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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
"Apartarme De Tu Lado"
PARTE 4
Challen se adentró en su habitación y se apoyó en la puerta con una mano en el pecho.
Le dolía…le ardía el corazón…le desgarraba el alma ver la cruda realidad…
Su respiración se agitaba con cada segundo que pasaba…sus ojos se llenaban de cálidas lágrimas…
Había luchado por mantener sus sentimientos a raya por el simple hecho de respetar a Azalea y de esperar a que tomara una decisión; pero no podía más.
Por más que había tratado de ser paciente y de soportar los enfrentamientos pasionales entre ella y Falon, el límite había llegado a su fin. No podía retrasarlo más, no debía seguir con esta agonía.
Tenía que dejar libre a su princesa; merecía ser feliz.
La amaba por encima de todo, pero no era justo para nadie seguir con la incertidumbre.
Era hora de darle las alas que la llevarían volando hasta el príncipe Falon.
Al fin las lágrimas se derramaron y lo hundieron en el dolor y la rendición.
Había escuchado toda la conversación entre Azalea y Falon en el pasillo. Se acabaron las dudas. Se terminó la espera. Era tiempo de cerrar ese capítulo de su vida. Y si ella no se atrevía a cerrarlo, lo haría él mismo.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Shaner yacía metido en la cama, recuperándose despacio de sus heridas, sin dejar de mirar la pulsera de zafiros que apretaba su gruesa muñeca.
Recordar la escena de Cian y de su ataque al castillo lo llenaba de furia; si no fuera por la maldita herida del pecho, en estos momentos ya estaría matando a ese malnacido traidor.
Cerró los ojos e hizo una mueca de dolor al sentir el pinchazo en las costillas.
No podía dejar de pensar en el rostro lleno de lágrimas de la princesa como tampoco podía olvidar sus palabras: “Prefiero sufrir por tu amor que llorar por tu muerte”.
Apretó los puños, sintiéndose impotente; ella no lloraría por su muerte pero sí dejaría de sufrir por su amor. Lo tenía más que decidido.
Él no conocía ese sentimiento, pero estaba dispuesto a compensarla y a cuidarla. Y si eso significaba permanecer todo el tiempo a su lado, lo haría.
Jamás volvería a dejarla sola. Jamás volvería a verla en peligro. Jamás volvería a verla llorar. Todo eso se acabó.
Llevaba un día en cama, pero no dejaría pasar otro más. No dejaría pasar más tiempo ni más oportunidades a todo lo que se refería a la felicidad de Tedra.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Había otra persona que permanecía en cama desde hacía bastantes días, pues se sentía enferma desde que Frey había desaparecido. Se encontraba sumida en una depresión; no quería comer ni salir de casa. No deseaba seguir viviendo. No sin Frey.
Moira entró en la estancia con una bandeja llena de comida, la cual depositó sobre la mesita y se sentó al lado de su amiga.
MOIRA: Es hora de comer.
ZANNA: No tengo apetito.
MOIRA: Almenos prueba el caldo. Te hará bien.
ZANNA: Gracias, pero no me apetece.
MOIRA: No puedes seguir así, Zanna. Eres joven y te queda toda una vida por delante.
ZANNA: No me interesa nada que no sea con Frey a mi lado.
Moira suspiró y se acercó a la ventana para admirar el paisaje que representaba ese lugar dentro del perímetro celestial.
¿Qué podía hacer reaccionar a su amiga? ¿Quizá ya era el momento de que supiera lo que estaba ocurriendo en Ciudad Aion?
MOIRA: Sé que necesitas a Frey, pero hay personas que te necesitan a ti, Zanna.
ZANNA: Te quiero, pero tú ya tienes a Fury.
MOIRA: No hablaba de mí, sino de tu madre, de Challen y de Azalea.
Mencionar esos tres nombres logró captar la atención de la enferma, que se incorporó en la cama para observar la tensa espalda de Moira.
ZANNA: ¿Qué ocurre con ellos?
MOIRA: Atacaron al reino, matando a muchos soldados e hiriendo a varias personas.
ZANNA: ¿Quién?
MOIRA: El antiguo caballero de Zaebard, el tal Cian. Aquel que lo traicionó con el Oráculo.
ZANNA: Oh, Dios…
El miedo por su madre la dejó paralizada, pero pensar en Azalea y en Challen hizo que volviera a acostarse para arroparse hasta la frente.
¿Por qué debería preocuparse por dos personas que en estos momentos ni siquiera pensaban en ella?
Moira y Fury podían ayudarlos perfectamente; no era necesaria su participación.
ZANNA: Usad los dragones y traed a mi madre aquí, por favor.
MOIRA: ¿Hablas en serio?
ZANNA: No tengo fuerzas para batallar.
Enfadada por esa actitud, Moira le arrancó la sábana para destaparla y la miró muy fijamente.
MOIRA: Se trata del chico al que una vez amaste. Se trata de tu hermana, Zannaleah.
ZANNA: …
MOIRA: ¿Dónde está aquella Zanna llena de vida y fuerza que conocí hace ya seis años?
ZANNA: Murió tras el abandono de Frey. Esa Zanna ya no existe.
MOIRA: Deja de decir tonterías. Hace seis años te encontré igual de destrozada y hundida por tu separación con Challen. ¿Y qué hiciste tú a pesar de ser tan niña? Luchar y salir adelante. Lograste superar tu dolor además del puesto como Cazadora de Bestias.
ZANNA: …
MOIRA: No me mires así, Zanna. Ahora eres más adulta, así que levántate y enfréntate a tus problemas tal y como hiciste con apenas doce años. Si no reaccionas a tiempo, Frey jamás estará orgulloso de tu proceder.
Tras oír ese emotivo discurso, Zannaleah rompió a llorar y Moira la abrazó en todo momento.
Fury las observaba desde la puerta abierta con los brazos cruzados.
ZANNA: Lo siento… Lo siento tanto…
Se apartó de su amiga y se secó las lágrimas con determinación.
ZANNA: Os prometo que lucharé hasta el final.
MOIRA: Siempre estaremos contigo.
ZANNA: Lo sé. Gracias.
FURY: Perfecto. Es hora de prepararnos. Cerith está muy angustiada por Tedra y los demás.
ZANNA: Entonces no perdamos más tiempo.
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Cuando Azalea abrió sus ojos, se encontró con la mirada cargada de ternura de Falon.
Era delicioso sentir su peso…su cálida piel…sus manos por todas partes…sus labios en su boca…
FALON: ¿Cómo te sientes?
