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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 3
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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 3
Capítulo 3:
"¿Princesa Real?
Esa noche, Azalea estaba más que feliz. No dejaba de bailar por toda su habitación.
Se pondría lo más hermosa posible para la hora de la cena.
En ese momento entró volando Kupó por la terraza con una gran sonrisa en su pequeño rostro.
KUPÓ: Traigo buenas noticias, kupó.
AZALEA: ¿De qué se trata?
KUPÓ: Encontré las plantas medicinales y Mog se está recuperando, kupó.
AZALEA: Me alegro mucho.
KUPÓ: A ti también te veo feliz, kupó.
AZALEA: Es que también tengo buenas noticias.
KUPÓ: Suéltalas, kupó.
AZALEA: Mañana al fin se marcha la familia Kan-is-Tra.
KUPÓ: ¡Me alegro por ti, kupó! ¡Ya era hora!
AZALEA: Así es. Por eso, esta noche quiero lucir bien hermosa y sonreír en todo momento. ¡Es motivo de celebración!
KUPÓ: Falon y Tedra se darán cuenta de que tu felicidad es por su marcha, kupó.
AZALEA: No me importa.
KUPÓ: No te olvides de traerme un poco de esa cena deliciosa, kupó.
Poco después, la princesa entró en el comedor real siendo la última. Pues era su forma de captar la atención de todos.
Y una vez más, los dejó eclipsados con su etérea belleza.
AZALEA: Buenas noches.
Hizo una reverencia y se sentó al lado de su madre.
Estaba de tan buen humor que se atrevió a mirar a Falon y dedicarle su mejor sonrisa.
El príncipe quedó hechizado. Sus mejillas se tiñeron de rojo.
No se lo podía creer…
Era la primera vez que la princesa le sonreía…
Su corazón se aceleró tanto que tuvo miedo de sufrir un desmayo.
La cena fue servida y todos comieron y conversaron.
Luego fueron al salón de baile y el rey ordenó a la orquesta que tocase música alegre.
Tedra salió a bailar con el padre de Azalea y los demás los animaron con palmas.
Falon se atrevió a acercarse a Azalea y tenderle la mano.
FALON: ¿Bailamos?
La princesa miró esa gran mano con desconfianza.
¿Debía bailar con él?
No quería darle confianza pero…hoy sería la última vez que lo vería.
¡Claro! ¡Hoy era día de celebración!
Sonrió y tomó esa mano para luego verse apoyada en ese fuerte y cálido pecho y rodeada por esos brazos.
Bailaron al son de la música en completo silencio.
Falon se sentía en el cielo…
Tenerla entre sus brazos y verla sonreír era lo mejor que le había ocurrido desde que llegó a Ciudad Krystán.
No entendía la alegría de la princesa, pero le encantaba verla animada.
Y disfrutaría al máximo de ella.
FALON: ¿Podemos salir a pasear por el jardín?
De nuevo Azalea lo miró con desconfianza.
Y eso no le gustó a él, así que pronto intentó remediarlo.
FALON: Prometo no hacerte preguntas sobre la verdadera Azalea. Solo quiero disfrutar de tu compañía.
AZALEA: ¿Y ya no lo estás haciendo?
FALON: Sí, pero deseo estar a solas contigo.
AZALEA: ¿Por qué?
FALON: Para charlar, conocernos…
AZALEA: Podemos hacerlo aquí.
FALON: Pero…
AZALEA: No saldré contigo al jardín.
Falon se mordió la lengua para no agobiarla con sus súplicas.
Por todos los dioses… ¡Qué mujer tan difícil!
En fin, era preferible conformarse con poquito. Mejor “algo” que “nada”.
En cuanto la música terminó, Azalea huyó de los brazos de Falon y corrió a refugiarse en su madre, la cual conversaba con la madre de Tedra, así que se sentó al lado de las dos reinas.
REINA KRYSTÁN: ¿Cómo te lo estás pasando, hija?
AZALEA: Bien.
REINA KAN-IS-TRA: Ya has comprobado que mi hijo es un gran bailarín, ¿cierto?
AZALEA: Eh…sí.
REINA KAN-IS-TRA: Aunque tú eres perfecta en todo. Hacéis tan buena pareja…
Azalea se puso tensa al oír eso.
¿Hacer buena pareja? ¿Ella y Falon? ¡¡Por Dios, no!!
Estuvo ahí sentada escuchando la conversación de las dos reinas sobre matrimonios y romances.
Sintió un nudo en la boca del estómago.
Ella jamás se enamoraría de Falon. No deseaba casarse con nadie. Quería estudiar y seguir viviendo con sus padres.
No deseaba salir nunca de este castillo, de su hogar.
Empezaba a encontrarse mal…
AZALEA: Iré al baño. Con permiso.
Se levantó y corrió hacia su habitación.
Echó el cerrojo y se apoyó en la puerta.
Cada vez que sus padres mencionaban el tema sobre el futuro de Azalea, ella se enfermaba.
Pues no deseaba que nadie decidiera su propio destino. Ni siquiera sus padres.
Azalea quería vivir por su cuenta y hacer lo que le apeteciera. No quería casarse ni irse a vivir a otro lado.
Su vida era suya. Y lucharía para conseguir sus propósitos.
