Ángel Fallen cap8

Nuevamente aqui dejando un capitulo mas chicos, por ahora ya no estoy con examenes posiblemente si termino entre esta semana el capitulo que me falta de angel fallen tomare un descanso para escribir otra nueva historia =D, mientras tanto disfruten este nuevo capitulo 8, el siguiente estara para la semana que viene o dependiendo de que se me ocurra y felices pascuas! xD

Capitulo 8:
Esa noche fue otra más, una más, la cual me molesta mucho, y digo “una más”, pues otra vez no tuve la oportunidad de estar con Ángela nuevamente, esto es fastídiate, ¡mucho peor que eso!, es degradante, como puede ser que un demonio como yo haya sucumbido ante esta cosa, ante esa palabra que creía inexistente y más frente a un ¡Ángel!, lo peor de todo fue que después de abrazarla por un indeterminado tiempo, ella se separo de mí, se disculpo conmigo porque se iba a dormir y salió casi corriendo de entre mis brazos escapando a refugiarse a su habitación, lo peor de todo es que al entrar ella a su cuarto escuche que claramente como le puso el cerrojo a la puerta, ni que fuera a entrar para violarla, aunque intensiones no me faltan, ya estoy llegando a mí limite, pero sin ninguna otra opción me retire a mis aposentos algo resignado. Solté un pesado suspiro aun estando recostado sobre la cama, y me dispuse a cambiarme de ropa colocándome otra vez esos trapos que usan los seres humanos, que aun por mas veces que me diga Abigor que me quedan bien, yo sigo detestándolos, antes de terminar de arroparme divise en mi espalda aquellas marcas de rasguños que eran la prueba de la guerra que se aproximaba, de mala gana salí de mi dormitorio, y al terminar de desayunar con todos anuncie que nos retiraríamos a los pocos momentos para proseguir con nuestro viaje en busca de nuestro último aliado, uno más y estaríamos completos.

-Bien no te preocupes Syrkei que estaré apoyándote en todo lo que pueda.- agrego con una sonrisa Abigor tomándome del hombro a lo cual quite su mano y el soltó una pequeña risa por lo bajo.

-Lo sé, y te estoy agradecido Abigor, ahora, vamos a lo importante, me eh enterado de que el siguiente es Addu.- Addu es conocido como el dios babilónico de la tormenta también conocido como Adad, posee una forma poco apreciable, por ello prefiere estar con apariencia humana, el no nos acompañara a menos que tenga una buena razón para ello.

-Dicen otras lenguas que él está planeando oponerse al supremo de la oscuridad, es nuestra oportunidad para obtener su favor en esta batalla.

-Si es así entonces hay que apresurarnos Abigor, me alegra que estés bien informado de todo.

-No tienes porque agradecerme, solo hago lo que es debido, ahora yo les ofrezco un transporte el cual pueden utilizar para trasladarse, no tardaremos más de un día en llegar, no queda muy lejos de aquí, está justo pasando un poco más al sur de mi territorio, nos tomara un día entero llegar.

-Comprendo, entonces te lo encargo a ti Abigor.- Además de ser poderoso, también es rico, parece que Abigor lo tiene todo servido en este mundo.

Nos dirigimos a uno de los depósitos donde parecía tener muchos más carros, estos eran los que según explico Abigor, solo podían ser conducidos por el mismo, tomo uno de color rojizo y equipamos este con el baúl donde teníamos a Kamui y luego nos subimos nosotros también al auto, mi camarada pelirrojo quiso que me sentara a su costado, no tuve opción así que de mala gana me senté a su lado, este móvil no tenía techo, me molestaba mucho el viento en la cara y también como mi cabello ondeaba frente a este mismo. Permanecimos viajando largas horas, sabía perfectamente que mi caballo era más rápido que esto, pero no había mucho que discutir, solo acepte la amabilidad de él porque es mi aliado y seria una terrible perdida si terminara nuestra alianza por semejante capricho, así que lo tome con la debida paciencia. Cuando nos cubrió la noche decidimos detener el carro cerca de un valle y descansar ahí, Kamui salió a cazar sus presas nocturnas para alimentarse mientras Abigor se decidió por buscar un poco de leña en el bosque cercano, yo me quede a solas con Ángela, quería aprovechar la oportunidad que se me daba, pero de alguna forma no sabía cómo hacerlo, me senté sobre una de las puertas del auto cercanas a ella, la observe un momento en silencio, ella estaba sentada en el interior del vehículo mirando atentamente la gran y hermosa luna que se había levantado está misma noche.