AZALEA: Como en una nube…
Sonrió y se pegó más a su fuerte pecho, disfrutando del momento de paz y bienestar pese a que el recuerdo de la guerra todavía flotaba en el aire.
FALON: Te amo, Azalea. Te amo más que nunca.
AZALEA: Yo también te amo.
FALON: A pesar de todo lo negativo que nos ha separado y de todas las discusiones que nos han hecho sufrir, inexplicablemente este sentimiento ha crecido mucho más. No lo entiendo pero te amo con desesperación.
AZALEA: Te comprendo porque a mí me sucede lo mismo, pero…
No terminó la frase y agachó la mirada con las mejillas ruborizadas.
Falon le apartó un mechón de cabello de la cara y la obligó a que lo mirase.
FALON: Continúa, mi pequeña flor. No te guardes nada.
AZALEA: Es que…bueno…yo…necesito que tengas paciencia conmigo. Que me des tiempo para…poder hablar con Challen.
FALON: No te preocupes por eso. Pienso esperar y apoyarte en todo.
Los ojos de la joven se iluminaron de pura alegría y terminó abrazándolo con gran júbilo.
Él sonrió y la apretó contra su cuerpo, deleitándose de su tacto suave y de su dulce aroma a flores.
AZALEA: Gracias, Falon.
FALON: Te amo, mi amor.
La besó con renovada pasión y la hizo suya por segunda vez en ese día.
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Shaner apartó las sábanas con los pies y, apretando los dientes, se levantó de la cama.
Gracias al láudano que había tomado la noche anterior apenas podía sentir el dolor de la herida del pecho, la cual tenía un vendaje bastante resistente para los movimientos.
Apenas amanecía, pero no soportaba permanecer más tiempo en la cama; tenía que partir en busca de Tedra.
Se puso una camisa, cargó con su espada y bajó al comedor real para comer un poco antes de marchar.
En la mesa estaban Zaebard, Falon, Dalden y los Cazadores de Bestias.
ZAEBARD: Shaner, ¿qué haces levantado?
SHANER: Debo preparar un plan de ataque y llevarlo a cabo cuanto antes.
ZAEBARD: Tu herida necesita más reposo para poder recuperarse.
SHANER: Mi herida está perfectamente bien.
ZAEBARD: Ya están aquí los Cazadores para encargarse de todo.
SHANER: No pienso quedarme cruzado de brazos y mucho menos dentro de la cama.
ZAEBARD: Shaner…
SHANER: Disculpadme, Majestad, pero no cederé. ¿Qué planes tenéis vosotros, Cazadores?
Falon sonrió ante la terquedad de su amigo y le indicó que almenos aceptara sentarse.
Por otro lado, Azalea salió de su habitación y se topó con Challen, el cual parecía un tanto nervioso. Y para ponerlo aun peor, Azalea lo abrazó con mucha fuerza.
AZALEA: Oh, Challen…
CHALLEN: ¿Qué ocurre, Alteza?
AZALEA: Tenía tanto miedo de pensar que hubieras resultado herido por los enemigos…
CHALLEN: Estoy bien, princesa. Y mejor estoy sabiendo que vos estáis sana y salva.
AZALEA: Todo lo que está pasando me tiene tan alterada…
Challen le devolvió el abrazo, pero no pudo responderle con su habitual frase de “Pase lo que pase yo estaré con vos. Jamás os dejaré sola”.
No; no podía decirle eso. No cuando en realidad pretendía apartarse de su lado.
Dios… Cómo dolía solo con pensarlo…
Se dio cuenta de que Azalea lo miraba con sus finas cejas arrugadas.
AZALEA: ¿Qué pasa, Challen?
CHALLEN: No…nada. ¿Tenéis hambre?
AZALEA: Sí, claro.
CHALLEN: Entonces vayamos a desayunar.
Bajaron al comedor real y en la mesa ya estaban Lilly, Aika, Lenoic y las mascotas junto a la reina Yaridis y sus hijos.
Se sentaron y las sirvientas les trajeron el desayuno.
LILLY: ¿Cómo estás, princesa?
AZALEA: Un poco mejor. ¿Y vosotros?
LILLY: Dentro de lo que cabe, bien.
AIKA: Sí. A ver qué sucede más tarde.
AZALEA: ¿Por qué dices eso?
AIKA: Los Cazadores de Bestias estuvieron aquí e idearon un plan de rescate con el rey, en el cual participarán Falon, Dalden y Shaner.
AZALEA: Oh… ¿Y dónde están ahora?
AIKA: Supongo que de camino al imperio de Yimbo.
La mirada de Azalea se cruzó con la de Yaridis, ambas preocupadas por Falon y por Zaebard.
Al verla angustiada, Challen quiso tomar la mano de su princesa e infundirle calma, pero no lo hizo por temor a ser invadido por la debilidad y por la estupidez de seguir luchando por ella; debía mantener el hecho de que había perdido la guerra en el amor.
LILLY: ¿Acaso Shaner no había sido herido por una flecha?
AZALEA: Sí.
LILLY: ¿Cómo ha sido capaz de irse a batallar?
AIKA: Así son los guerreros, amiga: tercos como mulas.
AZALEA: ¿Se reanudarán los estudios?
LILLY: Los profesores no han dicho nada.
La conversación fue interrumpida por la llegada de un mensajero, que hizo una reverencia, entregó una carta a Azalea y se marchó.
Ella la leyó y sintió alegría mezclada con temor.
LILLY: ¿Qué sucede, princesa?
AZALEA: En dos días mis padres estarán aquí.
LILLY: Oh, vaya… Eso es estupendo pero también algo complicado…
AZALEA: Sí, lo sé.
AIKA: Confiemos en que los Cazadores de Bestias logren solucionarlo todo hoy mismo.
AZALEA: Rezaré para que así sea.
Ahora la angustia de Azalea era aun mayor, pero Challen luchó interiormente con todas sus fuerzas contra el deseo de consolar a su princesa.
No; a su princesa no. Ya no era “su princesa”. A partir de ahora sería simplemente “la princesa Azalea”.
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Tedra sentía que se volvería loca si permanecía una hora más encerrada en esa habitación.
Tenía comida y baños perfumados, pero no soportaba la idea de ser prisionera de ese loco de Cian, el cual, para su suerte, no se había atrevido a tocarla. Pero sí que la miraba con deseo y lascivia.
Oh, Dios… ¡Era repugnante! ¡Lo que ese idiota estaba haciendo era absolutamente imperdonable!
