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[FanFic de CDM] "La Leyenda de Inglaterra cobra vida en Francia (Capitulo 5)" [FanFic de CDM]
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[FanFic de CDM] "La Leyenda de Inglaterra cobra vida en Francia (Capitulo 5)" [FanFic de CDM]
Bueno, ya saben; pongan a cargar el video y lo reproducen mientras leen el capi.
La Leyenda de Inglaterra cobra vida en Francia
Mi dulce antojo delirante (parte 2)
Capitulo 5
Ese muchacho de porte y clase intachable; dueño de una tienda de ropa encontrada en las cercanías del Instituto, su novia peliblanca de ojos amarillos derramantes de lagrimas lo jala con fuerza del brazo para detener sus pasos a mi; él se limita a decirle que todo estaría bien que saldrían a salvo de allí. Yo me detuve cuando vi como ese bastardo se atrevía a tocar la piel de mi amada; la rabia me hervía la sangre a miles de grados, la sonrisa de mi rostro fue borrada tras una mirada de venganza sobre el castaño de ojos verdes y en el peor momento repitió las mismas palabras “todo estará bien” y la beso. Sentí como que el mundo caía sobre mi sin poder evitarlo; me distraje a lo que el modista aprovecho pero tan pronto lo tuve cerca descargue mi ira impactándole el martillo en un costado de la cabeza, la fractura sonó con un crujiente y relajante sonido seguido de los gritos de su novia que se apretaba el pecho con fuerza, temblando de miedo y gritando su nombre a gran voz en medio del llanto; lo observe un par de segundos antes de levantar el martillo de nuevo e impactarle el cráneo de nuevo desahogando la rabia que a gritos exigía salir de mi; la chica grito con más fuerza pegándose contra la pizarra y tapándose la boca cayó de rodillas llorando desconsoladamente. Tan pronto impacto el sonido fue tan agradable que sonreí de nuevo; la sangre y el contenido salpico el área alcanzándome pero esta vez no habría tiempo de disfrutar de su muerte, demasiado vivientes en el Aula para poder disfrutar de ello. Sentí la frustración por unos segundos descuidándome de nuevo y dándole cierta oportunidad al castaño quien no perdió la oportunidad e intento detenerme; los disparos secos se escucharon en todo el vecindario dejando un gran silencio en toda el área. El olor a pólvora que se desprendía del cañón caliente del revólver de mi padre que en mis manos sostenía mientras lo veía con el pecho ensangrentado desplomarse al suelo dejando el Aula en completo silencio, la sangre comenzó a empozarse debajo suyo. Lynn estaba completamente pálida contra la pizarra tapándose la boca mientras negaba con la cabeza; mi mirada se cruzo con la suya. En ese momento sentí un poco de culpa por ser el responsable de sus lágrimas, la sonrisa de mi se esfumo como el viento que entraba por la ventana, los impactos de las balas en la otra pared a espaldas del difunto, algunas no salieron de su cuerpo pero que importaba estaba muerto y eso bastaba para mí en ese momento. No pude continuar en esa Aula con esa mirada de tristeza de ella ¿Por qué carajos no pudo faltar a clases?, ella no debía verme así pero el destino así lo había decidido. Me gire saliendo de allí evitando esa mirada que no salía de mi cabeza y acabe golpeando la pared con el mismo martillo que traía conmigo. Pase la llave de nuevo para evitar su huida de ahí y me dirigí al Aula de al lado dejando en la pared lo que llevaba y solo arrastrando una motosierra un tanto pesada por el ceramicado del pasillo. Segundos cruciales con los acelerados latidos de mi corazón acompañándome al sonar de mis pensamientos, con mi mente recordándome que contaba con menos de una hora para terminar antes de la llamada y un par de minutos antes de la llegada de la policía al recinto