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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
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Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
"Apartarme De Tu Lado"
PARTE 5
Azalea salió deprisa de su estancia y corrió escaleras abajo hasta llegar al salón principal, dónde Falon hablaba con Zaebard frente a Tedra y a los Cazadores de Bestias.
Su corazón se llenó de alegría y de amor al verlo sano y salvo.
AZALEA: ¡Falon!
Ese grito interrumpió la conversación y el príncipe se giró para observar cómo Azalea corría hacia él.
Sonrió y abrió los brazos para recibirla con un eterno y fuerte apretón.
AZALEA: Gracias a los cielos… Estás aquí…conmigo…estás bien…
FALON: Sí, mi pequeña flor. Todo ha terminado al fin.
AZALEA: Te amo, Falon.
FALON: Te amo, Azalea.
Entonces se apartó de él y miró a Tedra y luego a Zannaleah, la cual parecía bastante triste.
Pero ninguna de las tres decidió dar el primer paso.
ZAEBARD: Bueno, es hora de que todos os deis un baño. Esta noche se celebrará nuestra victoria.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Los manjares llegaban a montones y el ponche rondaba sin cesar.
Los estudiantes, los profesores y los invitados disfrutaban de esa divertida fiesta dónde las orquestas tocaban marchosas melodías.
Zaebard y Yaridis seguían recibiendo a los que iban llegando con una gran sonrisa. Falon y Dalden tomaban ponche mientras conversaban de todos los enfrentamientos que habían tenido desde niños, hasta que las puertas se abrieron y apareció Azalea, ataviada con un precioso vestido rosado con encajes violetas y bordados blancos en el escote y en la cintura.
Su cabello estaba recogido y decorado con una pequeña corona de relucientes diamantes.
A Falon se le cortó la respiración.
¿Se podía ser más hermosa?
Vio que se acercaba con una tímida sonrisa, y cuando llegó, le besó la delicada mano.
FALON: Estás preciosa.
AZALEA: Gracias. Hola, Dalden.
DALDEN: Hola. Te ves divina. Aunque debo reconocer que se me ha hecho raro no salir a tu encuentro cuando te has asomado por esa puerta…como en los viejos tiempos.
AZALEA: Sí, a mí también.
DALDEN: Eso no quiere decir que hayas dejado de gustarme.
Falon gruñó y le dio un codazo en las costillas, provocando que se riera.
Azalea sonrió y por primera vez sintió que se alegraba de que Falon y Dalden fueran amigos.
AZALEA: ¿Dónde está…Tedra?
FALON: En su habitación, con Cerith. Todavía no se siente bien tras la muerte de…Cian.
AZALEA: Entiendo.
FALON: Sí.
AZALEA: Ehm…bueno…yo…iré a verla después.
FALON: De acuerdo. ¿Bailamos?
AZALEA: Claro.
Se alejaron cogidos de la mano y Dalden alzó la copa en modo de brindis por esa pareja; esperaría un poco más para ir en busca de su dulce y tímida Cerith.
Por otro lado, Tedra estaba sentada frente al espejo del tocador mientras Cerith le hacía un bonito peinado.
CERITH: Estás hermosa, amiga.
TEDRA: Mm.
CERITH: Este vestido realza el color de tus ojos.
TEDRA: Ah…
CERITH: ¿Quieres que te ponga un poco de brillo labial?
TEDRA: No; así está bien.
Resignada en sus intentos por distraer la mente de su amiga, Cerith la levantó del taburete y la tomó de los hombros para mirarla fijamente.
CERITH: Olvídate ya de lo ocurrido, Tedra. Tú no eres una asesina. Fue en defensa propia.
TEDRA: No es fácil… Yo… No es lo mismo presenciar una muerte que causarla con tus propias manos…
CERITH: Lo sé, pero debes dejar eso atrás. ¿Por qué no visitas a Shaner antes de ir al salón de baile?
Oír ese nombre fue lo único que logró hacerla reaccionar; asintió en silencio y como un robot salió de su estancia para presentarse en la de su amado, el cual yacía semi acostado en la cama.
Se acercó y respiró hondo.
