también?
Se volteó para mirarla directamente a los ojos.
CHALLEN: Sí.
Zanna sonrió con tristeza.
¿Cómo no enamorarse de Azalea?
Era una princesa real muy hermosa, encantadora y noble.
Una chica perfecta.
Ya era bastante doloroso que su prometido amase a otra mujer. Pero más doloroso era que esa mujer fuera precisamente su propia hermana.
ZANNA: Gracias por tu sinceridad.
CHALLEN: Sigue descansando.
En cuanto Challen se marchó, una solitaria lágrima rodó por la mejilla de la chica.
Necesitaba tanto estar con su mejor amiga Moira.
Necesitaba tanto ser abrazada por Frey…
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Era de noche y la luz de la luna llena apenas iluminaba el sendero lleno de árboles, flores y piedras.
Pero ella seguía corriendo sin mirar atrás. Sin importarle que iba descalza y que las piedras lastimaban sus delicados pies.
Solo deseaba huir del dolor.
De nuevo estaba completamente sola.
Una nube ocultó la luna y el sendero quedó a oscuras.
La joven tropezó y cayó de bruces al suelo, lastimándose así las palmas de sus manos.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y no hizo nada por incorporarse.
¿Cuántas veces había tropezado y caído? ¿Cuántas lágrimas había derramado? ¿Cuánto más debía seguir sufriendo?
Necesitaba sentir una cálida mano en su hombro, pero jamás llegó ese contacto.
Qué extraño… Pues siempre había estado ahí…en sus peores momentos…
¿Por qué ahora no? ¿Dónde estaba?
No podía moverse. Algo la aplastaba y la dejaba sin aire.
¿Por qué nadie la sacaba del oscuro pozo como siempre sucedía? ¿Por qué demoraba tanto en llegar su ángel de la guarda?
Hacía frio…las piedras se clavaban en su delicado cuerpo…la oscuridad se cernía sobre ella…el miedo le atenazaba la garganta, impidiéndole así pedir auxilio…
Se habían olvidado de ella… Necesitaba ayuda…
Oh, Dios… Que alguien la salvase, por favor…
Sentirse atrapada en ese pozo de llanto y dolor era como estar en el infierno. Esta sensación era la segunda vez que la sentía…
Ayuda…ayuda…ayuda…
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A medida que el caballo galopaba a toda velocidad por el bosque, el corazón de Falon se aceleraba más a cada minuto que transcurría.
Pudo divisar la zona rocosa que separaba Krystán de las demás ciudades vecinas.
Esa zona era la más peligrosa y solitaria de toda la ciudad.
Si Azalea no estaba en ningún lugar de los alrededores, solo quedaba buscar en la zona rocosa.
¿Pero sería posible que esa loca y testaruda princesa se hubiera internado en el peligro?
Si la encontraba ahí…se juró estrangularla en cuanto la viera.
De lejos pudo ver un caballo caminando a pata coja y su corazón se detuvo.
Aceleró el galope y rezó a los dioses para que ella estuviera bien.
Pero de nada sirvió rezar, ya que al llegar a la zona rocosa, vio a la princesa desmayada en el suelo, con la frente y el vestido manchados de sangre.
El mundo se derrumbó a su alrededor.
Era la segunda vez que la veía así…pálida y…casi muerta… Como el día de la tormenta de nieve…
Bajó del caballo, corrió hacia ella y se arrodilló a su lado para tomarle el pulso.
Un pulso condenadamente lento.
La sacudió con demasiada brusquedad a causa del miedo, y la chica empezó a mover los párpados.
FALON: Azalea, reacciona.
AZALEA: Duele…
FALON: ¿Qué es lo que duele? ¿Tienes algún hueso roto?
AZALEA: Yo…
Rompió a llorar y el príncipe se sintió perdido, tal y como le sucedía siempre que la veía llorar.
La cogió en brazos y la llevó hasta el caballo.
Al comprobar que ya no se quejaba de nuevo, supo que no tenía nada roto.
AZALEA: ¿Adónde me llevas?
FALON: A casa.
AZALEA: No, no. Por favor, no.
FALON: ¿Cómo que no?
