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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 12
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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 12:
"Sentimientos A Flor De Piel"
Cuando Tedra llegó al comedor, lo primero que hizo fue mirar con desdén a Shaner, el cual arqueó una ceja y siguió comiendo con normalidad.
Pronto ella se acercó y se sentó para comer también.
Luego apareció Cerith, que al ver a su amiga, sonrió con alivio y se sentó para saciar el hambre.
En cuanto terminaron de comer, los Cazadores de Bestias volvieron a encerrarse en la habitación para planear el próximo salto en el tiempo.
Pero Zannaleah poco pudo concentrarse, ya que su mente estaba solo pendiente de Challen.
Y Frey lo sabía, y también le dolía, pero intentaba disimular para no incomodarla.
Le daría el tiempo necesario para que tomara sus decisiones.
Por otro lado, Tedra y Cerith se reunieron en uno de los sofás de ese mismo comedor para conversar bajo la atenta mirada del capitán Shaner.
TEDRA: Como siga mirando hacia aquí le escupiré en el único ojo que le queda.
CERITH: ¿Por qué estás tan arisca con él?
TEDRA: No es educación que un vulgar guerrero deje hablando sola a una princesa real.
CERITH: ¿Eso te hizo?
TEDRA: Ajá.
CERITH: A pesar de haber decidido no seguir intentando tener su atención, todavía te afectan sus rechazos.
TEDRA: ¿Estás hablando con ironía? (¬ ¬)
CERITH: No te enfades, amiga. No me gusta verte persiguiendo algo que no tendrás.
TEDRA: Gracias por tu apoyo.
CERITH: Tedra…
TEDRA: Está bien. Tienes razón. Es inútil seguir con eso. Pero cuanto más me rechaza, más ganas me dan de ganar. Es contradictorio, lo sé.
Se cruzó de brazos e hizo un puchero de frustración.
Para distraerla, Cerith cambió radicalmente de tema.
Quizá con el tiempo, Tedra dejaría de querer tener todo lo que se le antojaba como capricho.
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Azalea al fin despertó, y a pesar de que aun tenía fiebre, se sentía de maravilla.
Sonrió y se desperezó cuan largo era su delicado cuerpo.
Se levantó de la cama y caminó muy despacio hasta la silla en la que descansaba su vestido, el cual cogió y se lo puso.
Tras ponerse los zapatitos, se miró en el pequeño espejo y se sorprendió al ver que tenía muy buena cara después de todo.
Se la veía bastante hermosa, así que respiró hondo y salió de la estancia, sonriendo todo el tiempo, feliz de saber que Falon la amaba.
Los recuerdos de la forma en la que le había hecho el amor todavía le erizaban la piel.
¿Cómo reaccionaría al verla? ¿Sonreiría como siempre lo había hecho en los mejores momentos que vivieron?
Oyó que se abría una puerta en ese pasillo y se volteó para mirar.
Era la primera vez que recibía el impacto del parecido que esa chica tenía con ella.
Zannaleah la miraba con el mismo asombro.
Entonces se abrió otra puerta y apareció Challen, que al ver a una y a otra, se quedó bloqueado.
Por todos los dioses…
Si no fuera por el distinto color de cabello, cualquiera diría que eran gemelas.
Pero lo peor no era ese parecido…sino la horrible sensación de tenerlas a las dos juntas cerca de él.
¿Qué podía decir o hacer?
Al ser Azalea una princesa y él su caballero personal, debía saludarla primero a ella, ¿verdad?
Dio un paso hacia su princesa, pero la voz de Zannaleah lo detuvo en seco.
ZANNA: Challen.
El chico se puso tenso y Azalea parpadeó, confundida.
¿Por qué parecía que Challen se debatía entre salir corriendo o esconderse en la habitación? ¿Tan incómodo se sentía ante la presencia de su prometida?
ZANNA: ¿Podemos hablar?
Entonces él miró a Azalea, esperando que le diera permiso, pero la princesa le sonrió y Challen se sintió desfallecer.
AZALEA: ¿Cómo estás, Challen?
CHALLEN: Bi-bien, Alteza. ¿Y vos?
AZALEA: Mucho mejor. Hola, Zannaleah.
Esa vez, fue Zanna quien parpadeó.
Le estaba hablando la princesa de Krystán, así que le hizo una reverencia, sintiéndose un poco avergonzada.
ZANNA: Hola, princesa. Espero que os encontréis saludable después de lo ocurrido.
AZALEA: Estoy muy bien. Y todo gracias al amor. ¿Dónde está el comedor?
ZANNA: Justo ahí, Alteza. (Señalando)
AZALEA: Gracias.
Les sonrió y se fue, dejándolos solos.
Entonces Zannaleah decidió acercarse un poco más a Challen, llena de nervios.
Tenía que romper el hielo…
ZANNA: Qué buena es…tu princesa.
CHALLEN: Ehm…sí.
ZANNA: ¿Dónde…quieres que hablemos?
CHALLEN: Donde gustes.
ZANNA: ¿En…tu habitación?
Se sonrojó violentamente al preguntar eso.
Y Challen desvió la mirada, incómodo.
ZANNA: E-es que en la mía están mis compañeros.
CHALLEN: De acuerdo.
Challen abrió la puerta y la dejó pasar para luego entrar él y cerrar con suavidad.
Zannaleah se acercó a la ventana para mirar el paisaje y así darle la espalda.
¿Por dónde debía empezar?
Lo mejor sería no andarse con rodeos ya que ésta podría ser la última vez que tuvieran la oportunidad de hablar.
ZANNA: Frey está enamorado de mí.
El caballero se puso tenso al oírlo de su boca, pero pronto se relajó, pues ya lo había intuido desde el principio al ver en la forma que Frey la abrazaba.
ZANNA: Han pasado cinco años y…
CHALLEN: No te preocupes. Puedo entenderlo.
Ella contó hasta tres y se giró para mirarlo directamente a los ojos, con los puños apretados.
ZANNA: ¿Qué sientes por la princesa?
Esa pregunta lo pilló desprevenido.
¿Pero a qué venía eso?
Sentía respeto y admiración por Azalea…
Entonces recordó su cara llena de lágrimas y sus luminosas sonrisas.
Se le aceleró el corazón.
ZANNA: He visto cómo la miras y lo mucho que te entregas a ella cuidándola y protegiéndola.
CHALLEN: Es mi trabajo.
ZANNA: Hay algo más.
CHALLEN: ¿Adónde quieres llegar con todo esto?
ZANNA: Quiero saber si me has…olvidado.
CHALLEN: No. Pero ya nada es lo mismo.
ZANNA: Lo sé.
CHALLEN: ¿Y tú? ¿Me has olvidado?
ZANNA: No. Yo…
CHALLEN: ¿Qué sientes por Frey?
ZANNA: Le quiero, pero…
Tragó saliva y dio otro paso más hacia él, provocando que Challen volviera a ponerse tenso.
ZANNA: Pero necesito que me beses.
Los ojos del caballero se abrieron como platos.
¿Había escuchado mal o le costaba entender?
Impulsivamente, retrocedió un paso.
CHALLEN: ¿Qué?
ZANNA: Necesito comprobar por quién siento más.
CHALLEN: ¿Y con un beso podrás saberlo?
ZANNA: Sí…
Esta vez fue él quien tragó saliva.
Zannaleah terminó de acercarse del todo y su aroma a fruta lo envolvió por completo.
Poco a poco, el rostro de la chica iba acercándose al del caballero, haciendo que sus corazones latieran al unísono.
Sus alientos se mezclaron. Sus respiraciones se agitaron.
Zannaleah ya tenía los ojos cerrados y los labios ofrecidos.
Dios… Se parecía tanto a su princesa…
Eran igual de bellas.
Pero el aroma era muy distinto… La altura también.
Incluso él se sentía diferente.
Antes de que sus labios se unieran, Challen la cogió del brazo y la apartó.
CHALLEN: No puedo. Lo siento.
Dicho eso, se fue lo más rápido posible, dejándola sola y rota.
Ya no había duda.