estudiantil. Gire la llave en la cerradura y patee la puerta y ahí estaban ese trió de perras que tanto me habían molestado; la rubia, la castaña y la china, las tres contra la pared llorando como niñitas pedían que las dejara vivir después de haberme visualizado con detalle; mi camiseta teñida del rojo de la sangre de mis victimas, esa mirada deseosa de mas puesta sobre ellas, manchada de rojo estaba mi piel y sonreí levantado el revólver de nuevo y dispare a dos de ellas. La castaña fue la primera en caer golpeando con su cuerpo la pizarra tras de sí cuando recibía los impactos violentos de las balas en su cuerpo; la china fue la segunda en caer al igual que la otra le dispare sin temor a pesar que ya sentía temor por la mirada de mis padres en el tribunal a donde sería llevado después de ese día. Cada disparo producía una descarga de adrenalina dentro de mi sonriente e inconsciente de mis actos a la vez sabía lo que hacía y al mismo tiempo no lo sabía; mi mente había llegado a ese punto sin retorno en donde solo se puede liberar lo que escondido traes dentro de ti. Sonreír y escucharme reír era lo único que mantenía mi mente centrada en el propósito que llevaba a cabo. Sentirme a gusto con los gritos de la rubia que salía de su boca mientras se tapaba los oídos; presencio la muerte de sus amigas o si al menos las consideraba sus amigas. Solo gritaba llorando pero tras encender la motosierra, ese motor que resonaba al ritmo del girar de la cadena que la abriría a la mitad; ella se asustaba cada vez mas mientras caminaba lentamente a ella hasta tenerla contra la esquina derecha del salón; no hay salida para ti, fue lo que le dije tan sonriente cual demente. Las manos me temblaban mientras presionaba las cadenas giratorias que descuartizaron su cuerpo con facilidad; esa expresión de su rostro fue la mejor y la más excitante que pude observar ese día. Las palabras no salían de su boca pero si la sangre saltar de la gran herida en su vientre; ese sonido tan tierno de su piel ser mutilada a gran velocidad; siendo salpicado por el rojo de su sangre relamía mis labios como si de un dulce disfrutara y sin parar de reír por lo agradable de la situación. Podría repetir cada hecho cometido aquel día si se me diese la oportunidad pero eso es imposible además no tengo ganas de usar mis manos de nuevo; estoy un poco desanimado desde que me encerraron. Quisiera ver sus hermosos ojos verdes de nuevo; mirándome con ternura como cuando paso en aquel campamento de mis pesadillas. No se vaya a cagar en los pantalones, señor guardia- Le dije al hombre después de sentir esa tensión en el ambiente pero no recibí respuesta de él y proseguí relatando mi vida y mis divertidos juegos.
Su cuerpo cedió de una manera única a tal punto que borro la sonrisa de mi rostro al verle la mirada vacía en el frio rostro suyo. Me hizo sentir un poco de culpa y me enfurecí contra ella; descargue mi enojo en su cadáver descuartizándolo y desparramándole por las paredes, el suelo y sobre mi también. Cuando termine aun me sentía inconforme; necesitaba más, necesitaba asesinar a más y allí perdí mi conciencia por completo. Todo se oscureció mientras sentía como mi cuerpo se enfriaba. Todo a mí alrededor se nublaba y esa voz resonaba en mi cabeza; era ese mismo niño quien me hablaba.
-Shhh, no hagas ruido.
Se pueden despertar de nuevo; déjame terminar el juego ¿sí?
Ha pasado mucho desde la última vez que jugué; papa no le gustaba que yo jugase y eso me ponía muy triste pero... papa está muerto; yo cerré su cuarto con la llave y encendí mi casita con mis papis dentro. Ellos no me querían y a darme cuenta solo debía desaparecerme de su vista; ahora estado muertos no pueden verme. Y tus amigos tampoco podrán verte.
