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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 16
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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 16
"Desnúdame El Alma"
PARTE 3 (FINAL)
Al día siguiente, Tedra recibió a sus invitados en el jardín.
La fiesta sería estupenda.
Estaría entretenida y rodeada de amigos y amigas.
Pero para completar su alegría…faltaba su invitado especial.
Se había puesto un estrecho y apretado vestido azul oscuro que delineaba todas sus sensuales curvas y armonizaba con el color de sus ojos.
El cabello lo tenía recogido en una corona de trenzas y decorado con perlas del mismo tono azul.
Estaba exquisita.
Saludó y atendió a todos los invitados hasta que oyó el sonido de una nave aterrizando.
Su corazón dio un vuelco y corrió hacia el jardín central, dónde de la nave salieron Zaebard, su esposa Yaridis, sus dos hijos y…
Los sentimientos renacieron al volver a verlo.
Oh, Dios…
Shaner estaba tan guapo trajeado de negro, con ese parche oscuro en su ojo herido, con su expresión siempre tan seria…tan distante…
Respiró hondo y sonrió a los recién llegados.
TEDRA: Bienvenidos.
ZAEBARD: Hola, Tedra. Un gusto volver a verte.
TEDRA: El gusto es mío. Pasad al jardín, ahí están mis padres. Tienen ganas de veros.
ZAEBARD: Nosotros también.
En cuanto el rey y su familia se alejaron, Tedra acorraló a Shaner, el cual no pudo evitar admirar la belleza de esa princesa.
TEDRA: Hola, Shaner.
SHANER: Hola, Alteza.
TEDRA: ¿Cómo te ha ido todo?
SHANER: Muy bien.
TEDRA: Me imagino…
SHANER: ¿Y a vos?
TEDRA: Genial. Todo genial.
SHANER: Me alegro.
TEDRA: Sí, yo sé que te alegras.
El guerrero arqueó una ceja al darse cuenta de que Tedra le hablaba con ironía, así que decidió no tocar terreno peligroso.
Le hizo una pequeña reverencia y se dirigió hacia los reyes de Kan-is-Tra para saludarlos.
La chica respiró hondo y se dedicó a pasárselo bien.
Muy pronto acorralaría a ese capitán que tanto deseaba.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------
Falon tenía la mente embotada.
Y no solo por el alcohol que había ingerido con sus amigos…sino a causa de los recuerdos de Azalea.
Sus lágrimas…su dolor…sus palabras…
Se sentía tan confuso.
Bajó de su caballo y desde ahí pudo oír la música que llegaba del jardín.
Se dirigió allí y lo vio lleno de gente conversando, riendo y bailando.
Esto era obra de su hermana.
Pero se alegró de ver a Zaebard y a los suyos, así que se acercó a saludar con un abrazo y una amistosa palmada en la espalda.
FALON: ¿Cómo va todo desde el viaje al pasado?
ZAEBARD: Todo perfecto. ¿Qué hay de nuevo en tu vida?
FALON: Bueno, he empezado a salir con mis amigos otra vez.
REY KAN-IS-TRA: Apenas está en casa.
FALON: Soy joven, padre. Me gusta disfrutar de la vida.
ZAEBARD: ¿Y qué se sabe de Cerith? Pronto se retomarán las clases.
FALON: No sé cuándo regresará. Espero que le esté yendo bien como nueva Cazadora de Bestias.
ZAEBARD: Hay alumnos que ya están en mi reino, incluida Azalea.
FALON: ¿Qué? ¿Azalea?
ZAEBARD: Sí. Ayer mismo llegó al castillo. Pensé que lo sabías.
FALON: Me imagino el motivo por el cual se ha ido…
ZAEBARD: ¿Ha pasado algo grave?
FALON: Eso es algo que le corresponde a ella contarte.
Tedra se instaló al lado de su hermano y entró en la conversación sin dejar de mirar y sonreírle a Shaner, el cual empezaba a incomodarse.
No podía negar que había pasado una semana muy tranquila lejos de esa princesa.
Pero también aceptaba el hecho de que había pensado mucho en ella.
Incluso se había preocupado por su bienestar. Y aquí, hoy presente, podía comprobar que estaba perfectamente bien. Así que ya podría regresar más relajado a Ciudad Aion…lejos de ella…
TEDRA: Creo que iré contigo a Aion, Zaebard. (n_n)
Al oír eso, Shaner se atragantó con el ponche y comenzó a toser, bajo la atenta mirada y maliciosa sonrisa de Tedra.
Falon le palmeó la espalda para aliviarle la tos.
ZAEBARD: ¿En serio?
TEDRA: Sí. Estoy tan aburrida sin Cerith que debo cambiar de ambiente.
ZAEBARD: ¿Y por qué no viajas a algún otro lugar que no conozcas?
TEDRA: Lo he pensado pero es que Aion me encanta.
ZAEBARD: Bueno, que sepas que siempre serás bienvenida.
TEDRA: Gracias.
El plan de Tedra estaba idealizado en su mente.
En primer lugar, quería comprobar si Shaner la seguía deseando. Y si era que sí, no dudaría en usar de nuevo sus armas de mujer.
Pronto lo seduciría y lo haría suyo aunque tuviera que hacer trampas en el intento.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
Zannaleah estaba destrozada. Completamente sola.
Había sido olvidada. Estaba siendo odiada.
¿Qué había hecho mal en esta vida para merecer tanto sufrimiento?
Cargó con su mochila en el hombro y salió de la casita para encontrarse de frente con el padre de Challen.
HOMBRE: ¿Te vas?
ZANNA: Sí. Ya estoy bastante recuperada.
HOMBRE: ¿Estás segura? Te veo demasiado pálida y…
ZANNA: Estoy bien. Gracias por todo y cuídese mucho.
HOMBRE: Pero…
Con el corazón encogido, la chica se encaminó sin rumbo, hacia ningún lugar en particular, pues no tenía a dónde ir.
Solo le quedaba visitar a Moira, que vivía en Ciudad Dorada. Pero estaba tan lejos que tardaría días en llegar.
¿Dónde podía conseguir un caballo?
Apenas tenía dinero…
Caminó y caminó hasta el atardecer. Y sus pasos la llevaron a Ciudad Kan-is-Tra, justo donde estaba situado el reino del príncipe Falon.
¿La ayudaría si se lo pedía?
Inspiró profundamente y se acercó al arco de entrada hasta llegar dónde estaban los dos guardias postrados en la gran puerta.
ZANNA: Hola… ¿Podría ver al príncipe Falon?
GUARDIA: ¿Quién eres tú?
ZANNA: Una…amiga. Mi nombre es Zannaleah.
GUARDIA: Veré si desea verte. Espera un momento.
Un minuto más tarde, Falon salió a recibirla.
FALON: Hola. ¿Qué te trae por aquí?
ZANNA: Yo…paseaba por ahí y…me perdí. Por suerte…encontré vuestro reino, Alteza. (///)
FALON: Ya veo. ¿Necesitas algo?
Esa pregunta desmoronó por completo a la chica, la cual rompió a llorar y Falon se sintió perdido.
Se parecía tanto a Azalea que no pudo evitar tocarle el hombro.
FALON: ¿Estás bien?
ZANNA: No… Lo siento, yo…
FALON: Será mejor que entres.
Fue llevada a una de las habitaciones de invitados.
FALON: Si deseas bañarte o comer…
ZANNA: No, no. Muchas gracias. Solo deseo descansar.
FALON: De acuerdo. Pero si necesitas algo no dudes en pedirlo.
Dicho eso, se marchó.
Zanna se acostó en la cama y lloró hasta quedarse dormida.
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Tedra había tomado demasiado ponche y se sentía flotar.