Su prometido se había enamorado de la princesa de Krystán.
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Cuando Azalea llegó al comedor, solo vio a los dueños de la mansión sentados en la mesa junto a Dalden y a Shaner.
Tedra y Cerith estaban más allá, acomodadas en el sofá.
Pero no había ni rastro de Falon, así que se sentó en la mesa y dio las gracias a los señores por permitirles estar en su hogar.
Entonces miró a Dalden, el cual parecía incómodo.
AZALEA: ¿Cómo estás, Dalden?
DALDEN: Bien. ¿Y tú?
AZALEA: Mucho mejor.
DALDEN: Me alegro de que hayas superado la hipotermia sin la ayuda del doctor.
AZALEA: ¿Acaso llegó?
DALDEN: Sí, pero Falon le dijo que ya no hacía falta, pues tú te estabas recuperando favorablemente.
AZALEA: Ah…
Sin poder evitarlo, Azalea se sonrojó al recordar lo sucedido entre ella y Falon.
Se había recuperado demasiado bien gracias a sus besos y caricias.
Se dio cuenta de que Tedra y Cerith la miraban de reojo mientras conversaban.
Era obvio que hablaban de ella. Pero no le importaba.
Estaba de tan buen humor que nada la afectaría.
En pocos minutos terminaría de comer, y Falon todavía no aparecía.
¿Quizá él ya había comido y ahora descansaba en su habitación?
Tenía que averiguarlo.
Se levantó y se encaminó hacia el pasillo que llevaba a las estancias con el corazón acelerado.
Siempre que se trataba de su amado, los sentimientos se ponían a flor de piel, igual que los nervios.
Arrugó sus delicadas cejas al ver que había varias puertas en dicho pasillo.
¿Cuál de todas sería la de Falon?
Tendría que investigar una por una.
Pero antes de que pudiera dar inicio a su investigación, alguien la cogió del brazo y le dio la vuelta bruscamente.
Eran Tedra y Cerith.
Lo que faltaba…
TEDRA: Estás buscando a mi hermano, ¿verdad?
AZALEA: Sí.
TEDRA: ¿Para qué?
AZALEA: No es asunto tuyo.
TEDRA: Claro que lo es. Soy su hermana…
AZALEA: …menor. Deja de meterte donde no te llaman. Suéltame.
TEDRA: Te felicito, princesa de Krystán. Conseguiste vengarte de mi hermano.
AZALEA: ¿Qué?
TEDRA: Sí, lo sé todo. Y por desgracia terminó enamorado de ti. Está bastante afectado, pero a mí poco me importa que seas la verdadera Azalea. Pues saber eso me da más ganas de destruirte.
AZALEA: ¿Y cómo piensas destruirme?
TEDRA: Muy pronto lo sabrás. Pero por ahora, aléjate de Falon.
AZALEA: Eso lo decidirá él.
TEDRA: Te odia más que nunca. No creo que quiera tener algo contigo ya.
AZALEA: Lo dudo, pues esta madrugada hicimos el amor.
Tedra se llenó de rabia.
Y Cerith de dolor.
Azalea sonrió, se soltó de la mano de su enemiga y siguió su camino, dejándolas plantadas en el suelo.
En cuanto encontró la estancia de Falon, entró y cerró la puerta con suavidad.
El príncipe yacía sentado en la orilla de la cama, con la cabeza apoyada en sus dos manos.
Se lo veía pensativo y…frustrado.
AZALEA: ¿Falon?
Esa dulce voz lo puso en alerta.
Pronto su aroma a flores lo envolvió y los recuerdos de su cuerpo desnudo entregándose a él le quemaron la mente.
Azalea dio un paso hacia adelante…
FALON: Quédate dónde estás.
Esa frialdad paralizó a la joven.
Presentía que nada iba bien.
Oh, Dios…
¿Estaría arrepentido de lo que había pasado entre ellos hacía tan solo unas horas?
AZALEA: ¿Por qué estás así?
Falon se levantó y se giró para mirarla de frente.
Fue un error verla.
Estaba preciosa… Le dolía mirarla.
Los recuerdos de la pasión compartida lo torturaban sobremanera.
FALON: Olvidas que te abandoné tras tu engaño y que te odio mucho más que antes.
Azalea recibió una puñalada en el alma, pero no se dejó vencer.
Lo miró con desafío y dolor.
AZALEA: Me hiciste el amor.
FALON: Creo que tuviste un sueño ya que delirabas de fiebre.
AZALEA: Tengo tus besos marcados en todo mi cuerpo.
El chico apretó los dientes.
Maldita fuera su propia pasión…
El deseo había sido tan fuerte que le había dejado toda la piel deliciosamente marcada.
Incluso él mismo se había marcado a fuego.
Si ella seguía mirándolo así, tan atrevida y hermosa, acabaría violándola ahí mismo.
Tenía que reparar el error cometido. Y para eso, debía usar la frialdad.
FALON: Yo no te hice el amor, princesa. Simplemente fue la ocasión perfecta para tener sexo. Me hubiera servido cualquier mujer, pero tú estabas tan dispuesta…
Azalea lo abofeteó.
Se sentía tan ofendida y ultrajada.
Con los ojos llorosos, retrocedió hasta chocar con la espalda en la puerta.
AZALEA: Tú también estuviste tan dispuesto. Jamás me habías hecho el amor de esa forma.
FALON: ¿Qué forma? Es la misma que he usado con todas las mujeres que han pasado por mis brazos desde que te abandoné.
Eso fue lo que terminó de hundirla.
Se llevó la mano a la boca para silenciar el sollozo que estaba a punto de salir.
Dios… Cómo dolían esas palabras…
Las imágenes de Falon haciéndoles a otras mujeres todo lo que le había hecho a ella le rompieron el corazón en miles de fragmentos.
Se sintió asqueada y cerró los ojos unos segundos.
Algo le decía que Falon solo quería lastimarla para vengarse.
Pero no le daría el gusto de verla destruida. Así que lo miró con una sonrisa irónica.
AZALEA: Bueno, almenos lo disfrutaste tanto como yo. Pero supongo que no volverás a tocarme, ya que tienes a más chicas por ahí… Yo procuraré poner mi atención en otro chico para probar otra clase de pasión que no sea la tuya.
Dicho eso, levantó la barbilla con orgullo y se fue, dejándolo petrificado y lleno de celos.
Y en cuanto pudo reaccionar, lo único que hizo fue golpear la pared con sus puños hasta dejárselos ensangrentados.
La herida de su pecho volvió a abrirse, empapando de sangre el vendaje, pero no sintió dolor.
Lo único verdaderamente que le dolía era su maldita alma.
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A mitad del pasillo, Azalea se apoyó en la pared y al fin rompió a llorar.
El ataque de Falon la había calado hondo.
¿Cómo haría para no pensar una y otra vez en todo lo que le había dicho? ¿Cómo haría para dejar de imaginárselo tocando a otras chicas?
AZALEA: Estúpido…Odioso… ¡Idiota!
Oyó pasos y vio que se acercaba Challen, que al verla pareció aliviado.
Oh… Su ángel de la guarda…
Siempre aparecía en el preciso momento que más lo necesitaba.
Corrió hacia él y se lanzó a sus brazos, sorprendiéndolo así.
CHALLEN: A-Alteza…
AZALEA: Oh, Challen…
CHALLEN: ¿Por qué lloráis?
Sin decir nada, la princesa lloró y lloró hasta que el caballero no tuvo más remedio que llevarla a la habitación, sentarla en la cama y ofrecerle un pañuelo.
Odiaba verla así, pues su dolor le dolía a él también.
CHALLEN: ¿Qué ha pasado, Alteza?
AZALEA: Nada… Es solo que…no me gusta toda esta situación…
CHALLEN: Entiendo.
AZALEA: Extraño tanto a mis padres… Y no sé nada de Kupó y de Mog. Oh, Dios… ¿Estarán bien?
Se cubrió el rostro con las manos y lloró un poco más.
Challen no dijo nada y permitió que se desahogara.