TEDRA: Shaner.
Los ojos del capitán se abrieron abruptamente y la miraron con cautela.
Ella se retorcía las manos, pero no de nervios, sino de miedo a que ese hombre volviera a rechazarla una vez más.
Si eso sucedía, no podría soportarlo; tenía que decir algo pero no podía.
De pura frustración y debilidad sus ojos se llenaron de lágrimas, provocando que él se tensara de inmediato.
Ver la marca del golpe en esa suave mejilla hizo que la furia lo invadiera con rapidez. Por suerte Cian estaba muerto y enterrado. Y verla tan alterada le conmovió el alma, pero él no era bueno consolando a mujeres.
La miró de arriba abajo, deleitándose ante tal exquisita imagen de belleza y sensualidad.
Ese estrecho vestido azul se apretaba a su cuerpo, delineando cada perfecta curva con suma delicia.
Su cabello caía como cascada sobre su espalda y hombros, decorado con una diadema de zafiros.
El silencio y las intensas miradas de ese guerrero se lo ponían todo más difícil, por lo que al fin la chica decidió reaccionar.
TEDRA: ¿Cómo estás?
Esa pregunta fue dicha con demasiada brusquedad pero no le importó, puesto que empezaba a enfadarse a causa de esa actitud tan pasiva.
SHANER: El láudano calma mi dolor. Pero debo agradecer que estoy vivo. Y todo os lo debo a vos, Tedra.
Oh, Dios…
Oírle decir su nombre con esa voz tan viril era como ver salir el sol en un día gris; esa muestra de sincera gratitud sirvió para que ella se relajara un poco y decidiera acercarse más para así sentir su calor.
Se dio cuenta de que Shaner tenía puesta la pulsera que le regaló días atrás, por lo que tuvo que sonreír con gran deleite.
Esa sonrisa fue lo que motivó al joven capitán a dar un paso más.
SHANER: Alteza, yo…
Las palabras se agolparon en su garganta y se sintió estúpido.
¿Desde cuándo se ponía nerviosa ante una mujer?
Simplemente desde que esa peleona y terca princesa lo había descubierto en la mansión del alcalde hacía ya más de un año.
SHANER: Estáis hermosa.
Tedra se sonrojó y su sonrisa se acentuó; no era gran cosa recibir un halago de ese rudo guerrero pero se conformaba. Solo con él podía olvidarse de todo lo negativo.
Suspiró y se sentó en la cama, a su lado, y le acarició el vendaje del pecho, subiendo por sus anchos hombros. Y se deleitó al comprobar que sus músculos se tensaban bajo sus caricias.
TEDRA: ¿Necesitas que cambie tus vendajes?
SHANER: No.
Apretaba tanto los dientes que empezaban a dolerle las sienes.
Esa jovencita era capaz de despertar su pasión con tal solo un roce; y ese aroma tan femenino lo estaba mareando… Esa belleza…ese escote…esa figura…le hacían hervir la sangre.
Si no fuera por sus malditas heridas, ya la habría acostado debajo de él para hacerle el amor durante toda la noche.
Gruñó y la apartó de su lado, sorprendiéndola así.
SHANER: Necesito dormir. Estoy muy cansado.
TEDRA: Oh, bueno.
Un tanto molesta por su abrupta reacción, le sacó la lengua y se marchó.
Shaner suspiró y se hundió en la almohada, intentando calmar el deseo que rugía en su interior.
No tenía la menor idea de cómo diablos llevaría la situación de permanecer al lado de Tedra todo el tiempo, pero sí tenía claro que estaba dispuesto a cuidarla y a hacerla sonreír.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Challen estaba sentado en la silla que daba a la ventana abierta, dentro de su habitación, escribiendo una carta mientras oía el sonido de la música y de las risas que llegaban del salón de baile.
Debía darse prisa o Azalea se preocuparía al no verlo llegar al salón.
Dejó caer la pluma de tinta al suelo y su corazón se encogió.
No; ella no se preocuparía, pues ahora debía estar bailando y riendo con Falon. De lo contrario…ya habría venido a buscarlo.
