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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 19
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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 19
"Entre La Espada Y La Pared"
PARTE 4
Tedra yacía sentada en el alféizar de la ventana, en su habitación, mirando hacia el jardín, dónde Yaridis y sus dos hijos jugaban con Challen y las mascotas.
El sol iluminaba y calentaba bastante siendo temporada otoñal.
Todo parecía normal a simple vista, pero ya nada era igual para ella.
No sin Cerith…sin Shaner…
Todavía le escocían las palabras que Falon le había dicho tras haber hablado con el guerrero: “Lo siento, hermana. Se ha ido”.
Oh, Dios…
Shaner se había ido en serio, dejándola sin conocer los motivos de su partida.
Y estaba segura de que Falon sí los conocía, más no quería decírselo.
Escondió el rostro entre las manos y soltó un tembloroso suspiro.
Lo mejor sería regresar a su ciudad y refugiarse en el amor de sus padres.
La puerta se abrió y se asomó Cerith.
CERITH: ¿Tedra?
La princesa la miró unos segundos para luego correr hacia su única amiga y abrazarla.
Cerith sonrió y también la abrazó.
CERITH: Ya terminaron las clases. ¿Qué te apetece hacer?
TEDRA: Llorar.
CERITH: Nada de eso. Yo te conocí siendo una chica fuerte y así debe seguir siendo.
TEDRA: Conocí el amor y dejé de ser yo.
CERITH: Mira, ya casi es hora de comer. Lávate la cara y bajemos al comedor real.
TEDRA: Pero…
CERITH: Tengo una sorpresa para ti. Te espero fuera.
Le guiñó el ojo y salió de la estancia.
Tedra se quedó mirando la puerta, parpadeando.
¿Desde cuándo Cerith había cambiado tanto? ¿Desde cuándo Cerith se comportaba como una Tedra y Tedra como una Cerith? ¿Desde cuándo habían intercambiado los papeles?
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Después de comer, Azalea fue arrastrada por Lilly y Aika hacia la cocina real.
Challen, Lenoic y las mascotas las siguieron enseguida.
AZALEA: Hoy no me toca clase de cocina.
AIKA: Es imprescindible que termines de aprender el postre.
AZALEA: ¿Por qué?
LILLY: Hemos oído que mañana es el cumpleaños del hijo del rey Zaebard y organizará una fiesta por todo lo alto.
AZALEA: Oh…
AIKA: Sí, oh. ¡Ya era hora de que llegasen los bailes y el ponche!
LILLY: Será un detalle muy bonito que regales tu postre al cumpleañero.
AZALEA: ¿Y si sale mal…?
LILLY: Nosotras te ayudaremos por esta vez.
Por otro lado, Tedra y Cerith estaban en la habitación de la princesa, observando la vara que sujetaba la nueva Cazadora.
TEDRA: ¿Cuál es la sorpresa?
CERITH: Espera un poco. Solo soy una aprendiz y debo concentrarme mucho más.
TEDRA: ¿Vas a usar la magia?
CERITH: Sí.
Poco a poco, la vara fue iluminándose mientras que una brisa cálida les llegaba de la nada.
TEDRA: ¿Qué harás?
CERITH: Abrir un Portal de Transportación.
La agitó y pronto estalló una luz rosada, mostrando ante las dos otra luz en forma de arco de un metro y medio.
Cerith resopló con frustración.
CERITH: Siguen saliéndome pequeños pero almenos hacen la misma función.
Tomó de la mano a Tedra y se adentraron en el Portal.
Segundos después, se vieron en medio de un extenso jardín, dónde un montón de hombres uniformados y calvos luchaban a su alrededor.
Antes de que las dos chicas pudieran reaccionar, Tedra recibió una patada en la espalda y cayó de bruces al suelo, con la respiración totalmente cortada.
Por todos los dioses…
Quiso pedir auxilio pero pronto perdió la conciencia.
------------------------------------------------------------------------------------------------
Shaner luchaba cuerpo a cuerpo contra un monje luchador bajo el sol otoñal.
Luchar siempre lo ayudaba a relajarse y a distraer su mente.
Estaba preparado para iniciar una nueva etapa en ese templo. Pero no estuvo preparado para lo que vio a unos metros más allá del jardín: una explosión de luz seguida por la aparición de… ¡Tedra y Cerith!
¡Por todos los cielos! ¿Qué demonios hacían aquí?
Habían usado la magia para llegar hasta él…
Quiso dar un paso hacia ellas, pero lo que pasó después lo dejó helado.
La princesa recibió un fuerte golpe en la espalda y cayó al suelo, desmayada.
Gruñó y corrió a su encuentro.
Los demás monjes dejaron de luchar para mirar la escena.
Cerith estaba pálida, y Shaner cogió a Tedra en brazos y la llevó al templo.
La acostó sobre un diván blanco y le tocó el pulso.
CERITH: ¿E-está bien? (llegando por detrás)
SHANER: Su respiración es lenta, pero sus latidos son correctos.