Era tan frágil y delicada…
Era tan hermosa que no merecía llorar ni sufrir.
¿Qué podía hacer él para sacarla de la tristeza?
Lo deseaba con todo su ser.
Se sentó a su lado y le acarició el cabello en un gesto de consuelo.
CHALLEN: ¿Os sentís mejor?
AZALEA: Sí… Discúlpame, Challen.
CHALLEN: ¿Por qué?
AZALEA: Por hacerte aguantar siempre mis pucheros y mis llantos.
CHALLEN: No os preocupéis, Alteza. Ante todo soy vuestro amigo.
AZALEA: Lo sé. Gracias.
Unos golpecitos en la puerta los interrumpió.
Challen abrió y vio a Moira.
MOIRA: Es hora de viajar en el tiempo. Os esperamos en la biblioteca de esta mansión. Queda al final del pasillo.
CHALLEN: De acuerdo.
Azalea se sintió aliviada.
Era hora de volver a la normalidad.
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En cuanto se reunieron todos en la biblioteca, los Cazadores de Bestias se tomaron de las manos y cerraron los ojos para concentrarse e iniciar el cántico en el idioma celestial.
Pronto el viento y la luz rosada los envolvió y los hizo desaparecer.
El dolor en sus cuerpos era insoportable, pero todo pasó muy rápido.
Aparecieron en la famosa biblioteca del reino Aion. Y eso era una verdadera suerte.
DALDEN: ¿En qué situación nos encontramos?
FREY: Pronto lo sabremos, pues se oyen pasos.
Los once se escondieron en la última estantería llena de libros y se sumieron en un sepulcral silencio.
La puerta se abrió y entraron dos hombres, los cuales empezaron a hablar.
CIAN: Ahora ya sé dónde está el Oráculo de Aion. Esta madrugada cabalgaremos hacia el Norte.
SOLDADO: Perfecto.
CIAN: Muy pronto seremos tan poderosos como los mismos dioses.
SOLDADO: Que así sea.
Tras la última estantería, los protagonistas tenían la clave para cambiar la historia de Ciudad Aion.
Shaner, Dalden y Falon morían por salir de ahí y matar a los traidores, pero no debían hacer las cosas así.
Esperarían a la madrugada para detenerlos.
¿Pero qué harían mientras llegaba la noche? ¿Seguir ocultos hasta que les dolieran los músculos?
Los dos traidores hablaron un rato más sobre sus planes y pronto se fueron de la biblioteca.
SHANER: Maldito Cian… (Furioso)
FREY: ¿Quién irá a por él?
SHANER Y FALON: Yo.
FREY: Intentad que nadie os vea. No debemos cambiar demasiado la historia. Y procurad no matarlo.
SHANER: De todos modos su destino es morir.
FREY: Pero no a causa de vuestras manos.
SHANER: Me costará resistirme, pero así será.
FALON: Intentaré contenerme.
TEDRA: Bueno, ¿y qué haremos hasta entonces?
FREY: Permanecer aquí. No queda alternativa.
TEDRA: Pues necesito ir al baño.
FREY: No deberíais ir sola, Alteza.
SHANER: Yo iré con ella.
TEDRA: Falon puede acompañarme. Gracias por ofrecerte. (¬ ¬)
SHANER: Soy vuestro caballero personal.
TEDRA: Pero…
SHANER: Vamos.
La tomó del brazo y la obligó a salir del escondite.
Al llegar a la puerta, el guerrero la abrió con cuidado y asomó la cabeza para verificar que no había nadie en el pasillo.
Viéndolo desierto, salieron de la biblioteca y caminaron en silencio hasta llegar a la siguiente puerta, perteneciente al baño de esa zona del castillo.
Tedra entró y se demoró todo lo posible para irritar a Shaner, el cual oyó pasos y no tuvo más remedio que entrar también.
La princesa estuvo a punto de gritar del susto, pero el capitán le tapó la boca con la mano y le indicó con la cabeza que alguien se acercaba.
Ella cometió el error de mirarle los labios, y él se puso nervioso de inmediato, así que la soltó y retrocedió un paso.
TEDRA: Relájate, capitán. No voy a morderte. Te detesto y me detestas. Punto y final.
SHANER: Yo no os detesto, princesa.
TEDRA: Bueno, ya no se oye nada. Volvamos a la biblioteca.
Quiso salir del baño, pero Shaner la agarró de la cintura con su brazo desde atrás y la pegó a su fuerte cuerpo, provocando que se sonrojara.
TEDRA: ¿Qué haces? Suéltame. (///)
SHANER: Jamás salgáis de un lugar sin inspeccionar antes.
TEDRA: Ese es tu trabajo, no el mío.
SHANER: Intento hacerlo, pero sois demasiado impulsiva.
TEDRA: ¿Quieres pelear, Shaner? (¬ ¬)
SHANER: Por todos los demonios, mujer…
VOZ: ¿Quién anda ahí?
Se pusieron tensos al oír esa voz y pasos que se acercaban a la puerta.
Shaner gruñó y puso a Tedra con la espalda contra la pared.
Entonces se pegó a ella y volvió a taparle la boca.
La puerta se abrió al fin y quedaron ocultos tras ella.
El guardia miró en el interior del baño, seguro de haber oído voces, pero sin ver a nadie.
Tedra tenía los ojos muy abiertos, llenos de temor por si los descubrían.
Shaner negó la cabeza para tranquilizarla, pero el guardia se adentró un poco más.
GUARDIA: ¿Hay alguien ahí? He oído una conversación.
Tedra tenía la respiración acelerada, pero no solo por el miedo, sino por tener sus pechos aplastados contra el fuerte pecho del capitán.
Oh, Dios… Sentía su calor…su aroma masculino…sus latidos frenéticos…
Lo miró a los ojos y supo que él también estaba nervioso.
En cuanto el guardia se convenció al fin de que no había nadie, se fue y cerró la puerta.
Muy despacio, la mano de Shaner se despegó de la boca de Tedra para dejarla caer suavemente sobre su delicado hombro.
Fue una caricia. Muy breve…pero caricia al fin y al cabo.
Atrapada en la oleada de calor y atracción, la princesa se pegó mucho más a él, provocando que al chico se le tensaran todos los fuertes músculos del cuerpo.
Shaner apretó los dientes.
Era tan peligroso tenerla así, tan cerca y tentadora…con su aroma a jazmín envolviéndolo…
Cuando no estaban cerca, él podía tratarla con indiferencia, pero ahora…le costaba horrores ser indiferente.
Tedra notaba sus dudas, así que aprovechó para alzar su roja boca hacia la de él.
SHANER: ¿Por qué hacéis esto?
TEDRA: No puedo evitarlo…
SHANER: No lo entiendo. Decís que me detestáis y luego…
TEDRA: Por favor, bésame.
¿Cómo rechazar a una mujer tan hermosa y apetecible?
Con su grande mano, la tomó por el rostro y la besó violentamente, para asustarla y obligarla a que no lo tentara más.
Pero ocurrió todo lo contrario.
Ella gimió y respondió al beso con la misma brusquedad.
Le rodeó el cuello con sus delicados brazos y se entregó con infinitas ganas.
Shaner era un guerrero bruto y solitario, que cuando tenía ganas de sexo, cualquier mujer le servía.
Pero Tedra no era cualquier mujer, sino la princesa real de Ciudad Kan-is-Tra. Su princesa.
Y no podía tomarla así sin más…por mucho que en ese momento lo deseara.
Ella era una chica bella y deseable, que se le estaba ofreciendo, pero no cedería a la tentación.
Si ese beso no la asustaba, entonces le daría una lección.
Con la otra mano le arrancó el tirante del vestido y le sacó un pecho para metérselo en la boca.
Tedra sintió una descarga eléctrica de sorpresa y placer.
Jamás nadie la había tocado así antes…
Y le asombraba que fuera Shaner quien lo estuviera haciendo ahora.
A pesar de sentir un poco de vergüenza, le gustaba esa sensación de calor.
Y le gustaba tanto que soltó un delicioso gemido y cerró los ojos.
Shaner la miró y fue su perdición.