¿Por qué dolía tanto esa situación? ¿Por qué no existía una cura para el desamor?
Había esperado pacientemente a que Azalea se decidiera entre él y Falon. Pero al fin no fueron necesarias las palabras para dicha decisión, ya que los actos de la princesa hablaron por sí solos.
No podía culparla, pues en ningún momento ella le había dicho un “sí” para empezar una relación. Más bien debía culparse a sí mismo por enamorarse de una persona que ya tenía entregado el corazón a otro.
Respiró hondo y recogió la pluma del suelo.
No; él tampoco tenía la culpa, pues el amor llegaba sin avisar.
De lo único que podía recriminarse era que estaba siendo un cobarde al despedirse con una carta. Sabía a ciencia cierta que si le decía todo mirándola a los ojos, terminaría por derrumbarse y por continuar siendo su caballero personal. Y la verdad era que no deseaba seguir sufriendo viéndola con Falon.
Alguien tocó a la puerta y su corazón se aceleró; guardó la carta bajo la almohada y dio paso a quien fuera.
Para su sorpresa, entró Zannaleah, ataviada con un bonito vestido de color melocotón. Su cabello estaba decorado en tirabuzones con pequeños lazos de color vainilla. Estaba radiantemente preciosa. Pero se le hizo extraño verla ahí, mirándolo con una media sonrisa.
ZANNA: Hola.
CHALLEN: Hola.
ZANNA: ¿Podemos hablar?
CHALLEN: Claro; pasa.
La joven cerró la puerta tras de sí y se acercó a él; se lo veía tan apagado y distinto que no pudo evitar preocuparse.
ZANNA: ¿Por qué no estás en la fiesta?
CHALLEN: Estaba…terminando de arreglarme.
Se hizo el silencio, como siempre ocurría entre ellos dos.
El tiempo se había encargado de cambiar sus pensamientos además de los sentimientos, pero tenían el mismo deseo de seguir siendo amigos.
Contemplándola así, Challen sintió por primera vez que jamás debió permitir que Zannaleah se marchara de su lado.
No se arrepentía de haber conocido a Azalea, pero quizá hubiera sufrido menos.
Zanna le tocó levemente el hombro para sacarlo de su amarga ensoñación.
ZANNA: ¿Qué ocurre, Challen?
Él parpadeó, dándose cuenta de que a pesar de todo, esa chica seguía conociendo bien las expresiones de su rostro.
¿Qué debía hacer? ¿Explicarle sus intenciones? ¿Descargar su alma tal y como le había enseñado a hacer a Azalea?
Azalea, Azalea, Azalea. ¡Siempre Azalea!
Apretó los puños y la miró con pesadumbre.
CHALLEN: Me voy para siempre.
ZANNA: ¿Qué…?
CHALLEN: Necesito alejarme de la princesa. Será lo mejor para todos. Yo…
Su voz se apagó y las fuerzas lo abandonaron; se dejó caer en la silla y se pasó la mano por el cabello.
Comprendiendo todo al fin, Zannaleah se arrodilló frente a él para tomarle las manos con fuerza.
ZANNA: ¿Crees que estás haciendo lo correcto?
CHALLEN: Sí.
ZANNA: ¿Estás más que decidido? ¿Ya no hay marcha atrás?
CHALLEN: No. Mi corazón ya no lo resiste más.
ZANNA: Entonces hazlo. Vete, corre. Aléjate de aquí todo el tiempo que necesites. Yo siempre estaré contigo en tus pensamientos. Tienes todo mi apoyo.
CHALLEN: Gracias, Zannaleah.
Volvieron a sumirse en el silencio y se miraron durante lo que pareció una eternidad, hasta que ella suspiró y se sentó en la cama con expresión melancólica.
ZANNA: No creo en las casualidades, pero he venido a despedirme.
CHALLEN: ¿Por qué? ¿Qué ha pasado? ¿Qué han decidido los dioses?
ZANNA: No te asustes. Ellos habían decidido hacerme desaparecer, pero…pero…
Sus ojos se llenaron de lágrimas y se mordió el labio para no romper a llorar. Se había prometido ser fuerte; por ella, por Frey.