Vio a Kupó dormido en la cama y sintió envidia por él.
Su mascota era feliz, libre y podía ir dónde quisiera, hacer amigos.
Mirándolo dormir, se acordó de que debía traerle la cena, así que a pesar de no querer salir de su estancia, tuvo que regresar al salón de baile.
En cuanto la vio entrar, Falon se acercó a Azalea.
FALON: ¿Bailamos de nuevo?
AZALEA: No puedo. Le prometí a Kupó llevarle la cena.
FALON: ¿Puedo acompañarte?
AZALEA: No, gracias. Disfruta de la fiesta.
Antes de que se fuera, Falon la agarró del brazo y se miraron con seriedad.
FALON: Solo quiero volver a verte sonreír.
El corazón de la chica se aceleró.
Esas palabras eran tan bonitas…
Pero provenían de Falon, el Diablo. Del chico que odiaba.
Tenía que huir de él, así que le sonrió forzosamente, se soltó y se fue, dejando al príncipe desilusionado.
Esa princesa tenía unos cambios de humor tan bruscos que lo confundían sobremanera.
De todos modos, jamás olvidaría esa sonrisa de antes que tanto lo había afectado.
--------------------------------------------------------------------------------------
El día había amanecido tan brillante como el humor de Azalea.
Estaba preciosa con su vestido rosa pétalo y su cabello recogido en perfectos tirabuzones, decorado con una pequeña corona de diamantes.
Su gran sonrisa delataba su alegría por la marcha de la familia real Kan-is-Tra.
Se retocó los labios y bajó al jardín principal, dónde sus padres se despedían de los reyes.
REINA KAN-IS-TRA: Ah, pensé que no llegaría la pequeña flor.
AZALEA: Jamás los dejaría marchar sin despedirme de ustedes.
Todavía sonriendo, Azalea abrazó a la reina de Kan-is-Tra y luego al rey.
Miró a Tedra con media sonrisa y después a Falon.
AZALEA: Que os vaya bien el viaje.
FALON: Eso díselo a mis padres.
AZALEA: ¿Qué?
FALON: Tedra y yo nos quedamos un tiempo aquí.
La sonrisa de Azalea se esfumó. Su alegría se disipó. Su ilusión se rompió.
Pronto sintió crecer la rabia en su interior, pero tuvo que disimularla con otra sonrisa carente de brillo.
AZALEA: Ya veo.
FALON: Así estaremos para el día de tu cumpleaños.
AZALEA: Qué bien.
Hizo una reverencia y regresó a su habitación.
Al entrar, gritó con todas sus fuerzas, agarró la almohada de la cama y comenzó a golpearla con rabia.
¡¿Cómo era posible su mala suerte?!
Estaba tan furiosa que no salió de la estancia hasta que alguien tocó a la puerta.
AZALEA: ¿Quién es?
REINA: ¿Puedo pasar, hija?
AZALEA: Claro.
Su madre entró y la vio acostada en la cama y tapada hasta el cuello.
Preocupada, se acercó y se sentó a su lado para acariciarle el cabello.
REINA: ¿Estás enferma de nuevo?
AZALEA: Sí. Tengo muchas ganas de vomitar.
REINA: Me preocupas, Azalea.
AZALEA: Solo necesito reposo y tranquilidad. Lo siento, no bajaré a comer.
REINA: Está bien. Descansa. Si sigues mal, avisaré al doctor.
Dicho eso, se fue.
Azalea odiaba preocupar a su madre, pero en verdad se sentía mal.
No deseaba seguir viendo y soportando a los odiosos de Falon y Tedra.
Con esos pensamientos, se quedó dormida.
Un rato más tarde, fue despertada por los gritos angustiados de su mascota.
AZALEA: Baja la voz, Kupó. Me duele la cabeza.
KUPÓ: ¡Ha ocurrido algo horrible, kupó!
AZALEA: Cuéntame.
KUPÓ: ¡¡Han atrapado a Mog!
AZALEA: ¿Quién?
KUPÓ: ¡El dueño de las plantas medicinales!
AZALEA: No entiendo nada…
KUPÓ: ¡Tienes que ayudarme, kupó!
Al ver que su mascota estaba a punto de romper a llorar, Azalea se incorporó y lo abrazó.
AZALEA: Respira hondo y cuéntamelo todo.
KUPÓ: El dueño de las plantas medicinales tiene atrapada a Mog, kupó.
AZALEA: ¿Se puede saber de dónde cogiste esas plantas?
KUPÓ: De…un jardín, kupó…
AZALEA: ¿Privado?
KUPÓ: Sí…
AZALEA: ¿Cómo se te ocurre? ¿Y por qué ha cogido a Mog?
KUPÓ: La habrá confundido conmigo, kupó.
AZALEA: Por todos los dioses… ¿Qué podemos hacer? Yo de aquí no puedo salir.
KUPÓ: Necesito tu ayuda, kupó.
AZALEA: Veré qué puedo hacer.
----------------------------------------------------------------------------------------
Ya atardecía cuando Azalea, oculta en su capa y capucha, huía del reino, acompañada únicamente por su Kupó.
Tuvo que esquivar a los guardias por el jardín trasero y saltar el pequeño muro que daba a la entrada de la ciudad.