Disfruta una siesta mientras termino nuestro juego.-Dijo con ese tono tétrico en su voz que resonaba en mi cabeza como el eco en una cueva. –Tic toc el tiempo se acabo ya tic toc tic toc llego la hora de jugar tic toc tic toc y tu eres mi juguete favorito..., Marcuss Vanhollen- Añadió y ahí perdí todo; era como si me hubiese dormido pero podía escuchar mis desquiciadas carcajadas a la par de los gritos de la peliblanca. No podía ver nada o sentir pero si era capaz de escucharlo todo. No sé cuánto tiempo paso pero en un momento recobre mi cuerpo inhalando el oxigeno a mis pulmones de nuevo; permanecí con la cabeza baja unos segundos observando el cadáver a mis pies. Era ella; la peli blanca quien ahora su cabello se teñía del rojo sangriento de su ser. El vestido rasgado y su cuerpo violentamente lacerado múltiples veces; en mi mano sostenía el mismo objeto con el que había ejecutado al delegado y a su compañera. Sonreí dejando salir más risas de mi; era realmente divertido ver sus cadáveres allí yaciendo en el frio suelo que resultaba inevitable el no reír. En ese instante la música por los parlantes se detuvo; la llamada estaba siendo ejecutada en poco minutos seria arrestado pero no me llevarían sin antes decirle a ella quien estaba contra la pizarra temblando de miedo totalmente pálida; le diría lo que sentía así tuviese que arrastrarla conmigo al infierno. Levante la mirada y la cruce con la suya quien derramaba sus lagrimas a la vez que su cuerpo temblaba; eso me resulto excitante. Estaba enfermo y aun lo estoy añorando una sonrisa suya o al menos una mirada de odio por el tormento que vio aquel fatídico día. Me acerque a ella tambaleando mientras relamía ms labios; ansiaba poder probar al menos un poco de su sangre ¿estoy loco? Quizás sí pero eso era lo que más deseaba en ese momento y aun lo deseo con un anhelo que no puedo describir. Ella tan frágil e indefensa estuvo al borde de la muerte ese día; si la policía hubiese tardado un segundo más ella estaría bajo tierra y yo me habría suicidado por haberle lastimado. Mis pensamientos siguen siendo los mismos; tan desconcertantes y bizarros como siempre fueron, incluso me confunden a mí de vez en cuando. A veces pienso en como seria todo si no los hubiera asesinado pero entonces recuerdo que alguien moriría de todas maneras aquel día. Después de haber dejado el tratamiento médico era cuestión de tiempo para que todo lo que dentro de mi había estado dormido al fin despertara. Me acerque a ella con rapidez al escuchar las sirenas de la policía y su entrada al recinto estudiantil; no me quedaba mucho tiempo e hice las cosas más apresuradas. Mi corazón latía tan rápido que no me dejaba pensar con claridad. Al fin la tenía como deseaba; como una indefensa corderita arrinconada a punto de ser devorada por el lobo. Acaricie su mejilla y la policía entro al aula en donde nos encontrábamos pero yo no hice movimiento violento alguno ni siquiera pronuncie palabra alguna hacia ellos; estaba concentrado en ella, esa sería la última vez que la viera y suspirando le pedí que me perdonara al menos por lo que había visto. Le dije que no sentía nada de culpabilidad por lo que había ocasionado porque eso quería hacer; ella no decía nada solo me veía y yo deje caer el objeto ensangrentado de mis manos teñidas del carmín de la sangre de mis victimas, el metal resonó en el piso y sin dudar la abrace tan fuerte como podía evitando lastimarle. Ella era y será más preciada que mi propia miserable existencia. Deje salir todo dentro de mí; dejando en su memoria esas dos palabras.
-Te amo- Fue lo último que le dije cuando me jalaron y me esposaron separándome de ella; mi mirada regreso a ser la misma de siempre. Llena de ilusiones e inocencia pintada con crayolas en un vasto papel llamado vida. Ese era yo; el único capaz de tener los cojones suficientes para admitir sus delitos ante las autoridades y ¿Qué podía perder? Ya lo había dejado todo por seguir mis instintos naturales. Paso alrededor de medio día cuando me llevaron a la fuerza al Palacio de Justicia o La corte; entre observando a mi alrededor con una muda de ropa diferente a la de aquel día. Me sentaron en frente de un escritorio al lado del “abogado” que me defendería o eso parecía; esperaba que todos allí se diesen cuenta de lo culpable que era pero debido a mi apariencia de ángel inocente no era el indicado para asumir un crimen de esa magnitud o eso creían ellos. Me puse de pie caminando al estrado y todos los policías me apuntaron esperando que me detuviera pero no lo hice; esperaba recibir las balas en mi cuerpo y que me arrancaran de este mundo pero ninguno se atrevió a disparar. Me acerque al estrado en donde estaba el juez; un hombre de piel clara pero más natural que mi palidecida piel y sin dudarlo un segundo más le conté todo pero no solo él pudo escucharlo sino todos allí; el micrófono alcanzo mi voz y todos los presentes escucharon mi declaración. Escuche el llanto de una mujer a mis espaldas e inmediatamente lo reconocí; era mi madre. Me dolió como nunca saber que le cause dolor a mi madre; mi progenitora y la que velo por mi siempre. Cada segundo se tornaba más insoportable de manera que no pude soportarlo más y pedí mi encierro a suplicas al juez quien estaba pálido solo escuchándome; le rogué que se negase toda visita de mi familia a mi celda. No había necesidad de negar las visitas de amigos puesto que estos los había asesinado y Lynn no iría a verme; no después de lo que presencio.