CERITH: Oh, Dios… Ha sido culpa mía…
SHANER: Le saldrá un buen moretón. Por suerte no hay costillas rotas. Iré a por agua caliente y paños.
Se fue; y Cerith tocó el hombro de su amiga, la cual abrió lentamente los ojos y tras mirar el techo, enfocó la vista en la Cazadora de Bestias.
TEDRA: ¿Qué…ha pasado?
CERITH: Oh, amiga… Lo siento mucho…
TEDRA: ¿Qué…? ¿Por qué…?
CERITH: Por mi culpa ese monje te golpeó.
TEDRA: ¿Monje?
Se incorporó un poco y sintió un horrible dolor en la espalda.
Miró a su alrededor y poco a poco fue recordando todo sobre el Portal de Transportación y…
TEDRA: ¿Dónde estamos?
CERITH: No sé cómo se llama este pueblo, pero…
TEDRA: …pero si no lo sabes, ¿por qué me has traído aquí?
CERITH: Pues porque precisamente “aquí” está Shaner.
El corazón de la princesa se detuvo.
¿Cómo había logrado su amiga llevarla hasta él?
Quiso preguntarle muchas cosas pero su voz murió en cuanto vio a Shaner llegar con un cuenco en una mano y un paño en la otra.
En cuanto su ojo sano entró en contacto con los ojos de Tedra, el guerrero sintió que se le erizaba la piel.
Apretó los dientes, se acercó a ellas y le ofreció a Cerith el cuenco y el paño.
SHANER: Pónselo sobre el moretón durante unos minutos.
Dicho eso, se marchó con rapidez.
Una solitaria lágrima se deslizó por la mejilla de la princesa, por lo que Cerith se sintió más horrible de lo que ya se sentía.
CERITH: Pe-pensé que te alegraría verle. Pero me he equivocado de nuevo. Lo siento, Tedra. Yo…yo…
TEDRA: Tranquila, amiga. La sorpresa me ha encantado. Pero la fría actitud de Shaner… No sé… Ni siquiera se ha alegrado un poquito de volver a verme…
Se bajó el vestido hasta la cintura y con una mueca de dolor se acostó boca abajo en el diván.
Cerith arrugó las cejas al ver aparecer la mancha morada en esa delicada espalda.
Suspiró y se dispuso a mojar el paño en el agua caliente del cuenco y ponerlo después con cuidado sobre el golpe.
TEDRA: Ugh… (>_<)
CERITH: Lo siento. (-_-)
TEDRA: Oh, Dios. Soy una tonta, Cerith.
CERITH: ¿Por qué dices eso?
TEDRA: No sé cómo se me ha ocurrido pensar que Shaner se alegraría un poco de verme cuando todos sabemos que se marchó de Aion por mí.
CERITH: Tedra…
TEDRA: Sé que dejé de agobiarlo, pero de todos modos estoy segura de que se marchó por culpa mía.
CERITH: ¿Culpa de qué?
TEDRA: Debe sentirse mal por haberme quitado la virginidad. No quiere verme ni en pintura. (-_-)
CERITH: ¿Por qué piensas así?
TEDRA: Por algo está en este pueblo, ¿no? Quiere evitarme a toda costa.
CERITH: ¿Él te ha confesado eso?
TEDRA: No. Yo no sé nada de lo que piensa. Pero estoy más que convencida. Ni siquiera se despidió de mí…
Cerith volvió a mojar el paño y tras escurrirlo, lo colocó de nuevo sobre el moratón.
Tedra resopló y cerró los ojos.
TEDRA: Me siento tan vacía…
CERITH: Yo creo que deberías averiguar los verdaderos motivos por los cuales se marchó de Aion.
TEDRA: ¿Para qué? Todo lo que tenga que ver con él es una pérdida de tiempo, Cerith.
CERITH: Aprovecha que estás aquí y juega tu última carta.
TEDRA: No, amiga. Ya me cansé de ir tras él y de luchar por su amor.
Un amor que nunca logrará tener…
Cerith apartó el paño y la ayudó a acomodarse el vestido.
TEDRA: Esto parece un templo.
CERITH: ¿Qué tal si damos un recorrido?
TEDRA: No. Prefiero regresar a Aion.
CERITH: Está bien.
Antes de que la Cazadora pudiera usar la magia, Shaner llegó de nuevo, clavando la mirada en Tedra.
SHANER: ¿Estáis mejor, Alteza?
Al verlo tan serio y tan normal como siempre, Tedra sintió que su tristeza era reemplazada por un arranque de furia, por lo que alzó la barbilla con orgullo.
TEDRA: ¿Qué más te da?
CERITH: Te-Tedra…
TEDRA: Ve y dile al que me golpeó que pienso ordenar a Zaebard que lo castigue severamente.
SHANER: ¿Qué?
TEDRA: ¡Vamos, muévete! No te quedes ahí pasmado.
Tanto Shaner y como Cerith, parpadearon ante ese repentino cambio de humor.