Y es que para sentirse con valentía se necesitaba una buena dosis de ese dulce ponche.
En cuanto vio que Shaner se había quedado solo, se le acercó y le sonrió.
TEDRA: ¿Te lo estás pasando bien?
SHANER: No me gustan las fiestas.
TEDRA: No te gusta nada. Solamente tu espada. Eres tan aburrido… (¬ ¬)
SHANER: Si tan aburrido soy, ¿qué hacéis hablando conmigo?
TEDRA: Simplemente me gusta atender a mis invitados y procurar que disfruten de la velada.
SHANER: Si por mí fuera, me largaría ahora mismo.
TEDRA: ¿Entonces por qué has asistido?
SHANER: Es mi obligación ir a dónde vayan Zaebard y su familia.
TEDRA: Ya veo. En fin, de todos modos, si necesitas algo, avísame.
Estuvo a punto de soltarle: “si me necesitas, búscame”. Pero solo le sonrió y se alejó hacia su grupo de amigos.
Pero fue un error alejarse de él, ya que varias chicas lo rodearon para coquetear en su cara.
La punzada de celos fue inmediata y profunda.
Si no se andaba con cuidado, alguna de esas tontas podría captar la atención de su guerrero.
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Falon se sentía cansado y con ganas de dormir.
Estaba contento de poder hablar con Zaebard y su familia pero esa fiesta no tenía sentido sin Azalea.
El corazón le dio un vuelco.
¿Por qué demonios pensaba eso?
Era el maldito alcohol lo que le hacía perder la cabeza.
Se disculpó ante todos y se encaminó hacia su habitación, pero a medio camino del pasillo lo detuvo Zaebard.
ZAEBARD: No tienes buen aspecto, amigo.
FALON: Por eso me voy a la cama.
ZAEBARD: ¿Estás seguro que solo es cansancio?
FALON: ¿Qué más podría ser?
ZAEBARD: Desde que te alejaste de Azalea eres otro.
FALON: Oh, vamos. No empieces con eso.
ZAEBARD: No te hagas el fuerte conmigo, Falon. Pude ver en ella una profunda tristeza. ¿Cuándo podré saber qué pasó entre los dos para terminar así de mal?
El príncipe lo miró con mala cara, pero sabía que el joven rey no se iría hasta conocer los hechos.
Resopló y caminó por el pasillo hasta llegar a la terraza de la primera torre.
Zaebard lo siguió y se colocó a su lado.
Observaron el cielo estrellado en silencio hasta que Falon respiró hondo.
FALON: Siempre odié a Azalea.
ZAEBARD: Y ella a ti. Hasta que te enamoraste.
FALON: No, Zaebard. Me enamoré de alguien que fingió ser.
ZAEBARD: No entiendo…
FALON: Tedra y yo no podíamos creer que hubiera cambiado tanto físicamente. Y Tedra empezó a pensar que era adoptada.
ZAEBARD: Pero eso es absurdo.
FALON: Eso mismo dije yo. Hasta que la propia Azalea nos aseguró que efectivamente era adoptada. Y a mí me dijo que su nombre verdadero era Zannaleah.
ZAEBARD: ¿Por qué usó el nombre de la Cazadora de Bestias?
FALON: No tengo idea. Desde un principio ella supo que me gustaba. Que la deseaba. Y lo utilizó en su beneficio junto con la mentira de su adopción. Me sedujo hasta la locura.
ZAEBARD: …
FALON: Me enamoré, sí. La hice mía. Le entregué todo de mí. Pero descubrí su engaño.
Apretó los puños al recordar ese doloroso episodio de pasar de la mentira a la verdad.
ZAEBARD: Fue en vuestra luna de miel, ¿verdad?
FALON: Sí.
ZAEBARD: ¿Cómo se lo tomó ella?
FALON: Lloró y juró que también se había enamorado de mí en ese proceso vengativo.
ZAEBARD: Supongo que no la creíste.
FALON: Supones bien.
ZAEBARD: ¿Por qué no?
FALON: Maldita sea, Zaebard. No esperarás que le crea después de unos planes de venganza tan bien trazados.
ZAEBARD: Está bien. Estás en tu derecho de no creerla. ¿Pero te has parado a pensar que esa venganza está más que justificada?
FALON: ¿Vas a ponerte de su parte?
ZAEBARD: No. Pero yo la conozco desde pequeña. Igual que a ti, que a Tedra y que a Cerith. Por desgracia, pude ver más allá de vuestra niñez.
Falon lo miró sin comprender esa frase.
El rey parecía demasiado serio, y cualquiera diría que también le afectaba esa situación.
ZAEBARD: Azalea fue una niña muy poco agraciada, y su soledad la tornó fría y distante. Tras soportar tantas burlas y humillaciones, su carácter se endureció hasta volverse rebelde y altanera con todo el mundo.
FALON: Y tan altanera. (¬ ¬)
ZAEBARD: Odiar a alguien por su fealdad es el mayor error que un ser humano puede cometer.
Zaebard recordó a aquella niña fea y sola en su propia fiesta de cumpleaños.
Todos los niños habían conocido su parte altanera y fuerte. Pero nadie jamás llegó a conocer sus lágrimas.
Tan solo él.
ZAEBARD: No es nada fácil ser poco agraciado y aceptarlo. Pero mucho peor es ser siempre el centro de burlas y ofensas. ¿Podrías ponerte por un instante en el lugar de Azalea niña?
FALON: …
ZAEBARD: El día de su cumpleaños, sola en medio del jardín…mirando de lejos los niños jugar…como si ella no existiera. Y de pronto, en vez de recibir regalos y felicitaciones…lo único que recibió fueron globos de agua que la empaparon y le destrozaron el peinado.
Falon se puso tenso.
Aquellos globos de agua fueron lanzados por él mismo y por Tedra.
ZAEBARD: En vez de recibir besos y abrazos, solo recibió las risas y las burlas de todos los niños. Después continuaron jugando como si nada hubiera pasado. ¿Y qué hizo ella?
FALON: …
ZAEBARD: Aguantar. Soportar. Quedarse de nuevo sola pero sin derrumbarse. No soltó ni una sola lágrima. Y mientras tanto, sus padres prestaban más atención a los padres de esos niños que a su propia hija.
Ese relato logró dejar a Falon preso de una profunda culpabilidad.
No pudo evitar imaginarse a Azalea siendo niña, abandonada y humillada en su propio cumpleaños…
Pero entonces recordó su cambio físico para mejor y su odiosa venganza.
FALON: Éramos unos malditos niños.
ZAEBARD: Lo sé. Pero eso no justifica que tú y Tedra siguierais odiándola.
El príncipe quiso replicar, pero ese rey tenía razón.
Podía ver las cosas desde otro punto de vista, pero…pero…
ZAEBARD: Los dioses vieron el sufrimiento de esa niña y le otorgaron el arma de su belleza para usarla en contra de sus enemigos.
Un arma muy letal, por cierto. Y muy efectiva también.
Por todos los demonios…
La mente de Falon se desvió hacia los recuerdos del hermoso cuerpo desnudo de Azalea…
ZAEBARD: La venganza de la princesa fue justificada. Y creo que debe ser perdonada.
FALON: Es fácil decirlo cuando no es tu corazón el que fue pisoteado.
De pronto, Zaebard lo agarró del cuello de la camisa y lo zarandeó con fuerza.
ZAEBARD: ¡Maldita sea, Falon! ¡¿Es que no ves más allá de tus narices?! ¡Siendo niña le destrozasteis su corazón! ¡Y lo único que hizo fue recoger esos pedacitos durante años hasta completarlo de nuevo y entregártelo a ti!
Falon parpadeó, asombrado por la furia de su amigo, el cual lo soltó con brusquedad y lo miró con enojo.