Era la primera vez que hacía algo así, y sabía muy bien que si su padre descubría que la que había en su cama no era ella, sino una sirvienta, la castigaría duramente.
Pero por su mascota haría lo que estuviera en sus manos. Pues Kupó siempre la había apoyado en todo y ahí había estado para secar sus lágrimas y soportar sus berrinches.
Kupó sacó su pequeña cabeza por el gran bolsillo que había en la capa.
KUPÓ: Gira a la derecha. Ahora sigue ese camino, kupó. Sube esas escaleritas. Al final de esa calle, kupó. ¡¡Ahí, ahí!! ¡Esa es la casa!
AZALEA: Está bien. Escóndete.
Azalea se acercó a la puerta y dio unos golpecitos.
Segundos después, un hombre alto, fuerte y con una cicatriz en la mejilla, abrió.
Al ver a esa persona encapuchada, el hombre se enfadó.
HOMBRE: No tengo nada para darte. No quiero limosneros en mi casa.
Las mejillas de la princesa se sonrojaron de indignación.
Quiso gritarle a ese atrevido, pero se calmó para hacer las cosas bien.
Todo fuera por su Kupó…
AZALEA: No soy ningún limosnero. Vengo a buscar algo mío que usted tiene.
HOMBRE: ¿Qué?
AZALEA: Es una mascota pequeña, con alas y colita roja.
HOMBRE: ¡¡Ese ladrón!!
Agarró del brazo a la chica y tiró de ella hacia el interior de la casa, cerrando de un portazo, asustándola así.
HOMBRE: ¡Así que ese ladronzuelo es tuyo!
AZALEA: Le pido disculpas por haberle causado problemas y…
HOMBRE: ¡Problemas! ¡Robándome esas plantas me ha hecho perder dinero!
AZALEA: Lo siento, yo…
HOMBRE: ¡Que lo sientes!
Le dio un empujón y ella cayó de trasero al suelo.
Pero esta vez no sintió miedo, sino furia, así que se levantó y mostró su famoso mal carácter.
AZALEA: ¡¿Cómo se atreve a tratarme así a MÍ?!
Una puerta se abrió y se asomó un guapo chico, que miró primero al hombre y luego al encapuchado.
CHALLEN: ¿Qué ocurre? ¿Por qué tantos gritos?
HOMBRE: Este es el dueño del ladrón de nuestras plantas medicinales. Y el muy descarado ha venido a rescatar a dicho ladrón.
AZALEA: Ya le he dicho que lo siento y…
HOMBRE: ¡Y eso no me devolverá mis plantas!
AZALEA: ¡Pues le doy dinero! ¿Cuánto cuestan?
HOMBRE: ¿Cuánto cuestan?
Se acercó a la princesa y la agarró del cuello, asustándola mucho más que antes.
Era tan pequeña al lado de ese bruto gigante…
HOMBRE: Cuestan semanas de viaje. Cuestan sembrarlas, cuidarlas y cuestan tiempo para que florezcan.
AZALEA: Yo…
HOMBRE: Dime cómo me vas a devolver eso.
AZALEA: Si usted suelta a Mog, yo mandaré a buscar esas semillas.
HOMBRE: Yo no quiero que mandes a nadie. Tendrás que ir tú mismo.
AZALEA: ¡Yo no puedo!
HOMBRE: Te mereces una paliza.
Alzó el puño y Azalea se echó hacia atrás.
Entonces la capucha resbaló y la princesa quedó a la vista de los dos hombres.
Su belleza los eclipsó a los dos, pero el más impactado fue el chico joven, el cual dejó caer el vaso al suelo, rompiéndose en mil pedazos.
CHALLEN: No…puede ser…
El hombre la soltó y ella retrocedió, mirándolo con miedo y furia mezclados.
Antes de que pudiera protestar, el chico se acercó y la abrazó con fuerza.
CHALLEN: Zannaleah…
AZALEA: ¿Qué?
CHALLEN: Has vuelto…
AZALEA: Espera un momento…
Lo apartó y vio que ese atractivo joven estaba llorando.
¡Era la primera vez que la princesa veía llorar a un hombre!
Él quiso abrazarla de nuevo, pero Azalea retrocedió hasta situarse detrás de la mesa.
AZALEA: Disculpen… ¿Qué significa esto?
CHALLEN: ¿Qué pasa? ¿No te acuerdas de mí?
AZALEA: No. ¿Quién eres?
CHALLEN: Challen. Tu prometido.
AZALEA: ¿Qué? o.O
CHALLEN: ¿Cuándo volviste a Krystán?
AZALEA: Te estás confundiendo de persona. Mi nombre es…
CHALLEN: Zannaleah.
AZALEA: No. Soy Azalea, princesa de Krystán.
El hombre y el chico la miraron, estupefactos.
Para demostrar que era cierto, ella se quitó la capa y mostró la insignia real que colgaba en su delicado cuello con una cadena de oro.
Pálido y tembloroso, el hombre se arrodilló a sus pies.
HOMBRE: ¡¡Lo siento tanto, Alteza!! ¡Jamás imaginé que alguien como vos llegase a pisar mi humilde casa!