-¿Mirando la luna?- dije casi en un suspiro con algo de nervios, ¡¿Por qué estoy hablando de esta manera tan patética?!, no sé si era la inquietud o del mismo enojo por no poder hablar como yo deseaba, pero en ese preciso momento me sonroje por el simple hecho de hablarle, ¿Era así tan grande mi vergüenza?, me dije a mi mismo, aunque no sabría como contestar a esa estúpida pregunta, sin darme cuenta, de un momento a otro este mismo color carmesí de mis mejillas aumentaron con el simple hecho de ver como la luna la iluminaba de manera exquisita, apreté la puerta del auto y sin querer le hice una abolladura, al escuchar el ruido Ángela me miro sorprendida y me sonrió al verme así, rápidamente opte por calmarme lo mejor que pude y mire hacia otro lado para evitar que lograra contemplarme de esa manera mí rubor.

-Es hermosa, nunca había visto una luna así, mi padre me había comentado de esto, pero no había tenido la oportunidad de verla así y más con alguien a quien me agrada mucho…- al expresar ese comentario sus mejillas se tornaron del color del fuego levemente y empezó a jugar con sus dedos como una niña pequeña, entonces me miro como tomando valor y me pregunto lo siguiente.

-Syrkei, ¿Por qué hacemos este viaje, qué significado tiene?, ¿Por qué vas a enfrentarte con tu padre y a poner tu vida en riesgo por esto?

Al terminar de despejar mis mejillas de ese rubor, la mire sorprendido por las preguntas que me hacía tan repentinamente, entonces decidí contestarle con la única razón que tenía, desee ser lo más sincero posible con ella.

-Porque… yo deseo que esa tonta ley que dice que está prohibido que un demonio y un ángel se relacionen desaparezca, y para ello necesito ayuda para conseguirlo.

-¿Necesitas ayuda, porque es tan importante para ti?. – me miro con una sutil mirada llena de curiosidad al mismo tiempo que se acercaba a mi poco a poco colocando sus manos cerca de las mías.

Mire a un costado al ver que se acercaba y tome un poco de valor para evitar arrojármele encima.

-Yo…amo a una chica que es ángel por eso… destruiré todo lo que se cruce en mi camino, sea cosa o ser que me impida estar con ella, haré lo imposible para hacerlo, nada me va a detener.- mi rostro mostraba mucha seguridad acerca de mis palabras, Ángela pareció entender bien el contexto a lo que me refería, entonces tomo mi mano y la apretó con algo de fuerza, mis mejillas volvieron a encenderse.

-Yo te voy a apoyar para que estés con la persona que amas, porque puedo sentir que lo que dices, lo dices con sinceridad desde tu corazón.- cerro sus ojos y apoyo su cabeza contra mi brazo.

No supe cómo reaccionar, no supe que hacer, lo único que atine a hacer fue a abrazarla fuerte contra mi pecho y cerrar los ojos, quería decirle que esa chica era ella, pero algo aun me impedía el llevar a cabo ese cometido.

-Syrkei…-Susurro al sentir mi abrazo repentino y levanto el rostro para mirarme, su semblante era brillante, sus ojos al chocar con los míos parecían entre mezclarse, sus labios tan llamativos pintados por un leve labial rosado que resaltaba su belleza, no podía detenerme, todo era perfecto, no quería parar, proseguí a acercarme a ella hasta casi rosar sus labios con los míos, pero para mi desgracia, se escucharon pasos que se aproximaban hacia nosotros, tomamos distancia uno del otro tan rápido como pudimos haciéndonos los tontos como si hubiéramos cometido algún pecado en ese mismo instante.

-¡Ya regrese!, ¿paso algo? –miro Abigor a nosotros encorvándose un poco dejando los maderos sobre el piso.

-Nada…-respondí casi notoriamente furioso por su intromisión, otra vez, estuve tan cerca de ella y nuevamente interrumpido, esto en verdad es una desgracia.

La noche paso con tranquilidad Ángela se quedo dormida dentro del auto, Abigor igualmente y Kamui no regreso hasta que llego el nuevo amanecer, mientras que yo, no pude pegar ni un ojo en toda la noche por estarme imaginando como asesinar a mi compañero de mil formas distintas.
Al despertar todos y ponernos en marcha, no pude evitar dormirme durante el camino, mi condición era deplorarme, el mantenerme despierto no me era posible en ese momento, dormí hasta que llegamos a nuestro destino.

-Despierta Syrkei, ya hemos llegado.- me despertó de una forma muy poco agradable, tomándome de los hombros y sacudiéndome con violencia que no tuve otra opción más que abrir mis ojos.