ZAEBARD: Un corazón que no te mereces.
Dicho eso, se fue, dejándolo estupefacto y clavado en el suelo.
Mientras que todas esas palabras iban derrumbando parte del muro de piedra que rodeaba su alma.
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Tedra no podía creer lo que veían sus ojos…
¡Shaner se iba de la fiesta acompañado por una de sus amigas!
El dolor de corazón fue agudo y la furia la dominó por completo.
Se tomó de un solo trago el ponche y disimuló ante todos para poder salir huyendo hacia el jardín trasero.
Con sigilo y silencio siguió a Shaner y a la chica hasta llegar a la zona más apartada y solitaria de ese jardín.
Se ocultó tras la fuente de agua y vio cómo el guerrero ponía a su amiga contra el muro de piedra y le alzaba el vestido para tocar sus piernas.
Los celos la atravesaron como un puñal.
Tanto que había deseado ser besada y acariciada por ese hombre…
Tantas veces que ese hombre la había rechazado…
¡Y ahora estaba poniendo las manos en otro cuerpo que no era el de ella!
¡Pues no pensaba permitirlo!
Apretó los dientes y se encaminó hacia la parejita…
TEDRA: ¡Parad ahora mismo! (>//<)
Tanto Shaner y como la chica la miraron con sorpresa. Y pronto, la amiga empalideció y salió huyendo de ahí.
El capitán se pasó la mano por el cabello en un gesto de frustración.
TEDRA: ¿Cómo te atreves a hacer esto en mi propio reino?
SHANER: Buscar un poco de placer no es nada malo, princesa.
Tedra se quedó boquiabierta ante esa respuesta… Sin poder creer que ese reservado y respetable guerrero estuviera hablando con tanta sorna.
SHANER: Cerrad la boca antes de que os entre un insecto.
TEDRA: Estás…completamente borracho. Por eso actúas así.
SHANER: Prefiero sentirme así que permanecer agobiado en malditas fiestas como esta.
TEDRA: Pues podrías haber pedido una habitación de invitados para relajarte y no venir hasta aquí con una de mis amigas para…para…
Se sonrojó violentamente y soltó un gritito lleno de desesperación.
Jamás antes había visto a Shaner tan bebido. Y esta faceta atrevida no le gustaba para nada.
Prefería su seriedad, su frialdad, su distante personalidad…
SHANER: Os pido disculpas si os ha molestado usar…vuestro jardín para mi momento apasionado.
¿Momento apasionado?
Tedra estaba a punto de perder los estribos, por lo que se acercó más a él y clavó el dedo índice en ese fuerte pecho.
TEDRA: ¡No solo eso me ha molestado! ¡Acabas de tocar a una de mis amigas!
SHANER: ¿Qué tiene de malo? Es alguien que puede tener sexo conmigo sin necesidad de un compromiso después.
TEDRA: ¡Así que es eso!
SHANER: ¿El qué?
TEDRA: Crees que si me entrego a ti te obligarán a casarte conmigo por ser princesa.
Shaner gruñó y se encaminó hacia el jardín principal.
No deseaba tocar ese maldito tema con esa maldita princesa en ese preciso momento…
TEDRA: ¡¿Adónde crees que vas?!
Lo siguió y lo detuvo del brazo para mirarlo con enfado y con comprensión a la vez.
TEDRA: Si es eso lo que te retiene, no te preocupes. Nadie sabrá que me entregaré a ti.
El guerrero la miró sin parpadear, por lo que ella agachó el rostro y ocultó como pudo su vergüenza.
TEDRA: Estoy enamorada de ti y quiero ser tuya.
Ya está. Ya lo había dicho.
Pudo sentir que la carga emocional pesaba menos.
El ponche hacía milagros…
Ahora no habría malentendidos entre ella y él.
Ahora Shaner podría actuar con libertad y hacerle el amor.
Pero entonces, el guerrero se echó a reír y la chica lo miró en silencio, sin comprender esa risa.
Era la primera vez que lo veía reír.
¿Sería alegría por ella o simplemente causa del alcohol?
SHANER: Es la cosa más graciosa que habéis dicho desde que os conozco.
El corazón de la princesa se detuvo.
¿Confesar sus sentimientos…era gracioso?
Vio que Shaner la miraba con una burlona sonrisa.
SHANER: Jamás pondré mis manos encima de vuestro cuerpo.
Tras decir eso, se marchó, dejándola clavada en el suelo y sangrando por dentro.
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Pasaron los días y Azalea al fin retomó los estudios junto a Lilly, Aika y Lenoic.
La profesora llamó la atención de sus alumnos y repartió los nuevos cuadernos de ese semestre.
Entonces, a media clase, la puerta se abrió y todos clavaron la mirada en la recién llegada, la cual seguía sin soportar ser el centro de atención.
Azalea se asombró al ver el cambio físico de… ¡Cerith!
CERITH: Siento llegar tarde… (///)
PROFESORA: Tranquila. Coge este cuaderno y siéntate.
CERITH: Gracias.
Con el cabello más largo y con una expresión más serena, Cerith se veía realmente estupenda.
¿Tanto hacían cambiar las pruebas para ser Cazador de Bestias?
Más de un chico la miraba con bastante interés. Y por primera vez, Azalea se sintió insegura con respecto a su enemiga.
¿Con qué ojos la miraría ahora Falon?
Por suerte él no estaba aquí, y suponía que no vendría a Aion.
En cuanto finalizó la clase, la princesa y sus amigos se reunieron con Challen y las mascotas en el inmenso jardín, para disfrutar del primer picnic de esa temporada.
AIKA: Yo he preparado mi famosa pasta fresca. (^o^)
LILLY: Yo este pastel de carne. (n_n)
CHALLEN: He traído ensalada verde.
LENOIC: Yo es-este postre… (///)
AZALEA: ¡Y yo mis famosas coronas de flores para decorar el picnic!
AIKA: Has tenido una semana completa para aprender a cocinar.
AZALEA: Y llevo meses diciéndote que jamás aprenderé a cocinar. (¬ ¬)
LILLY: ¿Por qué no? Es divertido si lo hacemos en grupo. Mañana iniciaremos tu primera clase de cocina.
AZALEA: ¡Por supuesto que no! Las princesas no cocinan.
Los demás se echaron a reír y siguieron disfrutando del picnic bajo el sol otoñal.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tanto Tedra y como Falon yacían sentados en la biblioteca de su castillo.
Él, observando a través de la ventana con alcohol en la mano.
Ella, leyendo un libro, pero con la cabeza en otro lado.
Los dos serios y distantes.
Era tanto el silencio que el príncipe tuvo que hablar para romperlo.
FALON: Han pasado dos días desde que se fue Zaebard.
TEDRA: Ajá.
FALON: Dijiste que irías con él a Ciudad Aion.
TEDRA: Lo sé.
FALON: ¿Por qué no fuiste?
TEDRA: Se me quitaron las ganas.
FALON: ¿Así de repente?
TEDRA: Pues sí.
FALON: ¿Qué pasó, Tedra?
TEDRA: ¿Qué te pasa a ti que estás tan pensativo?
Falon se encogió de hombros y dio un trago a la botella.
Le pasaba de todo desde que habló con Zaebard, dos noches atrás.
No podía olvidar sus últimas palabras: “Siendo niña le destrozasteis su corazón.
Y lo único que hizo fue recoger esos pedacitos durante años hasta completarlo y entregártelo a ti. Un corazón que no te mereces”.
Desde esa noche, Falon había padecido pesadillas sobre una niña llorando tras ser humillada y abandonada.
Tal y como él había dejado a Azalea en la luna de miel…
Humillada…abandonada…con el corazón roto de nuevo…y por su misma culpa.
