Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 22

por SweeT PrincesS Miér Dic 18, 2013 10:25 am

CAPÍTULO 22

"Te Amo"

PARTE 3 (FINAL)

Tedra alzó el rostro hacia el cielo y el sol entibió agradablemente su piel.
Hoy sería un día bastante triste, por eso se dedicaría a cuidar de Shaner en todo momento.
Escuchó pasos y lo vio acercarse a paso firme.
Oh, Dios… Era tan guapo…
Por su parte, Shaner sintió que se le desbocaba el corazón al verla esperándolo, con ese vestido azul pálido tan bonito…con su brillante mirada fija en él…con ese hermoso cabello recogido en lo alto de la cabeza con una corona de zafiros…
Pronto el deseo se adueñó de su mente y cuerpo.

TEDRA: Buenos días.
SHANER: Hola, Alteza.

Con la misma seriedad de siempre, el chico abrió la puertita del carruaje y ayudó a la princesa a subir en él. Luego se acomodó a su lado y observó por la ventanilla en completo silencio.
Su cuerpo en tensión lo incomodaba bastante, pero es que la belleza y el aroma de esa mujer le nublaban los sentidos.

TEDRA: ¿Te sientes bien?
SHANER: Sí.
TEDRA: ¿Cómo van tus heridas?
SHANER: Mucho mejor.

Tedra sonrió y se prometió a sí misma que muy pronto su guerrero recuperaría su ojo perdido.
Tras varias horas de viaje sin haber conversado, al fin llegaron al templo.
En cuanto la carroza se detuvo, él y ella se apearon enseguida y caminaron hacia la entrada del susodicho templo, dónde un joven monje los saludó con la mano.

SHANER: ¿Dónde está?
MONJE: En su estancia.

Se adentraron en el templo y Tedra caminó aceleradamente tras Shaner, el cual iba demasiado deprisa.
Claro… Debía estar muy preocupado.
Ojalá su presencia le diera apoyo y ánimos en este momento tan crucial.
Shaner se detuvo en seco frente a una puerta y ella chocó con su fuerte espalda.

TEDRA: ¡Ay! >_<
SHANER: Alteza… (volteándose hacia ella)
TEDRA: Estoy bien. Ahora entra y quédate con él todo el tiempo que necesites. Te estaré esperando aquí fuera.
SHANER: Gracias.

Sin más palabra, el joven capitán entró en la estancia y el pasillo quedó en absoluto silencio.
Tedra se apoyó en la pared y suspiró.
Rezaría para que los dioses ayudasen a que ese pobre monje se recuperase.
El joven monje de antes se le acercó con timidez.

MONJE: Alteza, ¿queréis pasar a la sala y tomar un té?
TEDRA: No, gracias. Prefiero esperar aquí a Shaner.

El monje le hizo una reverencia y se marchó.
Lo único que quería Tedra era estar ahí en cuanto su guerrero saliera para brindarle su apoyo incondicional.
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Después de clase, Azalea se reunió con sus amigos y mascotas en el jardín, incluida Cerith, para disfrutar del famoso picnic bajo el sol.
Ella los miraba en silencio mientras conversaban, comían y reían, sintiéndose muy nerviosa con la noticia que soltaría en breve.
Solo tenía que esperar a que llegase el mejor momento…
Vieron que se acercaba Dalden; Cerith también se puso nerviosa.

DALDEN: Buenos días a todos.
LILLY: Buenos días, emperador.
AZALEA Y AIKA: Hola.
DALDEN: Parece muy interesante este picnic, y me quedaría, pero tengo que hablar con Cerith.

Se hizo el silencio. Cerith se sonrojó y Dalden decidió actuar, ya que esa tímida chica no reaccionaría por su cuenta.
La tomó del brazo, la incorporó del suelo y se la llevó sin más. Los demás cuchichearon a su antojo.

LILLY: Quién hubiera imaginado que Dalden te dejaría en paz, princesa.
AZALEA: Lo sé.
AIKA: Jamás pensé que se fijaría en alguien tan tímida y reservada como la señorita Cerith.

De nuevo iniciaron una conversación trivial y entonces fue cuando Azalea se atrevió a confesar su secreto.