-¡Ya estoy despierto, para de una maldita vez!- me separe de Abigor y proseguimos todos a salir del auto, al alejarme del vehículo pude observar el hogar de Addu, sus tejas de color azulado hacían una muy mala combinación con el color naranja de sus paredes, eso para mí sí que era tener un muy mal gusto, nuestro alrededor estaba lleno de granjas, cosechas, que parecían pertenecerle todas esas tierras a este mismo demonio.
Abigor en un momento dado se adelanto a nosotros y nos pido que le siguiéramos el paso, llegamos al paso de la vivienda, Abigor con extrema emoción golpeo la puerta y prosiguió un hombre de cabello largo, cuyo color era muy extraño, ya que se dividía hasta la mitad en un celeste claro y el resto se tornaba añil hasta llegar a su cintura, sus ojos grandes aceitunados nos observaban con mucha atención detrás de la puerta.

-Sean bienvenidos, los estaba esperando, Aini tanto como Alouqua los están esperando dentro, vinieron para hacerme su aliado, ¿no es así?, estoy dispuesto a aceptar su oferta.- sonrió de manera amable con nosotros y nos hizo pasar dentro de su hogar, no era tan impresionante como la mansión de Abigor, tenía muebles antiguos, pero no en condiciones que podrían decirse que lo llevaran a la pobreza, más bien alcanzaba una estabilidad en lo que se respecta.

-Entiendo, me has ahorrado entonces la molestia de explicarte el porqué, supongo que tú también tendrás tus propias razones para unirte a mí, pero no me importa si te las reservas mientras nos ayudes y nunca te reveles ante mi propio mando.

-Claro, no tienes que preocuparte de ello, por favor, acomódense en mi humilde morada, tengo una habitación para cada uno de ustedes y elegí una que utilizaran cada dos personas, síganme por aquí por favor.- nos mostro nuestras habitaciones, a pesar de la apariencia poco agradable de los muebles por dentro este lugar era muy grande, así que nos la pasamos la mayoría del tiempo buscando las habitaciones.

-Aquí dormirán el Señor Syrkei y Aini, en esta otra, Ángela y Alouqua, en esta ultima el señor Abigor y mientras que Kamui dormirá en mi mismo cuarto.- así fue el orden que nos otorgaron, y yo nuevamente inconforme por ello.

Al caer la noche, luego de cenar nos dirigimos cada uno a nuestras respectivas habitaciones, intente dormir, Aini cayó en su cama en un profundo sueño, pero yo no lo logre debido a que al lado de nuestro cuarto, se escuchaba una discusión fuerte entre Kamui y Addu, ignore el significado de aquello, y decidí levantarme para hacerle una pequeña visita nocturna a Ángela, creía que si era lo suficientemente cuidadoso no me descubrirían, pero no estaba preparado para lo que me iba a encontrar.
Caminando por el pasillo antes de llegar a su pieza, me tropecé con Alouqua que parecía tener la misma idea que yo.

-¡Ho Syrkei que bueno es encontrarte aquí, estaba justo por ir a verte!- expreso extrema alegría acercándose a mí a lo cual yo respondí alejándome y mirándola fríamente.

-Pues yo a ti no, apártate de mi camino, que mi prioridad es Ángela no tu.- al decir esas palabras tan crueles que no pude evitar vi como unas lagrimas recorrían las mejillas de Alouqua y esta misma salió corriendo alejándose de mí, lo cual no me importo, pero para mi sorpresa vi que Abigor nos estaba vigilando y se acerco a mi luego de ver a Alouqua irse de esa manera.

-Syrkei, ¿Qué haces tú aquí?

-Lo mismo te pregunto yo a ti, no tienes derecho a estarme vigilando.

-Lo siento mucho, iba a ver a alguien…

-Es Alouqua, ¿verdad?, mejor ve con ella antes de que trate de hacer alguna locura…

-¡Sí! –se fue precipitadamente a buscarla, mire como se alejaba, no me importaba en lo más mínimo que relación tuvieran esos dos, ni que era lo que estuviera pensando Abigor de ella misma, pero lo único que me importa en este momento, es llevar acabo mi objetivo de esta noche sin luna.

Por fin llegue frente a aquella puerta de madera con esa perilla plateada, dirigí mi mano hacia esta misma y una gran presión se precipito sobre mis hombros, mis pulsos aumentaron y percibí sucumbirme frente a esto, pero no me detuve y abrí con toda decisión esa barrera que nos separaba.