AZALEA: Creo que usted debería de controlar su mal genio.
HOMBRE: Así lo haré, Alteza. Lo siento mucho.
El otro chico la miró fijamente, pero con dolor en sus ojos.
Sin decir nada, comenzó a recoger los cristales del suelo.
Al parecer, se había decepcionado al ver que Azalea no era la chica esperada.
AZALEA: ¿Quién es Zannaleah?
HOMBRE: La prometida de mi hijo.
AZALEA: ¿Tanto se parece a mí?
HOMBRE: La verdad sí, Alteza. Zannaleah es de cabello más oscuro que el de vos, pero tiene los mismos ojos. Las mismas facciones, la misma belleza…
AZALEA: No creo que sea más hermosa que yo. Es más, soy princesa real.
HOMBRE: Eh, bueno…
AZALEA: ¿Podrá devolverme a Mog?
HOMBRE: Claro, claro. Challen, trae la jaula.
En cuanto tuvo a Mog en sus brazos, la princesa regresó al castillo.
Todos felices al fin. Pero la felicidad duró poco, pues al saltar el muro, se toparon con Falon.
Los dos se miraron en silencio durante tanto tiempo que las dos mascotas se alejaron volando, dejándolos solos.
AZALEA: ¿Qué haces en el jardín trasero?
FALON: ¿Y tú?
AZALEA: Este es mi reino y voy por donde se me antoja.
FALON: He visto que vienes de la ciudad.
AZALEA: ¿Y qué? No es asunto tuyo.
Quiso irse pero él la tomó del brazo y la estampó contra el muro, acorralándola y asustándola.
FALON: Te trato bien todo el tiempo, y creo que tú podrías hacer lo mismo.
AZALEA: No.
FALON: Entonces tendré que tratarte mal también.
AZALEA: Tú verás. Apártate de mí.
FALON: Creo que al rey no le gustará saber que estuviste sola por la ciudad.
Furiosa, la princesa lo apartó e intentó escapar, pero Falon no dudó en atraparla entre sus brazos, haciéndola temblar del miedo, y de lo que no era miedo…
FALON: Respóndeme algo. ¿Quieres que tu padre sepa que has huido sola a la ciudad?
AZALEA: No.
FALON: ¿Quieres hacer un trato conmigo?
AZALEA: No.
FALON: ¿No? Bueno, prepárate para el castigo.
La soltó y se alejó, dejándola con los puños apretados y la furia atragantándola.
¿Cómo se atrevía a chantajearla? ¡¡Esto no iba a quedar así!!
Corrió tras él y lo detuvo de la camisa de franela.
AZALEA: ¿Qué trato es?
FALON: Un beso.
AZALEA: ¿Qué?
FALON: Un beso tuyo. De tus labios.
Azalea se puso pálida. Se le cortó la respiración y su corazón dejó de latir.
¿Un beso? ¿El segundo entre ellos dos? ¡¡Claro que no!!
AZALEA: ¿No podría ser otra clase de trato?
FALON: No.
AZALEA: Entonces, nada.
FALON: Bueno, veré al rey.
Le sonrió y volvió a caminar hacia el castillo.
AZALEA: ¡¡Espera!!
FALON: ¿Sí? (volteándose)
AZALEA: Acepto el trato.
Cerró los ojos, tragó saliva, apretó los puños y ofreció sus rosados labios.
Falon se puso nervioso, y eso lo molestó.
¿Desde cuándo sentía nervios ante una mujer?
En fin, debía aprovechar lo que se le ofrecía, así que se acercó, aspiró su fresco olor a flores, y poco a poco unió sus labios a los suyos.
Al principio fue como en el primer beso. Un roce. Algo suave. Algo nuevo para ella. Algo maravilloso para él.
Así en contacto, el mundo dejaba de existir. Y por muy contradictorio que fuera, Azalea no deseaba cortar esa sensación. Quería que durase un poco más…solo unos segundos más…
El príncipe se apartó un poco para mirarla. Y su corazón se aceleró al ver que ella seguía con los ojos cerrados y los labios ofrecidos, así que sin dudarlo, volvió a besarla.
Esta vez, Falon consiguió profundizar el beso, y al fin, pudo saborear al completo la boca de esa hermosa princesa.
Azalea quedó completamente hechizada.
No se atrevió a respirar, ni a moverse.
Por primera vez en su vida sabía lo que era un beso. Pero un beso de verdad.
Era algo dulce…agradable…maravilloso…motivación para otro más…
Lo único negativo era que el beso provenía de Falon.
Cuando al fin ella abrió los ojos, el chico ya no estaba ahí. Se había ido.
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TO BE CONTINUED...
"¿Princesa Real?
Esa noche, Azalea estaba más que feliz. No dejaba de bailar por toda su habitación.
Se pondría lo más hermosa posible para la hora de la cena.
En ese momento entró volando Kupó por la terraza con una gran sonrisa en su pequeño rostro.
KUPÓ: Traigo buenas noticias, kupó.
AZALEA: ¿De qué se trata?
KUPÓ: Encontré las plantas medicinales y Mog se está recuperando, kupó.
AZALEA: Me alegro mucho.
KUPÓ: A ti también te veo feliz, kupó.
AZALEA: Es que también tengo buenas noticias.