Por todos los infiernos…
Había visto muchas mujeres muriéndose por el placer que les daba…
Pero ver a la princesa tan hermosamente excitada le rompió todos los esquemas.
¿Es que nada conseguía asustarla?
Más bien él era el asustado, ya que si seguía con esa tortura, acabaría haciéndola suya.
Soltó el pezón y se echó hacia atrás, pero Tedra se atrevió a besarle la boca de nuevo, haciéndolo sentirse débil ante ella.
La situación se le estaba yendo de las manos… Y a él jamás le ocurría eso.
Gruñó y cortó el beso, apartándola de él.
Se miraron a los ojos con las respiraciones muy agitadas.
Él con expresión de tortura.
Y ella de frustración y placer a la vez.
TEDRA: Me deseas.
SHANER: Cualquier hombre desearía a una mujer como vos, Alteza.
TEDRA: Pero no me interesa nadie que no seas tú.
SHANER: Princesa…
TEDRA: ¿Por qué luchas contra tus propios deseos? Libéralos.
SHANER: No sabéis lo que estáis diciendo.
TEDRA: Claro que lo sé. No soy una niña.
SHANER: No olvidéis que soy un vulgar guerrero y vos una princesa real.
TEDRA: Deja de repetirme eso, Shaner. Sé quién eres y sé quién soy. No me importan nuestras diferencias.
SHANER: ¿Ya no?
TEDRA: No. Así que deja de huir de mí.
SHANER: Más bien vos deberíais huir de mí, Alteza.
TEDRA: ¿Por qué haría tal cosa?
SHANER: Porque a este paso conseguiréis que os robe la virginidad.
Tedra se puso pálida y se apartó rápidamente de él.
Vaya… Al fin la había asustado.
Ya sabía que la virginidad era muy importante en la realeza.
Avergonzada, la chica se puso bien el vestido y agachó el rostro sonrojado.
Shaner suspiró con alivio, pues había ganado esa batalla.
SHANER: Será mejor que regresemos a la biblioteca antes de que nos descubran.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Ya estaba a punto de amanecer cuando al fin llegaron Falon y Shaner con Cian y otro soldado encadenados.
Los demás se alegraron de que lo hubieran conseguido.
CIAN: ¿Qué es todo esto?
SHANER: Pensaste que jamás te descubriría, ¿verdad?
CIAN: Maldito seas, Shaner. Sabía que algo traías entre manos. (Furioso)
SHANER: Te pudrirás en el calabozo, caballero traidor.
FREY: Conseguido ya nuestra propósito, es hora de regresar a nuestro presente. Necesito la máxima fuerza física y mágica. ¿Moira?
MOIRA: Estoy lista, jefe.
FREY: ¿Fury?
FURY: Cuando digas.
FREY: ¿Zanna?
ZANNA: Podré hacerlo.
CIAN: ¿De qué va todo esto? ¡Soltadme ahora mismo!
Shaner le dio un puño tan fuerte en la cara que lo dejó inconsciente en el suelo.
Los demás lo miraron con asombro, y el guerrero se encogió de hombros.
SHANER: No pude evitarlo.
FALON: Le tenías ganas, ¿cierto?
SHANER: Desde siempre, Alteza.
FALON: Te felicito. Ha sido un buen golpe.
Por primera vez en mucho tiempo, Falon y Shaner sonrieron.
Y los corazones de Tedra y Azalea se aceleraron al ver esas sonrisas. Pero se entristecieron al saber que no eran destinadas a ellas.
FREY: Preparados.
Hicieron el mismo proceso y pronto la luz celestial los hizo desaparecer.
En cuanto fueron transportados hasta el presente, el rey Zaebard se alegró tanto de verlos que no dudó en abrazarlos a todos.
ZAEBARD: Por todos los dioses… Estabais tardando tanto que ya estaba muy asustado.
Entonces se fijó en Cian y en un soldado, encadenados.
La alegría se hizo mayor.
ZAEBARD: Lo habéis conseguido. Muchas gracias a todos, muchachos.
Antes de que pudieran seguir celebrándolo, estalló una potente luz blanca que los cegó por unos segundos.
En cuanto dicha luz de disipó, se sorprendieron al ver una gran esfera de luz dorada flotar ante ellos.
De inmediato, los cuatro Cazadores de Bestias se arrodillaron ante la esfera.
FREY: Dioses.
Azalea y compañía se asombraron al ver por primera vez la luz divina de todos los dioses en una sola esfera.
Era algo maravilloso…
DIOSES: Habéis sido acusados de violar las Leyes Celestiales.
FREY: Sí, mi Deidad.
DIOSES: A pesar del noble motivo de la causa, recibiréis un castigo.
FREY: Asumiremos las consecuencias.
DIOSES: No, Frey. Tus compañeros no asumirán nada, puesto que ellos solo han cumplido con tus órdenes. El único castigado serás tú.
FREY: Entiendo.
ZANNA: ¡No!
Todas las miradas se clavaron en Zannaleah, la cual había dado un paso hacia adelante para mirar directamente a la luz dorada.
ZANNA: Todos somos culpables, Dioses. No solo debéis castigarlo a él.
DIOSES: No debes cuestionar nuestras leyes, Zannaleah. Te estás enfrentando a la Divinidad Suprema.
ZANNA: Pero gracias a Frey pudimos salvar a Aion de la destrucción. ¿Qué hicisteis vosotros mientras la gente se sumía y moría en el caos?
FREY: ¡Basta, Zannaleah!
DIOSES: Eres muy valiente al desafiarnos, pequeña aprendiz. ¿De verdad quieres ser castigada también?
FREY: No lo hagáis, Deidad. Yo asumo toda la culpa. Terminemos con esto ya.
ZANNA: Pero…
FREY: Cállate.
Esa orden y el tono frio en el que la dijo, dejó muda a Zanna.
Poco a poco, la luz dorada fue extendiéndose hasta rodear a Frey, el cual permanecía serio e impasible.
DIOSES: Quedas condenado, Cazador Frey.
Fury y Moira desviaron la mirada.
Y los ojos de Zannaleah se llenaron de lágrimas.
Eso no podía estar ocurriendo…
De nuevo la apartaban de la persona que quería…
No… Otra vez no, por favor…
Arrepentido por haberle gritado, Frey se acercó a ella y le secó las lágrimas con un dedo para después abrazarla ante todos.
FREY: Perdóname.
ZANNA: ¿Qué pasará ahora, Frey? ¿Qué haremos sin ti?
FREY: Regresaré, mi pequeña Zanna.
La apartó suavemente y le regaló su mejor sonrisa.
Una sonrisa que Zanna jamás olvidaría desde ese momento.
FREY: Te amo.
El corazón de la chica y de Challen se aceleraron al oír esa confesión.
Entonces Frey retrocedió unos pasos, alejándose de Zannaleah, la cual quiso cogerle la mano, pero Moira se lo impidió.
Ante las miradas de Zaebard y de los demás, el jefe de los Cazadores de Bestias desapareció junto con la luz dorada.
________________________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
"Sentimientos A Flor De Piel"
Cuando Tedra llegó al comedor, lo primero que hizo fue mirar con desdén a Shaner, el cual arqueó una ceja y siguió comiendo con normalidad.
Pronto ella se acercó y se sentó para comer también.
Luego apareció Cerith, que al ver a su amiga, sonrió con alivio y se sentó para saciar el hambre.
En cuanto terminaron de comer, los Cazadores de Bestias volvieron a encerrarse en la habitación para planear el próximo salto en el tiempo.
Pero Zannaleah poco pudo concentrarse, ya que su mente estaba solo pendiente de Challen.
Y Frey lo sabía, y también le dolía, pero intentaba disimular para no incomodarla.
Le daría el tiempo necesario para que tomara sus decisiones.
Por otro lado, Tedra y Cerith se reunieron en uno de los sofás de ese mismo comedor para conversar bajo la atenta mirada del capitán Shaner.
TEDRA: Como siga mirando hacia aquí le escupiré en el único ojo que le queda.