AZALEA: No quiero regresar…
FALON: Deja de decir tonterías, mujer.
AZALEA: Por favor…
FALON: Estás herida y…
AZALEA: Falon…
Oír decir su nombre con esa dulce voz cargada de dolor y debilidad, hizo que el alma del chico se encogiera dolorosamente.
Azalea suspiró y apoyó la cabeza en ese fuerte hombro, ya que seguía cogida en sus brazos.
AZALEA: No deseo volver a casa.
FALON: ¿Por qué?
AZALEA: No quiero ver a papá. No soportaría ver las lágrimas de mamá. Tampoco quiero ver a Zannaleah.
FALON: ¿Qué está pasando, Azalea? ¿Por qué huiste tan repentinamente?
AZALEA: Llévame lejos, por favor.
FALON: Responde.
AZALEA: Te lo suplico…
FALON: ¿Si lo hago me contarás todo?
AZALEA: Sí.
Se oyeron los cascos de un caballo y Falon vio que se acercaba Challen, el cual, al ver a su princesa, saltó del animal y corrió hacia ellos.
CHALLEN: ¡Oh, Dios! ¡Princesa!
Se moría por abrazarla para sentirla sana y salva, pero una vez más, se sintió cohibido por el príncipe, ya que lo miraba con absoluta seriedad.
CHALLEN: Gracias por encontrarla. ¿Cómo está ella?
FALON: Tiene una pequeña herida en la cabeza, pero está estable.
CHALLEN: Gracias al cielo… Hay que llevarla rápido al castillo y…
FALON: No.
CHALLEN: ¿Qué?
FALON: No irá al castillo. Ella no lo desea.
CHALLEN: Pe-pero está herida y…
FALON: Yo me ocuparé de eso. Regresa tú al reino y avisa a los reyes de su aparición. Diles que está bien, pero que no volverá a casa por ahora.
Challen se debatió entre obedecer o no esa orden.
Miró a su princesa, la cual parecía dormida o…inconsciente.
Al ver sus dudas, Falon intensificó la seriedad de su mirada.
FALON: Date prisa.
CHALLEN: Juradme que no le haréis más daño.
FALON: ¿Sigues con eso?
CHALLEN: La princesa ha sufrido y llorado demasiado por vos.
FALON: ¿Por mí? ¡Claro que no! Sufrió a causa de sus propias mentiras.
CHALLEN: El odio del pasado os está cegando todavía, Alteza Falon.
FALON: ¿Cómo te atreves a hablarme así?
CHALLEN: Aunque no conozca tan bien a la princesa como lo hacéis vos, sé toda la historia. Y os aseguro que ella ha tenido verdaderos motivos para vengarse de vos.
FALON: Estás pisando un terreno peligroso, Challen.
CHALLEN: No quiero ofenderos, Alteza. Y os respeto, pero ante todo, mi princesa está primero.
Oír “mi princesa” hizo que todo se removiera en el interior de Falon, el cual apretó los dientes y subió como pudo sobre el caballo con Azalea aun en sus brazos.
Pero Challen le cortó el paso al animal para seguir mirando con desconfianza al príncipe.
CHALLEN: Por favor, Alteza, no la hagáis llorar más.
FALON: Créeme que a mí tampoco me gusta ver sus lágrimas.
CHALLEN: Entonces, ¿lo juráis?
A regañadientes, Falon asintió con la cabeza, esquivó al joven caballero y emprendió el galope hacia la casa de uno de sus amigos.
Esas palabras de Challen le dieron en qué pensar durante todo el trayecto.
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Challen se encontró acorralado entre dos arrebatos de furia.
El del rey de Krystán y el del emperador Dalden, el cual estaba al tanto de lo que sucedía con Azalea.
REY: ¿Cómo has podido permitir que se la lleve?
CHALLEN: Lo siento, Majestad. Yo…
DALDEN: ¿Con qué derecho ese cretino se la lleva? ¿No tiene suficiente con todo el daño que le causó?
REY: ¿No dijo a dónde la llevaba?
CHALLEN: No, Majestad. Pero el príncipe Falon juró cuidar de ella.
DALDEN: ¡Y tú le has creído! ¡Ahora aprovechará para volver a lastimarla!