TEDRA: Ve y díselo o iré yo misma.
SHANER: Ese monje os golpeó sin intención y…
TEDRA: ¡No me importa! ¡Ha golpeado a una princesa y debe ser castigado!
CERITH: Pero, Tedra…
SHANER: La culpa es vuestra por haber aparecido de repente en medio de un entrenamiento.
Tedra se tensó ante esa acusación.
¡Culpa de ellas!
¿A quién se le ocurría entrenar con tanta brutalidad? ¿Acaso eran de hierro y no sentían dolor?
Lo señaló con el dedo índice.
TEDRA: ¡La culpa es tuya por haber venido a este lugar! ¡Aion es mucho más grande y sus jardines tienen más espacio para los entrenos!
SHANER: ¿Por qué gritáis?
TEDRA: ¡Porque me da la gana! ¡Y ahora mismo iré a decirle cuatro cosas a ese estúpido monje!
Se encaminó hacia la única puerta de salida, pero antes de que pudiera salir, Shaner la detuvo del brazo, provocándole dolor en la espalda.
SHANER: No iréis a ningún lado ni diréis nada a nadie.
TEDRA: ¡Suéltame!
SHANER: Estáis demasiado alterada y…
Su voz se cortó tras recibir la bofetada de Tedra.
Cerith se puso pálida, y pronto se hizo el silencio.
La princesa y el joven capitán se miraron durante lo que pareció una eternidad hasta que varios monjes entraron con prisas y señalaron a Cerith con desconfianza.
MONJE: ¡Es ella, Señor!
Sin previo aviso, dos monjes corrieron a cogerla de los brazos.
CERITH: ¡Eh! ¡¿Qué hacéis?!
Asustada, Tedra se soltó de Shaner, se quitó el zapato y corrió a golpear a esos hombres.
Pero otros dos también la sujetaron de los brazos.
TEDRA: ¡¿Cómo te atreves a tratarme así?! ¡Soy la princesa de Kan-is-Tra!
Confundido y preocupado, Shaner se acercó al monje anciano, el cual parecía bastante enojado.
SHANER: ¿Por qué las arrestan, Señor?
ANCIANO: ¿No viste la magia que las envolvía cuando aparecieron de repente?
SHANER: Sí, pero…
ANCIANO: Está prohibido cualquier tipo de magia en este pueblo. Estas dos jóvenes serán consideradas brujas y quemadas en el Lago de Azufre.
SHANER: No puede hacer eso, Señor. Yo las conozco.
ANCIANO: Me ofende saber eso, mi querido Shaner.
SHANER: Ella es la princesa de Ciudad Kan-is-Tra. (señalando) Y ella es la nueva Cazadora de Bestias.
Ante esa información, el anciano miró con sorpresa a Cerith para luego ordenar que las soltasen.
Se acercó a ella y le tomó las manos entre las suyas más arrugadas.
ANCIANO: ¿Cuál es tu nombre, muchacha?
CERITH: Cerith.
ANCIANO: ¿Qué sabes de mi nieto? ¿Cómo está?
CERITH: ¿Su…nieto?
ANCIANO: Sí. Frey.
Cerith sintió un nudo en el pecho.
¿Cómo decirle a ese feliz abuelo que su nieto estaba cumpliendo condena en la Prisión Celestial?
-------------------------------------------------------------------------------------------------
Tras haber hecho el intento de preparar el delicioso postre, Azalea terminó con el vestido, los brazos y el rostro manchados de bizcocho y nata.
Pero se lo había pasado tan bien con sus amigos…
Se dirigió a su habitación, se dio un rápido baño y se puso otro vestido.
Se sentó frente al espejo del tocador y las mascotas comenzaron a peinarle el largo cabello, mientras que Challen la miraba desde la puerta.
AZALEA: Me he reído tanto en la cocina. (^ ^)
KUPÓ: Nosotros también, kupó.
MOG: Aika es muy divertida.
AZALEA: Sí, pero también muy molestosa. No sé qué sabor tendrá ese postre…
CHALLEN: No os preocupéis por eso, Alteza. Lo que importa es la intención.
AZALEA: Sí, bueno…
CHALLEN: El postre tenía buena pinta.
AZALEA: Ojalá el sabor sea igual de bueno.
CHALLEN: Seguro que sí.
Las mascotas bostezaron y se acostaron a los pies de la cama.
Azalea sonrió, y tras coger papel y una pluma de tinta, se sentó en el sillón que daba a la ventana y comenzó a escribir una carta para sus padres, diciéndoles que vinieran a visitarla cuanto antes porque anhelaba verlos, abrazarlos y contarles sus buenas noticias.
Las noticias de que quería ser una nueva Azalea y perdonar los errores de su padre.
Miró el cielo estrellado y sonrió.
Apoyado en la puerta, Challen no podía apartar la mirada de su princesa.
Era dolorosamente bella, y le encantaba ver que siempre miraba más allá de las nubes y las estrellas.
Se moría de ganas por probar de nuevo sus labios y de acariciar su suave cabello…
Azalea lo miró y él se sonrojó.