No recuerdo mucho del juicio en detalles pero sí recuerdo algo muy vivido que me hizo estremecerme completamente; mi madre me abrazo antes de ser metido a la patrulla y al separarme de ella vi sus ojos derramando las amargas lagrimas que yo había causado y algo en mi memoria se desbloqueo como si abriesen una puerta secreta en mis recuerdos. Mientras el policía conducía la patrulla mi mente iba mostrando escenas entre cortadas en intervalos de 5 a 8 segundos entre cada fragmento memorial. En pocos minutos el recuerdo estaba completo y ordenado en mi cabeza; cerré mis ojos recostándome del asiento y la memoria se reprodujo en mi cabeza.
Eso había pasado cuando yo era un niño y aun vivía en Inglaterra; si, hace mucho tiempo. Estaba en el cuarto de juegos jugando con otro niño y todo parecía ser bastante normal hasta que me detuve y salí de la habitación; el recuerdo parecía una película antigua y yo estaba como espectador observando lo que sucedía. El pequeño que era yo camino fuera de la habitación y unos minutos más tarde regreso ocultando algo en su espalda; le rodee pero no logre divisar lo que ocultaba y espere allí a ver qué pasaría. Se escucho el teléfono de la sala de estar y gire mi mirada en dirección a este sitio; en ese preciso instante escuche el grito del otro niño y me gire bruscamente y lo observe. El pequeño que una vez fui ahora estaba sobre el otro niño y aunque este era uno o dos años mayor que yo parecía ser más débil. Apuñalada tras apuñalada le arrancaba la vida al chiquillo en el piso quien agonizaba intentando frenar al que sobre él estaba; las lágrimas manchaban su rostro y las salpicaduras de su sangre el rostro de su agresor. La hojilla del cuchillo atravesaba su delicada su piel rasgando su camiseta y tiñéndola del carmesí de su ser. Segundos cruciales pasaban lentamente mientras que él pequeño no se detuvo hasta ver al otro ceder y expirar en el suelo. La sangre se empozaba debajo de su cadáver; él asesino se puso de pie dejando clavado el cuchillo en el pecho de su víctima mientras se lamia los dedos sonriente. Se oyó un grito y voltee a la entrada del cuarto; era mi madre pero lucia más joven.
-Ma-Marcuss... t-tu hermano- Las palabras no le salían de los labios delicados de su rostro angelical; ahí no sabía que pensar, la situación me confundía.
-Mami, no pasa nada.
Mi hemanito esta dumendo- Respondio él pequeño sin dejar de sonreír; en ese punto lo entendí todo. Yo había asesinado a mi hermano; por eso estaba en tratamiento médico, por tal razón nos mudamos a Francia. Yo siempre había sido un asesino por eso anhelaba el sabor de la sangre de nuevo. El recuerdo se nublo en mi cabeza trayéndome a la realidad de nuevo; me había dormido en el asiento trasero y al llegar me sacaron bruscamente de la patrulla y me ingresaron en la prisión. Suspire y sonreí con completa serenidad; aquel sitio se sentía bien aunque los reos me veían extraño y era de esperarse. Yo era el típico niñito inocente pero este niño era un demonio sediento de sangre que jamás estaría saciado.
Ojala les haya gustado
¡Saludillos!
PD: Perdonen por haber tardado tanto en subirlo es que estaba corta de inspiración pero al fin pude sacar el capi.
PD2: Esto aun no acaba; creo que debe acabar en el siguiente capi.