CHALLEN: Lo importante es que apareció sana y salva…
DALDEN: ¡Oh, cállate!
REY: Ya puedes retirarte, Challen.
CHALLEN: Sí, Majestad.
Con un suspiro de alivio, hizo una reverencia y salió de la biblioteca para reunirse con las mascotas en el jardín.
KUPÓ: ¿Cómo se lo ha tomado el rey, kupó?
CHALLEN: Fatal.
MOG: ¿Y qué hará al respecto?
CHALLEN: Nada. Nadie sabe a dónde la llevó Falon.
Oyeron pasos y vieron que se acercaba la reina con los ojos rojos de tanto llorar.
Era tan parecida a su hija Azalea que dolía verla triste.
Al llegar hasta ellos, la hermosa reina clavó la mirada en Challen, provocando que éste tragase saliva.
REINA: No quiero que esa…prometida tuya vuelva a pisar este reino.
CHALLEN: Así será, Majestad.
REINA: Supongo que la estarás apoyando.
CHALLEN: Sí. Pues ella no es culpable de nada.
REINA: Eso no me importa. ¿Vas a seguir viéndola?
CHALLEN: Sí, Majestad.
REINA: Entonces deberás renunciar al cargo como caballero protector de mi hija.
CHALLEN: ¿Qué?
REINA: No quiero que vuelvan a lastimarla.
CHALLEN: Pero, Majestad… Yo no tengo nada que ver en todo lo que está pasando y…
REINA: Escoge, Challen. O tu prometida o mi hija.
Dicho eso, volvió a marcharse, dejando a Challen destrozado.
¿Escoger entre las dos personas que más le importaba?
Era una batalla que no podría ganar sin antes perder la mitad de su corazón.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Azalea despertó y se vio en una cama, dentro de una desconocida habitación.
Se incorporó y le latió dolorosamente la cabeza, la cual estaba cubierta por un vendaje.
Recordó que había permitido que Falon la llevase a cualquier lugar que no fuera su reino y se le aceleró el corazón.
Falon había ido a buscarla al bosque.
¿Pero cómo se había enterado de que ella había huido? ¿Cómo pudo saber dónde se encontraba?
La puerta se abrió y asomó la cabeza del príncipe, que al verla despierta, suspiró con alivio.
FALON: Te están preparando un baño caliente y así podrás cambiarte de vestido.
AZALEA: ¿Dónde estamos?
FALON: En casa de mi amigo.
Un rato más tarde, la princesa yacía sentada en una mesa, sintiéndose mucho mejor después del baño y del vestido limpio.
Ahora comía un delicioso plato de comida, pero el amigo de Falon, sentado frente a ella, la incomodaba un poco, ya que no dejaba de mirarla, obviamente cautivado por su belleza.
Y el príncipe, dándose cuenta también, gruñó y se mordió la lengua para no insultar a su amigo y así no aparentar ante ella que sentía celos.
Azalea, acostumbrada a ser el centro de atención, decidió aliviar la tensión que flotaba en el ambiente.
AZALEA: Gracias por todo, ehm…
RIDDOCK: Riddock, Alteza.
AZALEA: Gracias, Riddock.
RIDDOCK: De nada. Es un honor teneros en mi hogar. Y podéis quedaros el tiempo que necesitéis.
Ella sonrió cálidamente, provocando que Riddock se atontara más de lo que ya estaba.
Falon se removió en su asiento y dejó de comer.
FALON: Azalea, será mejor que descanses un poco más.
AZALEA: Sí, lo intentaré.
Al terminar de comer, Falon la acompañó a la habitación y quiso irse de nuevo, pero Azalea lo detuvo del brazo.
Ese contacto tan pequeño les causó a ambos una descarga eléctrica en sus cuerpos.
AZALEA: ¿Por qué…me has ayudado?
FALON: Eso no importa.
AZALEA: ¿Por qué me buscaste? ¿Por qué te preocupas por mí? ¿Por qué haces todo esto?
FALON: En vez de interrogarme, deberías darme las gracias, ¿no crees?
Azalea se sonrojó y le soltó el brazo para retroceder hasta chocar con la cama.