AZALEA: Disculpa por haberte ignorado en este ratito. Estaba escribiendo una carta para mis padres.
CHALLEN: No os preocupéis, Alteza. Me gusta miraros.
Sonrojada, la chica guardó dicha carta en un sobre y lo dejó en el tocador.
Entonces fue consciente de la presencia de hombre que emanaba el cuerpo de su caballero.
AZALEA: ¿No…tienes sueño?
CHALLEN: No, Alteza. ¿Y vos?
AZALEA: Bueno…un poco… (///)
CHALLEN: Entonces descansad. Mañana tenéis clases además de la fiesta de cumpleaños.
AZALEA: Oh, cierto… Ehm… Buenas noches, Challen.
CHALLEN: Buenas noches, princesa.
Abrió la puerta con suavidad, pero no salió, más se volteó para mirarla una vez más, y la vio clavada en el suelo con la mirada perdida.
Sin decir nada, se acercó hasta tenerla frente a él y le levantó el rostro con la mano.
Sus ojos se encontraron y el corazón de Azalea se aceleró.
Oh, Dios… ¿Iba a besarla?
CHALLEN: ¿Estáis bien?
AZALEA: S-sí… (///)
CHALLEN: No me gusta veros tan seria.
AZALEA: Oh… ¿Lo estaba?
Intentó apartarse, pero impulsivamente Challen la abrazó y hundió el rostro en ese largo cabello para inhalar su fragancia a flores.
La princesa se puso tensa, pero intentó calmarse, ya que Challen era su fiel amigo y ángel de la guarda.
Jamás le haría daño ni le faltaría el respeto.
Soltó un tembloroso suspiro, por lo que el chico apretó el abrazo.
CHALLEN: Perdonadme, Alteza.
AZALEA: ¿Por…por qué?
CHALLEN: Por abrazaros sin vuestro permiso.
AZALEA: Para los abrazos no existe el permiso, Challen.
CHALLEN: Gracias.
La soltó muy despacio y la miró con una cálida sonrisa.
Sin saber por qué, los ojos de la joven se llenaron de lágrimas, y tras soltar otro suspiro, se atrevió a acariciar la mejilla del caballero.
Fue una caricia que logró romper las barreras del decoro y de la perseverancia.
Tragando saliva, Challen la tomó por la cintura y posó los labios en la suave mejilla de la chica, la cual cerró los ojos ante tan tierno gesto.
Pero pronto su respiración se agitó cuando dichos labios fueron repartiendo pequeños besos por su delicado mentón, acercándose peligrosamente a su rosada boca.
Apretó los puños y su mente recordó a Falon besándola.
AZALEA: Challen, por favor… (///)
CHALLEN: Sí, Alteza.
La soltó, le acarició el cabello y salió de la estancia.
Azalea había podido notar la expresión de tristeza del caballero antes de irse. Y no pudo evitar sentirse mal al rechazarlo una vez más.
Contó hasta tres y salió al pasillo, dónde Challe se alejaba a paso lento.
AZALEA: ¡Challen!
El joven se detuvo, respiró hondo y se volteó para mirarla con una sonrisa.
CHALLEN: ¿Sí?
AZALEA: Yo…
Challen se merecía todo su cariño.
Sin él, ella no habría podido salir adelante en más de una ocasión.
Y aun sabiendo lo que sentía por Falon, ahí estaba, a su lado, apoyándola…
Amándola en silencio.
AZALEA: Te quiero.
Tras mirarse durante largos segundos, Challen volvió a sonreír.
CHALLEN: Os amo, Alteza.
Le hizo una reverencia y siguió su camino hasta llegar a su habitación y cerrar la puerta.
La princesa soltó el primer sollozo y se adentró en su estancia antes de que alguien la oyera llorar.
Y ninguno de los dos se había dado cuenta de que Falon los había estado observando desde detrás de la alta estatua de bronce que descansaba al final del pasillo.
Apretaba los dientes con tanta fuerza que le dolían las sienes.
“Te quiero”. “Os amo, Alteza”.
Esas dos frases le rasgaron el alma.
Sentía unas ganas locas de golpear a Challen y de estrangular a Azalea.
La muy condenada seguía llena de dudas.
Se pasó las dos manos por el rostro y gruñó.
No podía seguir así. No podía seguir soportando que su amada estuviera entre la espada y la pared.
Sus fuerzas y su paciencia ya estaban llegando al límite.
Tenía que hacer algo para que Azalea reaccionase de una maldita vez.
________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
PARTE 4
Tedra yacía sentada en el alféizar de la ventana, en su habitación, mirando hacia el jardín, dónde Yaridis y sus dos hijos jugaban con Challen y las mascotas.
El sol iluminaba y calentaba bastante siendo temporada otoñal.
Todo parecía normal a simple vista, pero ya nada era igual para ella.
No sin Cerith…sin Shaner…
Todavía le escocían las palabras que Falon le había dicho tras haber hablado con el guerrero: “Lo siento, hermana. Se ha ido”.