TEDRA: Me imagino que aun piensas en esa estúpida.
FALON: Deja de insultarla, Tedra.
Los dos se sorprendieron ante esa defensa.
¿Desde cuándo había vuelto a defenderla?
Por todos los cielos… Se estaba volviendo loco.
Alguien tocó a la puerta y Tedra dio permiso.
Entró un mensajero y entregó una carta a la princesa, la cual la leyó y saltó de la silla de pura emoción.
TEDRA: ¡Cerith ha vuelto!
FALON: ¿En serio?
TEDRA: ¡Sí! Está en Aion, así que hoy mismo me voy para allá.
FALON: Dale saludos de mi parte.
Contenta de pronto, Tedra besó la mejilla de su hermano y se marchó a preparar su equipaje.
Falon volvió a tomar un trago y continuó mirando por la ventana.
¿Debía ir con Tedra a Aion o sería mejor quedarse donde estaba?
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Zannaleah se asomó a la terraza tras oír el ruido de una nave.
Se fijó en que Tedra se adentraba en ella, y entonces el corazón le dio un vuelco.
¿Esa nave…iría a Aion?
Haber pasado unos días encerrada en la habitación de este castillo le había servido para reflexionar.
Era hora de volver a casa y de ver a su madre.
Tomó aire y se dirigió hacia la zona de aterrizaje.
Al girar la esquina del pasillo se topó con Falon.
ZANNA: Lo siento…
FALON: Tranquila. ¿Ya estás mejor?
ZANNA: Sí, gracias. Ehm…yo…
FALON: Habla sin miedo.
ZANNA: ¿Esa nave…está destinada a Aion?
FALON: Así es.
ZANNA: Oh…esto…yo… ¿Podría ir? (///)
FALON: ¿Conoces Aion? ¿Tienes a dónde ir?
ZANNA: Sí. Allí vive mi madre.
FALON: Entonces date prisa. La nave está a punto de despegar.
ZANNA: Muchas gracias por todo.
Le sonrió tímidamente y salió corriendo hacia el jardín de aterrizaje.
Falon se la quedó mirando hasta que la perdió de vista.
Era tan parecida físicamente a Azalea pero tan distinta de caracter…
Zannaleah era reservada y dulce…
Azalea tan atrevida y rebelde…
Entonces recordó que Zanna no podía viajar sin el permiso de la realeza.
Gruñó y corrió hacia el jardín.
Entró en la nave y vio a Tedra sentada y mirando extrañada a Zanna, la cual parecía incómoda.
El príncipe se acercó al piloto y dio permiso para la estancia de Zannaleah.
TEDRA: ¿Qué hace ella aquí, Falon?
FALON: Regresará con su madre, que vive en Aion.
TEDRA: Esta nave es exclusiva para la realeza.
ZANNA: Si os molesta mi presencia, puedo irme a otro lado de la nave, Alteza.
FALON: No será necesario, Zannaleah. Quédate dónde estás. Mi hermana no pondrá más objeciones.
Tedra le lanzó a su hermano una mirada llena de desaprobación.
Y Zanna se sintió mal al ver que los dos hermanos podrían discutir por su causa.
Quizá Tedra no la soportaba por ser la hermana de Azalea, pues tenía entendido que se odiaban.
¿Pero sabría la princesa Tedra que Azalea y ella eran hermanas?
El piloto miró al príncipe, dubitativo.
PILOTO: Alteza, ¿viajaréis vos también?
Falon se rascó la cabeza, mirando a su hermana, que estaba a punto de saltar sobre Zanna para atacarla.
Tendría que acompañarlas hasta Aion para evitar cualquier problema con Tedra.
Luego regresaría de nuevo a Kan-is-Tra ese mismo día.
FALON: Sí. Ya puedes despegar.
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El corazón de Azalea se aceleró al ver aterrizar la nave de Kan-is-Tra.
¿Estaría Falon ahí dentro?
No. No podía ser posible.
Debía ser Tedra, que venía a visitar a Cerith.
Desde la terraza vio que se abría la puerta de dicha nave y que efectivamente salía Tedra.
Suspiró con alivio y quiso darse la vuelta para irse, pero al ver que también salía Falon, el miedo le atenazó la garganta.
¿Es que el destino se empeñaba en traérselo a todos lados?
Entonces se puso pálida al ver bajar también a Zannaleah, la cual le sonrió tímidamente a Falon.
Esa escena le rompió todos los esquemas.
Empezó a temblar y a agitarse su respiración.
¿Era necesario seguir sufriendo? ¿Qué hacía esa estúpida aquí? ¡Y acompañada del chico que amaba!
Retrocedió tan rápido que al girarse se chocó con Challen, el cual la rodeó con sus brazos para evitar que cayera.
CHALLEN: Estáis pálida… ¿Pasa algo, Alteza?
Azalea lo miró con impotencia y se aferró a él con desesperación.
¿Sería posible que Falon estuviera saliendo con ella? ¿Sería posible que tuvieran un romance? ¿Sino qué explicación había al verlos llegar juntos de otro lado?
CHALLEN: ¿Alteza?
AZALEA: Escogiste venir conmigo, Challen.
CHALLEN: Y aquí estoy. ¿Por qué decís eso?
AZALEA: No volverás a abandonarme, ¿verdad?
CHALLEN: ¿Por qué habláis así? ¿Qué ocurre?
AZALEA: Zannaleah acaba de llegar…y si tú la ves de nuevo…yo…ella…tú…
Al verla tan nerviosa, Challen la abrazó y su pecho se llenó de calidez.
Azalea pudo relajarse como siempre le sucedía con su ángel de la guarda.
CHALLEN: No solo estoy aquí por lealtad a mi princesa, sino porque la amo también.
Ese amor incondicional que sentía su caballero era tan bonito…
Esa forma de amarla era tan especial…
Pero Falon la amó de esa misma forma, ¿verdad?
Se apartó de Challen y desvió la mirada.
No debía compararlo con el tonto de Falon.
AZALEA: Gracias.
CHALLEN: ¿Gracias por qué?
AZALEA: Por tranquilizarme. Iré a darme un baño aromatizado.
Le besó la mejilla y se fue.
Challen se asomó a la terraza y vio a Zannaleah caminando hacia el castillo junto a Falon.
¿Qué hacían ellos dos aquí?
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Después de clase, Azalea y sus amigos fueron al comedor real, dónde ya estaban Zaebard, Yaridis, Falon, Tedra y… Zannaleah.
Sintiéndose tensa, Azalea se sentó lo más lejos posible de su hermana y de Falon, el cual la miró con una extraña expresión en el rostro.
Zaebard alzó la copa, sonriendo.
ZAEBARD: Brindo por vuestro retorno.
Los criados sirvieron la comida y en ese momento llegó Cerith, que miró primero a Falon, y con un sonrojo, se sentó también.
CERITH: Hola a todos. (///)
FALON: Me alegro de verte, Cerith.
CERITH: Gracias. Yo también.
ZAEBARD: ¿Cómo te han ido las pruebas?
CERITH: Bastante bien.
Todos eran conscientes de su cambio físico, y para sorpresa de Azalea, se dio cuenta de que no sentía tanto odio por Cerith como tiempo atrás.
Quizá era por todas las palabras de aliento que le dijo una vez y que jamás olvidaría.
En cuanto llegó Challen, todos empezaron a comer.
Los únicos en conversar fueron el rey, su esposa, Falon, Lilly y Aika.
Parecía que todo había vuelto a la normalidad, pero no era así.
Habían cambiado tanto las cosas que nadie sabía si se arreglarían alguna vez.
______________________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
PARTE 3 (FINAL)
Al día siguiente, Tedra recibió a sus invitados en el jardín.