La Leyenda de Inglaterra cobra vida en Francia
Mi dulce antojo delirante (parte 2)
Capitulo 5
Ese muchacho de porte y clase intachable; dueño de una tienda de ropa encontrada en las cercanías del Instituto, su novia peliblanca de ojos amarillos derramantes de lagrimas lo jala con fuerza del brazo para detener sus pasos a mi; él se limita a decirle que todo estaría bien que saldrían a salvo de allí. Yo me detuve cuando vi como ese bastardo se atrevía a tocar la piel de mi amada; la rabia me hervía la sangre a miles de grados, la sonrisa de mi rostro fue borrada tras una mirada de venganza sobre el castaño de ojos verdes y en el peor momento repitió las mismas palabras “todo estará bien” y la beso. Sentí como que el mundo caía sobre mi sin poder evitarlo; me distraje a lo que el modista aprovecho pero tan pronto lo tuve cerca descargue mi ira impactándole el martillo en un costado de la cabeza, la fractura sonó con un crujiente y relajante sonido seguido de los gritos de su novia que se apretaba el pecho con fuerza, temblando de miedo y gritando su nombre a gran voz en medio del llanto; lo observe un par de segundos antes de levantar el martillo de nuevo e impactarle el cráneo de nuevo desahogando la rabia que a gritos exigía salir de mi; la chica grito con más fuerza pegándose contra la pizarra y tapándose la boca cayó de rodillas llorando desconsoladamente. Tan pronto impacto el sonido fue tan agradable que sonreí de nuevo; la sangre y el contenido salpico el área alcanzándome pero esta vez no habría tiempo de disfrutar de su muerte, demasiado vivientes en el Aula para poder disfrutar de ello. Sentí la frustración por unos segundos descuidándome de nuevo y dándole cierta oportunidad al castaño quien no perdió la oportunidad e intento detenerme; los disparos secos se escucharon en todo el vecindario dejando un gran silencio en toda el área. El olor a pólvora que se desprendía del cañón caliente del revólver de mi padre que en mis manos sostenía mientras lo veía con el pecho ensangrentado desplomarse al suelo dejando el Aula en completo silencio, la sangre comenzó a empozarse debajo suyo. Lynn estaba completamente pálida contra la pizarra tapándose la boca mientras negaba con la cabeza; mi mirada se cruzo con la suya. En ese momento sentí un poco de culpa por ser el responsable de sus lágrimas, la sonrisa de mi se esfumo como el viento que entraba por la ventana, los impactos de las balas en la otra pared a espaldas del difunto, algunas no salieron de su cuerpo pero que importaba estaba muerto y eso bastaba para mí en ese momento. No pude continuar en esa Aula con esa mirada de tristeza de ella ¿Por qué carajos no pudo faltar a clases?, ella no debía verme así pero el destino así lo había decidido. Me gire saliendo de allí evitando esa mirada que no salía de mi cabeza y acabe golpeando la pared con el mismo martillo que traía conmigo. Pase la llave de nuevo para evitar su huida de ahí y me dirigí al Aula de al lado dejando en la pared lo que llevaba y solo arrastrando una motosierra un tanto pesada por el ceramicado del pasillo. Segundos cruciales con los acelerados latidos de mi corazón acompañándome al sonar de mis pensamientos, con mi mente recordándome que contaba con menos de una hora para terminar antes de la llamada y un par de minutos antes de la llegada de la policía al recinto estudiantil. Gire la llave en la cerradura y patee la puerta y ahí estaban ese trió de perras que tanto me habían molestado; la rubia, la castaña y la china, las tres contra la pared llorando como niñitas pedían que las dejara vivir después de haberme visualizado con detalle; mi camiseta teñida del rojo de la sangre de mis victimas, esa mirada deseosa de mas puesta sobre ellas, manchada de rojo estaba mi piel y sonreí levantado el revólver de nuevo y dispare a dos de ellas. La castaña fue la primera en caer golpeando con su cuerpo la pizarra tras de sí cuando recibía los impactos violentos de las balas en su cuerpo; la china fue la segunda en caer al igual que la otra le dispare sin temor a pesar que ya sentía temor por la mirada de mis padres en el tribunal a donde sería llevado después de ese día. Cada disparo producía una descarga de adrenalina dentro de mi sonriente e inconsciente de mis actos a la vez sabía lo que hacía y al mismo tiempo no lo sabía; mi mente había llegado a ese punto sin retorno en donde solo se puede liberar lo que escondido traes dentro de ti. Sonreír y escucharme reír era lo único que mantenía mi mente centrada en el propósito que llevaba a cabo. Sentirme a gusto con los gritos de la rubia que salía de su boca mientras se tapaba los oídos; presencio la muerte de sus amigas o si al menos las consideraba sus amigas. Solo gritaba llorando pero tras encender la motosierra, ese motor que resonaba al ritmo del girar de la cadena que la abriría a la mitad; ella se asustaba cada vez mas mientras caminaba lentamente a ella hasta tenerla contra la esquina derecha del salón; no hay salida para ti, fue lo que le dije tan sonriente cual demente. Las manos me temblaban mientras presionaba las cadenas giratorias que descuartizaron su cuerpo con facilidad; esa expresión de su rostro fue la mejor y la más excitante que pude observar ese día. Las palabras no salían de su boca pero si la sangre saltar de la gran herida en su vientre; ese sonido tan tierno de su piel ser mutilada a gran velocidad; siendo salpicado por el rojo de su sangre relamía mis labios como si de un dulce disfrutara y sin parar de reír por lo agradable de la situación. Podría repetir cada hecho cometido aquel día si se me diese la oportunidad pero eso es imposible además no tengo ganas de usar mis manos de nuevo; estoy un poco desanimado desde que me encerraron. Quisiera ver sus hermosos ojos verdes de nuevo; mirándome con ternura como cuando paso en aquel campamento de mis pesadillas. No se vaya a cagar en los pantalones, señor guardia- Le dije al hombre después de sentir esa tensión en el ambiente pero no recibí respuesta de él y proseguí relatando mi vida y mis divertidos juegos.