Oh, Dios…
Shaner se había ido en serio, dejándola sin conocer los motivos de su partida.
Y estaba segura de que Falon sí los conocía, más no quería decírselo.
Escondió el rostro entre las manos y soltó un tembloroso suspiro.
Lo mejor sería regresar a su ciudad y refugiarse en el amor de sus padres.
La puerta se abrió y se asomó Cerith.
CERITH: ¿Tedra?
La princesa la miró unos segundos para luego correr hacia su única amiga y abrazarla.
Cerith sonrió y también la abrazó.
CERITH: Ya terminaron las clases. ¿Qué te apetece hacer?
TEDRA: Llorar.
CERITH: Nada de eso. Yo te conocí siendo una chica fuerte y así debe seguir siendo.
TEDRA: Conocí el amor y dejé de ser yo.
CERITH: Mira, ya casi es hora de comer. Lávate la cara y bajemos al comedor real.
TEDRA: Pero…
CERITH: Tengo una sorpresa para ti. Te espero fuera.
Le guiñó el ojo y salió de la estancia.
Tedra se quedó mirando la puerta, parpadeando.
¿Desde cuándo Cerith había cambiado tanto? ¿Desde cuándo Cerith se comportaba como una Tedra y Tedra como una Cerith? ¿Desde cuándo habían intercambiado los papeles?
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Después de comer, Azalea fue arrastrada por Lilly y Aika hacia la cocina real.
Challen, Lenoic y las mascotas las siguieron enseguida.
AZALEA: Hoy no me toca clase de cocina.
AIKA: Es imprescindible que termines de aprender el postre.
AZALEA: ¿Por qué?
LILLY: Hemos oído que mañana es el cumpleaños del hijo del rey Zaebard y organizará una fiesta por todo lo alto.
AZALEA: Oh…
AIKA: Sí, oh. ¡Ya era hora de que llegasen los bailes y el ponche!
LILLY: Será un detalle muy bonito que regales tu postre al cumpleañero.
AZALEA: ¿Y si sale mal…?
LILLY: Nosotras te ayudaremos por esta vez.
Por otro lado, Tedra y Cerith estaban en la habitación de la princesa, observando la vara que sujetaba la nueva Cazadora.
TEDRA: ¿Cuál es la sorpresa?
CERITH: Espera un poco. Solo soy una aprendiz y debo concentrarme mucho más.
TEDRA: ¿Vas a usar la magia?
CERITH: Sí.
Poco a poco, la vara fue iluminándose mientras que una brisa cálida les llegaba de la nada.
TEDRA: ¿Qué harás?
CERITH: Abrir un Portal de Transportación.
La agitó y pronto estalló una luz rosada, mostrando ante las dos otra luz en forma de arco de un metro y medio.
Cerith resopló con frustración.
CERITH: Siguen saliéndome pequeños pero almenos hacen la misma función.
Tomó de la mano a Tedra y se adentraron en el Portal.
Segundos después, se vieron en medio de un extenso jardín, dónde un montón de hombres uniformados y calvos luchaban a su alrededor.
Antes de que las dos chicas pudieran reaccionar, Tedra recibió una patada en la espalda y cayó de bruces al suelo, con la respiración totalmente cortada.
Por todos los dioses…
Quiso pedir auxilio pero pronto perdió la conciencia.
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Shaner luchaba cuerpo a cuerpo contra un monje luchador bajo el sol otoñal.
Luchar siempre lo ayudaba a relajarse y a distraer su mente.
Estaba preparado para iniciar una nueva etapa en ese templo. Pero no estuvo preparado para lo que vio a unos metros más allá del jardín: una explosión de luz seguida por la aparición de… ¡Tedra y Cerith!
¡Por todos los cielos! ¿Qué demonios hacían aquí?
Habían usado la magia para llegar hasta él…
Quiso dar un paso hacia ellas, pero lo que pasó después lo dejó helado.
La princesa recibió un fuerte golpe en la espalda y cayó al suelo, desmayada.
Gruñó y corrió a su encuentro.
Los demás monjes dejaron de luchar para mirar la escena.
Cerith estaba pálida, y Shaner cogió a Tedra en brazos y la llevó al templo.
La acostó sobre un diván blanco y le tocó el pulso.
CERITH: ¿E-está bien? (llegando por detrás)
SHANER: Su respiración es lenta, pero sus latidos son correctos.
CERITH: Oh, Dios… Ha sido culpa mía…
SHANER: Le saldrá un buen moretón. Por suerte no hay costillas rotas. Iré a por agua caliente y paños.
Se fue; y Cerith tocó el hombro de su amiga, la cual abrió lentamente los ojos y tras mirar el techo, enfocó la vista en la Cazadora de Bestias.
TEDRA: ¿Qué…ha pasado?
CERITH: Oh, amiga… Lo siento mucho…
TEDRA: ¿Qué…? ¿Por qué…?
CERITH: Por mi culpa ese monje te golpeó.
