Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 11

por SweeT PrincesS Mar Sep 25, 2012 7:55 am

"Unidos...Representa La Fuerza"

PARTE 2

Por esas mismas montañas nevadas, caminaban los Cazadores de Bestias junto a Shaner y a Challen.
Y al fin pudieron llegar a la solitaria mansión que había en ese lugar.
Shaner tocó a la puerta con tanta fuerza que le dolieron los nudillos a causa del frio.
Pero nadie acudía a abrir.

SHANER: Maldita sea… ¿Por qué no abren si tienen las luces encendidas?
CHALLEN: Quizá duermen así.
SHANER: Los dueños de este hogar tendrán que disculparme, pero tengo que hacerlo o moriremos congelados.

Tras decir eso, dio una fuerte patada a la puerta y la abrió con un agudo estruendo.
Entonces los seis entraron y suspiraron con alivio al sentir el calor de esa gran sala.
Sin poderlo evitar mucho más, Zannaleah se debilitó y estuvo a punto de caer al suelo, pero Frey la cogió a tiempo.

FREY: Zanna…
ZANNA: Estoy bien. Solo es cansancio…
FREY: Siéntate en ese sofá.
ZANNA: No, Frey. Estamos en casa ajena.
FREY: De todos modos, siéntate.

La obligó a sentarse y de reojo miró a Challen, el cual parecía incómodo cada vez que él y Zannaleah estaban juntos.
Frey sabía que por la forma en que el joven caballero la miraba, seguía sintiendo algo por ella.
Y a pesar de que no tenía nada en contra de ese muchacho, debía ir con cuidado hasta que Zannaleah decidiera qué hacer con los dos.
De pronto oyeron pasos y apareció un anciano con cara de sueño.

ANCIANO: ¿Quiénes sois vosotros? ¿Quién os ha dado permiso para entrar?
FREY: Lo sentimos mucho, señor. Pero estábamos perdidos y muertos de frio. No teníamos a dónde ir.
SHANER: Le pido disculpas por abrir la puerta de ese modo, pero nadie respondía a las llamadas.
ANCIANO: Son altas horas de la madrugada, muchacho.
FREY: Sí, lo sentimos por eso también. ¿Podemos quedarnos unas horas aquí?
ANCIANO: Claro, por supuesto. ¿Pero cómo habéis llegado hasta mi hogar? Queda muy lejos de la ciudad.
FREY: No lo sabemos, señor. Solo seguimos el único camino que había. ¿Podría decirme quién es el rey de esta nación?
FURY: ¿Por qué carajos preguntas eso?
FREY: Para saber en qué siglo estamos, Fury.
ANCIANO: Nuestro rey es Ancor, muchacho.
FREY: Entonces nos encontramos en Ciudad Aion.
ANCIANO: Así es.
FREY: Eso quiere decir que no hemos viajado en el tiempo. Simplemente hemos cambiado de lugar.

El hombre los miró sin entender nada, pero pronto les ofreció una habitación para los cuatro chicos y otra para las dos chicas.
Pudieron quitarse la ropa mojada y ponerla a secar frente al fuego que ardía en la chimenea de tierra que había en cada estancia.
Zannaleah se dejó caer en la cama y respiró hondo.
Moira se sentó en la otra y bostezó.

MOIRA: Me siento en el cielo. ¿Y tú?
ZANNA: Sí.
MOIRA: ¿Estás mejor?
ZANNA: Más o menos.

Alguien tocó a la puerta y ellas dos se cubrieron el cuerpo con las sábanas de la cama creyendo que serían los chicos.

MOIRA: Adelante.

Entró una sirvienta con una bandeja llena de comida, la cual fue depositada sobre la mesita.
En cuanto la sirvienta se fue, Moira metió mano a la comida para saciar el hambre.
Pero Zannaleah ni se movió de la cama.

MOIRA: ¿No tienes apetito?
ZANNA: No mucho.
MOIRA: ¿De verdad estás bien?

Zanna cerró los ojos y suspiró en silenciosa respuesta.
No. No estaba bien.
Desde la aparición de Challen, nada iba bien.
Tampoco sabía qué hacer.
Con todo lo que estaba sucediendo, no tenía oportunidad de hablar con él.
Y Frey… Frey estaba tan distante con ella…
Notó que Moira se sentaba a su lado.

MOIRA: Necesitas hablar, ¿verdad?
ZANNA: Estoy tan confundida…
MOIRA: Es comprensible.
ZANNA: Sé lo que siento por Frey, pero…algo dentro de mí desea que vuelva con Challen.

Al decir eso se sonrojó, ya que había pasado tanto tiempo tras la separación que se le hacía incómodo hablar de amor y compromiso.
Moira terminó de comerse la ensalada y tomó un sorbo de agua.