Challen le tomó la mano para infundirle consuelo y valor.
ZANNA: Frey se sacrificó por mí.
CHALLEN: ¿Qué…?
ZANNA: Aceptó desaparecer en mi lugar para salvarme la vida.
Vaya… Eso demostraba lo mucho que la amaba, pensó Challen.
Pero era obvio que Zannaleah estaba destrozada.
CHALLEN: ¿Adónde piensas ir?
ZANNA: A todas partes y a ningún lugar.
CHALLEN: ¿Sin rumbo?
ZANNA: Sí, pero con un propósito.
Se levantó y se acercó a la ventana para mirar el cielo estrellado; la brisa le acarició el rostro y quiso creer que era el aliento de Frey.
ZANNA: Encontrarlo a él.
Sí, lo buscaría hasta en el último rincón del planeta. Hasta que sus fuerzas se agotasen… Hasta que se terminase su aliento…
En el fondo de su corazón sabía que lo encontraría.
CHALLEN: ¿Qué pasará con tu madre?
ZANNA: Le escribiré de vez en cuando.
CHALLEN: ¿Y con…Azalea?
ZANNA: No lo sé, yo… He tratado tantas veces de acercarme a ella… Le he hecho saber que la quiero, que la acepto como hermana… No puedo hacer más.
CHALLEN: Entiendo.
ZANNA: Me despediré de ella, claro está. ¿Pero y tú? ¿Lo harás?
CHALLEN: No; no me atrevo. No puedo.
ZANNA: ¿Cómo le harás saber tu partida?
CHALLEN: A través de una carta.
ZANNA: Está bien. Te deseo todo lo mejor, Challen.
CHALLEN: Y yo a ti. Lo siento por todo, Zannaleah.
Ella asintió y se acercó a la puerta, pero volteó la cabeza para mirarlo por última vez.
Lo vio tan dolido que no pudo evitar sentir compasión por ambos.
Challen le devolvió la mirada, pero esta vez cargada de determinación.
_______________________________________________________________
TO BE CONTINUED...
PARTE 5
Azalea salió deprisa de su estancia y corrió escaleras abajo hasta llegar al salón principal, dónde Falon hablaba con Zaebard frente a Tedra y a los Cazadores de Bestias.
Su corazón se llenó de alegría y de amor al verlo sano y salvo.
AZALEA: ¡Falon!
Ese grito interrumpió la conversación y el príncipe se giró para observar cómo Azalea corría hacia él.
Sonrió y abrió los brazos para recibirla con un eterno y fuerte apretón.
AZALEA: Gracias a los cielos… Estás aquí…conmigo…estás bien…
FALON: Sí, mi pequeña flor. Todo ha terminado al fin.
AZALEA: Te amo, Falon.
FALON: Te amo, Azalea.
Entonces se apartó de él y miró a Tedra y luego a Zannaleah, la cual parecía bastante triste.
Pero ninguna de las tres decidió dar el primer paso.
ZAEBARD: Bueno, es hora de que todos os deis un baño. Esta noche se celebrará nuestra victoria.
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Los manjares llegaban a montones y el ponche rondaba sin cesar.
Los estudiantes, los profesores y los invitados disfrutaban de esa divertida fiesta dónde las orquestas tocaban marchosas melodías.
Zaebard y Yaridis seguían recibiendo a los que iban llegando con una gran sonrisa. Falon y Dalden tomaban ponche mientras conversaban de todos los enfrentamientos que habían tenido desde niños, hasta que las puertas se abrieron y apareció Azalea, ataviada con un precioso vestido rosado con encajes violetas y bordados blancos en el escote y en la cintura.
Su cabello estaba recogido y decorado con una pequeña corona de relucientes diamantes.
A Falon se le cortó la respiración.
¿Se podía ser más hermosa?
Vio que se acercaba con una tímida sonrisa, y cuando llegó, le besó la delicada mano.
FALON: Estás preciosa.
AZALEA: Gracias. Hola, Dalden.
DALDEN: Hola. Te ves divina. Aunque debo reconocer que se me ha hecho raro no salir a tu encuentro cuando te has asomado por esa puerta…como en los viejos tiempos.