Su cuerpo cedió de una manera única a tal punto que borro la sonrisa de mi rostro al verle la mirada vacía en el frio rostro suyo. Me hizo sentir un poco de culpa y me enfurecí contra ella; descargue mi enojo en su cadáver descuartizándolo y desparramándole por las paredes, el suelo y sobre mi también. Cuando termine aun me sentía inconforme; necesitaba más, necesitaba asesinar a más y allí perdí mi conciencia por completo. Todo se oscureció mientras sentía como mi cuerpo se enfriaba. Todo a mí alrededor se nublaba y esa voz resonaba en mi cabeza; era ese mismo niño quien me hablaba.
-Shhh, no hagas ruido.
Se pueden despertar de nuevo; déjame terminar el juego ¿sí?
Ha pasado mucho desde la última vez que jugué; papa no le gustaba que yo jugase y eso me ponía muy triste pero... papa está muerto; yo cerré su cuarto con la llave y encendí mi casita con mis papis dentro. Ellos no me querían y a darme cuenta solo debía desaparecerme de su vista; ahora estado muertos no pueden verme. Y tus amigos tampoco podrán verte.
Disfruta una siesta mientras termino nuestro juego.-Dijo con ese tono tétrico en su voz que resonaba en mi cabeza como el eco en una cueva. –Tic toc el tiempo se acabo ya tic toc tic toc llego la hora de jugar tic toc tic toc y tu eres mi juguete favorito..., Marcuss Vanhollen- Añadió y ahí perdí todo; era como si me hubiese dormido pero podía escuchar mis desquiciadas carcajadas a la par de los gritos de la peliblanca. No podía ver nada o sentir pero si era capaz de escucharlo todo. No sé cuánto tiempo paso pero en un momento recobre mi cuerpo inhalando el oxigeno a mis pulmones de nuevo; permanecí con la cabeza baja unos segundos observando el cadáver a mis pies. Era ella; la peli blanca quien ahora su cabello se teñía del rojo sangriento de su ser. El vestido rasgado y su cuerpo violentamente lacerado múltiples veces; en mi mano sostenía el mismo objeto con el que había ejecutado al delegado y a su compañera. Sonreí dejando salir más risas de mi; era realmente divertido ver sus cadáveres allí yaciendo en el frio suelo que resultaba inevitable el no reír. En ese instante la música por los parlantes se detuvo; la llamada estaba siendo ejecutada en poco minutos seria arrestado pero no me llevarían sin antes decirle a ella quien estaba contra la pizarra temblando de miedo totalmente pálida; le diría lo que sentía así tuviese que arrastrarla conmigo al infierno. Levante la mirada y la cruce con la suya quien derramaba sus lagrimas a la vez que su cuerpo temblaba; eso me resulto excitante. Estaba enfermo y aun lo estoy añorando una sonrisa suya o al menos una mirada de odio por el tormento que vio aquel fatídico día. Me acerque a ella tambaleando mientras relamía ms labios; ansiaba poder probar al menos un poco de su sangre ¿estoy loco? Quizás sí pero eso era lo que más deseaba en ese momento y aun lo deseo con un anhelo que no puedo describir. Ella tan frágil e indefensa estuvo al borde de la muerte ese día; si la policía hubiese tardado un segundo más ella estaría bajo tierra y yo me habría suicidado por haberle lastimado. Mis pensamientos siguen siendo los mismos; tan desconcertantes y bizarros como siempre fueron, incluso me confunden a mí de vez en cuando. A veces pienso en como seria todo si no los hubiera asesinado pero entonces recuerdo que alguien moriría de todas maneras aquel día. Después de haber dejado el tratamiento médico era cuestión de tiempo para que todo lo que dentro de mi había estado dormido al fin despertara. Me acerque a ella con rapidez al escuchar las sirenas de la policía y su entrada al recinto estudiantil; no me quedaba mucho tiempo e hice las cosas más apresuradas. Mi corazón latía tan rápido que no me dejaba pensar con claridad. Al fin la tenía como deseaba; como una indefensa corderita arrinconada a punto de ser devorada por el lobo. Acaricie su mejilla y la policía entro al aula en donde nos encontrábamos pero yo no hice movimiento violento alguno ni siquiera pronuncie palabra alguna hacia ellos; estaba concentrado en ella, esa sería la última vez que la viera y suspirando le pedí que me perdonara al menos por lo que había visto. Le dije que no sentía nada de culpabilidad por lo que había ocasionado porque eso quería hacer; ella no decía nada solo me veía y yo deje caer el objeto ensangrentado de mis manos teñidas del carmín de la sangre de mis victimas, el metal resonó en el piso y sin dudar la abrace tan fuerte como podía evitando lastimarle. Ella era y será más preciada que mi propia miserable existencia. Deje salir todo dentro de mí; dejando en su memoria esas dos palabras.