KUPÓ: Suéltalas, kupó.
AZALEA: Mañana al fin se marcha la familia Kan-is-Tra.
KUPÓ: ¡Me alegro por ti, kupó! ¡Ya era hora!
AZALEA: Así es. Por eso, esta noche quiero lucir bien hermosa y sonreír en todo momento. ¡Es motivo de celebración!
KUPÓ: Falon y Tedra se darán cuenta de que tu felicidad es por su marcha, kupó.
AZALEA: No me importa.
KUPÓ: No te olvides de traerme un poco de esa cena deliciosa, kupó.
Poco después, la princesa entró en el comedor real siendo la última. Pues era su forma de captar la atención de todos.
Y una vez más, los dejó eclipsados con su etérea belleza.
AZALEA: Buenas noches.
Hizo una reverencia y se sentó al lado de su madre.
Estaba de tan buen humor que se atrevió a mirar a Falon y dedicarle su mejor sonrisa.
El príncipe quedó hechizado. Sus mejillas se tiñeron de rojo.
No se lo podía creer…
Era la primera vez que la princesa le sonreía…
Su corazón se aceleró tanto que tuvo miedo de sufrir un desmayo.
La cena fue servida y todos comieron y conversaron.
Luego fueron al salón de baile y el rey ordenó a la orquesta que tocase música alegre.
Tedra salió a bailar con el padre de Azalea y los demás los animaron con palmas.
Falon se atrevió a acercarse a Azalea y tenderle la mano.
FALON: ¿Bailamos?
La princesa miró esa gran mano con desconfianza.
¿Debía bailar con él?
No quería darle confianza pero…hoy sería la última vez que lo vería.
¡Claro! ¡Hoy era día de celebración!
Sonrió y tomó esa mano para luego verse apoyada en ese fuerte y cálido pecho y rodeada por esos brazos.
Bailaron al son de la música en completo silencio.
Falon se sentía en el cielo…
Tenerla entre sus brazos y verla sonreír era lo mejor que le había ocurrido desde que llegó a Ciudad Krystán.
No entendía la alegría de la princesa, pero le encantaba verla animada.
Y disfrutaría al máximo de ella.
FALON: ¿Podemos salir a pasear por el jardín?
De nuevo Azalea lo miró con desconfianza.
Y eso no le gustó a él, así que pronto intentó remediarlo.
FALON: Prometo no hacerte preguntas sobre la verdadera Azalea. Solo quiero disfrutar de tu compañía.
AZALEA: ¿Y ya no lo estás haciendo?
FALON: Sí, pero deseo estar a solas contigo.
AZALEA: ¿Por qué?
FALON: Para charlar, conocernos…
AZALEA: Podemos hacerlo aquí.
FALON: Pero…
AZALEA: No saldré contigo al jardín.
Falon se mordió la lengua para no agobiarla con sus súplicas.
Por todos los dioses… ¡Qué mujer tan difícil!
En fin, era preferible conformarse con poquito. Mejor “algo” que “nada”.
En cuanto la música terminó, Azalea huyó de los brazos de Falon y corrió a refugiarse en su madre, la cual conversaba con la madre de Tedra, así que se sentó al lado de las dos reinas.
REINA KRYSTÁN: ¿Cómo te lo estás pasando, hija?
AZALEA: Bien.
REINA KAN-IS-TRA: Ya has comprobado que mi hijo es un gran bailarín, ¿cierto?
AZALEA: Eh…sí.
REINA KAN-IS-TRA: Aunque tú eres perfecta en todo. Hacéis tan buena pareja…
Azalea se puso tensa al oír eso.
¿Hacer buena pareja? ¿Ella y Falon? ¡¡Por Dios, no!!
Estuvo ahí sentada escuchando la conversación de las dos reinas sobre matrimonios y romances.
Sintió un nudo en la boca del estómago.
Ella jamás se enamoraría de Falon. No deseaba casarse con nadie. Quería estudiar y seguir viviendo con sus padres.
No deseaba salir nunca de este castillo, de su hogar.
Empezaba a encontrarse mal…
AZALEA: Iré al baño. Con permiso.
Se levantó y corrió hacia su habitación.
Echó el cerrojo y se apoyó en la puerta.
Cada vez que sus padres mencionaban el tema sobre el futuro de Azalea, ella se enfermaba.
Pues no deseaba que nadie decidiera su propio destino. Ni siquiera sus padres.
Azalea quería vivir por su cuenta y hacer lo que le apeteciera. No quería casarse ni irse a vivir a otro lado.
Su vida era suya. Y lucharía para conseguir sus propósitos.
Vio a Kupó dormido en la cama y sintió envidia por él.
Su mascota era feliz, libre y podía ir dónde quisiera, hacer amigos.
Mirándolo dormir, se acordó de que debía traerle la cena, así que a pesar de no querer salir de su estancia, tuvo que regresar al salón de baile.
En cuanto la vio entrar, Falon se acercó a Azalea.
FALON: ¿Bailamos de nuevo?
AZALEA: No puedo. Le prometí a Kupó llevarle la cena.
FALON: ¿Puedo acompañarte?
AZALEA: No, gracias. Disfruta de la fiesta.