La puerta se abrió y se puso tensa; Cian entró con una bandeja llena de comida y la colocó sobre una pequeña mesa redonda.
Tedra se apartó de la ventana y lo miró con fastidio.
CIAN: Acéptalo, princesa. No vendrán a rescatarte. Y mucho menos Zaebard entregará su reinado. Está claro que no tienes tanto valor como sueles adjudicarte tú misma.
TEDRA: Recibirás tu castigo por todo esto.
CIAN: ¿Un castigo de quién? ¿De los dioses?
Se echó a reír en tono burlón y se acercó a ella para admirar de cerca su esbelto cuerpo enfundado en un fino vestido de seda que una de las criadas le había prestado.
Impulsivamente, ella dio un paso atrás.
CIAN: Hace tiempo que los dioses se olvidaron de las personas.
TEDRA: De todos modos debes esperar tres días tal y como acordaste con Zaebard.
CIAN: Sí, eso estoy haciendo. Pero algo me dice que no me entregará su reinado, así que estoy aprovechando el tiempo en preparar nuestra boda.
TEDRA: ¿Por qué quieres casarte conmigo?
CIAN: Ya te lo dije, me gusta tu personalidad rebelde. Me lo pasaré tan bien domándote…
Tedra gruñó y alzó la mano para abofetearlo, pero él le cogió el brazo a tiempo y la acercó a su cuerpo con una sonrisa llena de maldad.
CIAN: Además, eres sumamente hermosa y deseable. Y sé que con esta boda lograré un puesto más alto gracias a tus padres, los reyes de Kan-is-Tra.
TEDRA: ¡Eres un cretino!
CIAN: Siendo caballero no hubiera conseguido gran cosa, preciosa. Y para rematar, sé que fastidiaré a Shaner. ¿Crees que no me he dado cuenta de cómo te mira?
Ella intentó soltarse pero ese traidor abusaba de su fuerza bruta para someterla a su voluntad.
TEDRA: Te equivocas; Shaner no siente nada por mí.
CIAN: No sé si sea amor o cariño, pero está claro que te desea muchísimo.
TEDRA: …
CIAN: Come un poco. Yo seguiré ultimando los preparativos de nuestra boda.
Dicho eso, la besó en la boca con fuerza, lastimándole así los labios. Y tras soltar una carcajada, salió de la estancia, cerrando con llave.
Llena de rabia y de repulsión, la chica escupió al suelo y se acercó a la puerta para golpearla una y otra vez.
TEDRA: ¡Sácame de aquí! ¡No me casaré contigo! ¡Te odio, te odioooo!
Continuó gritando y golpeando hasta que las fuerzas la agotaron y las lágrimas bañaron su rostro.
Cian tenía razón: los dioses se habían olvidado de las personas, exclusivamente de ella, puesto que no era suficiente sufrir por Shaner, sino que también debía aceptar su destino al lado de Cian.
Entonces oyó un gran rugido que reverberó por todo el imperio seguido de gritos de alerta.
Tedra corrió a la ventana y se sorprendió al ver a tres gigantescos dragones atacando al imperio.
Estaba segura de que esos dragones pertenecían a los Cazadores de Bestias.
Su corazón se aceleró al pensar en su hermano, que obviamente jamás la abandonaría.
Quizá no todo estaba perdido…
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En cuanto los dragones irrumpieron en la tranquilidad de ese imperio, Fury, Moira, Zannaleah y Cerith actuaron con la magia para formar una barrera de protección hasta lograr reducir a los enemigos.
Tras el muro de piedra que rodeaba a dicho imperio, Shaner se volteó hacia Zaebard.
SHANER: Es momento de que marchéis, Majestad.
ZAEBARD: No pienso dejaros solos.
SHANER: Esta batalla es nuestra, Señor.
ZAEBARD: También es la mía, muchachos. Y necesitaréis ayuda puesto que Shaner está herido.
SHANER: Majestad, por favor, regresad al castillo. Quiero encargarme personalmente de esto. Y no correré riesgos estando vos aquí.
ZAEBARD: Pero…
FALON: Shaner tiene razón, Zaebard. Es preferible que estés en el castillo por si a Cian se le ocurre atacar traicioneramente.
Tras unos segundos de mirarse mutuamente, el rey al fin accedió; abrazó a Shaner y a Falon, pero antes de que pudiera abrazar también a Dalden, el joven capitán lo interrumpió.
SHANER: Dalden irá con vos. No pienso permitir que vayáis solo hasta el reino.
DALDEN: Eso quiere decir que me perderé esta batalla. (¬ ¬)
FALON: Te lo agradeceríamos, Dalden. El asunto de mi hermana es cosa mía.
SHANER: Y también mía.
Tras llegar a ese acuerdo, Zaebard y Dalden montaron sobre los caballos y se marcharon a todo galope.
SHANER: Sé que es vuestra hermana, Alteza Falon, pero sería un gran honor para mí que me concedierais el placer de matar a Cian.
FALON: Oh, bueno; con una condición.
SHANER: Vos diréis.
FALON: Que dejes de llamarme Alteza y de tratarme de “vos”.
SHANER: Será algo difícil, pero lo intentaré.
FALON: Perfecto. Iré a por Yimbo; mucha suerte, amigo.
SHANER: Lo mismo para vos… Digo, para ti.
Sonrieron, sacaron las espadas y se adentraron en la batalla.
El efecto del láudano estaba desapareciendo, pero Shaner luchó con gran destreza hasta derribar a los soldados enemigos.
Se abrió paso entre los que aun quedaban gracias a la ayuda de los dragones y de los Cazadores; entró en el imperio y localizó a Cian en lo alto de unas lujosas escaleras, que gritaba instrucciones a sus guardias, los cuales se marcharon a seguir batallando, dejándolos así solos a los dos, mirándose con desafío.
CIAN: Por un momento creí que no vendrías.
SHANER: Pues aquí me tienes.
CIAN: ¿Has venido por defender el reinado de tu querido rey o…por la princesita?
SHANER: He venido para matarte a ti.
CIAN: ¿En serio?
Bajó despacio los anchos escalones y sacó su gran espada, obligando al guerrero a posicionarse.
Cian le señaló el pecho con la punta de su arma.
CIAN: Sangre en tu camisa. Veo que se te está abriendo la herida. ¿Podrás luchar hasta el final?
SHANER: Un guerrero mata o muere, pero nunca se rinde.
CIAN: Demuéstramelo.
Se enzarzaron en una ardua pelea de estocadas y retrocedidas.