CERITH: ¿Por qué estás tan arisca con él?
TEDRA: No es educación que un vulgar guerrero deje hablando sola a una princesa real.
CERITH: ¿Eso te hizo?
TEDRA: Ajá.
CERITH: A pesar de haber decidido no seguir intentando tener su atención, todavía te afectan sus rechazos.
TEDRA: ¿Estás hablando con ironía? (¬ ¬)
CERITH: No te enfades, amiga. No me gusta verte persiguiendo algo que no tendrás.
TEDRA: Gracias por tu apoyo.
CERITH: Tedra…
TEDRA: Está bien. Tienes razón. Es inútil seguir con eso. Pero cuanto más me rechaza, más ganas me dan de ganar. Es contradictorio, lo sé.
Se cruzó de brazos e hizo un puchero de frustración.
Para distraerla, Cerith cambió radicalmente de tema.
Quizá con el tiempo, Tedra dejaría de querer tener todo lo que se le antojaba como capricho.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Azalea al fin despertó, y a pesar de que aun tenía fiebre, se sentía de maravilla.
Sonrió y se desperezó cuan largo era su delicado cuerpo.
Se levantó de la cama y caminó muy despacio hasta la silla en la que descansaba su vestido, el cual cogió y se lo puso.
Tras ponerse los zapatitos, se miró en el pequeño espejo y se sorprendió al ver que tenía muy buena cara después de todo.
Se la veía bastante hermosa, así que respiró hondo y salió de la estancia, sonriendo todo el tiempo, feliz de saber que Falon la amaba.
Los recuerdos de la forma en la que le había hecho el amor todavía le erizaban la piel.
¿Cómo reaccionaría al verla? ¿Sonreiría como siempre lo había hecho en los mejores momentos que vivieron?
Oyó que se abría una puerta en ese pasillo y se volteó para mirar.
Era la primera vez que recibía el impacto del parecido que esa chica tenía con ella.
Zannaleah la miraba con el mismo asombro.
Entonces se abrió otra puerta y apareció Challen, que al ver a una y a otra, se quedó bloqueado.
Por todos los dioses…
Si no fuera por el distinto color de cabello, cualquiera diría que eran gemelas.
Pero lo peor no era ese parecido…sino la horrible sensación de tenerlas a las dos juntas cerca de él.
¿Qué podía decir o hacer?
Al ser Azalea una princesa y él su caballero personal, debía saludarla primero a ella, ¿verdad?
Dio un paso hacia su princesa, pero la voz de Zannaleah lo detuvo en seco.
ZANNA: Challen.
El chico se puso tenso y Azalea parpadeó, confundida.
¿Por qué parecía que Challen se debatía entre salir corriendo o esconderse en la habitación? ¿Tan incómodo se sentía ante la presencia de su prometida?
ZANNA: ¿Podemos hablar?
Entonces él miró a Azalea, esperando que le diera permiso, pero la princesa le sonrió y Challen se sintió desfallecer.
AZALEA: ¿Cómo estás, Challen?
CHALLEN: Bi-bien, Alteza. ¿Y vos?
AZALEA: Mucho mejor. Hola, Zannaleah.
Esa vez, fue Zanna quien parpadeó.
Le estaba hablando la princesa de Krystán, así que le hizo una reverencia, sintiéndose un poco avergonzada.
ZANNA: Hola, princesa. Espero que os encontréis saludable después de lo ocurrido.
AZALEA: Estoy muy bien. Y todo gracias al amor. ¿Dónde está el comedor?
ZANNA: Justo ahí, Alteza. (Señalando)
AZALEA: Gracias.
Les sonrió y se fue, dejándolos solos.
Entonces Zannaleah decidió acercarse un poco más a Challen, llena de nervios.
Tenía que romper el hielo…
ZANNA: Qué buena es…tu princesa.
CHALLEN: Ehm…sí.
ZANNA: ¿Dónde…quieres que hablemos?
CHALLEN: Donde gustes.
ZANNA: ¿En…tu habitación?
Se sonrojó violentamente al preguntar eso.
Y Challen desvió la mirada, incómodo.
ZANNA: E-es que en la mía están mis compañeros.
CHALLEN: De acuerdo.
Challen abrió la puerta y la dejó pasar para luego entrar él y cerrar con suavidad.
Zannaleah se acercó a la ventana para mirar el paisaje y así darle la espalda.
¿Por dónde debía empezar?
Lo mejor sería no andarse con rodeos ya que ésta podría ser la última vez que tuvieran la oportunidad de hablar.
ZANNA: Frey está enamorado de mí.
El caballero se puso tenso al oírlo de su boca, pero pronto se relajó, pues ya lo había intuido desde el principio al ver en la forma que Frey la abrazaba.
ZANNA: Han pasado cinco años y…
CHALLEN: No te preocupes. Puedo entenderlo.
Ella contó hasta tres y se giró para mirarlo directamente a los ojos, con los puños apretados.
ZANNA: ¿Qué sientes por la princesa?
Esa pregunta lo pilló desprevenido.
¿Pero a qué venía eso?
Sentía respeto y admiración por Azalea…
Entonces recordó su cara llena de lágrimas y sus luminosas sonrisas.
Se le aceleró el corazón.
ZANNA: He visto cómo la miras y lo mucho que te entregas a ella cuidándola y protegiéndola.
CHALLEN: Es mi trabajo.
ZANNA: Hay algo más.
CHALLEN: ¿Adónde quieres llegar con todo esto?
ZANNA: Quiero saber si me has…olvidado.
CHALLEN: No. Pero ya nada es lo mismo.
ZANNA: Lo sé.
CHALLEN: ¿Y tú? ¿Me has olvidado?
ZANNA: No. Yo…
CHALLEN: ¿Qué sientes por Frey?
ZANNA: Le quiero, pero…
Tragó saliva y dio otro paso más hacia él, provocando que Challen volviera a ponerse tenso.
ZANNA: Pero necesito que me beses.
Los ojos del caballero se abrieron como platos.
¿Había escuchado mal o le costaba entender?
Impulsivamente, retrocedió un paso.
CHALLEN: ¿Qué?
ZANNA: Necesito comprobar por quién siento más.
CHALLEN: ¿Y con un beso podrás saberlo?
ZANNA: Sí…
Esta vez fue él quien tragó saliva.
Zannaleah terminó de acercarse del todo y su aroma a fruta lo envolvió por completo.
Poco a poco, el rostro de la chica iba acercándose al del caballero, haciendo que sus corazones latieran al unísono.
Sus alientos se mezclaron. Sus respiraciones se agitaron.
Zannaleah ya tenía los ojos cerrados y los labios ofrecidos.
Dios… Se parecía tanto a su princesa…
Eran igual de bellas.
Pero el aroma era muy distinto… La altura también.
Incluso él se sentía diferente.
Antes de que sus labios se unieran, Challen la cogió del brazo y la apartó.
CHALLEN: No puedo. Lo siento.
Dicho eso, se fue lo más rápido posible, dejándola sola y rota.
Ya no había duda.
Su prometido se había enamorado de la princesa de Krystán.
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Cuando Azalea llegó al comedor, solo vio a los dueños de la mansión sentados en la mesa junto a Dalden y a Shaner.
Tedra y Cerith estaban más allá, acomodadas en el sofá.
Pero no había ni rastro de Falon, así que se sentó en la mesa y dio las gracias a los señores por permitirles estar en su hogar.
Entonces miró a Dalden, el cual parecía incómodo.
AZALEA: ¿Cómo estás, Dalden?
DALDEN: Bien. ¿Y tú?
AZALEA: Mucho mejor.
DALDEN: Me alegro de que hayas superado la hipotermia sin la ayuda del doctor.
AZALEA: ¿Acaso llegó?
DALDEN: Sí, pero Falon le dijo que ya no hacía falta, pues tú te estabas recuperando favorablemente.
AZALEA: Ah…
Sin poder evitarlo, Azalea se sonrojó al recordar lo sucedido entre ella y Falon.
Se había recuperado demasiado bien gracias a sus besos y caricias.