La fiesta sería estupenda.
Estaría entretenida y rodeada de amigos y amigas.
Pero para completar su alegría…faltaba su invitado especial.
Se había puesto un estrecho y apretado vestido azul oscuro que delineaba todas sus sensuales curvas y armonizaba con el color de sus ojos.
El cabello lo tenía recogido en una corona de trenzas y decorado con perlas del mismo tono azul.
Estaba exquisita.
Saludó y atendió a todos los invitados hasta que oyó el sonido de una nave aterrizando.
Su corazón dio un vuelco y corrió hacia el jardín central, dónde de la nave salieron Zaebard, su esposa Yaridis, sus dos hijos y…
Los sentimientos renacieron al volver a verlo.
Oh, Dios…
Shaner estaba tan guapo trajeado de negro, con ese parche oscuro en su ojo herido, con su expresión siempre tan seria…tan distante…
Respiró hondo y sonrió a los recién llegados.
TEDRA: Bienvenidos.
ZAEBARD: Hola, Tedra. Un gusto volver a verte.
TEDRA: El gusto es mío. Pasad al jardín, ahí están mis padres. Tienen ganas de veros.
ZAEBARD: Nosotros también.
En cuanto el rey y su familia se alejaron, Tedra acorraló a Shaner, el cual no pudo evitar admirar la belleza de esa princesa.
TEDRA: Hola, Shaner.
SHANER: Hola, Alteza.
TEDRA: ¿Cómo te ha ido todo?
SHANER: Muy bien.
TEDRA: Me imagino…
SHANER: ¿Y a vos?
TEDRA: Genial. Todo genial.
SHANER: Me alegro.
TEDRA: Sí, yo sé que te alegras.
El guerrero arqueó una ceja al darse cuenta de que Tedra le hablaba con ironía, así que decidió no tocar terreno peligroso.
Le hizo una pequeña reverencia y se dirigió hacia los reyes de Kan-is-Tra para saludarlos.
La chica respiró hondo y se dedicó a pasárselo bien.
Muy pronto acorralaría a ese capitán que tanto deseaba.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------
Falon tenía la mente embotada.
Y no solo por el alcohol que había ingerido con sus amigos…sino a causa de los recuerdos de Azalea.
Sus lágrimas…su dolor…sus palabras…
Se sentía tan confuso.
Bajó de su caballo y desde ahí pudo oír la música que llegaba del jardín.
Se dirigió allí y lo vio lleno de gente conversando, riendo y bailando.
Esto era obra de su hermana.
Pero se alegró de ver a Zaebard y a los suyos, así que se acercó a saludar con un abrazo y una amistosa palmada en la espalda.
FALON: ¿Cómo va todo desde el viaje al pasado?
ZAEBARD: Todo perfecto. ¿Qué hay de nuevo en tu vida?
FALON: Bueno, he empezado a salir con mis amigos otra vez.
REY KAN-IS-TRA: Apenas está en casa.
FALON: Soy joven, padre. Me gusta disfrutar de la vida.
ZAEBARD: ¿Y qué se sabe de Cerith? Pronto se retomarán las clases.
FALON: No sé cuándo regresará. Espero que le esté yendo bien como nueva Cazadora de Bestias.
ZAEBARD: Hay alumnos que ya están en mi reino, incluida Azalea.
FALON: ¿Qué? ¿Azalea?
ZAEBARD: Sí. Ayer mismo llegó al castillo. Pensé que lo sabías.
FALON: Me imagino el motivo por el cual se ha ido…
ZAEBARD: ¿Ha pasado algo grave?
FALON: Eso es algo que le corresponde a ella contarte.
Tedra se instaló al lado de su hermano y entró en la conversación sin dejar de mirar y sonreírle a Shaner, el cual empezaba a incomodarse.
No podía negar que había pasado una semana muy tranquila lejos de esa princesa.
Pero también aceptaba el hecho de que había pensado mucho en ella.
Incluso se había preocupado por su bienestar. Y aquí, hoy presente, podía comprobar que estaba perfectamente bien. Así que ya podría regresar más relajado a Ciudad Aion…lejos de ella…
TEDRA: Creo que iré contigo a Aion, Zaebard. (n_n)
Al oír eso, Shaner se atragantó con el ponche y comenzó a toser, bajo la atenta mirada y maliciosa sonrisa de Tedra.
Falon le palmeó la espalda para aliviarle la tos.
ZAEBARD: ¿En serio?
TEDRA: Sí. Estoy tan aburrida sin Cerith que debo cambiar de ambiente.
ZAEBARD: ¿Y por qué no viajas a algún otro lugar que no conozcas?
TEDRA: Lo he pensado pero es que Aion me encanta.
ZAEBARD: Bueno, que sepas que siempre serás bienvenida.
TEDRA: Gracias.
El plan de Tedra estaba idealizado en su mente.
En primer lugar, quería comprobar si Shaner la seguía deseando. Y si era que sí, no dudaría en usar de nuevo sus armas de mujer.
Pronto lo seduciría y lo haría suyo aunque tuviera que hacer trampas en el intento.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
Zannaleah estaba destrozada. Completamente sola.
Había sido olvidada. Estaba siendo odiada.
¿Qué había hecho mal en esta vida para merecer tanto sufrimiento?
Cargó con su mochila en el hombro y salió de la casita para encontrarse de frente con el padre de Challen.
HOMBRE: ¿Te vas?
ZANNA: Sí. Ya estoy bastante recuperada.
HOMBRE: ¿Estás segura? Te veo demasiado pálida y…
ZANNA: Estoy bien. Gracias por todo y cuídese mucho.
HOMBRE: Pero…
Con el corazón encogido, la chica se encaminó sin rumbo, hacia ningún lugar en particular, pues no tenía a dónde ir.
Solo le quedaba visitar a Moira, que vivía en Ciudad Dorada. Pero estaba tan lejos que tardaría días en llegar.
¿Dónde podía conseguir un caballo?
Apenas tenía dinero…
Caminó y caminó hasta el atardecer. Y sus pasos la llevaron a Ciudad Kan-is-Tra, justo donde estaba situado el reino del príncipe Falon.
¿La ayudaría si se lo pedía?
Inspiró profundamente y se acercó al arco de entrada hasta llegar dónde estaban los dos guardias postrados en la gran puerta.
ZANNA: Hola… ¿Podría ver al príncipe Falon?
GUARDIA: ¿Quién eres tú?
ZANNA: Una…amiga. Mi nombre es Zannaleah.
GUARDIA: Veré si desea verte. Espera un momento.
Un minuto más tarde, Falon salió a recibirla.
FALON: Hola. ¿Qué te trae por aquí?
ZANNA: Yo…paseaba por ahí y…me perdí. Por suerte…encontré vuestro reino, Alteza. (///)
FALON: Ya veo. ¿Necesitas algo?
Esa pregunta desmoronó por completo a la chica, la cual rompió a llorar y Falon se sintió perdido.
Se parecía tanto a Azalea que no pudo evitar tocarle el hombro.
FALON: ¿Estás bien?
ZANNA: No… Lo siento, yo…
FALON: Será mejor que entres.
Fue llevada a una de las habitaciones de invitados.
FALON: Si deseas bañarte o comer…
ZANNA: No, no. Muchas gracias. Solo deseo descansar.
FALON: De acuerdo. Pero si necesitas algo no dudes en pedirlo.
Dicho eso, se marchó.
Zanna se acostó en la cama y lloró hasta quedarse dormida.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tedra había tomado demasiado ponche y se sentía flotar.
Y es que para sentirse con valentía se necesitaba una buena dosis de ese dulce ponche.
En cuanto vio que Shaner se había quedado solo, se le acercó y le sonrió.