AZALEA: Sí, a mí también.
DALDEN: Eso no quiere decir que hayas dejado de gustarme.
Falon gruñó y le dio un codazo en las costillas, provocando que se riera.
Azalea sonrió y por primera vez sintió que se alegraba de que Falon y Dalden fueran amigos.
AZALEA: ¿Dónde está…Tedra?
FALON: En su habitación, con Cerith. Todavía no se siente bien tras la muerte de…Cian.
AZALEA: Entiendo.
FALON: Sí.
AZALEA: Ehm…bueno…yo…iré a verla después.
FALON: De acuerdo. ¿Bailamos?
AZALEA: Claro.
Se alejaron cogidos de la mano y Dalden alzó la copa en modo de brindis por esa pareja; esperaría un poco más para ir en busca de su dulce y tímida Cerith.
Por otro lado, Tedra estaba sentada frente al espejo del tocador mientras Cerith le hacía un bonito peinado.
CERITH: Estás hermosa, amiga.
TEDRA: Mm.
CERITH: Este vestido realza el color de tus ojos.
TEDRA: Ah…
CERITH: ¿Quieres que te ponga un poco de brillo labial?
TEDRA: No; así está bien.
Resignada en sus intentos por distraer la mente de su amiga, Cerith la levantó del taburete y la tomó de los hombros para mirarla fijamente.
CERITH: Olvídate ya de lo ocurrido, Tedra. Tú no eres una asesina. Fue en defensa propia.
TEDRA: No es fácil… Yo… No es lo mismo presenciar una muerte que causarla con tus propias manos…
CERITH: Lo sé, pero debes dejar eso atrás. ¿Por qué no visitas a Shaner antes de ir al salón de baile?
Oír ese nombre fue lo único que logró hacerla reaccionar; asintió en silencio y como un robot salió de su estancia para presentarse en la de su amado, el cual yacía semi acostado en la cama.
Se acercó y respiró hondo.
TEDRA: Shaner.
Los ojos del capitán se abrieron abruptamente y la miraron con cautela.
Ella se retorcía las manos, pero no de nervios, sino de miedo a que ese hombre volviera a rechazarla una vez más.
Si eso sucedía, no podría soportarlo; tenía que decir algo pero no podía.
De pura frustración y debilidad sus ojos se llenaron de lágrimas, provocando que él se tensara de inmediato.
Ver la marca del golpe en esa suave mejilla hizo que la furia lo invadiera con rapidez. Por suerte Cian estaba muerto y enterrado. Y verla tan alterada le conmovió el alma, pero él no era bueno consolando a mujeres.
La miró de arriba abajo, deleitándose ante tal exquisita imagen de belleza y sensualidad.
Ese estrecho vestido azul se apretaba a su cuerpo, delineando cada perfecta curva con suma delicia.
Su cabello caía como cascada sobre su espalda y hombros, decorado con una diadema de zafiros.
El silencio y las intensas miradas de ese guerrero se lo ponían todo más difícil, por lo que al fin la chica decidió reaccionar.
TEDRA: ¿Cómo estás?
Esa pregunta fue dicha con demasiada brusquedad pero no le importó, puesto que empezaba a enfadarse a causa de esa actitud tan pasiva.
SHANER: El láudano calma mi dolor. Pero debo agradecer que estoy vivo. Y todo os lo debo a vos, Tedra.
Oh, Dios…
Oírle decir su nombre con esa voz tan viril era como ver salir el sol en un día gris; esa muestra de sincera gratitud sirvió para que ella se relajara un poco y decidiera acercarse más para así sentir su calor.
Se dio cuenta de que Shaner tenía puesta la pulsera que le regaló días atrás, por lo que tuvo que sonreír con gran deleite.
Esa sonrisa fue lo que motivó al joven capitán a dar un paso más.
SHANER: Alteza, yo…
Las palabras se agolparon en su garganta y se sintió estúpido.
¿Desde cuándo se ponía nerviosa ante una mujer?
Simplemente desde que esa peleona y terca princesa lo había descubierto en la mansión del alcalde hacía ya más de un año.