Se dio cuenta de que Tedra y Cerith la miraban de reojo mientras conversaban.
Era obvio que hablaban de ella. Pero no le importaba.
Estaba de tan buen humor que nada la afectaría.
En pocos minutos terminaría de comer, y Falon todavía no aparecía.
¿Quizá él ya había comido y ahora descansaba en su habitación?
Tenía que averiguarlo.
Se levantó y se encaminó hacia el pasillo que llevaba a las estancias con el corazón acelerado.
Siempre que se trataba de su amado, los sentimientos se ponían a flor de piel, igual que los nervios.
Arrugó sus delicadas cejas al ver que había varias puertas en dicho pasillo.
¿Cuál de todas sería la de Falon?
Tendría que investigar una por una.
Pero antes de que pudiera dar inicio a su investigación, alguien la cogió del brazo y le dio la vuelta bruscamente.
Eran Tedra y Cerith.
Lo que faltaba…
TEDRA: Estás buscando a mi hermano, ¿verdad?
AZALEA: Sí.
TEDRA: ¿Para qué?
AZALEA: No es asunto tuyo.
TEDRA: Claro que lo es. Soy su hermana…
AZALEA: …menor. Deja de meterte donde no te llaman. Suéltame.
TEDRA: Te felicito, princesa de Krystán. Conseguiste vengarte de mi hermano.
AZALEA: ¿Qué?
TEDRA: Sí, lo sé todo. Y por desgracia terminó enamorado de ti. Está bastante afectado, pero a mí poco me importa que seas la verdadera Azalea. Pues saber eso me da más ganas de destruirte.
AZALEA: ¿Y cómo piensas destruirme?
TEDRA: Muy pronto lo sabrás. Pero por ahora, aléjate de Falon.
AZALEA: Eso lo decidirá él.
TEDRA: Te odia más que nunca. No creo que quiera tener algo contigo ya.
AZALEA: Lo dudo, pues esta madrugada hicimos el amor.
Tedra se llenó de rabia.
Y Cerith de dolor.
Azalea sonrió, se soltó de la mano de su enemiga y siguió su camino, dejándolas plantadas en el suelo.
En cuanto encontró la estancia de Falon, entró y cerró la puerta con suavidad.
El príncipe yacía sentado en la orilla de la cama, con la cabeza apoyada en sus dos manos.
Se lo veía pensativo y…frustrado.
AZALEA: ¿Falon?
Esa dulce voz lo puso en alerta.
Pronto su aroma a flores lo envolvió y los recuerdos de su cuerpo desnudo entregándose a él le quemaron la mente.
Azalea dio un paso hacia adelante…
FALON: Quédate dónde estás.
Esa frialdad paralizó a la joven.
Presentía que nada iba bien.
Oh, Dios…
¿Estaría arrepentido de lo que había pasado entre ellos hacía tan solo unas horas?
AZALEA: ¿Por qué estás así?
Falon se levantó y se giró para mirarla de frente.
Fue un error verla.
Estaba preciosa… Le dolía mirarla.
Los recuerdos de la pasión compartida lo torturaban sobremanera.
FALON: Olvidas que te abandoné tras tu engaño y que te odio mucho más que antes.
Azalea recibió una puñalada en el alma, pero no se dejó vencer.
Lo miró con desafío y dolor.
AZALEA: Me hiciste el amor.
FALON: Creo que tuviste un sueño ya que delirabas de fiebre.
AZALEA: Tengo tus besos marcados en todo mi cuerpo.
El chico apretó los dientes.
Maldita fuera su propia pasión…
El deseo había sido tan fuerte que le había dejado toda la piel deliciosamente marcada.
Incluso él mismo se había marcado a fuego.
Si ella seguía mirándolo así, tan atrevida y hermosa, acabaría violándola ahí mismo.
Tenía que reparar el error cometido. Y para eso, debía usar la frialdad.
FALON: Yo no te hice el amor, princesa. Simplemente fue la ocasión perfecta para tener sexo. Me hubiera servido cualquier mujer, pero tú estabas tan dispuesta…
Azalea lo abofeteó.
Se sentía tan ofendida y ultrajada.
Con los ojos llorosos, retrocedió hasta chocar con la espalda en la puerta.
AZALEA: Tú también estuviste tan dispuesto. Jamás me habías hecho el amor de esa forma.
FALON: ¿Qué forma? Es la misma que he usado con todas las mujeres que han pasado por mis brazos desde que te abandoné.
Eso fue lo que terminó de hundirla.
Se llevó la mano a la boca para silenciar el sollozo que estaba a punto de salir.
Dios… Cómo dolían esas palabras…
Las imágenes de Falon haciéndoles a otras mujeres todo lo que le había hecho a ella le rompieron el corazón en miles de fragmentos.
Se sintió asqueada y cerró los ojos unos segundos.
Algo le decía que Falon solo quería lastimarla para vengarse.
Pero no le daría el gusto de verla destruida. Así que lo miró con una sonrisa irónica.
AZALEA: Bueno, almenos lo disfrutaste tanto como yo. Pero supongo que no volverás a tocarme, ya que tienes a más chicas por ahí… Yo procuraré poner mi atención en otro chico para probar otra clase de pasión que no sea la tuya.
Dicho eso, levantó la barbilla con orgullo y se fue, dejándolo petrificado y lleno de celos.
Y en cuanto pudo reaccionar, lo único que hizo fue golpear la pared con sus puños hasta dejárselos ensangrentados.
La herida de su pecho volvió a abrirse, empapando de sangre el vendaje, pero no sintió dolor.
Lo único verdaderamente que le dolía era su maldita alma.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
A mitad del pasillo, Azalea se apoyó en la pared y al fin rompió a llorar.
El ataque de Falon la había calado hondo.
¿Cómo haría para no pensar una y otra vez en todo lo que le había dicho? ¿Cómo haría para dejar de imaginárselo tocando a otras chicas?
AZALEA: Estúpido…Odioso… ¡Idiota!
Oyó pasos y vio que se acercaba Challen, que al verla pareció aliviado.
Oh… Su ángel de la guarda…
Siempre aparecía en el preciso momento que más lo necesitaba.
Corrió hacia él y se lanzó a sus brazos, sorprendiéndolo así.
CHALLEN: A-Alteza…
AZALEA: Oh, Challen…
CHALLEN: ¿Por qué lloráis?
Sin decir nada, la princesa lloró y lloró hasta que el caballero no tuvo más remedio que llevarla a la habitación, sentarla en la cama y ofrecerle un pañuelo.
Odiaba verla así, pues su dolor le dolía a él también.
CHALLEN: ¿Qué ha pasado, Alteza?
AZALEA: Nada… Es solo que…no me gusta toda esta situación…
CHALLEN: Entiendo.
AZALEA: Extraño tanto a mis padres… Y no sé nada de Kupó y de Mog. Oh, Dios… ¿Estarán bien?
Se cubrió el rostro con las manos y lloró un poco más.
Challen no dijo nada y permitió que se desahogara.
Era tan frágil y delicada…
Era tan hermosa que no merecía llorar ni sufrir.
¿Qué podía hacer él para sacarla de la tristeza?
Lo deseaba con todo su ser.
Se sentó a su lado y le acarició el cabello en un gesto de consuelo.
CHALLEN: ¿Os sentís mejor?
AZALEA: Sí… Discúlpame, Challen.
CHALLEN: ¿Por qué?
AZALEA: Por hacerte aguantar siempre mis pucheros y mis llantos.
CHALLEN: No os preocupéis, Alteza. Ante todo soy vuestro amigo.
AZALEA: Lo sé. Gracias.
Unos golpecitos en la puerta los interrumpió.
Challen abrió y vio a Moira.
MOIRA: Es hora de viajar en el tiempo. Os esperamos en la biblioteca de esta mansión. Queda al final del pasillo.
CHALLEN: De acuerdo.
Azalea se sintió aliviada.
Era hora de volver a la normalidad.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
En cuanto se reunieron todos en la biblioteca, los Cazadores de Bestias se tomaron de las manos y cerraron los ojos para concentrarse e iniciar el cántico en el idioma celestial.