AZALEA: Claro que estoy muy agradecida. Y mucho más por haberme traído aquí y no a mi castillo.
FALON: Lo prometido es deuda. ¿Qué pasó para que huyeras así?
AZALEA: ¿Recuerdas…todo lo que te conté sobre la infidelidad de mi padre y sobre la hermana secreta?
FALON: Sí.
AZALEA: Esa hermana…ya apareció.
FALON: ¿Qué?
AZALEA: Ya sé quién es.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y Falon deseó que no comenzase a llorar o sería una tortura para él.
AZALEA: Ha resultado ser…Zannaleah.
FALON: Lo imaginé.
AZALEA: ¿Lo…imaginaste?
FALON: La mencionaste cuando te encontré más allá del bosque. Ella y tú sois tan parecidas…
AZALEA: Si antes odiaba a mi padre, ahora le odio más.
Falon se apoyó en la pared y se cruzó de brazos, observándola con atención.
¿Cómo era posible que alguien tan menuda y delicada pudiera albergar tanto odio en su interior?
AZALEA: Qué pequeño es el mundo, ¿verdad? De tantas chicas que existen en este planeta, ha tenido que ser Zannaleah, prometida de mi caballero y una Cazadora de Bestias.
FALON: ¿Por qué la odias a ella?
AZALEA: ¿Y todavía lo preguntas?
FALON: No tiene la culpa del desliz de tu padre.
AZALEA: El simple hecho de ser el fruto de esa traición es suficiente.
FALON: Estás actuando injustamente.
AZALEA: No eres el más indicado para decir eso, Falon.
Se miraron con desafío, conscientes de que iban a desviarse del tema.
Azalea se sentó en la orilla de la cama y se abrazó a sí misma, sintiendo un frio repentino.
AZALEA: Tu odio hacia mí es injusto.
FALON: Deberías descansar.
AZALEA: No puedes seguir odiándome el resto de tu vida. Ya te pedí perdón.
FALON: No quisiera volver a eso…
AZALEA: Pues no pienso callarme más.
Lo miró con esos grandes ojos llenos de dolor y determinación.
Falon deseaba salir de la estancia, pero sus emociones lo retenían por completo.
No soportaba recordar su engaño. Pero mucho menos soportaba verla tan afectada.
AZALEA: Una vez te dije que…puedo comprender que siendo niños tú me odiaras tanto. Pero no veo motivos para que ese odio se alargue durante años.
FALON: Tú misma lo alargaste al planear tu venganza.
AZALEA: Está bien. Pero te pedí perdón y te confesé mis sentimientos. ¿Por qué no me crees?
FALON: No puedo.
AZALEA: Si fuera mentira…yo hoy estaría feliz de haberme vengado de ti. Pero mírame. Estoy tan hundida desde que me abandonaste…
Esas palabras calaron hondo.
El príncipe intentó imaginarse a Azalea hundida, tal y como decía, pero solo pudo ver imágenes de su sonrisa, estando rodeada de sus amigos.
AZALEA: ¿Acaso no recuerdas todos los juramentos que me hiciste?
FALON: …
AZALEA: ¿Acaso no viste lo desesperada que yo estaba cuando te pedí que los jurases?
FALON: Basta.
AZALEA: ¿Acaso no me viste destrozada cuando descubriste la verdad?
FALON: Si me amabas en serio, me lo habrías confesado antes de la luna de miel. ¿Por qué esperaste tanto? Querías tenerme bien entregado, ¿cierto?
AZALEA: Estás equivocado. Tenía miedo de perderte. Fue un error dejar que transcurrieran los días. Pero estaba tan asustada…no quería perderte…
FALON: Pero me perdiste.
Oír eso consiguió que la chica se echase a llorar, por lo que Falon gruñó y se dispuso a salir de la estancia, pero lo que llegó después lo dejó clavado en el suelo…
AZALEA: Te amo.
Esas dos malditas palabras lograron derrumbar el muro de piedra que rodeaba su corazón.
Y para peor, ese llanto le estaba desgarrando el alma.
AZALEA: Juraste amarme siempre. Juraste amarme por encima de todo. Juraste que jamás me dejarías.