SHANER: Estáis hermosa.
Tedra se sonrojó y su sonrisa se acentuó; no era gran cosa recibir un halago de ese rudo guerrero pero se conformaba. Solo con él podía olvidarse de todo lo negativo.
Suspiró y se sentó en la cama, a su lado, y le acarició el vendaje del pecho, subiendo por sus anchos hombros. Y se deleitó al comprobar que sus músculos se tensaban bajo sus caricias.
TEDRA: ¿Necesitas que cambie tus vendajes?
SHANER: No.
Apretaba tanto los dientes que empezaban a dolerle las sienes.
Esa jovencita era capaz de despertar su pasión con tal solo un roce; y ese aroma tan femenino lo estaba mareando… Esa belleza…ese escote…esa figura…le hacían hervir la sangre.
Si no fuera por sus malditas heridas, ya la habría acostado debajo de él para hacerle el amor durante toda la noche.
Gruñó y la apartó de su lado, sorprendiéndola así.
SHANER: Necesito dormir. Estoy muy cansado.
TEDRA: Oh, bueno.
Un tanto molesta por su abrupta reacción, le sacó la lengua y se marchó.
Shaner suspiró y se hundió en la almohada, intentando calmar el deseo que rugía en su interior.
No tenía la menor idea de cómo diablos llevaría la situación de permanecer al lado de Tedra todo el tiempo, pero sí tenía claro que estaba dispuesto a cuidarla y a hacerla sonreír.
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Challen estaba sentado en la silla que daba a la ventana abierta, dentro de su habitación, escribiendo una carta mientras oía el sonido de la música y de las risas que llegaban del salón de baile.
Debía darse prisa o Azalea se preocuparía al no verlo llegar al salón.
Dejó caer la pluma de tinta al suelo y su corazón se encogió.
No; ella no se preocuparía, pues ahora debía estar bailando y riendo con Falon. De lo contrario…ya habría venido a buscarlo.
¿Por qué dolía tanto esa situación? ¿Por qué no existía una cura para el desamor?
Había esperado pacientemente a que Azalea se decidiera entre él y Falon. Pero al fin no fueron necesarias las palabras para dicha decisión, ya que los actos de la princesa hablaron por sí solos.
No podía culparla, pues en ningún momento ella le había dicho un “sí” para empezar una relación. Más bien debía culparse a sí mismo por enamorarse de una persona que ya tenía entregado el corazón a otro.
Respiró hondo y recogió la pluma del suelo.
No; él tampoco tenía la culpa, pues el amor llegaba sin avisar.
De lo único que podía recriminarse era que estaba siendo un cobarde al despedirse con una carta. Sabía a ciencia cierta que si le decía todo mirándola a los ojos, terminaría por derrumbarse y por continuar siendo su caballero personal. Y la verdad era que no deseaba seguir sufriendo viéndola con Falon.
Alguien tocó a la puerta y su corazón se aceleró; guardó la carta bajo la almohada y dio paso a quien fuera.
Para su sorpresa, entró Zannaleah, ataviada con un bonito vestido de color melocotón. Su cabello estaba decorado en tirabuzones con pequeños lazos de color vainilla. Estaba radiantemente preciosa. Pero se le hizo extraño verla ahí, mirándolo con una media sonrisa.
ZANNA: Hola.
CHALLEN: Hola.
ZANNA: ¿Podemos hablar?
CHALLEN: Claro; pasa.
La joven cerró la puerta tras de sí y se acercó a él; se lo veía tan apagado y distinto que no pudo evitar preocuparse.
ZANNA: ¿Por qué no estás en la fiesta?
CHALLEN: Estaba…terminando de arreglarme.
Se hizo el silencio, como siempre ocurría entre ellos dos.
El tiempo se había encargado de cambiar sus pensamientos además de los sentimientos, pero tenían el mismo deseo de seguir siendo amigos.
Contemplándola así, Challen sintió por primera vez que jamás debió permitir que Zannaleah se marchara de su lado.
No se arrepentía de haber conocido a Azalea, pero quizá hubiera sufrido menos.