TEDRA: ¿Monje?
Se incorporó un poco y sintió un horrible dolor en la espalda.
Miró a su alrededor y poco a poco fue recordando todo sobre el Portal de Transportación y…
TEDRA: ¿Dónde estamos?
CERITH: No sé cómo se llama este pueblo, pero…
TEDRA: …pero si no lo sabes, ¿por qué me has traído aquí?
CERITH: Pues porque precisamente “aquí” está Shaner.
El corazón de la princesa se detuvo.
¿Cómo había logrado su amiga llevarla hasta él?
Quiso preguntarle muchas cosas pero su voz murió en cuanto vio a Shaner llegar con un cuenco en una mano y un paño en la otra.
En cuanto su ojo sano entró en contacto con los ojos de Tedra, el guerrero sintió que se le erizaba la piel.
Apretó los dientes, se acercó a ellas y le ofreció a Cerith el cuenco y el paño.
SHANER: Pónselo sobre el moretón durante unos minutos.
Dicho eso, se marchó con rapidez.
Una solitaria lágrima se deslizó por la mejilla de la princesa, por lo que Cerith se sintió más horrible de lo que ya se sentía.
CERITH: Pe-pensé que te alegraría verle. Pero me he equivocado de nuevo. Lo siento, Tedra. Yo…yo…
TEDRA: Tranquila, amiga. La sorpresa me ha encantado. Pero la fría actitud de Shaner… No sé… Ni siquiera se ha alegrado un poquito de volver a verme…
Se bajó el vestido hasta la cintura y con una mueca de dolor se acostó boca abajo en el diván.
Cerith arrugó las cejas al ver aparecer la mancha morada en esa delicada espalda.
Suspiró y se dispuso a mojar el paño en el agua caliente del cuenco y ponerlo después con cuidado sobre el golpe.
TEDRA: Ugh… (>_<)
CERITH: Lo siento. (-_-)
TEDRA: Oh, Dios. Soy una tonta, Cerith.
CERITH: ¿Por qué dices eso?
TEDRA: No sé cómo se me ha ocurrido pensar que Shaner se alegraría un poco de verme cuando todos sabemos que se marchó de Aion por mí.
CERITH: Tedra…
TEDRA: Sé que dejé de agobiarlo, pero de todos modos estoy segura de que se marchó por culpa mía.
CERITH: ¿Culpa de qué?
TEDRA: Debe sentirse mal por haberme quitado la virginidad. No quiere verme ni en pintura. (-_-)
CERITH: ¿Por qué piensas así?
TEDRA: Por algo está en este pueblo, ¿no? Quiere evitarme a toda costa.
CERITH: ¿Él te ha confesado eso?
TEDRA: No. Yo no sé nada de lo que piensa. Pero estoy más que convencida. Ni siquiera se despidió de mí…
Cerith volvió a mojar el paño y tras escurrirlo, lo colocó de nuevo sobre el moratón.
Tedra resopló y cerró los ojos.
TEDRA: Me siento tan vacía…
CERITH: Yo creo que deberías averiguar los verdaderos motivos por los cuales se marchó de Aion.
TEDRA: ¿Para qué? Todo lo que tenga que ver con él es una pérdida de tiempo, Cerith.
CERITH: Aprovecha que estás aquí y juega tu última carta.
TEDRA: No, amiga. Ya me cansé de ir tras él y de luchar por su amor.
Un amor que nunca logrará tener…
Cerith apartó el paño y la ayudó a acomodarse el vestido.
TEDRA: Esto parece un templo.
CERITH: ¿Qué tal si damos un recorrido?
TEDRA: No. Prefiero regresar a Aion.
CERITH: Está bien.
Antes de que la Cazadora pudiera usar la magia, Shaner llegó de nuevo, clavando la mirada en Tedra.
SHANER: ¿Estáis mejor, Alteza?
Al verlo tan serio y tan normal como siempre, Tedra sintió que su tristeza era reemplazada por un arranque de furia, por lo que alzó la barbilla con orgullo.
TEDRA: ¿Qué más te da?
CERITH: Te-Tedra…
TEDRA: Ve y dile al que me golpeó que pienso ordenar a Zaebard que lo castigue severamente.
SHANER: ¿Qué?
TEDRA: ¡Vamos, muévete! No te quedes ahí pasmado.
Tanto Shaner y como Cerith, parpadearon ante ese repentino cambio de humor.
TEDRA: Ve y díselo o iré yo misma.
SHANER: Ese monje os golpeó sin intención y…
TEDRA: ¡No me importa! ¡Ha golpeado a una princesa y debe ser castigado!
CERITH: Pero, Tedra…
SHANER: La culpa es vuestra por haber aparecido de repente en medio de un entrenamiento.
Tedra se tensó ante esa acusación.
¡Culpa de ellas!
¿A quién se le ocurría entrenar con tanta brutalidad? ¿Acaso eran de hierro y no sentían dolor?
Lo señaló con el dedo índice.