Pronto el viento y la luz rosada los envolvió y los hizo desaparecer.
El dolor en sus cuerpos era insoportable, pero todo pasó muy rápido.
Aparecieron en la famosa biblioteca del reino Aion. Y eso era una verdadera suerte.
DALDEN: ¿En qué situación nos encontramos?
FREY: Pronto lo sabremos, pues se oyen pasos.
Los once se escondieron en la última estantería llena de libros y se sumieron en un sepulcral silencio.
La puerta se abrió y entraron dos hombres, los cuales empezaron a hablar.
CIAN: Ahora ya sé dónde está el Oráculo de Aion. Esta madrugada cabalgaremos hacia el Norte.
SOLDADO: Perfecto.
CIAN: Muy pronto seremos tan poderosos como los mismos dioses.
SOLDADO: Que así sea.
Tras la última estantería, los protagonistas tenían la clave para cambiar la historia de Ciudad Aion.
Shaner, Dalden y Falon morían por salir de ahí y matar a los traidores, pero no debían hacer las cosas así.
Esperarían a la madrugada para detenerlos.
¿Pero qué harían mientras llegaba la noche? ¿Seguir ocultos hasta que les dolieran los músculos?
Los dos traidores hablaron un rato más sobre sus planes y pronto se fueron de la biblioteca.
SHANER: Maldito Cian… (Furioso)
FREY: ¿Quién irá a por él?
SHANER Y FALON: Yo.
FREY: Intentad que nadie os vea. No debemos cambiar demasiado la historia. Y procurad no matarlo.
SHANER: De todos modos su destino es morir.
FREY: Pero no a causa de vuestras manos.
SHANER: Me costará resistirme, pero así será.
FALON: Intentaré contenerme.
TEDRA: Bueno, ¿y qué haremos hasta entonces?
FREY: Permanecer aquí. No queda alternativa.
TEDRA: Pues necesito ir al baño.
FREY: No deberíais ir sola, Alteza.
SHANER: Yo iré con ella.
TEDRA: Falon puede acompañarme. Gracias por ofrecerte. (¬ ¬)
SHANER: Soy vuestro caballero personal.
TEDRA: Pero…
SHANER: Vamos.
La tomó del brazo y la obligó a salir del escondite.
Al llegar a la puerta, el guerrero la abrió con cuidado y asomó la cabeza para verificar que no había nadie en el pasillo.
Viéndolo desierto, salieron de la biblioteca y caminaron en silencio hasta llegar a la siguiente puerta, perteneciente al baño de esa zona del castillo.
Tedra entró y se demoró todo lo posible para irritar a Shaner, el cual oyó pasos y no tuvo más remedio que entrar también.
La princesa estuvo a punto de gritar del susto, pero el capitán le tapó la boca con la mano y le indicó con la cabeza que alguien se acercaba.
Ella cometió el error de mirarle los labios, y él se puso nervioso de inmediato, así que la soltó y retrocedió un paso.
TEDRA: Relájate, capitán. No voy a morderte. Te detesto y me detestas. Punto y final.
SHANER: Yo no os detesto, princesa.
TEDRA: Bueno, ya no se oye nada. Volvamos a la biblioteca.
Quiso salir del baño, pero Shaner la agarró de la cintura con su brazo desde atrás y la pegó a su fuerte cuerpo, provocando que se sonrojara.
TEDRA: ¿Qué haces? Suéltame. (///)
SHANER: Jamás salgáis de un lugar sin inspeccionar antes.
TEDRA: Ese es tu trabajo, no el mío.
SHANER: Intento hacerlo, pero sois demasiado impulsiva.
TEDRA: ¿Quieres pelear, Shaner? (¬ ¬)
SHANER: Por todos los demonios, mujer…
VOZ: ¿Quién anda ahí?
Se pusieron tensos al oír esa voz y pasos que se acercaban a la puerta.
Shaner gruñó y puso a Tedra con la espalda contra la pared.
Entonces se pegó a ella y volvió a taparle la boca.
La puerta se abrió al fin y quedaron ocultos tras ella.
El guardia miró en el interior del baño, seguro de haber oído voces, pero sin ver a nadie.
Tedra tenía los ojos muy abiertos, llenos de temor por si los descubrían.
Shaner negó la cabeza para tranquilizarla, pero el guardia se adentró un poco más.
GUARDIA: ¿Hay alguien ahí? He oído una conversación.
Tedra tenía la respiración acelerada, pero no solo por el miedo, sino por tener sus pechos aplastados contra el fuerte pecho del capitán.
Oh, Dios… Sentía su calor…su aroma masculino…sus latidos frenéticos…
Lo miró a los ojos y supo que él también estaba nervioso.
En cuanto el guardia se convenció al fin de que no había nadie, se fue y cerró la puerta.
Muy despacio, la mano de Shaner se despegó de la boca de Tedra para dejarla caer suavemente sobre su delicado hombro.
Fue una caricia. Muy breve…pero caricia al fin y al cabo.
Atrapada en la oleada de calor y atracción, la princesa se pegó mucho más a él, provocando que al chico se le tensaran todos los fuertes músculos del cuerpo.
Shaner apretó los dientes.
Era tan peligroso tenerla así, tan cerca y tentadora…con su aroma a jazmín envolviéndolo…
Cuando no estaban cerca, él podía tratarla con indiferencia, pero ahora…le costaba horrores ser indiferente.
Tedra notaba sus dudas, así que aprovechó para alzar su roja boca hacia la de él.
SHANER: ¿Por qué hacéis esto?
TEDRA: No puedo evitarlo…
SHANER: No lo entiendo. Decís que me detestáis y luego…
TEDRA: Por favor, bésame.
¿Cómo rechazar a una mujer tan hermosa y apetecible?
Con su grande mano, la tomó por el rostro y la besó violentamente, para asustarla y obligarla a que no lo tentara más.
Pero ocurrió todo lo contrario.
Ella gimió y respondió al beso con la misma brusquedad.
Le rodeó el cuello con sus delicados brazos y se entregó con infinitas ganas.
Shaner era un guerrero bruto y solitario, que cuando tenía ganas de sexo, cualquier mujer le servía.
Pero Tedra no era cualquier mujer, sino la princesa real de Ciudad Kan-is-Tra. Su princesa.
Y no podía tomarla así sin más…por mucho que en ese momento lo deseara.
Ella era una chica bella y deseable, que se le estaba ofreciendo, pero no cedería a la tentación.
Si ese beso no la asustaba, entonces le daría una lección.
Con la otra mano le arrancó el tirante del vestido y le sacó un pecho para metérselo en la boca.
Tedra sintió una descarga eléctrica de sorpresa y placer.
Jamás nadie la había tocado así antes…
Y le asombraba que fuera Shaner quien lo estuviera haciendo ahora.
A pesar de sentir un poco de vergüenza, le gustaba esa sensación de calor.
Y le gustaba tanto que soltó un delicioso gemido y cerró los ojos.
Shaner la miró y fue su perdición.
Por todos los infiernos…
Había visto muchas mujeres muriéndose por el placer que les daba…
Pero ver a la princesa tan hermosamente excitada le rompió todos los esquemas.
¿Es que nada conseguía asustarla?
Más bien él era el asustado, ya que si seguía con esa tortura, acabaría haciéndola suya.
Soltó el pezón y se echó hacia atrás, pero Tedra se atrevió a besarle la boca de nuevo, haciéndolo sentirse débil ante ella.
La situación se le estaba yendo de las manos… Y a él jamás le ocurría eso.
Gruñó y cortó el beso, apartándola de él.
Se miraron a los ojos con las respiraciones muy agitadas.
Él con expresión de tortura.
Y ella de frustración y placer a la vez.
TEDRA: Me deseas.
SHANER: Cualquier hombre desearía a una mujer como vos, Alteza.
TEDRA: Pero no me interesa nadie que no seas tú.
SHANER: Princesa…
TEDRA: ¿Por qué luchas contra tus propios deseos? Libéralos.
SHANER: No sabéis lo que estáis diciendo.