Por otro lado, Tedra, aun encerrada en la estancia, podía oír los espadazos y los gritos de guerra; se moría por salir de ahí, pero tan solo le quedaba rezar para que Falon saliera ileso de todo ese embrollo.
Muy cerca de la habitación podía apreciar las voces de dos hombres que luchaban sin descanso.
¿Serían Falon y Cian? ¿Habría venido acompañado de Dalden, de Zaebard y de…Shaner?
No; de Shaner no. Pues él estaba gravemente herido.
Tenía que esperar, pero la ansiedad acabaría con ella; se acercó de nuevo a la ventana y con gran alivio vio que los dragones habían logrado minar a los enemigos, arrinconándolos en el descampado para vigilarlos constantemente.
No se veía a Falon ni a ninguno de los suyos en esa batalla.
¿Dónde estarían luchando? ¿Aquí dentro?
Corrió a la puerta y comenzó a golpearla.
TEDRA: ¡Falon! ¡Estoy aquí! ¡Que alguien me saque, por favor! ¡Falon!
Esos desesperados gritos llegaron hasta los oídos de Shaner, el cual miró hacia el pasillo que había al final de las escaleras.
Tedra. Era ella. Era su voz, sus gritos.
¿La estarían lastimando?
Aprovechando ese despiste, Cian lo derribó asestándole un fuerte puño en la cara, lanzándolo al suelo y haciéndole perder la espada.
Antes de que el guerrero pudiera reaccionar, el caballero traidor le hirió las dos piernas, las cuales comenzaron a sangrar en abundancia.
CIAN: Ahora no podrás moverte. Será un placer matar a la princesa frente a ti. Y después, tú la seguirás.
Tras soltar una escalofriante carcajada, fue en busca de Tedra.
Shaner gruñó y gimió al intentar levantarse, pero las heridas se lo impidieron; para peor, la pérdida de sangre lo estaba mareando.
Necesitaba la ayuda de Falon, que ojalá le estuviera yendo bien con Yimbo, porque de lo contrario…
TEDRA: ¡Suéltame!
Shaner se puso tenso y vio cómo Cian la sujetaba del cabello y la obligaba a bajar las escaleras.
En cuanto ella vio el lamentable estado de su amado, gritó y lloró como una niña, haciendo que el guerrero se sintiera peor.
CIAN: Estas lágrimas admiten que ese hombre es importante para ti.
TEDRA: Oh, Dios… Shaner… ¿Qué haces aquí?
CIAN: No creas que ha venido por ti, preciosa. Ha venido para matarme porque me odia.
TEDRA: Dijiste que no matarías a nadie si yo aceptaba ser tu esposa.
CIAN: Lo sé, pero él decidió venir, princesa. Él solito ha escogido su destino: la muerte.
TEDRA: ¡No!
Se volteó y clavó sus uñas en el rostro de Cian, el cual rugió y le dio una bofetada tan fuerte que la lanzó al suelo.
Esa escena quedó grabada a fuego en la mente de Shaner, el cual intentó levantarse pero no pudo; sudaba y se mareaba, la debilidad estaba pudiendo más que él, maldita fuera.
Cian la cogió del brazo para incorporarla del suelo y sonrió con maldad.
CIAN: Para que veas que no soy tan malvado como crees, permitiré que te despidas de tu amado.
La empujó con fuerza, haciéndola caer sobre Shaner.
Tedra lo miró con sus enormes ojos azules cargados de lágrimas y miedo.
TEDRA: Shaner…
Sin decir una palabra, el joven capitán la sujetó por la nuca y la besó profundamente, haciéndola temblar. Con la otra mano sacó un puñal que tenía oculto en el cinturón y lo puso en las manos de la princesa.
Cortó el beso y se miraron intensamente.
Miles de emociones y sentimientos cruzaron por sus almas en ese momento.
Lentamente, Tedra se incorporó y ocultó el puñal entre los pliegues del vestido.
TEDRA: Lo siento, Shaner…
Regresó al lado de Cian y cerró los ojos unos segundos para llenarse de coraje y de valor y así prepararse para lo que estaba a punto de hacer.
CIAN: Muy bien; un final muy emotivo. Ahora sí, llegó tu hora, Shaner.
Cian se acercó al guerrero y alzó la espada.
Entonces Tedra gritó, corrió hacia el traidor y le clavó el puñal directamente en la nuca, matándolo en el acto.
Con la respiración agitada, la chica se miró las manos y lloró con más fuerza.
Por todos los dioses… ¡Había matado a un hombre!
Al verla en estado de shock, Shaner se arrastró hasta sus pies, le agarró el vestido y tiró de ella para arrodillarla frente a él y abrazarla con fuerza.
TEDRA: Dios mío…Dios mío…
SHANER: Sssh. Tranquila, Alteza.
TEDRA: Lo he matado, Shaner… Soy una asesina…
SHANER: No, princesa. Calmaos; ya ha acabado todo. Ya estáis a salvo.
Dicho eso, la inconsciencia se apoderó de su mente y se desmayó en los delicados brazos de su salvadora.
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TO BE CONTINUED...
PARTE 4
Challen se adentró en su habitación y se apoyó en la puerta con una mano en el pecho.
Le dolía…le ardía el corazón…le desgarraba el alma ver la cruda realidad…
Su respiración se agitaba con cada segundo que pasaba…sus ojos se llenaban de cálidas lágrimas…
Había luchado por mantener sus sentimientos a raya por el simple hecho de respetar a Azalea y de esperar a que tomara una decisión; pero no podía más.
Por más que había tratado de ser paciente y de soportar los enfrentamientos pasionales entre ella y Falon, el límite había llegado a su fin. No podía retrasarlo más, no debía seguir con esta agonía.
Tenía que dejar libre a su princesa; merecía ser feliz.
La amaba por encima de todo, pero no era justo para nadie seguir con la incertidumbre.
Era hora de darle las alas que la llevarían volando hasta el príncipe Falon.
Al fin las lágrimas se derramaron y lo hundieron en el dolor y la rendición.
Había escuchado toda la conversación entre Azalea y Falon en el pasillo. Se acabaron las dudas. Se terminó la espera. Era tiempo de cerrar ese capítulo de su vida. Y si ella no se atrevía a cerrarlo, lo haría él mismo.
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Shaner yacía metido en la cama, recuperándose despacio de sus heridas, sin dejar de mirar la pulsera de zafiros que apretaba su gruesa muñeca.
Recordar la escena de Cian y de su ataque al castillo lo llenaba de furia; si no fuera por la maldita herida del pecho, en estos momentos ya estaría matando a ese malnacido traidor.