MOIRA: En estos cinco años, ¿Frey te ha besado?
ZANNA: Bueno…sí. (///)
MOIRA: ¿Qué has sentido?
ZANNA: Pues…ternura…mariposas en el estómago…la sensación de estar volando…
MOIRA: ¿Y qué te hicieron sentir los besos de Challen en el pasado?
ZANNA: Pues…pues…

Su mente registró los antiguos recuerdos de aquellos dulces besos entre ella y Challen y…y…
Se tapó la cara con la almohada y suspiró con frustración.

ZANNA: Dios… No recuerdo aquellas sensaciones.
MOIRA: Es lógico. Apenas erais unos niños.
ZANNA: Pero era amor de verdad…
MOIRA: No lo dudo. Pero la separación y el tiempo lo fue enfriando todo, haciendo que los momentos vividos en aquel entonces junto con los recuerdos se tornasen borrosos.
ZANNA: Y ahora…ahora…
MOIRA: Ahora que lo tuviste frente a ti sentiste que renacía ese bonito sentimiento que creías haber borrado con el tiempo. Pero Frey está ahora en tu vida y por eso estás tan confusa.

Zannaleah apartó la almohada y miró a su amiga, parpadeando.
Moira tenía la mirada perdida pero sabía muy bien lo que estaba diciendo.

ZANNA: Gracias por…entenderme.
MOIRA: De nada.
ZANNA: ¿Estás bien?
MOIRA: Sí.
ZANNA: ¿Por qué te has puesto tan seria?
MOIRA: Porque a mí me sucede lo mismo.
ZANNA: ¿Qué?
MOIRA: Mi deber y mi misión me alejaron del hombre al que siempre he amado…y amaré.
ZANNA: ¿Fury?

Oír ese nombre hizo que Moira se pusiera triste, así que Zannaleah se sentó a su lado y le tomó la mano con cariño.

ZANNA: Veo que tú también necesitas hablar.
MOIRA: No es nada…
ZANNA: Qué más da. Cuéntamelo. Sácalo de tu pecho.
MOIRA: Lo mío no tiene arreglo. Lo tuyo sí.
ZANNA: Lo dudo, amiga. No quisiera hacerle daño a ninguno de los dos.
MOIRA: ¿Y qué pasa contigo? ¿Estás dispuesta a lastimarte a ti misma?
ZANNA: Tal vez sí.
MOIRA: Entonces te alejarás de los dos.
ZANNA: ¿Qué?

Se imaginó separándose de Frey y sintió una fuerte presión en el pecho.
Se había acostumbrado tanto a él que no podría apartarse más de tres días de su lado.
Entonces se imaginó separándose de Challen y no sintió nada, ya que se había familiarizado a estar sin él en estos cinco largos años.
¿Pero por qué sentía miedo al pensar en no volver a verlo nunca más?

MOIRA: ¿Y bien?
ZANNA: Creo que lo mejor será ser solamente amiga de los dos hasta que mi corazón se aclare.
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La tormenta de nieve era tan fuerte que a los cinco jóvenes les costaba seguir caminando entre esas montañas por no mencionar el frio que les iba paralizando poco a poco el cuerpo.
Las lágrimas de Tedra se convertían en finas láminas de hielo que se pegaban a sus enrojecidas mejillas.
Cerith estaba tan pálida y helada que apenas podía mover los músculos de la cara.
Y Azalea…ya no pudo aguantar más y se desplomó en el suelo.
Los demás se detuvieron y la miraron con miedo al creerla muerta, ya que tenía los labios morados.
Falon se arrodilló a su lado y la zarandeó para despertarla, pero la chica estaba demasiado rígida.
Con un terror agonizante, la cogió en brazos e intentó darle calor a su cuerpo con el suyo.
Pero de poco serviría, puesto que él también estaba ya muy frio.

FALON: Sigamos caminando.

El aire húmedo les impedía mirar hacia adelante. Y a los pocos metros, Tedra fue la segunda en caer inconsciente sobre la nieve.
Con los dientes apretados, Dalden la cogió en brazos y siguieron con la marcha.
Cerith se agarró al brazo de Falon y sacó fuerzas de donde ya no quedaban.
El príncipe sintió cómo volvía a sangrar la herida de su pecho y se le empapaba el vendaje.
Pero no se detendría. No descansaría hasta llegar a la mansión y evitar que Azalea, Tedra y Cerith murieran congeladas.
Por todos los demonios…
Se culpaba por esta situación, ya que él fue quien insistió en viajar en el tiempo.
Ver a su hermana y a Azalea inconscientes y en peligro lo aterraba sobremanera.
Por el momento Cerith lo soportaba bien, pero sabía que pronto también caería.
El viento se hizo tan fuerte que tuvieron que detenerse y hacer equilibrio para no ser derribados.
Los fríos copos de nieve golpeaban sus rostros con crueldad.
Ya no sentían los pies ni las manos. El cabello lo tenían lleno de escarcha.
Iban a morir congelados.
Pensar en su final hizo que todos los recuerdos de su amor por Azalea renacieran de nuevo.
La sentía tan fría y rígida que quiso gritar para que los dioses oyeran su dolor.
La abrazó con más fuerza y miró hacia adelante.
La mansión estaba cerca. Ya quedaba poco. No debían rendirse aun.
Miró a Dalden, el cual apretaba contra su pecho a Tedra.