TEDRA: Claro que lo sé. No soy una niña.
SHANER: No olvidéis que soy un vulgar guerrero y vos una princesa real.
TEDRA: Deja de repetirme eso, Shaner. Sé quién eres y sé quién soy. No me importan nuestras diferencias.
SHANER: ¿Ya no?
TEDRA: No. Así que deja de huir de mí.
SHANER: Más bien vos deberíais huir de mí, Alteza.
TEDRA: ¿Por qué haría tal cosa?
SHANER: Porque a este paso conseguiréis que os robe la virginidad.
Tedra se puso pálida y se apartó rápidamente de él.
Vaya… Al fin la había asustado.
Ya sabía que la virginidad era muy importante en la realeza.
Avergonzada, la chica se puso bien el vestido y agachó el rostro sonrojado.
Shaner suspiró con alivio, pues había ganado esa batalla.
SHANER: Será mejor que regresemos a la biblioteca antes de que nos descubran.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Ya estaba a punto de amanecer cuando al fin llegaron Falon y Shaner con Cian y otro soldado encadenados.
Los demás se alegraron de que lo hubieran conseguido.
CIAN: ¿Qué es todo esto?
SHANER: Pensaste que jamás te descubriría, ¿verdad?
CIAN: Maldito seas, Shaner. Sabía que algo traías entre manos. (Furioso)
SHANER: Te pudrirás en el calabozo, caballero traidor.
FREY: Conseguido ya nuestra propósito, es hora de regresar a nuestro presente. Necesito la máxima fuerza física y mágica. ¿Moira?
MOIRA: Estoy lista, jefe.
FREY: ¿Fury?
FURY: Cuando digas.
FREY: ¿Zanna?
ZANNA: Podré hacerlo.
CIAN: ¿De qué va todo esto? ¡Soltadme ahora mismo!
Shaner le dio un puño tan fuerte en la cara que lo dejó inconsciente en el suelo.
Los demás lo miraron con asombro, y el guerrero se encogió de hombros.
SHANER: No pude evitarlo.
FALON: Le tenías ganas, ¿cierto?
SHANER: Desde siempre, Alteza.
FALON: Te felicito. Ha sido un buen golpe.
Por primera vez en mucho tiempo, Falon y Shaner sonrieron.
Y los corazones de Tedra y Azalea se aceleraron al ver esas sonrisas. Pero se entristecieron al saber que no eran destinadas a ellas.
FREY: Preparados.
Hicieron el mismo proceso y pronto la luz celestial los hizo desaparecer.
En cuanto fueron transportados hasta el presente, el rey Zaebard se alegró tanto de verlos que no dudó en abrazarlos a todos.
ZAEBARD: Por todos los dioses… Estabais tardando tanto que ya estaba muy asustado.
Entonces se fijó en Cian y en un soldado, encadenados.
La alegría se hizo mayor.
ZAEBARD: Lo habéis conseguido. Muchas gracias a todos, muchachos.
Antes de que pudieran seguir celebrándolo, estalló una potente luz blanca que los cegó por unos segundos.
En cuanto dicha luz de disipó, se sorprendieron al ver una gran esfera de luz dorada flotar ante ellos.
De inmediato, los cuatro Cazadores de Bestias se arrodillaron ante la esfera.
FREY: Dioses.
Azalea y compañía se asombraron al ver por primera vez la luz divina de todos los dioses en una sola esfera.
Era algo maravilloso…
DIOSES: Habéis sido acusados de violar las Leyes Celestiales.
FREY: Sí, mi Deidad.
DIOSES: A pesar del noble motivo de la causa, recibiréis un castigo.
FREY: Asumiremos las consecuencias.
DIOSES: No, Frey. Tus compañeros no asumirán nada, puesto que ellos solo han cumplido con tus órdenes. El único castigado serás tú.
FREY: Entiendo.
ZANNA: ¡No!
Todas las miradas se clavaron en Zannaleah, la cual había dado un paso hacia adelante para mirar directamente a la luz dorada.
ZANNA: Todos somos culpables, Dioses. No solo debéis castigarlo a él.
DIOSES: No debes cuestionar nuestras leyes, Zannaleah. Te estás enfrentando a la Divinidad Suprema.
ZANNA: Pero gracias a Frey pudimos salvar a Aion de la destrucción. ¿Qué hicisteis vosotros mientras la gente se sumía y moría en el caos?
FREY: ¡Basta, Zannaleah!
DIOSES: Eres muy valiente al desafiarnos, pequeña aprendiz. ¿De verdad quieres ser castigada también?
FREY: No lo hagáis, Deidad. Yo asumo toda la culpa. Terminemos con esto ya.
ZANNA: Pero…
FREY: Cállate.
Esa orden y el tono frio en el que la dijo, dejó muda a Zanna.
Poco a poco, la luz dorada fue extendiéndose hasta rodear a Frey, el cual permanecía serio e impasible.
DIOSES: Quedas condenado, Cazador Frey.
Fury y Moira desviaron la mirada.
Y los ojos de Zannaleah se llenaron de lágrimas.
Eso no podía estar ocurriendo…
De nuevo la apartaban de la persona que quería…
No… Otra vez no, por favor…
Arrepentido por haberle gritado, Frey se acercó a ella y le secó las lágrimas con un dedo para después abrazarla ante todos.
FREY: Perdóname.
ZANNA: ¿Qué pasará ahora, Frey? ¿Qué haremos sin ti?
FREY: Regresaré, mi pequeña Zanna.
La apartó suavemente y le regaló su mejor sonrisa.
Una sonrisa que Zanna jamás olvidaría desde ese momento.
FREY: Te amo.
El corazón de la chica y de Challen se aceleraron al oír esa confesión.
Entonces Frey retrocedió unos pasos, alejándose de Zannaleah, la cual quiso cogerle la mano, pero Moira se lo impidió.
Ante las miradas de Zaebard y de los demás, el jefe de los Cazadores de Bestias desapareció junto con la luz dorada.
________________________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
SweeT PrincesS- Mensajes : 124
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Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 12
Waaaa frey!!! TT.TT ha asumido todo D: que noble cazador! Lo admiro q.q
y coso, wow por fin Shanner! Bravo!!! Se le "semi.declara"!!! Algo pacional pero bueno, por fin esos dos dejande de hacerse rogar e.e tedraxshanner que genialidad *-* desde un inicio siempre supe que ellos dos harían pareja xD
espero la conti!!! Por fin han atrapado a cian así que sólo queda que Azalea y Falon vuelvan y que Tedra y Shanner se amén (oficialmente) plus relación ZannaChallen y un novio para la baka de Cerith, aunque no es necesario
y coso, wow por fin Shanner! Bravo!!! Se le "semi.declara"!!! Algo pacional pero bueno, por fin esos dos dejande de hacerse rogar e.e tedraxshanner que genialidad *-* desde un inicio siempre supe que ellos dos harían pareja xD
espero la conti!!! Por fin han atrapado a cian así que sólo queda que Azalea y Falon vuelvan y que Tedra y Shanner se amén (oficialmente) plus relación ZannaChallen y un novio para la baka de Cerith, aunque no es necesario
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Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 12
Que bien que ya regresaron a su tiempo. Pobre de Frey,y se nota que Zanna si lo quiere.
Que triste que Challen no aya podido besar a Zanna se nota que ama a Azalea
Que triste que Challen no aya podido besar a Zanna se nota que ama a Azalea
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Mar Jun 07, 2022 3:06 am por Tsuki Kuroi
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Vie Feb 10, 2017 12:56 am por miyu yami
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Dom Ene 22, 2017 1:35 am por yuki-chan~
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Jue Ago 25, 2016 9:00 pm por natiyami
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Sáb Ago 20, 2016 8:30 pm por natiyami
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Dom Feb 28, 2016 11:00 am por Katherina Kusanovic
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Dom Feb 28, 2016 10:45 am por Katherina Kusanovic
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Miér Feb 17, 2016 10:30 pm por Tyrion
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Miér Feb 17, 2016 10:25 pm por Tyrion