Cerró los ojos e hizo una mueca de dolor al sentir el pinchazo en las costillas.
No podía dejar de pensar en el rostro lleno de lágrimas de la princesa como tampoco podía olvidar sus palabras: “Prefiero sufrir por tu amor que llorar por tu muerte”.
Apretó los puños, sintiéndose impotente; ella no lloraría por su muerte pero sí dejaría de sufrir por su amor. Lo tenía más que decidido.
Él no conocía ese sentimiento, pero estaba dispuesto a compensarla y a cuidarla. Y si eso significaba permanecer todo el tiempo a su lado, lo haría.
Jamás volvería a dejarla sola. Jamás volvería a verla en peligro. Jamás volvería a verla llorar. Todo eso se acabó.
Llevaba un día en cama, pero no dejaría pasar otro más. No dejaría pasar más tiempo ni más oportunidades a todo lo que se refería a la felicidad de Tedra.
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Había otra persona que permanecía en cama desde hacía bastantes días, pues se sentía enferma desde que Frey había desaparecido. Se encontraba sumida en una depresión; no quería comer ni salir de casa. No deseaba seguir viviendo. No sin Frey.
Moira entró en la estancia con una bandeja llena de comida, la cual depositó sobre la mesita y se sentó al lado de su amiga.
MOIRA: Es hora de comer.
ZANNA: No tengo apetito.
MOIRA: Almenos prueba el caldo. Te hará bien.
ZANNA: Gracias, pero no me apetece.
MOIRA: No puedes seguir así, Zanna. Eres joven y te queda toda una vida por delante.
ZANNA: No me interesa nada que no sea con Frey a mi lado.
Moira suspiró y se acercó a la ventana para admirar el paisaje que representaba ese lugar dentro del perímetro celestial.
¿Qué podía hacer reaccionar a su amiga? ¿Quizá ya era el momento de que supiera lo que estaba ocurriendo en Ciudad Aion?
MOIRA: Sé que necesitas a Frey, pero hay personas que te necesitan a ti, Zanna.
ZANNA: Te quiero, pero tú ya tienes a Fury.
MOIRA: No hablaba de mí, sino de tu madre, de Challen y de Azalea.
Mencionar esos tres nombres logró captar la atención de la enferma, que se incorporó en la cama para observar la tensa espalda de Moira.
ZANNA: ¿Qué ocurre con ellos?
MOIRA: Atacaron al reino, matando a muchos soldados e hiriendo a varias personas.
ZANNA: ¿Quién?
MOIRA: El antiguo caballero de Zaebard, el tal Cian. Aquel que lo traicionó con el Oráculo.
ZANNA: Oh, Dios…
El miedo por su madre la dejó paralizada, pero pensar en Azalea y en Challen hizo que volviera a acostarse para arroparse hasta la frente.
¿Por qué debería preocuparse por dos personas que en estos momentos ni siquiera pensaban en ella?
Moira y Fury podían ayudarlos perfectamente; no era necesaria su participación.
ZANNA: Usad los dragones y traed a mi madre aquí, por favor.
MOIRA: ¿Hablas en serio?
ZANNA: No tengo fuerzas para batallar.
Enfadada por esa actitud, Moira le arrancó la sábana para destaparla y la miró muy fijamente.
MOIRA: Se trata del chico al que una vez amaste. Se trata de tu hermana, Zannaleah.
ZANNA: …
MOIRA: ¿Dónde está aquella Zanna llena de vida y fuerza que conocí hace ya seis años?
ZANNA: Murió tras el abandono de Frey. Esa Zanna ya no existe.
MOIRA: Deja de decir tonterías. Hace seis años te encontré igual de destrozada y hundida por tu separación con Challen. ¿Y qué hiciste tú a pesar de ser tan niña? Luchar y salir adelante. Lograste superar tu dolor además del puesto como Cazadora de Bestias.
ZANNA: …
MOIRA: No me mires así, Zanna. Ahora eres más adulta, así que levántate y enfréntate a tus problemas tal y como hiciste con apenas doce años. Si no reaccionas a tiempo, Frey jamás estará orgulloso de tu proceder.
Tras oír ese emotivo discurso, Zannaleah rompió a llorar y Moira la abrazó en todo momento.
Fury las observaba desde la puerta abierta con los brazos cruzados.
ZANNA: Lo siento… Lo siento tanto…
Se apartó de su amiga y se secó las lágrimas con determinación.
ZANNA: Os prometo que lucharé hasta el final.
MOIRA: Siempre estaremos contigo.
ZANNA: Lo sé. Gracias.
FURY: Perfecto. Es hora de prepararnos. Cerith está muy angustiada por Tedra y los demás.
ZANNA: Entonces no perdamos más tiempo.
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Cuando Azalea abrió sus ojos, se encontró con la mirada cargada de ternura de Falon.
Era delicioso sentir su peso…su cálida piel…sus manos por todas partes…sus labios en su boca…
FALON: ¿Cómo te sientes?
AZALEA: Como en una nube…
Sonrió y se pegó más a su fuerte pecho, disfrutando del momento de paz y bienestar pese a que el recuerdo de la guerra todavía flotaba en el aire.
FALON: Te amo, Azalea. Te amo más que nunca.
AZALEA: Yo también te amo.
FALON: A pesar de todo lo negativo que nos ha separado y de todas las discusiones que nos han hecho sufrir, inexplicablemente este sentimiento ha crecido mucho más. No lo entiendo pero te amo con desesperación.
AZALEA: Te comprendo porque a mí me sucede lo mismo, pero…
No terminó la frase y agachó la mirada con las mejillas ruborizadas.
Falon le apartó un mechón de cabello de la cara y la obligó a que lo mirase.
FALON: Continúa, mi pequeña flor. No te guardes nada.
AZALEA: Es que…bueno…yo…necesito que tengas paciencia conmigo. Que me des tiempo para…poder hablar con Challen.
FALON: No te preocupes por eso. Pienso esperar y apoyarte en todo.
Los ojos de la joven se iluminaron de pura alegría y terminó abrazándolo con gran júbilo.
Él sonrió y la apretó contra su cuerpo, deleitándose de su tacto suave y de su dulce aroma a flores.
AZALEA: Gracias, Falon.
FALON: Te amo, mi amor.
La besó con renovada pasión y la hizo suya por segunda vez en ese día.
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Shaner apartó las sábanas con los pies y, apretando los dientes, se levantó de la cama.