TEDRA: ¡La culpa es tuya por haber venido a este lugar! ¡Aion es mucho más grande y sus jardines tienen más espacio para los entrenos!
SHANER: ¿Por qué gritáis?
TEDRA: ¡Porque me da la gana! ¡Y ahora mismo iré a decirle cuatro cosas a ese estúpido monje!
Se encaminó hacia la única puerta de salida, pero antes de que pudiera salir, Shaner la detuvo del brazo, provocándole dolor en la espalda.
SHANER: No iréis a ningún lado ni diréis nada a nadie.
TEDRA: ¡Suéltame!
SHANER: Estáis demasiado alterada y…
Su voz se cortó tras recibir la bofetada de Tedra.
Cerith se puso pálida, y pronto se hizo el silencio.
La princesa y el joven capitán se miraron durante lo que pareció una eternidad hasta que varios monjes entraron con prisas y señalaron a Cerith con desconfianza.
MONJE: ¡Es ella, Señor!
Sin previo aviso, dos monjes corrieron a cogerla de los brazos.
CERITH: ¡Eh! ¡¿Qué hacéis?!
Asustada, Tedra se soltó de Shaner, se quitó el zapato y corrió a golpear a esos hombres.
Pero otros dos también la sujetaron de los brazos.
TEDRA: ¡¿Cómo te atreves a tratarme así?! ¡Soy la princesa de Kan-is-Tra!
Confundido y preocupado, Shaner se acercó al monje anciano, el cual parecía bastante enojado.
SHANER: ¿Por qué las arrestan, Señor?
ANCIANO: ¿No viste la magia que las envolvía cuando aparecieron de repente?
SHANER: Sí, pero…
ANCIANO: Está prohibido cualquier tipo de magia en este pueblo. Estas dos jóvenes serán consideradas brujas y quemadas en el Lago de Azufre.
SHANER: No puede hacer eso, Señor. Yo las conozco.
ANCIANO: Me ofende saber eso, mi querido Shaner.
SHANER: Ella es la princesa de Ciudad Kan-is-Tra. (señalando) Y ella es la nueva Cazadora de Bestias.
Ante esa información, el anciano miró con sorpresa a Cerith para luego ordenar que las soltasen.
Se acercó a ella y le tomó las manos entre las suyas más arrugadas.
ANCIANO: ¿Cuál es tu nombre, muchacha?
CERITH: Cerith.
ANCIANO: ¿Qué sabes de mi nieto? ¿Cómo está?
CERITH: ¿Su…nieto?
ANCIANO: Sí. Frey.
Cerith sintió un nudo en el pecho.
¿Cómo decirle a ese feliz abuelo que su nieto estaba cumpliendo condena en la Prisión Celestial?
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Tras haber hecho el intento de preparar el delicioso postre, Azalea terminó con el vestido, los brazos y el rostro manchados de bizcocho y nata.
Pero se lo había pasado tan bien con sus amigos…
Se dirigió a su habitación, se dio un rápido baño y se puso otro vestido.
Se sentó frente al espejo del tocador y las mascotas comenzaron a peinarle el largo cabello, mientras que Challen la miraba desde la puerta.
AZALEA: Me he reído tanto en la cocina. (^ ^)
KUPÓ: Nosotros también, kupó.
MOG: Aika es muy divertida.
AZALEA: Sí, pero también muy molestosa. No sé qué sabor tendrá ese postre…
CHALLEN: No os preocupéis por eso, Alteza. Lo que importa es la intención.
AZALEA: Sí, bueno…
CHALLEN: El postre tenía buena pinta.
AZALEA: Ojalá el sabor sea igual de bueno.
CHALLEN: Seguro que sí.
Las mascotas bostezaron y se acostaron a los pies de la cama.
Azalea sonrió, y tras coger papel y una pluma de tinta, se sentó en el sillón que daba a la ventana y comenzó a escribir una carta para sus padres, diciéndoles que vinieran a visitarla cuanto antes porque anhelaba verlos, abrazarlos y contarles sus buenas noticias.
Las noticias de que quería ser una nueva Azalea y perdonar los errores de su padre.
Miró el cielo estrellado y sonrió.
Apoyado en la puerta, Challen no podía apartar la mirada de su princesa.
Era dolorosamente bella, y le encantaba ver que siempre miraba más allá de las nubes y las estrellas.
Se moría de ganas por probar de nuevo sus labios y de acariciar su suave cabello…
Azalea lo miró y él se sonrojó.
AZALEA: Disculpa por haberte ignorado en este ratito. Estaba escribiendo una carta para mis padres.
CHALLEN: No os preocupéis, Alteza. Me gusta miraros.
Sonrojada, la chica guardó dicha carta en un sobre y lo dejó en el tocador.
Entonces fue consciente de la presencia de hombre que emanaba el cuerpo de su caballero.
AZALEA: ¿No…tienes sueño?
CHALLEN: No, Alteza. ¿Y vos?