AZALEA: Chicos…tengo que deciros algo muy importante…
LILLY: ¿De qué se trata?
AIKA: ¿No será de nuevo una separación entre Falon y tú? (¬ ¬)
AZALEA: No, no. No quiero más dolores de cabeza.
AIKA: ¿Entonces?
AZALEA: Bueno, yo…

Agachó el rostro y jugueteó con el lazo del uniforme estudiantil.
Todavía no podía creer que dentro de ella estuviera creciendo una personita, por eso le costaba tanto hablar de ello.

LILLY: ¿Y bien?
AZALEA: Estoy…embarazada.

De nuevo se hizo el silencio.
Tanto sus amigos como sus mascotas abrieron los ojos como platos y la princesa tuvo que sonreír.

AIKA: ¿E-es en serio?
AZALEA: Sí.
LILLY: ¿Lo sabe el príncipe Falon?
AZALEA: Por supuesto.
LILLY: ¿Y qué opina?
AZALEA: Está muy feliz; cómo yo. n_n
LENOIC: Fe-felicidades, prin-princesa.
AZALEA: Gracias, Lenoic.
KUPÓ: ¡Vamos a tener un hermanito, kupó!
MOG: ¡O una hermanita!

Aika y Lilly abrazaron a Azalea y todos se echaron a reír por la alegre noticia.
Muy pronto nacería el heredero a la corona de Ciudad Krystán.
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Cuando la puerta que había frente a Tedra se abrió, Shaner la miró con los ojos apagados por la tristeza y la mandíbula apretada por la rabia.
Verlo así provocó una profunda desesperación en ella; dio un paso al frente.

TEDRA: Shaner…
SHANER: No hay cura.
TEDRA: Oh… Lo siento, yo…
SHANER: Voy a maldecir a los dioses toda la vida.

Dicho eso, salió a grandes zancadas del templo y Tedra no dudó en seguirlo.
Parecía furioso…con ganas de matar a alguien.
Aceleró el paso para no quedarse atrás y lo vio llegar a la fuente de agua para luego sacar la espada y comenzar a cortar los bonitos arbustos en flor que decoraban ese jardín.
Tedra no soportaba verlo así, ¿pero qué podía hacer ella para detenerlo sin sufrir daños físicos en el intento?
Con el corazón encogido, permitió que se desahogara hasta terminar de destrozar gran parte del decorado.
Shaner se sentó en una banca de piedra, temblando de furia e impotencia.
Entonces ella se atrevió a sentarse a su lado para luego poner su delicada mano sobre ese fuerte hombro en gesto de apoyo y cariño.

SHANER: Malditos dioses y malditos sus caprichos…
TEDRA: No los maldigas, Shaner.
SHANER: ¡Cómo no hacerlo cuando quieren quitarme al hombre que me enseñó a superar mis dolores y a luchar como un guerrero! ¿Acaso no tuvieron suficiente con arrebatarme a mis padres y a las personas que me acogieron después?

Escuchar esas palabras llenas de amargura y agonía hizo que las mejillas de la princesa se llenasen de lágrimas.
¿Cómo podía consolar a su amado cuando ella misma estaba a punto de derrumbarse?

SHANER: Jamás volveré a guardar tributo a los dioses.
TEDRA: Nuestros destinos están escritos en el Libro de la Vida y…
SHANER: Ellos lo escribieron, ¿no? Es lo mismo.

Dicho eso, soltó la espada y se pasó las manos por el cabello en un gesto de desesperación.
Ella le acariciaba distraídamente el brazo, deleitándose en los marcados músculos y en el relieve de sus venas.
Poco a poco, el joven capitán fue calmando su furia, pero no su dolor y tristeza.
Necesitaba estar solo un rato…¿pero cómo decírselo a esa doncella sin herir sus sentimientos?
Se volteó hacia ella para mirarla, y al verla llorar, se puso peor de lo que ya estaba.

TEDRA: Lo siento mucho, Shaner. Sé que quieres estar solo, así que me marcharé ahora. Si me necesitas, búscame. No lo dudes.