Gracias al láudano que había tomado la noche anterior apenas podía sentir el dolor de la herida del pecho, la cual tenía un vendaje bastante resistente para los movimientos.
Apenas amanecía, pero no soportaba permanecer más tiempo en la cama; tenía que partir en busca de Tedra.
Se puso una camisa, cargó con su espada y bajó al comedor real para comer un poco antes de marchar.
En la mesa estaban Zaebard, Falon, Dalden y los Cazadores de Bestias.
ZAEBARD: Shaner, ¿qué haces levantado?
SHANER: Debo preparar un plan de ataque y llevarlo a cabo cuanto antes.
ZAEBARD: Tu herida necesita más reposo para poder recuperarse.
SHANER: Mi herida está perfectamente bien.
ZAEBARD: Ya están aquí los Cazadores para encargarse de todo.
SHANER: No pienso quedarme cruzado de brazos y mucho menos dentro de la cama.
ZAEBARD: Shaner…
SHANER: Disculpadme, Majestad, pero no cederé. ¿Qué planes tenéis vosotros, Cazadores?
Falon sonrió ante la terquedad de su amigo y le indicó que almenos aceptara sentarse.
Por otro lado, Azalea salió de su habitación y se topó con Challen, el cual parecía un tanto nervioso. Y para ponerlo aun peor, Azalea lo abrazó con mucha fuerza.
AZALEA: Oh, Challen…
CHALLEN: ¿Qué ocurre, Alteza?
AZALEA: Tenía tanto miedo de pensar que hubieras resultado herido por los enemigos…
CHALLEN: Estoy bien, princesa. Y mejor estoy sabiendo que vos estáis sana y salva.
AZALEA: Todo lo que está pasando me tiene tan alterada…
Challen le devolvió el abrazo, pero no pudo responderle con su habitual frase de “Pase lo que pase yo estaré con vos. Jamás os dejaré sola”.
No; no podía decirle eso. No cuando en realidad pretendía apartarse de su lado.
Dios… Cómo dolía solo con pensarlo…
Se dio cuenta de que Azalea lo miraba con sus finas cejas arrugadas.
AZALEA: ¿Qué pasa, Challen?
CHALLEN: No…nada. ¿Tenéis hambre?
AZALEA: Sí, claro.
CHALLEN: Entonces vayamos a desayunar.
Bajaron al comedor real y en la mesa ya estaban Lilly, Aika, Lenoic y las mascotas junto a la reina Yaridis y sus hijos.
Se sentaron y las sirvientas les trajeron el desayuno.
LILLY: ¿Cómo estás, princesa?
AZALEA: Un poco mejor. ¿Y vosotros?
LILLY: Dentro de lo que cabe, bien.
AIKA: Sí. A ver qué sucede más tarde.
AZALEA: ¿Por qué dices eso?
AIKA: Los Cazadores de Bestias estuvieron aquí e idearon un plan de rescate con el rey, en el cual participarán Falon, Dalden y Shaner.
AZALEA: Oh… ¿Y dónde están ahora?
AIKA: Supongo que de camino al imperio de Yimbo.
La mirada de Azalea se cruzó con la de Yaridis, ambas preocupadas por Falon y por Zaebard.
Al verla angustiada, Challen quiso tomar la mano de su princesa e infundirle calma, pero no lo hizo por temor a ser invadido por la debilidad y por la estupidez de seguir luchando por ella; debía mantener el hecho de que había perdido la guerra en el amor.
LILLY: ¿Acaso Shaner no había sido herido por una flecha?
AZALEA: Sí.
LILLY: ¿Cómo ha sido capaz de irse a batallar?
AIKA: Así son los guerreros, amiga: tercos como mulas.
AZALEA: ¿Se reanudarán los estudios?
LILLY: Los profesores no han dicho nada.
La conversación fue interrumpida por la llegada de un mensajero, que hizo una reverencia, entregó una carta a Azalea y se marchó.
Ella la leyó y sintió alegría mezclada con temor.
LILLY: ¿Qué sucede, princesa?
AZALEA: En dos días mis padres estarán aquí.
LILLY: Oh, vaya… Eso es estupendo pero también algo complicado…
AZALEA: Sí, lo sé.
AIKA: Confiemos en que los Cazadores de Bestias logren solucionarlo todo hoy mismo.
AZALEA: Rezaré para que así sea.
Ahora la angustia de Azalea era aun mayor, pero Challen luchó interiormente con todas sus fuerzas contra el deseo de consolar a su princesa.
No; a su princesa no. Ya no era “su princesa”. A partir de ahora sería simplemente “la princesa Azalea”.
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Tedra sentía que se volvería loca si permanecía una hora más encerrada en esa habitación.
Tenía comida y baños perfumados, pero no soportaba la idea de ser prisionera de ese loco de Cian, el cual, para su suerte, no se había atrevido a tocarla. Pero sí que la miraba con deseo y lascivia.
Oh, Dios… ¡Era repugnante! ¡Lo que ese idiota estaba haciendo era absolutamente imperdonable!
La puerta se abrió y se puso tensa; Cian entró con una bandeja llena de comida y la colocó sobre una pequeña mesa redonda.
Tedra se apartó de la ventana y lo miró con fastidio.
CIAN: Acéptalo, princesa. No vendrán a rescatarte. Y mucho menos Zaebard entregará su reinado. Está claro que no tienes tanto valor como sueles adjudicarte tú misma.
TEDRA: Recibirás tu castigo por todo esto.
CIAN: ¿Un castigo de quién? ¿De los dioses?
Se echó a reír en tono burlón y se acercó a ella para admirar de cerca su esbelto cuerpo enfundado en un fino vestido de seda que una de las criadas le había prestado.
Impulsivamente, ella dio un paso atrás.
CIAN: Hace tiempo que los dioses se olvidaron de las personas.
TEDRA: De todos modos debes esperar tres días tal y como acordaste con Zaebard.
CIAN: Sí, eso estoy haciendo. Pero algo me dice que no me entregará su reinado, así que estoy aprovechando el tiempo en preparar nuestra boda.
TEDRA: ¿Por qué quieres casarte conmigo?
CIAN: Ya te lo dije, me gusta tu personalidad rebelde. Me lo pasaré tan bien domándote…
Tedra gruñó y alzó la mano para abofetearlo, pero él le cogió el brazo a tiempo y la acercó a su cuerpo con una sonrisa llena de maldad.
CIAN: Además, eres sumamente hermosa y deseable. Y sé que con esta boda lograré un puesto más alto gracias a tus padres, los reyes de Kan-is-Tra.