AZALEA: Bueno…un poco… (///)
CHALLEN: Entonces descansad. Mañana tenéis clases además de la fiesta de cumpleaños.
AZALEA: Oh, cierto… Ehm… Buenas noches, Challen.
CHALLEN: Buenas noches, princesa.
Abrió la puerta con suavidad, pero no salió, más se volteó para mirarla una vez más, y la vio clavada en el suelo con la mirada perdida.
Sin decir nada, se acercó hasta tenerla frente a él y le levantó el rostro con la mano.
Sus ojos se encontraron y el corazón de Azalea se aceleró.
Oh, Dios… ¿Iba a besarla?
CHALLEN: ¿Estáis bien?
AZALEA: S-sí… (///)
CHALLEN: No me gusta veros tan seria.
AZALEA: Oh… ¿Lo estaba?
Intentó apartarse, pero impulsivamente Challen la abrazó y hundió el rostro en ese largo cabello para inhalar su fragancia a flores.
La princesa se puso tensa, pero intentó calmarse, ya que Challen era su fiel amigo y ángel de la guarda.
Jamás le haría daño ni le faltaría el respeto.
Soltó un tembloroso suspiro, por lo que el chico apretó el abrazo.
CHALLEN: Perdonadme, Alteza.
AZALEA: ¿Por…por qué?
CHALLEN: Por abrazaros sin vuestro permiso.
AZALEA: Para los abrazos no existe el permiso, Challen.
CHALLEN: Gracias.
La soltó muy despacio y la miró con una cálida sonrisa.
Sin saber por qué, los ojos de la joven se llenaron de lágrimas, y tras soltar otro suspiro, se atrevió a acariciar la mejilla del caballero.
Fue una caricia que logró romper las barreras del decoro y de la perseverancia.
Tragando saliva, Challen la tomó por la cintura y posó los labios en la suave mejilla de la chica, la cual cerró los ojos ante tan tierno gesto.
Pero pronto su respiración se agitó cuando dichos labios fueron repartiendo pequeños besos por su delicado mentón, acercándose peligrosamente a su rosada boca.
Apretó los puños y su mente recordó a Falon besándola.
AZALEA: Challen, por favor… (///)
CHALLEN: Sí, Alteza.
La soltó, le acarició el cabello y salió de la estancia.
Azalea había podido notar la expresión de tristeza del caballero antes de irse. Y no pudo evitar sentirse mal al rechazarlo una vez más.
Contó hasta tres y salió al pasillo, dónde Challe se alejaba a paso lento.
AZALEA: ¡Challen!
El joven se detuvo, respiró hondo y se volteó para mirarla con una sonrisa.
CHALLEN: ¿Sí?
AZALEA: Yo…
Challen se merecía todo su cariño.
Sin él, ella no habría podido salir adelante en más de una ocasión.
Y aun sabiendo lo que sentía por Falon, ahí estaba, a su lado, apoyándola…
Amándola en silencio.
AZALEA: Te quiero.
Tras mirarse durante largos segundos, Challen volvió a sonreír.
CHALLEN: Os amo, Alteza.
Le hizo una reverencia y siguió su camino hasta llegar a su habitación y cerrar la puerta.
La princesa soltó el primer sollozo y se adentró en su estancia antes de que alguien la oyera llorar.
Y ninguno de los dos se había dado cuenta de que Falon los había estado observando desde detrás de la alta estatua de bronce que descansaba al final del pasillo.
Apretaba los dientes con tanta fuerza que le dolían las sienes.
“Te quiero”. “Os amo, Alteza”.
Esas dos frases le rasgaron el alma.
Sentía unas ganas locas de golpear a Challen y de estrangular a Azalea.
La muy condenada seguía llena de dudas.
Se pasó las dos manos por el rostro y gruñó.
No podía seguir así. No podía seguir soportando que su amada estuviera entre la espada y la pared.
Sus fuerzas y su paciencia ya estaban llegando al límite.
Tenía que hacer algo para que Azalea reaccionase de una maldita vez.
________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
SweeT PrincesS- Mensajes : 124
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Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 19
Oh rayos... Falon y sus planes *niega* siempre se las manda *sigue negando* espero que no se mande alguna muy grande como.... matar a Challen o algo así XD Y am pues... maldito Shaner, digo, Tedra podrá ser una bruja de a ratos pero no es razón para que la trate así e.e la pobre está sufriendo por amor, en sima que ella le entrego todo *tic* maldito e.e ... Pero bueno, tendré que esperar al próximo capítulo para ver que pasa con esta gente xD y a ver que le dice Cerith al viejo ese sobre Frey O.O
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Katherina Kusanovic- ADMIN
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Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 19
Oh Challen, siempre tan comprensivo,lindo y tierno.
Jajajajajajajaja Tedra, patadon que le plantaron el la espalda xD y pobresito monje, cuando se entere va a sufrir u.u
Jajajajajajajaja Tedra, patadon que le plantaron el la espalda xD y pobresito monje, cuando se entere va a sufrir u.u
~Shia~- Mensajes : 332
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