-Te amo- Fue lo último que le dije cuando me jalaron y me esposaron separándome de ella; mi mirada regreso a ser la misma de siempre. Llena de ilusiones e inocencia pintada con crayolas en un vasto papel llamado vida. Ese era yo; el único capaz de tener los cojones suficientes para admitir sus delitos ante las autoridades y ¿Qué podía perder? Ya lo había dejado todo por seguir mis instintos naturales. Paso alrededor de medio día cuando me llevaron a la fuerza al Palacio de Justicia o La corte; entre observando a mi alrededor con una muda de ropa diferente a la de aquel día. Me sentaron en frente de un escritorio al lado del “abogado” que me defendería o eso parecía; esperaba que todos allí se diesen cuenta de lo culpable que era pero debido a mi apariencia de ángel inocente no era el indicado para asumir un crimen de esa magnitud o eso creían ellos. Me puse de pie caminando al estrado y todos los policías me apuntaron esperando que me detuviera pero no lo hice; esperaba recibir las balas en mi cuerpo y que me arrancaran de este mundo pero ninguno se atrevió a disparar. Me acerque al estrado en donde estaba el juez; un hombre de piel clara pero más natural que mi palidecida piel y sin dudarlo un segundo más le conté todo pero no solo él pudo escucharlo sino todos allí; el micrófono alcanzo mi voz y todos los presentes escucharon mi declaración. Escuche el llanto de una mujer a mis espaldas e inmediatamente lo reconocí; era mi madre. Me dolió como nunca saber que le cause dolor a mi madre; mi progenitora y la que velo por mi siempre. Cada segundo se tornaba más insoportable de manera que no pude soportarlo más y pedí mi encierro a suplicas al juez quien estaba pálido solo escuchándome; le rogué que se negase toda visita de mi familia a mi celda. No había necesidad de negar las visitas de amigos puesto que estos los había asesinado y Lynn no iría a verme; no después de lo que presencio.
No recuerdo mucho del juicio en detalles pero sí recuerdo algo muy vivido que me hizo estremecerme completamente; mi madre me abrazo antes de ser metido a la patrulla y al separarme de ella vi sus ojos derramando las amargas lagrimas que yo había causado y algo en mi memoria se desbloqueo como si abriesen una puerta secreta en mis recuerdos. Mientras el policía conducía la patrulla mi mente iba mostrando escenas entre cortadas en intervalos de 5 a 8 segundos entre cada fragmento memorial. En pocos minutos el recuerdo estaba completo y ordenado en mi cabeza; cerré mis ojos recostándome del asiento y la memoria se reprodujo en mi cabeza.