TEDRA: ¡Eres un cretino!
CIAN: Siendo caballero no hubiera conseguido gran cosa, preciosa. Y para rematar, sé que fastidiaré a Shaner. ¿Crees que no me he dado cuenta de cómo te mira?
Ella intentó soltarse pero ese traidor abusaba de su fuerza bruta para someterla a su voluntad.
TEDRA: Te equivocas; Shaner no siente nada por mí.
CIAN: No sé si sea amor o cariño, pero está claro que te desea muchísimo.
TEDRA: …
CIAN: Come un poco. Yo seguiré ultimando los preparativos de nuestra boda.
Dicho eso, la besó en la boca con fuerza, lastimándole así los labios. Y tras soltar una carcajada, salió de la estancia, cerrando con llave.
Llena de rabia y de repulsión, la chica escupió al suelo y se acercó a la puerta para golpearla una y otra vez.
TEDRA: ¡Sácame de aquí! ¡No me casaré contigo! ¡Te odio, te odioooo!
Continuó gritando y golpeando hasta que las fuerzas la agotaron y las lágrimas bañaron su rostro.
Cian tenía razón: los dioses se habían olvidado de las personas, exclusivamente de ella, puesto que no era suficiente sufrir por Shaner, sino que también debía aceptar su destino al lado de Cian.
Entonces oyó un gran rugido que reverberó por todo el imperio seguido de gritos de alerta.
Tedra corrió a la ventana y se sorprendió al ver a tres gigantescos dragones atacando al imperio.
Estaba segura de que esos dragones pertenecían a los Cazadores de Bestias.
Su corazón se aceleró al pensar en su hermano, que obviamente jamás la abandonaría.
Quizá no todo estaba perdido…
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
En cuanto los dragones irrumpieron en la tranquilidad de ese imperio, Fury, Moira, Zannaleah y Cerith actuaron con la magia para formar una barrera de protección hasta lograr reducir a los enemigos.
Tras el muro de piedra que rodeaba a dicho imperio, Shaner se volteó hacia Zaebard.
SHANER: Es momento de que marchéis, Majestad.
ZAEBARD: No pienso dejaros solos.
SHANER: Esta batalla es nuestra, Señor.
ZAEBARD: También es la mía, muchachos. Y necesitaréis ayuda puesto que Shaner está herido.
SHANER: Majestad, por favor, regresad al castillo. Quiero encargarme personalmente de esto. Y no correré riesgos estando vos aquí.
ZAEBARD: Pero…
FALON: Shaner tiene razón, Zaebard. Es preferible que estés en el castillo por si a Cian se le ocurre atacar traicioneramente.
Tras unos segundos de mirarse mutuamente, el rey al fin accedió; abrazó a Shaner y a Falon, pero antes de que pudiera abrazar también a Dalden, el joven capitán lo interrumpió.
SHANER: Dalden irá con vos. No pienso permitir que vayáis solo hasta el reino.
DALDEN: Eso quiere decir que me perderé esta batalla. (¬ ¬)
FALON: Te lo agradeceríamos, Dalden. El asunto de mi hermana es cosa mía.
SHANER: Y también mía.
Tras llegar a ese acuerdo, Zaebard y Dalden montaron sobre los caballos y se marcharon a todo galope.
SHANER: Sé que es vuestra hermana, Alteza Falon, pero sería un gran honor para mí que me concedierais el placer de matar a Cian.
FALON: Oh, bueno; con una condición.
SHANER: Vos diréis.
FALON: Que dejes de llamarme Alteza y de tratarme de “vos”.
SHANER: Será algo difícil, pero lo intentaré.
FALON: Perfecto. Iré a por Yimbo; mucha suerte, amigo.
SHANER: Lo mismo para vos… Digo, para ti.
Sonrieron, sacaron las espadas y se adentraron en la batalla.
El efecto del láudano estaba desapareciendo, pero Shaner luchó con gran destreza hasta derribar a los soldados enemigos.
Se abrió paso entre los que aun quedaban gracias a la ayuda de los dragones y de los Cazadores; entró en el imperio y localizó a Cian en lo alto de unas lujosas escaleras, que gritaba instrucciones a sus guardias, los cuales se marcharon a seguir batallando, dejándolos así solos a los dos, mirándose con desafío.
CIAN: Por un momento creí que no vendrías.
SHANER: Pues aquí me tienes.
CIAN: ¿Has venido por defender el reinado de tu querido rey o…por la princesita?
SHANER: He venido para matarte a ti.
CIAN: ¿En serio?
Bajó despacio los anchos escalones y sacó su gran espada, obligando al guerrero a posicionarse.
Cian le señaló el pecho con la punta de su arma.
CIAN: Sangre en tu camisa. Veo que se te está abriendo la herida. ¿Podrás luchar hasta el final?
SHANER: Un guerrero mata o muere, pero nunca se rinde.
CIAN: Demuéstramelo.
Se enzarzaron en una ardua pelea de estocadas y retrocedidas.
Por otro lado, Tedra, aun encerrada en la estancia, podía oír los espadazos y los gritos de guerra; se moría por salir de ahí, pero tan solo le quedaba rezar para que Falon saliera ileso de todo ese embrollo.
Muy cerca de la habitación podía apreciar las voces de dos hombres que luchaban sin descanso.
¿Serían Falon y Cian? ¿Habría venido acompañado de Dalden, de Zaebard y de…Shaner?
No; de Shaner no. Pues él estaba gravemente herido.
Tenía que esperar, pero la ansiedad acabaría con ella; se acercó de nuevo a la ventana y con gran alivio vio que los dragones habían logrado minar a los enemigos, arrinconándolos en el descampado para vigilarlos constantemente.
No se veía a Falon ni a ninguno de los suyos en esa batalla.
¿Dónde estarían luchando? ¿Aquí dentro?
Corrió a la puerta y comenzó a golpearla.
TEDRA: ¡Falon! ¡Estoy aquí! ¡Que alguien me saque, por favor! ¡Falon!
Esos desesperados gritos llegaron hasta los oídos de Shaner, el cual miró hacia el pasillo que había al final de las escaleras.
Tedra. Era ella. Era su voz, sus gritos.
¿La estarían lastimando?
Aprovechando ese despiste, Cian lo derribó asestándole un fuerte puño en la cara, lanzándolo al suelo y haciéndole perder la espada.
Antes de que el guerrero pudiera reaccionar, el caballero traidor le hirió las dos piernas, las cuales comenzaron a sangrar en abundancia.