Antes de que se fuera, Falon la agarró del brazo y se miraron con seriedad.
FALON: Solo quiero volver a verte sonreír.
El corazón de la chica se aceleró.
Esas palabras eran tan bonitas…
Pero provenían de Falon, el Diablo. Del chico que odiaba.
Tenía que huir de él, así que le sonrió forzosamente, se soltó y se fue, dejando al príncipe desilusionado.
Esa princesa tenía unos cambios de humor tan bruscos que lo confundían sobremanera.
De todos modos, jamás olvidaría esa sonrisa de antes que tanto lo había afectado.
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El día había amanecido tan brillante como el humor de Azalea.
Estaba preciosa con su vestido rosa pétalo y su cabello recogido en perfectos tirabuzones, decorado con una pequeña corona de diamantes.
Su gran sonrisa delataba su alegría por la marcha de la familia real Kan-is-Tra.
Se retocó los labios y bajó al jardín principal, dónde sus padres se despedían de los reyes.
REINA KAN-IS-TRA: Ah, pensé que no llegaría la pequeña flor.
AZALEA: Jamás los dejaría marchar sin despedirme de ustedes.
Todavía sonriendo, Azalea abrazó a la reina de Kan-is-Tra y luego al rey.
Miró a Tedra con media sonrisa y después a Falon.
AZALEA: Que os vaya bien el viaje.
FALON: Eso díselo a mis padres.
AZALEA: ¿Qué?
FALON: Tedra y yo nos quedamos un tiempo aquí.
La sonrisa de Azalea se esfumó. Su alegría se disipó. Su ilusión se rompió.
Pronto sintió crecer la rabia en su interior, pero tuvo que disimularla con otra sonrisa carente de brillo.
AZALEA: Ya veo.
FALON: Así estaremos para el día de tu cumpleaños.
AZALEA: Qué bien.
Hizo una reverencia y regresó a su habitación.
Al entrar, gritó con todas sus fuerzas, agarró la almohada de la cama y comenzó a golpearla con rabia.
¡¿Cómo era posible su mala suerte?!
Estaba tan furiosa que no salió de la estancia hasta que alguien tocó a la puerta.
AZALEA: ¿Quién es?
REINA: ¿Puedo pasar, hija?
AZALEA: Claro.
Su madre entró y la vio acostada en la cama y tapada hasta el cuello.
Preocupada, se acercó y se sentó a su lado para acariciarle el cabello.
REINA: ¿Estás enferma de nuevo?
AZALEA: Sí. Tengo muchas ganas de vomitar.
REINA: Me preocupas, Azalea.
AZALEA: Solo necesito reposo y tranquilidad. Lo siento, no bajaré a comer.
REINA: Está bien. Descansa. Si sigues mal, avisaré al doctor.
Dicho eso, se fue.
Azalea odiaba preocupar a su madre, pero en verdad se sentía mal.
No deseaba seguir viendo y soportando a los odiosos de Falon y Tedra.
Con esos pensamientos, se quedó dormida.
Un rato más tarde, fue despertada por los gritos angustiados de su mascota.
AZALEA: Baja la voz, Kupó. Me duele la cabeza.
KUPÓ: ¡Ha ocurrido algo horrible, kupó!
AZALEA: Cuéntame.
KUPÓ: ¡¡Han atrapado a Mog!
AZALEA: ¿Quién?
KUPÓ: ¡El dueño de las plantas medicinales!
AZALEA: No entiendo nada…
KUPÓ: ¡Tienes que ayudarme, kupó!
Al ver que su mascota estaba a punto de romper a llorar, Azalea se incorporó y lo abrazó.
AZALEA: Respira hondo y cuéntamelo todo.
KUPÓ: El dueño de las plantas medicinales tiene atrapada a Mog, kupó.
AZALEA: ¿Se puede saber de dónde cogiste esas plantas?
KUPÓ: De…un jardín, kupó…
AZALEA: ¿Privado?
KUPÓ: Sí…
AZALEA: ¿Cómo se te ocurre? ¿Y por qué ha cogido a Mog?
KUPÓ: La habrá confundido conmigo, kupó.
AZALEA: Por todos los dioses… ¿Qué podemos hacer? Yo de aquí no puedo salir.
KUPÓ: Necesito tu ayuda, kupó.
AZALEA: Veré qué puedo hacer.
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Ya atardecía cuando Azalea, oculta en su capa y capucha, huía del reino, acompañada únicamente por su Kupó.
Tuvo que esquivar a los guardias por el jardín trasero y saltar el pequeño muro que daba a la entrada de la ciudad.
Era la primera vez que hacía algo así, y sabía muy bien que si su padre descubría que la que había en su cama no era ella, sino una sirvienta, la castigaría duramente.
Pero por su mascota haría lo que estuviera en sus manos. Pues Kupó siempre la había apoyado en todo y ahí había estado para secar sus lágrimas y soportar sus berrinches.
Kupó sacó su pequeña cabeza por el gran bolsillo que había en la capa.
KUPÓ: Gira a la derecha. Ahora sigue ese camino, kupó. Sube esas escaleritas. Al final de esa calle, kupó. ¡¡Ahí, ahí!! ¡Esa es la casa!
AZALEA: Está bien. Escóndete.