FALON: Dalden.
DALDEN: ¿Qué?
FALON: Debemos seguir adelante. Luchemos por nuestras vidas.
DALDEN: No creo poder moverme. Al habernos detenido, las piernas ya no me responden.
FALON: Haz un esfuerzo, maldita sea. Eres un guerrero.
DALDEN: Nadie podrá jamás vencer a la Madre Naturaleza.
FALON: Está bien. No ganaremos la guerra, pero sí ganaremos esta batalla.

Dicho eso, abrazó con más fuerza a Azalea, miró a Cerith para darle ánimos y reanudó la caminata.
Y se dio cuenta de que Dalden no se movía, pero Falon no quiso detenerse ni mirar atrás.
Para peor, notó que Cerith iba cayendo poco a poco.
Todo estaba saliendo mal.
La herida le escocía horrores. Los músculos le dolían de tan agarrotados que estaban. Las fuerzas lo abandonaban…
Tropezó y cayó de rodillas al suelo, sin soltar a Azalea.
Miró al cielo y soltó un grito cargado de impotencia y furia.
Nada podía hacer por su hermana ni por los demás.
Estaba completamente solo.
Miró a la princesa y la vio tan serena y hermosa a pesar de su palidez que no pudo evitar llenarse de una dolorosa ternura.
¿Por qué todo tenía que terminar así? ¿Por qué los dioses lo castigaban con tanta crueldad?
Una ráfaga de viento lo derribó de espaldas al suelo y Azalea cayó a su lado.
Con ese golpe, la princesa reaccionó y gimió, abriendo los ojos.
Lo primero que vio fue un cielo completamente blanco, soltando grandes y gruesos copos de nieve que caían sobre ella.
Estaba tan embotada que apenas recordó lo que estaba ocurriendo.
Notó un movimiento a su lado y giró lentamente la cara para encontrarse a Falon tumbado a su lado y mirándola fijamente.

AZALEA: ¿Hemos…llegado?
FALON: No.

Los ojos cargados de frustración del príncipe sirvieron para hacerle entender que todo estaba perdido.

FALON: Lo siento.

El corazón de Azalea se aceleró a pesar de tenerlo tan débil.
¿Quizá iba a pedirle perdón por haberla abandonado?

AZALEA: ¿Por qué?
FALON: Por toda esta situación. Es culpa mía.

La princesa cerró los ojos e intentó no reflejar la decepción que le causaron esas palabras.
Falon jamás se arrepentiría de haberla dejado. Jamás volvería con ella.
Intentó moverse pero el cuerpo no le respondía.
Poco a poco estaban siendo enterrados por la nieve que caía con tanta fuerza.
Al parecer, ese era el final de todos ellos: morir congelados en otro siglo y sin haber salvado Aion de la destrucción.
Ni siquiera había podido despedirse de sus padres, de sus mascotas, de Lilly y de Challen…
Y para peor…moriría sin haber conseguido el perdón de Falon.
Abrió los ojos y vio que seguía mirándola, así que con muchos esfuerzos, logró estirar el brazo para enlazar su mano con la de él.
Falon se puso tenso, pero no apartó la mano.
Ese pequeño contacto…en esa horrible situación…era lo mejor que podía tener en ese crucial momento.
Estuvieron así, mirándose en silencio hasta que la nieve cubrió por completo sus cuerpos, sin llegar a los rostros.

AZALEA: A pesar del odio de todos nosotros…seguimos juntos. Porque unidos hacemos la fuerza.
FALON: …
AZALEA: Te pido perdón de nuevo por mi…engaño. Mi alma te seguirá allá a dónde vaya la tuya, porque…
FALON: No lo digas.
AZALEA: …te sigo amando.

Falon cerró los ojos con agonía.
A pesar de estar congelado, el pecho se le llenó de tanta calidez que creyó que conseguiría derretir la nieve.

AZALEA: Te amo, Falon.

Era la mejor manera de morir, con la última imagen del bello rostro de su princesa y sabiendo que aun lo amaba.
Ahora sí, ya era hora de dormir para siempre.
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TO BE CONTINUED...

por **Katherina Kusanovic** Mar Sep 25, 2012 9:34 am

Noo!! Falon! Dile a Azalea que también la amas y luego muere!!! Demo!!! Que triste TT.TT cerith y los otros quedaron por el camino D: que mala rachaaa u.u

por **~Shia~** Mar Sep 25, 2012 5:34 pm

TT-TT que triste,al menos Challen ya está a salvo,pero que lastima que Zanna ya no lo ame como antes u.u

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