CIAN: Ahora no podrás moverte. Será un placer matar a la princesa frente a ti. Y después, tú la seguirás.
Tras soltar una escalofriante carcajada, fue en busca de Tedra.
Shaner gruñó y gimió al intentar levantarse, pero las heridas se lo impidieron; para peor, la pérdida de sangre lo estaba mareando.
Necesitaba la ayuda de Falon, que ojalá le estuviera yendo bien con Yimbo, porque de lo contrario…
TEDRA: ¡Suéltame!
Shaner se puso tenso y vio cómo Cian la sujetaba del cabello y la obligaba a bajar las escaleras.
En cuanto ella vio el lamentable estado de su amado, gritó y lloró como una niña, haciendo que el guerrero se sintiera peor.
CIAN: Estas lágrimas admiten que ese hombre es importante para ti.
TEDRA: Oh, Dios… Shaner… ¿Qué haces aquí?
CIAN: No creas que ha venido por ti, preciosa. Ha venido para matarme porque me odia.
TEDRA: Dijiste que no matarías a nadie si yo aceptaba ser tu esposa.
CIAN: Lo sé, pero él decidió venir, princesa. Él solito ha escogido su destino: la muerte.
TEDRA: ¡No!
Se volteó y clavó sus uñas en el rostro de Cian, el cual rugió y le dio una bofetada tan fuerte que la lanzó al suelo.
Esa escena quedó grabada a fuego en la mente de Shaner, el cual intentó levantarse pero no pudo; sudaba y se mareaba, la debilidad estaba pudiendo más que él, maldita fuera.
Cian la cogió del brazo para incorporarla del suelo y sonrió con maldad.
CIAN: Para que veas que no soy tan malvado como crees, permitiré que te despidas de tu amado.
La empujó con fuerza, haciéndola caer sobre Shaner.
Tedra lo miró con sus enormes ojos azules cargados de lágrimas y miedo.
TEDRA: Shaner…
Sin decir una palabra, el joven capitán la sujetó por la nuca y la besó profundamente, haciéndola temblar. Con la otra mano sacó un puñal que tenía oculto en el cinturón y lo puso en las manos de la princesa.
Cortó el beso y se miraron intensamente.
Miles de emociones y sentimientos cruzaron por sus almas en ese momento.
Lentamente, Tedra se incorporó y ocultó el puñal entre los pliegues del vestido.
TEDRA: Lo siento, Shaner…
Regresó al lado de Cian y cerró los ojos unos segundos para llenarse de coraje y de valor y así prepararse para lo que estaba a punto de hacer.
CIAN: Muy bien; un final muy emotivo. Ahora sí, llegó tu hora, Shaner.
Cian se acercó al guerrero y alzó la espada.
Entonces Tedra gritó, corrió hacia el traidor y le clavó el puñal directamente en la nuca, matándolo en el acto.
Con la respiración agitada, la chica se miró las manos y lloró con más fuerza.
Por todos los dioses… ¡Había matado a un hombre!
Al verla en estado de shock, Shaner se arrastró hasta sus pies, le agarró el vestido y tiró de ella para arrodillarla frente a él y abrazarla con fuerza.
TEDRA: Dios mío…Dios mío…
SHANER: Sssh. Tranquila, Alteza.
TEDRA: Lo he matado, Shaner… Soy una asesina…
SHANER: No, princesa. Calmaos; ya ha acabado todo. Ya estáis a salvo.
Dicho eso, la inconsciencia se apoderó de su mente y se desmayó en los delicados brazos de su salvadora.
_______________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
SweeT PrincesS- Mensajes : 124
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
D: NOOOOOOOOOOOO, pobresito Challen, tan bueno y noble y tener que sufrir asi.
Al fin maldito Cian, pero.....pobre de Tedra
Que intrigante, me muero de las ganas de saber que mas pasara
Al fin maldito Cian, pero.....pobre de Tedra
Que intrigante, me muero de las ganas de saber que mas pasara
~Shia~- Mensajes : 332
Fecha de inscripción : 10/09/2011
Edad : 26
Localización : Aquí
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Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
¡Al fin! Estúpido Shaner uDú mira que esperar. Lo peor para aceptar sus sentimientos -D- hmp! Me encanto tu capítulo *_* pobre de Challen :,c pero no todos tienen un amor uDû (?
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
Alice leiste la parte 3??
SweeT PrincesS- Mensajes : 124
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
Por kami pobre Shanner y pobre Tedra! Que momento más dramático en sus vidas, esto es algo que nunca olvidarán TTDTT
Nee si bien me apena un poco lo de Challen, la verdad que en algún momento se tenía que dar cuenta que Azalea no es para el e.e ... So... viva FalonxAzalea :fanmode:
Nee si bien me apena un poco lo de Challen, la verdad que en algún momento se tenía que dar cuenta que Azalea no es para el e.e ... So... viva FalonxAzalea :fanmode:
Katherina Kusanovic- ADMIN
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Fecha de inscripción : 08/01/2012
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Localización : donde el agua me llevo(?
Personaje Favorito : Itachii *-* es el amor de mi vida :3 Amm.. Yugao Uzuki (mi heroina desconocida) n_n am.. Rima, Shiki, Zero y Aidou (de Vampire Knight); Suigintou y Shinku (de Rozen Maiden); Algunos que me dan verguenza mencionar >////< y.... nee... otros xD
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
Chicas ya han leido la parte 3??
Eske solo me sale ke han comentado esta parte pero la parte 3 tan solo la ha comentado Shia! >_<
Eske solo me sale ke han comentado esta parte pero la parte 3 tan solo la ha comentado Shia! >_<
SweeT PrincesS- Mensajes : 124
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
La parte tres creo que si la leí, sorry si no comente nwnUu .. En todo caso ahora me fijo SweeT :3
Katherina Kusanovic- ADMIN
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Localización : donde el agua me llevo(?
Personaje Favorito : Itachii *-* es el amor de mi vida :3 Amm.. Yugao Uzuki (mi heroina desconocida) n_n am.. Rima, Shiki, Zero y Aidou (de Vampire Knight); Suigintou y Shinku (de Rozen Maiden); Algunos que me dan verguenza mencionar >////< y.... nee... otros xD
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
Trankila yo solo pido ke lean los capitulos pero no estan obligadas a comentar. Pero kiero ke sepan ke cuando comentan me motivo mucho mas y me hace feliz. Gracias
SweeT PrincesS- Mensajes : 124
Fecha de inscripción : 06/07/2012
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