TEDRA: ¿Te lo estás pasando bien?
SHANER: No me gustan las fiestas.
TEDRA: No te gusta nada. Solamente tu espada. Eres tan aburrido… (¬ ¬)
SHANER: Si tan aburrido soy, ¿qué hacéis hablando conmigo?
TEDRA: Simplemente me gusta atender a mis invitados y procurar que disfruten de la velada.
SHANER: Si por mí fuera, me largaría ahora mismo.
TEDRA: ¿Entonces por qué has asistido?
SHANER: Es mi obligación ir a dónde vayan Zaebard y su familia.
TEDRA: Ya veo. En fin, de todos modos, si necesitas algo, avísame.
Estuvo a punto de soltarle: “si me necesitas, búscame”. Pero solo le sonrió y se alejó hacia su grupo de amigos.
Pero fue un error alejarse de él, ya que varias chicas lo rodearon para coquetear en su cara.
La punzada de celos fue inmediata y profunda.
Si no se andaba con cuidado, alguna de esas tontas podría captar la atención de su guerrero.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Falon se sentía cansado y con ganas de dormir.
Estaba contento de poder hablar con Zaebard y su familia pero esa fiesta no tenía sentido sin Azalea.
El corazón le dio un vuelco.
¿Por qué demonios pensaba eso?
Era el maldito alcohol lo que le hacía perder la cabeza.
Se disculpó ante todos y se encaminó hacia su habitación, pero a medio camino del pasillo lo detuvo Zaebard.
ZAEBARD: No tienes buen aspecto, amigo.
FALON: Por eso me voy a la cama.
ZAEBARD: ¿Estás seguro que solo es cansancio?
FALON: ¿Qué más podría ser?
ZAEBARD: Desde que te alejaste de Azalea eres otro.
FALON: Oh, vamos. No empieces con eso.
ZAEBARD: No te hagas el fuerte conmigo, Falon. Pude ver en ella una profunda tristeza. ¿Cuándo podré saber qué pasó entre los dos para terminar así de mal?
El príncipe lo miró con mala cara, pero sabía que el joven rey no se iría hasta conocer los hechos.
Resopló y caminó por el pasillo hasta llegar a la terraza de la primera torre.
Zaebard lo siguió y se colocó a su lado.
Observaron el cielo estrellado en silencio hasta que Falon respiró hondo.
FALON: Siempre odié a Azalea.
ZAEBARD: Y ella a ti. Hasta que te enamoraste.
FALON: No, Zaebard. Me enamoré de alguien que fingió ser.
ZAEBARD: No entiendo…
FALON: Tedra y yo no podíamos creer que hubiera cambiado tanto físicamente. Y Tedra empezó a pensar que era adoptada.
ZAEBARD: Pero eso es absurdo.
FALON: Eso mismo dije yo. Hasta que la propia Azalea nos aseguró que efectivamente era adoptada. Y a mí me dijo que su nombre verdadero era Zannaleah.
ZAEBARD: ¿Por qué usó el nombre de la Cazadora de Bestias?
FALON: No tengo idea. Desde un principio ella supo que me gustaba. Que la deseaba. Y lo utilizó en su beneficio junto con la mentira de su adopción. Me sedujo hasta la locura.
ZAEBARD: …
FALON: Me enamoré, sí. La hice mía. Le entregué todo de mí. Pero descubrí su engaño.
Apretó los puños al recordar ese doloroso episodio de pasar de la mentira a la verdad.
ZAEBARD: Fue en vuestra luna de miel, ¿verdad?
FALON: Sí.
ZAEBARD: ¿Cómo se lo tomó ella?
FALON: Lloró y juró que también se había enamorado de mí en ese proceso vengativo.
ZAEBARD: Supongo que no la creíste.
FALON: Supones bien.
ZAEBARD: ¿Por qué no?
FALON: Maldita sea, Zaebard. No esperarás que le crea después de unos planes de venganza tan bien trazados.
ZAEBARD: Está bien. Estás en tu derecho de no creerla. ¿Pero te has parado a pensar que esa venganza está más que justificada?
FALON: ¿Vas a ponerte de su parte?
ZAEBARD: No. Pero yo la conozco desde pequeña. Igual que a ti, que a Tedra y que a Cerith. Por desgracia, pude ver más allá de vuestra niñez.
Falon lo miró sin comprender esa frase.
El rey parecía demasiado serio, y cualquiera diría que también le afectaba esa situación.
ZAEBARD: Azalea fue una niña muy poco agraciada, y su soledad la tornó fría y distante. Tras soportar tantas burlas y humillaciones, su carácter se endureció hasta volverse rebelde y altanera con todo el mundo.
FALON: Y tan altanera. (¬ ¬)
ZAEBARD: Odiar a alguien por su fealdad es el mayor error que un ser humano puede cometer.
Zaebard recordó a aquella niña fea y sola en su propia fiesta de cumpleaños.
Todos los niños habían conocido su parte altanera y fuerte. Pero nadie jamás llegó a conocer sus lágrimas.
Tan solo él.
ZAEBARD: No es nada fácil ser poco agraciado y aceptarlo. Pero mucho peor es ser siempre el centro de burlas y ofensas. ¿Podrías ponerte por un instante en el lugar de Azalea niña?
FALON: …
ZAEBARD: El día de su cumpleaños, sola en medio del jardín…mirando de lejos los niños jugar…como si ella no existiera. Y de pronto, en vez de recibir regalos y felicitaciones…lo único que recibió fueron globos de agua que la empaparon y le destrozaron el peinado.
Falon se puso tenso.
Aquellos globos de agua fueron lanzados por él mismo y por Tedra.
ZAEBARD: En vez de recibir besos y abrazos, solo recibió las risas y las burlas de todos los niños. Después continuaron jugando como si nada hubiera pasado. ¿Y qué hizo ella?
FALON: …
ZAEBARD: Aguantar. Soportar. Quedarse de nuevo sola pero sin derrumbarse. No soltó ni una sola lágrima. Y mientras tanto, sus padres prestaban más atención a los padres de esos niños que a su propia hija.
Ese relato logró dejar a Falon preso de una profunda culpabilidad.
No pudo evitar imaginarse a Azalea siendo niña, abandonada y humillada en su propio cumpleaños…
Pero entonces recordó su cambio físico para mejor y su odiosa venganza.
FALON: Éramos unos malditos niños.
ZAEBARD: Lo sé. Pero eso no justifica que tú y Tedra siguierais odiándola.
El príncipe quiso replicar, pero ese rey tenía razón.
Podía ver las cosas desde otro punto de vista, pero…pero…
ZAEBARD: Los dioses vieron el sufrimiento de esa niña y le otorgaron el arma de su belleza para usarla en contra de sus enemigos.
Un arma muy letal, por cierto. Y muy efectiva también.
Por todos los demonios…
La mente de Falon se desvió hacia los recuerdos del hermoso cuerpo desnudo de Azalea…
ZAEBARD: La venganza de la princesa fue justificada. Y creo que debe ser perdonada.
FALON: Es fácil decirlo cuando no es tu corazón el que fue pisoteado.
De pronto, Zaebard lo agarró del cuello de la camisa y lo zarandeó con fuerza.
ZAEBARD: ¡Maldita sea, Falon! ¡¿Es que no ves más allá de tus narices?! ¡Siendo niña le destrozasteis su corazón! ¡Y lo único que hizo fue recoger esos pedacitos durante años hasta completarlo de nuevo y entregártelo a ti!
Falon parpadeó, asombrado por la furia de su amigo, el cual lo soltó con brusquedad y lo miró con enojo.
ZAEBARD: Un corazón que no te mereces.
Dicho eso, se fue, dejándolo estupefacto y clavado en el suelo.