Entonces Falon recordó la frase que le dijo cuando él había regresado de la guerra: “Juré regresar por ti. Y aquí estoy. Y aunque el mundo entero entre en guerra, no volveré a dejarte. Tú eres mi vida. Eres lo único que necesito para seguir viviendo. Te amaré pase lo que pase”.
Ella…la única…
Lo era, maldita sea.
Era la única que había conseguido robarle el corazón.
Pero no podía olvidar todo lo planeado para enamorarlo.
Si ella no hubiera resultado enamorada también, hoy estaría riéndose de él.
Pensar en eso hizo que la rabia aumentara, y solo entonces, pudo salir de la habitación, dejando a la princesa destrozada en un mar de lágrimas.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Pasaron dos días, en los cuales Azalea había permanecido encerrada en casa del amigo de Falon.
Se sentía un poco más tranquila. Pero no podía dejar de pensar en su madre.
¿Cómo estaría? ¿Qué habría hecho ahora que ya conocía a la otra hija de su esposo? ¿Seguiría llorando?
Tuvo miedo de que su madre pudiera caer en una depresión.
Oh, Dios…
¿Cómo pudo permitir su padre que su amante se quedase embarazada?
Tenía que volver a su hogar solo para ver a su madre.
Salió de la habitación y encontró a Riddock sentado en un sillón con un periódico en las manos.
AZALEA: Hola…
RIDDOCK: Hola, Alteza. Falon todavía no ha llegado. ¿Necesitáis algo?
AZALEA: ¿Cómo sigue mi caballo?
RIDDOCK: Ya tiene la pata prácticamente curada.
AZALEA: Oh, estupendo. Voy a regresar a mi casa.
RIDDOCK: ¿Sola?
AZALEA: Sí. El trayecto no es tan largo.
RIDDOCK: ¿Por qué no esperáis a que llegue Falon?
AZALEA: Tengo prisa y…
RIDDOCK: ¿Queréis que os acompañe?
AZALEA: No, no. Muchas gracias por todo, Riddock. Ha sido muy agradable estar unos días aquí en tu casa.
RIDDOCK: Un honor, Alteza. Podéis regresar cuando gustéis.
La chica le sonrió y se dirigió al pequeño establo para coger su caballo.
Hoy tenía un poco más de fuerzas para poder enfrentarse a su padre.
____________________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
SweeT PrincesS- Mensajes : 124
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Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 16
Waaaa maldito y terco Falon!!!! Grrrr!!!
Y por qué nadie usa el sentido común?! Pobre Zanna! Que culpa tiene que su madre fuera una zorra? e.e y el padre de Azalea un hdp? Por kami! Que gente tonta!!! Yo si la quiero *-*
aff... Ahora si puedo seguir con tranquiladad... Que desastre TTnTT se ha enquilombado todo xD cada día hay más problemas, cada día Azalea llora más y cada día Falon se pone más terco e.e
bueno, espero la conti jaja
pd.: lamento no haber comentado en el otro pero ando medio justa de tiempos...
Y por qué nadie usa el sentido común?! Pobre Zanna! Que culpa tiene que su madre fuera una zorra? e.e y el padre de Azalea un hdp? Por kami! Que gente tonta!!! Yo si la quiero *-*
aff... Ahora si puedo seguir con tranquiladad... Que desastre TTnTT se ha enquilombado todo xD cada día hay más problemas, cada día Azalea llora más y cada día Falon se pone más terco e.e
bueno, espero la conti jaja
pd.: lamento no haber comentado en el otro pero ando medio justa de tiempos...
Katherina Kusanovic- ADMIN
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SweeT PrincesS- Mensajes : 124
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Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 16
D: ya quiero saber como sera el enfrentamiento de Azalea contra su padre. me muero de la intriga.
Tonto tonto Falon ¬¬al menos su amigo es agradable.
Challen *-* como lo adoro siempre tan lindo y tierno, lastima que la reina lo haga elegir entre Zanna o la princesa Azalea.
Tonto tonto Falon ¬¬al menos su amigo es agradable.
Challen *-* como lo adoro siempre tan lindo y tierno, lastima que la reina lo haga elegir entre Zanna o la princesa Azalea.
~Shia~- Mensajes : 332
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