Eso había pasado cuando yo era un niño y aun vivía en Inglaterra; si, hace mucho tiempo. Estaba en el cuarto de juegos jugando con otro niño y todo parecía ser bastante normal hasta que me detuve y salí de la habitación; el recuerdo parecía una película antigua y yo estaba como espectador observando lo que sucedía. El pequeño que era yo camino fuera de la habitación y unos minutos más tarde regreso ocultando algo en su espalda; le rodee pero no logre divisar lo que ocultaba y espere allí a ver qué pasaría. Se escucho el teléfono de la sala de estar y gire mi mirada en dirección a este sitio; en ese preciso instante escuche el grito del otro niño y me gire bruscamente y lo observe. El pequeño que una vez fui ahora estaba sobre el otro niño y aunque este era uno o dos años mayor que yo parecía ser más débil. Apuñalada tras apuñalada le arrancaba la vida al chiquillo en el piso quien agonizaba intentando frenar al que sobre él estaba; las lágrimas manchaban su rostro y las salpicaduras de su sangre el rostro de su agresor. La hojilla del cuchillo atravesaba su delicada su piel rasgando su camiseta y tiñéndola del carmesí de su ser. Segundos cruciales pasaban lentamente mientras que él pequeño no se detuvo hasta ver al otro ceder y expirar en el suelo. La sangre se empozaba debajo de su cadáver; él asesino se puso de pie dejando clavado el cuchillo en el pecho de su víctima mientras se lamia los dedos sonriente. Se oyó un grito y voltee a la entrada del cuarto; era mi madre pero lucia más joven.
-Ma-Marcuss... t-tu hermano- Las palabras no le salían de los labios delicados de su rostro angelical; ahí no sabía que pensar, la situación me confundía.
-Mami, no pasa nada.
Mi hemanito esta dumendo- Respondio él pequeño sin dejar de sonreír; en ese punto lo entendí todo. Yo había asesinado a mi hermano; por eso estaba en tratamiento médico, por tal razón nos mudamos a Francia. Yo siempre había sido un asesino por eso anhelaba el sabor de la sangre de nuevo. El recuerdo se nublo en mi cabeza trayéndome a la realidad de nuevo; me había dormido en el asiento trasero y al llegar me sacaron bruscamente de la patrulla y me ingresaron en la prisión. Suspire y sonreí con completa serenidad; aquel sitio se sentía bien aunque los reos me veían extraño y era de esperarse. Yo era el típico niñito inocente pero este niño era un demonio sediento de sangre que jamás estaría saciado.
Ojala les haya gustado
¡Saludillos!
PD: Perdonen por haber tardado tanto en subirlo es que estaba corta de inspiración pero al fin pude sacar el capi.
PD2: Esto aun no acaba; creo que debe acabar en el siguiente capi.
Keyla.B.B- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 26/02/2014
Edad : 28
Personaje Favorito : L Lawliet y Beyond Birthday (no puedo decidirme, ambos me encantan...)
Re: [FanFic de CDM] "La Leyenda de Inglaterra cobra vida en Francia (Capitulo 5)" [FanFic de CDM]
Que lo encierren y tiren la llave...pensé que algo estaba dentro de el...pero la realidad es que es maldad pura.
Cada golpe, cada corte y cada grito desesperado pidiendo piedad o ayuda lo gozo como nadie. Y ahora me doy cuenta porque...es un demonio en un cuerpo humano...no puede haber mas explicación.
Cada golpe, cada corte y cada grito desesperado pidiendo piedad o ayuda lo gozo como nadie. Y ahora me doy cuenta porque...es un demonio en un cuerpo humano...no puede haber mas explicación.
Re: [FanFic de CDM] "La Leyenda de Inglaterra cobra vida en Francia (Capitulo 5)" [FanFic de CDM]
Si jajajaja. Marcuss es imposible de comprender, hasta para mi es complicado de entenderlo.
En fin, habra una pequeña sorpresa en el siguiente capi ya que es el ultimo de este pequeño y corto fic.
Me alegra que te gustase.
Saludillos.
En fin, habra una pequeña sorpresa en el siguiente capi ya que es el ultimo de este pequeño y corto fic.
Me alegra que te gustase.
Saludillos.
Keyla.B.B- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 26/02/2014
Edad : 28
Personaje Favorito : L Lawliet y Beyond Birthday (no puedo decidirme, ambos me encantan...)
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Mar Jun 07, 2022 3:06 am por Tsuki Kuroi
» No se como pero Regrese (?)
Vie Feb 10, 2017 12:56 am por miyu yami
» Hola, Otra vez~
Dom Ene 22, 2017 1:35 am por yuki-chan~
» Mi gordo corazón (cap. 01)
Jue Ago 25, 2016 9:00 pm por natiyami
» Hola de nuevo xD
Sáb Ago 20, 2016 8:30 pm por natiyami
» Foro Activo
Dom Feb 28, 2016 11:00 am por Katherina Kusanovic
» CDM Amor Dificil cap 1
Dom Feb 28, 2016 10:45 am por Katherina Kusanovic
» Despresento
Miér Feb 17, 2016 10:30 pm por Tyrion
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Miér Feb 17, 2016 10:25 pm por Tyrion