Azalea se acercó a la puerta y dio unos golpecitos.
Segundos después, un hombre alto, fuerte y con una cicatriz en la mejilla, abrió.
Al ver a esa persona encapuchada, el hombre se enfadó.
HOMBRE: No tengo nada para darte. No quiero limosneros en mi casa.
Las mejillas de la princesa se sonrojaron de indignación.
Quiso gritarle a ese atrevido, pero se calmó para hacer las cosas bien.
Todo fuera por su Kupó…
AZALEA: No soy ningún limosnero. Vengo a buscar algo mío que usted tiene.
HOMBRE: ¿Qué?
AZALEA: Es una mascota pequeña, con alas y colita roja.
HOMBRE: ¡¡Ese ladrón!!
Agarró del brazo a la chica y tiró de ella hacia el interior de la casa, cerrando de un portazo, asustándola así.
HOMBRE: ¡Así que ese ladronzuelo es tuyo!
AZALEA: Le pido disculpas por haberle causado problemas y…
HOMBRE: ¡Problemas! ¡Robándome esas plantas me ha hecho perder dinero!
AZALEA: Lo siento, yo…
HOMBRE: ¡Que lo sientes!
Le dio un empujón y ella cayó de trasero al suelo.
Pero esta vez no sintió miedo, sino furia, así que se levantó y mostró su famoso mal carácter.
AZALEA: ¡¿Cómo se atreve a tratarme así a MÍ?!
Una puerta se abrió y se asomó un guapo chico, que miró primero al hombre y luego al encapuchado.
CHALLEN: ¿Qué ocurre? ¿Por qué tantos gritos?
HOMBRE: Este es el dueño del ladrón de nuestras plantas medicinales. Y el muy descarado ha venido a rescatar a dicho ladrón.
AZALEA: Ya le he dicho que lo siento y…
HOMBRE: ¡Y eso no me devolverá mis plantas!
AZALEA: ¡Pues le doy dinero! ¿Cuánto cuestan?
HOMBRE: ¿Cuánto cuestan?
Se acercó a la princesa y la agarró del cuello, asustándola mucho más que antes.
Era tan pequeña al lado de ese bruto gigante…
HOMBRE: Cuestan semanas de viaje. Cuestan sembrarlas, cuidarlas y cuestan tiempo para que florezcan.
AZALEA: Yo…
HOMBRE: Dime cómo me vas a devolver eso.
AZALEA: Si usted suelta a Mog, yo mandaré a buscar esas semillas.
HOMBRE: Yo no quiero que mandes a nadie. Tendrás que ir tú mismo.
AZALEA: ¡Yo no puedo!
HOMBRE: Te mereces una paliza.
Alzó el puño y Azalea se echó hacia atrás.
Entonces la capucha resbaló y la princesa quedó a la vista de los dos hombres.
Su belleza los eclipsó a los dos, pero el más impactado fue el chico joven, el cual dejó caer el vaso al suelo, rompiéndose en mil pedazos.
CHALLEN: No…puede ser…
El hombre la soltó y ella retrocedió, mirándolo con miedo y furia mezclados.
Antes de que pudiera protestar, el chico se acercó y la abrazó con fuerza.
CHALLEN: Zannaleah…
AZALEA: ¿Qué?
CHALLEN: Has vuelto…
AZALEA: Espera un momento…
Lo apartó y vio que ese atractivo joven estaba llorando.
¡Era la primera vez que la princesa veía llorar a un hombre!
Él quiso abrazarla de nuevo, pero Azalea retrocedió hasta situarse detrás de la mesa.
AZALEA: Disculpen… ¿Qué significa esto?
CHALLEN: ¿Qué pasa? ¿No te acuerdas de mí?
AZALEA: No. ¿Quién eres?
CHALLEN: Challen. Tu prometido.
AZALEA: ¿Qué? o.O
CHALLEN: ¿Cuándo volviste a Krystán?
AZALEA: Te estás confundiendo de persona. Mi nombre es…
CHALLEN: Zannaleah.
AZALEA: No. Soy Azalea, princesa de Krystán.
El hombre y el chico la miraron, estupefactos.
Para demostrar que era cierto, ella se quitó la capa y mostró la insignia real que colgaba en su delicado cuello con una cadena de oro.
Pálido y tembloroso, el hombre se arrodilló a sus pies.
HOMBRE: ¡¡Lo siento tanto, Alteza!! ¡Jamás imaginé que alguien como vos llegase a pisar mi humilde casa!
AZALEA: Creo que usted debería de controlar su mal genio.
HOMBRE: Así lo haré, Alteza. Lo siento mucho.
El otro chico la miró fijamente, pero con dolor en sus ojos.
Sin decir nada, comenzó a recoger los cristales del suelo.
Al parecer, se había decepcionado al ver que Azalea no era la chica esperada.
AZALEA: ¿Quién es Zannaleah?
HOMBRE: La prometida de mi hijo.
AZALEA: ¿Tanto se parece a mí?
HOMBRE: La verdad sí, Alteza. Zannaleah es de cabello más oscuro que el de vos, pero tiene los mismos ojos. Las mismas facciones, la misma belleza…
AZALEA: No creo que sea más hermosa que yo. Es más, soy princesa real.