Mientras que todas esas palabras iban derrumbando parte del muro de piedra que rodeaba su alma.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tedra no podía creer lo que veían sus ojos…
¡Shaner se iba de la fiesta acompañado por una de sus amigas!
El dolor de corazón fue agudo y la furia la dominó por completo.
Se tomó de un solo trago el ponche y disimuló ante todos para poder salir huyendo hacia el jardín trasero.
Con sigilo y silencio siguió a Shaner y a la chica hasta llegar a la zona más apartada y solitaria de ese jardín.
Se ocultó tras la fuente de agua y vio cómo el guerrero ponía a su amiga contra el muro de piedra y le alzaba el vestido para tocar sus piernas.
Los celos la atravesaron como un puñal.
Tanto que había deseado ser besada y acariciada por ese hombre…
Tantas veces que ese hombre la había rechazado…
¡Y ahora estaba poniendo las manos en otro cuerpo que no era el de ella!
¡Pues no pensaba permitirlo!
Apretó los dientes y se encaminó hacia la parejita…
TEDRA: ¡Parad ahora mismo! (>//<)
Tanto Shaner y como la chica la miraron con sorpresa. Y pronto, la amiga empalideció y salió huyendo de ahí.
El capitán se pasó la mano por el cabello en un gesto de frustración.
TEDRA: ¿Cómo te atreves a hacer esto en mi propio reino?
SHANER: Buscar un poco de placer no es nada malo, princesa.
Tedra se quedó boquiabierta ante esa respuesta… Sin poder creer que ese reservado y respetable guerrero estuviera hablando con tanta sorna.
SHANER: Cerrad la boca antes de que os entre un insecto.
TEDRA: Estás…completamente borracho. Por eso actúas así.
SHANER: Prefiero sentirme así que permanecer agobiado en malditas fiestas como esta.
TEDRA: Pues podrías haber pedido una habitación de invitados para relajarte y no venir hasta aquí con una de mis amigas para…para…
Se sonrojó violentamente y soltó un gritito lleno de desesperación.
Jamás antes había visto a Shaner tan bebido. Y esta faceta atrevida no le gustaba para nada.
Prefería su seriedad, su frialdad, su distante personalidad…
SHANER: Os pido disculpas si os ha molestado usar…vuestro jardín para mi momento apasionado.
¿Momento apasionado?
Tedra estaba a punto de perder los estribos, por lo que se acercó más a él y clavó el dedo índice en ese fuerte pecho.
TEDRA: ¡No solo eso me ha molestado! ¡Acabas de tocar a una de mis amigas!
SHANER: ¿Qué tiene de malo? Es alguien que puede tener sexo conmigo sin necesidad de un compromiso después.
TEDRA: ¡Así que es eso!
SHANER: ¿El qué?
TEDRA: Crees que si me entrego a ti te obligarán a casarte conmigo por ser princesa.
Shaner gruñó y se encaminó hacia el jardín principal.
No deseaba tocar ese maldito tema con esa maldita princesa en ese preciso momento…
TEDRA: ¡¿Adónde crees que vas?!
Lo siguió y lo detuvo del brazo para mirarlo con enfado y con comprensión a la vez.
TEDRA: Si es eso lo que te retiene, no te preocupes. Nadie sabrá que me entregaré a ti.
El guerrero la miró sin parpadear, por lo que ella agachó el rostro y ocultó como pudo su vergüenza.
TEDRA: Estoy enamorada de ti y quiero ser tuya.
Ya está. Ya lo había dicho.
Pudo sentir que la carga emocional pesaba menos.
El ponche hacía milagros…
Ahora no habría malentendidos entre ella y él.
Ahora Shaner podría actuar con libertad y hacerle el amor.
Pero entonces, el guerrero se echó a reír y la chica lo miró en silencio, sin comprender esa risa.
Era la primera vez que lo veía reír.
¿Sería alegría por ella o simplemente causa del alcohol?
SHANER: Es la cosa más graciosa que habéis dicho desde que os conozco.
El corazón de la princesa se detuvo.
¿Confesar sus sentimientos…era gracioso?
Vio que Shaner la miraba con una burlona sonrisa.
SHANER: Jamás pondré mis manos encima de vuestro cuerpo.
Tras decir eso, se marchó, dejándola clavada en el suelo y sangrando por dentro.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Pasaron los días y Azalea al fin retomó los estudios junto a Lilly, Aika y Lenoic.
La profesora llamó la atención de sus alumnos y repartió los nuevos cuadernos de ese semestre.
Entonces, a media clase, la puerta se abrió y todos clavaron la mirada en la recién llegada, la cual seguía sin soportar ser el centro de atención.
Azalea se asombró al ver el cambio físico de… ¡Cerith!
CERITH: Siento llegar tarde… (///)
PROFESORA: Tranquila. Coge este cuaderno y siéntate.
CERITH: Gracias.
Con el cabello más largo y con una expresión más serena, Cerith se veía realmente estupenda.
¿Tanto hacían cambiar las pruebas para ser Cazador de Bestias?
Más de un chico la miraba con bastante interés. Y por primera vez, Azalea se sintió insegura con respecto a su enemiga.
¿Con qué ojos la miraría ahora Falon?
Por suerte él no estaba aquí, y suponía que no vendría a Aion.
En cuanto finalizó la clase, la princesa y sus amigos se reunieron con Challen y las mascotas en el inmenso jardín, para disfrutar del primer picnic de esa temporada.
AIKA: Yo he preparado mi famosa pasta fresca. (^o^)
LILLY: Yo este pastel de carne. (n_n)
CHALLEN: He traído ensalada verde.
LENOIC: Yo es-este postre… (///)
AZALEA: ¡Y yo mis famosas coronas de flores para decorar el picnic!
AIKA: Has tenido una semana completa para aprender a cocinar.
AZALEA: Y llevo meses diciéndote que jamás aprenderé a cocinar. (¬ ¬)
LILLY: ¿Por qué no? Es divertido si lo hacemos en grupo. Mañana iniciaremos tu primera clase de cocina.
AZALEA: ¡Por supuesto que no! Las princesas no cocinan.
Los demás se echaron a reír y siguieron disfrutando del picnic bajo el sol otoñal.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Tanto Tedra y como Falon yacían sentados en la biblioteca de su castillo.
Él, observando a través de la ventana con alcohol en la mano.
Ella, leyendo un libro, pero con la cabeza en otro lado.
Los dos serios y distantes.
Era tanto el silencio que el príncipe tuvo que hablar para romperlo.
FALON: Han pasado dos días desde que se fue Zaebard.
TEDRA: Ajá.
FALON: Dijiste que irías con él a Ciudad Aion.
TEDRA: Lo sé.
FALON: ¿Por qué no fuiste?
TEDRA: Se me quitaron las ganas.
FALON: ¿Así de repente?
TEDRA: Pues sí.
FALON: ¿Qué pasó, Tedra?
TEDRA: ¿Qué te pasa a ti que estás tan pensativo?
Falon se encogió de hombros y dio un trago a la botella.
Le pasaba de todo desde que habló con Zaebard, dos noches atrás.
No podía olvidar sus últimas palabras: “Siendo niña le destrozasteis su corazón.
Y lo único que hizo fue recoger esos pedacitos durante años hasta completarlo y entregártelo a ti. Un corazón que no te mereces”.
Desde esa noche, Falon había padecido pesadillas sobre una niña llorando tras ser humillada y abandonada.
Tal y como él había dejado a Azalea en la luna de miel…
Humillada…abandonada…con el corazón roto de nuevo…y por su misma culpa.
TEDRA: Me imagino que aun piensas en esa estúpida.
FALON: Deja de insultarla, Tedra.