Le sonrió entre lágrimas, le besó la mejilla y comenzó a alejarse, dejándolo extasiado y confundido.
¿Desde cuándo esa rebelde jovencita había aprendido a conocerlo tan bien?
Se la veía tan frágil y pequeña…
Inexplicablemente por qué, quería seguirla y abrazarla, pero…no. No debía darle alas a sus sentimientos. Lo mejor sería estar solo y meditar mucho, pues su maestro y monje le había entregado la custodia del templo para que se encargara de cuidarlo.
Una responsabilidad que sería difícil de realizar.
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Ya anochecía cuando Tedra terminó de cenar, agradeció su hospitalidad a los monjes y salió al pasillo que conducía a su asignada habitación.
Llevaba horas a solas, sin ver a Shaner, sin saber de él.
¿Cómo seguiría? ¿Igual o peor?
Suspiró y se desvió hacia la salida trasera del templo para salir al jardín, dónde los monjes se habían encargado de recoger los bonitos arbustos destrozados unas horas antes. La pequeña farola que colgaba de un árbol iluminaba el agua de la fuente, arrancándole destellos plateados. Se sentó en el murito de piedra e intentó relajarse.
Sentía el cuerpo cansado, pero no tenía sueño. Anhelaba salir de esta atmósfera triste y oscura. Necesitaba estar en Aion, rodeada de Cerith, de Falon y de sus nuevos amigos.
Oh, vaya…
Se sorprendió bastante con el hecho de haber pensado positivamente en Azalea y en los demás.
Escuchó pasos y se levantó de inmediato. Era Shaner.
Por todos los dioses…
Se lo veía peor de lo que había estado esta mañana.

TEDRA: Shaner…

Con un gruñido, el guerrero se acercó a ella y la abrazó con tanta fuerza que temió romperla. Pero no podía controlarse. Necesitaba tocarla, sentirla, olerla… Solo ella podía darle la paz que ansiaba tener.

SHANER: Ayudadme a olvidar.

Esa petición fue suficiente para que el fuego estallase dentro de Tedra.
Le devolvió el abrazo, apretándose deliciosamente contra él, besándole con ternura el cuello y el hombro.

TEDRA: Tienes todo mi apoyo, Shaner.

No. Shaner no quería este delicado consuelo. Necesitaba algo más fuerte para poder liberar toda la furia que lo consumía.
Gruñó de nuevo, hundió una mano en el cabello de la chica y tiró de ella hacia atrás para que lo mirase.

SHANER: Tedra…

El corazón femenino se desbocó como siempre le sucedía cuando lo oía pronunciar su nombre. Pero hoy era diferente… Hoy no lo había pronunciado con censura o enojo, sino con…

TEDRA: Dímelo, Shaner. Dime qué necesitas.
SHANER: A vos, maldita sea. Os necesito a vos.

Una cálida sensación de emoción y ternura se expandió por todo el cuerpo de Tedra.
Era lo más bonito que Shaner le había dicho desde que se conocían…
Quiso sonreír y decirle que ella también lo necesitaba a él, pero el guerrero comenzó a devorarle la boca mientras que sus toscas manos intentaban rasgar el bonito vestido azul pálido.
Oh, sí… Tedra se dejó llevar. Al fin Shaner la haría suya sin la necesidad de ofrecérsele ella misma. La estaba tomando por su propia voluntad. Porque la deseaba. ¡Porque la necesitaba!
Sintió cómo el vestido se deslizaba por su cuerpo y caía alrededor de sus pies. Entonces comenzó a desabotonar la camisa del chico, y sin dejar de ser besada, se la quitó y disfrutó al máximo mientras acariciaba ese pecho musculoso y fuerte.
Shaner estaba siendo demasiado brusco, pero no tenía miedo. Debía aprovechar esta maravillosa oportunidad en la que él la había buscado porque la necesitaba.
El joven capitán rompió el beso tan solo para acostarla sobre la suave hierba y acomodarse encima de su delicado cuerpo.
Se miraron durante lo que pareció una eternidad hasta que ella se ahogó en la profundidad de esos ojos.

TEDRA: Te amo, Shaner.
SHANER: ¿Por qué? No he hecho nada para merecer este amor.
TEDRA: No importa; yo te amo. Y quiero seguir amándote por el resto de mis días.

Shaner gimió y volvió a besarla con demasiada brusquedad.
En estos momentos no quería pensar en nada que no fuera en sumergirse en el amor que la chica le profesaba.
Con una mano le separó las piernas y se adentró en su interior con una sola embestida.
Le hizo el amor con una pasión arrolladora, con un frenesí desesperado y con unas ansias locas y ardientes.
Y la princesa se entregó sin tapujos ni miedos, dándole todo su amor con cada beso, caricia y suspiro…
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TO BE CONTINUED...