HOMBRE: Eh, bueno…
AZALEA: ¿Podrá devolverme a Mog?
HOMBRE: Claro, claro. Challen, trae la jaula.
En cuanto tuvo a Mog en sus brazos, la princesa regresó al castillo.
Todos felices al fin. Pero la felicidad duró poco, pues al saltar el muro, se toparon con Falon.
Los dos se miraron en silencio durante tanto tiempo que las dos mascotas se alejaron volando, dejándolos solos.
AZALEA: ¿Qué haces en el jardín trasero?
FALON: ¿Y tú?
AZALEA: Este es mi reino y voy por donde se me antoja.
FALON: He visto que vienes de la ciudad.
AZALEA: ¿Y qué? No es asunto tuyo.
Quiso irse pero él la tomó del brazo y la estampó contra el muro, acorralándola y asustándola.
FALON: Te trato bien todo el tiempo, y creo que tú podrías hacer lo mismo.
AZALEA: No.
FALON: Entonces tendré que tratarte mal también.
AZALEA: Tú verás. Apártate de mí.
FALON: Creo que al rey no le gustará saber que estuviste sola por la ciudad.
Furiosa, la princesa lo apartó e intentó escapar, pero Falon no dudó en atraparla entre sus brazos, haciéndola temblar del miedo, y de lo que no era miedo…
FALON: Respóndeme algo. ¿Quieres que tu padre sepa que has huido sola a la ciudad?
AZALEA: No.
FALON: ¿Quieres hacer un trato conmigo?
AZALEA: No.
FALON: ¿No? Bueno, prepárate para el castigo.
La soltó y se alejó, dejándola con los puños apretados y la furia atragantándola.
¿Cómo se atrevía a chantajearla? ¡¡Esto no iba a quedar así!!
Corrió tras él y lo detuvo de la camisa de franela.
AZALEA: ¿Qué trato es?
FALON: Un beso.
AZALEA: ¿Qué?
FALON: Un beso tuyo. De tus labios.
Azalea se puso pálida. Se le cortó la respiración y su corazón dejó de latir.
¿Un beso? ¿El segundo entre ellos dos? ¡¡Claro que no!!
AZALEA: ¿No podría ser otra clase de trato?
FALON: No.
AZALEA: Entonces, nada.
FALON: Bueno, veré al rey.
Le sonrió y volvió a caminar hacia el castillo.
AZALEA: ¡¡Espera!!
FALON: ¿Sí? (volteándose)
AZALEA: Acepto el trato.
Cerró los ojos, tragó saliva, apretó los puños y ofreció sus rosados labios.
Falon se puso nervioso, y eso lo molestó.
¿Desde cuándo sentía nervios ante una mujer?
En fin, debía aprovechar lo que se le ofrecía, así que se acercó, aspiró su fresco olor a flores, y poco a poco unió sus labios a los suyos.
Al principio fue como en el primer beso. Un roce. Algo suave. Algo nuevo para ella. Algo maravilloso para él.
Así en contacto, el mundo dejaba de existir. Y por muy contradictorio que fuera, Azalea no deseaba cortar esa sensación. Quería que durase un poco más…solo unos segundos más…
El príncipe se apartó un poco para mirarla. Y su corazón se aceleró al ver que ella seguía con los ojos cerrados y los labios ofrecidos, así que sin dudarlo, volvió a besarla.
Esta vez, Falon consiguió profundizar el beso, y al fin, pudo saborear al completo la boca de esa hermosa princesa.
Azalea quedó completamente hechizada.
No se atrevió a respirar, ni a moverse.
Por primera vez en su vida sabía lo que era un beso. Pero un beso de verdad.
Era algo dulce…agradable…maravilloso…motivación para otro más…
Lo único negativo era que el beso provenía de Falon.
Cuando al fin ella abrió los ojos, el chico ya no estaba ahí. Se había ido.
__________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
SweeT PrincesS- Mensajes : 124
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 3
Chan! El segundo beso entre Azalea y Falon!!! Que romanticismo for god! Jajajaja y que onda?! Hay otra Azalea pero... Citadina?? WTF?! Jaja espero la contii :3
Katherina Kusanovic- ADMIN
- Mensajes : 1186
Fecha de inscripción : 08/01/2012
Edad : 27
Localización : donde el agua me llevo(?
Personaje Favorito : Itachii *-* es el amor de mi vida :3 Amm.. Yugao Uzuki (mi heroina desconocida) n_n am.. Rima, Shiki, Zero y Aidou (de Vampire Knight); Suigintou y Shinku (de Rozen Maiden); Algunos que me dan verguenza mencionar >////< y.... nee... otros xD
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 3
QwQ Waaa otro besito más <3 ~
Espero la conti >w< <3 ~
Espero la conti >w< <3 ~
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 3
aww ke tierno :3
esta mega interesante >w<
haz conti onegai :'D
esta mega interesante >w<
haz conti onegai :'D
jessie ichinose- Mensajes : 240
Fecha de inscripción : 01/10/2011
Edad : 33
Localización : en un cuarto oscuro con sasuke >////<
Personaje Favorito : sasuke *¬* naruto *-* itachi *w* yuujii *O* death the kid :9 y muxos mas xDD
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