Los dos se sorprendieron ante esa defensa.
¿Desde cuándo había vuelto a defenderla?
Por todos los cielos… Se estaba volviendo loco.
Alguien tocó a la puerta y Tedra dio permiso.
Entró un mensajero y entregó una carta a la princesa, la cual la leyó y saltó de la silla de pura emoción.
TEDRA: ¡Cerith ha vuelto!
FALON: ¿En serio?
TEDRA: ¡Sí! Está en Aion, así que hoy mismo me voy para allá.
FALON: Dale saludos de mi parte.
Contenta de pronto, Tedra besó la mejilla de su hermano y se marchó a preparar su equipaje.
Falon volvió a tomar un trago y continuó mirando por la ventana.
¿Debía ir con Tedra a Aion o sería mejor quedarse donde estaba?
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Zannaleah se asomó a la terraza tras oír el ruido de una nave.
Se fijó en que Tedra se adentraba en ella, y entonces el corazón le dio un vuelco.
¿Esa nave…iría a Aion?
Haber pasado unos días encerrada en la habitación de este castillo le había servido para reflexionar.
Era hora de volver a casa y de ver a su madre.
Tomó aire y se dirigió hacia la zona de aterrizaje.
Al girar la esquina del pasillo se topó con Falon.
ZANNA: Lo siento…
FALON: Tranquila. ¿Ya estás mejor?
ZANNA: Sí, gracias. Ehm…yo…
FALON: Habla sin miedo.
ZANNA: ¿Esa nave…está destinada a Aion?
FALON: Así es.
ZANNA: Oh…esto…yo… ¿Podría ir? (///)
FALON: ¿Conoces Aion? ¿Tienes a dónde ir?
ZANNA: Sí. Allí vive mi madre.
FALON: Entonces date prisa. La nave está a punto de despegar.
ZANNA: Muchas gracias por todo.
Le sonrió tímidamente y salió corriendo hacia el jardín de aterrizaje.
Falon se la quedó mirando hasta que la perdió de vista.
Era tan parecida físicamente a Azalea pero tan distinta de caracter…
Zannaleah era reservada y dulce…
Azalea tan atrevida y rebelde…
Entonces recordó que Zanna no podía viajar sin el permiso de la realeza.
Gruñó y corrió hacia el jardín.
Entró en la nave y vio a Tedra sentada y mirando extrañada a Zanna, la cual parecía incómoda.
El príncipe se acercó al piloto y dio permiso para la estancia de Zannaleah.
TEDRA: ¿Qué hace ella aquí, Falon?
FALON: Regresará con su madre, que vive en Aion.
TEDRA: Esta nave es exclusiva para la realeza.
ZANNA: Si os molesta mi presencia, puedo irme a otro lado de la nave, Alteza.
FALON: No será necesario, Zannaleah. Quédate dónde estás. Mi hermana no pondrá más objeciones.
Tedra le lanzó a su hermano una mirada llena de desaprobación.
Y Zanna se sintió mal al ver que los dos hermanos podrían discutir por su causa.
Quizá Tedra no la soportaba por ser la hermana de Azalea, pues tenía entendido que se odiaban.
¿Pero sabría la princesa Tedra que Azalea y ella eran hermanas?
El piloto miró al príncipe, dubitativo.
PILOTO: Alteza, ¿viajaréis vos también?
Falon se rascó la cabeza, mirando a su hermana, que estaba a punto de saltar sobre Zanna para atacarla.
Tendría que acompañarlas hasta Aion para evitar cualquier problema con Tedra.
Luego regresaría de nuevo a Kan-is-Tra ese mismo día.
FALON: Sí. Ya puedes despegar.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
El corazón de Azalea se aceleró al ver aterrizar la nave de Kan-is-Tra.
¿Estaría Falon ahí dentro?
No. No podía ser posible.
Debía ser Tedra, que venía a visitar a Cerith.
Desde la terraza vio que se abría la puerta de dicha nave y que efectivamente salía Tedra.
Suspiró con alivio y quiso darse la vuelta para irse, pero al ver que también salía Falon, el miedo le atenazó la garganta.
¿Es que el destino se empeñaba en traérselo a todos lados?
Entonces se puso pálida al ver bajar también a Zannaleah, la cual le sonrió tímidamente a Falon.
Esa escena le rompió todos los esquemas.
Empezó a temblar y a agitarse su respiración.
¿Era necesario seguir sufriendo? ¿Qué hacía esa estúpida aquí? ¡Y acompañada del chico que amaba!
Retrocedió tan rápido que al girarse se chocó con Challen, el cual la rodeó con sus brazos para evitar que cayera.
CHALLEN: Estáis pálida… ¿Pasa algo, Alteza?
Azalea lo miró con impotencia y se aferró a él con desesperación.
¿Sería posible que Falon estuviera saliendo con ella? ¿Sería posible que tuvieran un romance? ¿Sino qué explicación había al verlos llegar juntos de otro lado?
CHALLEN: ¿Alteza?
AZALEA: Escogiste venir conmigo, Challen.
CHALLEN: Y aquí estoy. ¿Por qué decís eso?
AZALEA: No volverás a abandonarme, ¿verdad?
CHALLEN: ¿Por qué habláis así? ¿Qué ocurre?
AZALEA: Zannaleah acaba de llegar…y si tú la ves de nuevo…yo…ella…tú…
Al verla tan nerviosa, Challen la abrazó y su pecho se llenó de calidez.
Azalea pudo relajarse como siempre le sucedía con su ángel de la guarda.
CHALLEN: No solo estoy aquí por lealtad a mi princesa, sino porque la amo también.
Ese amor incondicional que sentía su caballero era tan bonito…
Esa forma de amarla era tan especial…
Pero Falon la amó de esa misma forma, ¿verdad?
Se apartó de Challen y desvió la mirada.
No debía compararlo con el tonto de Falon.
AZALEA: Gracias.
CHALLEN: ¿Gracias por qué?
AZALEA: Por tranquilizarme. Iré a darme un baño aromatizado.
Le besó la mejilla y se fue.
Challen se asomó a la terraza y vio a Zannaleah caminando hacia el castillo junto a Falon.
¿Qué hacían ellos dos aquí?
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Después de clase, Azalea y sus amigos fueron al comedor real, dónde ya estaban Zaebard, Yaridis, Falon, Tedra y… Zannaleah.
Sintiéndose tensa, Azalea se sentó lo más lejos posible de su hermana y de Falon, el cual la miró con una extraña expresión en el rostro.
Zaebard alzó la copa, sonriendo.
ZAEBARD: Brindo por vuestro retorno.
Los criados sirvieron la comida y en ese momento llegó Cerith, que miró primero a Falon, y con un sonrojo, se sentó también.
CERITH: Hola a todos. (///)
FALON: Me alegro de verte, Cerith.
CERITH: Gracias. Yo también.
ZAEBARD: ¿Cómo te han ido las pruebas?
CERITH: Bastante bien.
Todos eran conscientes de su cambio físico, y para sorpresa de Azalea, se dio cuenta de que no sentía tanto odio por Cerith como tiempo atrás.
Quizá era por todas las palabras de aliento que le dijo una vez y que jamás olvidaría.
En cuanto llegó Challen, todos empezaron a comer.
Los únicos en conversar fueron el rey, su esposa, Falon, Lilly y Aika.
Parecía que todo había vuelto a la normalidad, pero no era así.
Habían cambiado tanto las cosas que nadie sabía si se arreglarían alguna vez.
______________________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
SweeT PrincesS- Mensajes : 124
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Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 16
Que buena discusión entre Falon y Zaebard. Pobre Zanna ella no tiene la culpa,ojala Azalea la pueda aceptar.
Challen *-* tan tierno y dulce como siempre.
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