Zanna le tocó levemente el hombro para sacarlo de su amarga ensoñación.
ZANNA: ¿Qué ocurre, Challen?
Él parpadeó, dándose cuenta de que a pesar de todo, esa chica seguía conociendo bien las expresiones de su rostro.
¿Qué debía hacer? ¿Explicarle sus intenciones? ¿Descargar su alma tal y como le había enseñado a hacer a Azalea?
Azalea, Azalea, Azalea. ¡Siempre Azalea!
Apretó los puños y la miró con pesadumbre.
CHALLEN: Me voy para siempre.
ZANNA: ¿Qué…?
CHALLEN: Necesito alejarme de la princesa. Será lo mejor para todos. Yo…
Su voz se apagó y las fuerzas lo abandonaron; se dejó caer en la silla y se pasó la mano por el cabello.
Comprendiendo todo al fin, Zannaleah se arrodilló frente a él para tomarle las manos con fuerza.
ZANNA: ¿Crees que estás haciendo lo correcto?
CHALLEN: Sí.
ZANNA: ¿Estás más que decidido? ¿Ya no hay marcha atrás?
CHALLEN: No. Mi corazón ya no lo resiste más.
ZANNA: Entonces hazlo. Vete, corre. Aléjate de aquí todo el tiempo que necesites. Yo siempre estaré contigo en tus pensamientos. Tienes todo mi apoyo.
CHALLEN: Gracias, Zannaleah.
Volvieron a sumirse en el silencio y se miraron durante lo que pareció una eternidad, hasta que ella suspiró y se sentó en la cama con expresión melancólica.
ZANNA: No creo en las casualidades, pero he venido a despedirme.
CHALLEN: ¿Por qué? ¿Qué ha pasado? ¿Qué han decidido los dioses?
ZANNA: No te asustes. Ellos habían decidido hacerme desaparecer, pero…pero…
Sus ojos se llenaron de lágrimas y se mordió el labio para no romper a llorar. Se había prometido ser fuerte; por ella, por Frey.
Challen le tomó la mano para infundirle consuelo y valor.
ZANNA: Frey se sacrificó por mí.
CHALLEN: ¿Qué…?
ZANNA: Aceptó desaparecer en mi lugar para salvarme la vida.
Vaya… Eso demostraba lo mucho que la amaba, pensó Challen.
Pero era obvio que Zannaleah estaba destrozada.
CHALLEN: ¿Adónde piensas ir?
ZANNA: A todas partes y a ningún lugar.
CHALLEN: ¿Sin rumbo?
ZANNA: Sí, pero con un propósito.
Se levantó y se acercó a la ventana para mirar el cielo estrellado; la brisa le acarició el rostro y quiso creer que era el aliento de Frey.
ZANNA: Encontrarlo a él.
Sí, lo buscaría hasta en el último rincón del planeta. Hasta que sus fuerzas se agotasen… Hasta que se terminase su aliento…
En el fondo de su corazón sabía que lo encontraría.
CHALLEN: ¿Qué pasará con tu madre?
ZANNA: Le escribiré de vez en cuando.
CHALLEN: ¿Y con…Azalea?
ZANNA: No lo sé, yo… He tratado tantas veces de acercarme a ella… Le he hecho saber que la quiero, que la acepto como hermana… No puedo hacer más.
CHALLEN: Entiendo.
ZANNA: Me despediré de ella, claro está. ¿Pero y tú? ¿Lo harás?
CHALLEN: No; no me atrevo. No puedo.
ZANNA: ¿Cómo le harás saber tu partida?
CHALLEN: A través de una carta.
ZANNA: Está bien. Te deseo todo lo mejor, Challen.
CHALLEN: Y yo a ti. Lo siento por todo, Zannaleah.
Ella asintió y se acercó a la puerta, pero volteó la cabeza para mirarlo por última vez.
Lo vio tan dolido que no pudo evitar sentir compasión por ambos.
Challen le devolvió la mirada, pero esta vez cargada de determinación.
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TO BE CONTINUED...
SweeT PrincesS- Mensajes : 124
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
Chan... pobre Challe, este capítulo fue bastante triste a decir verdad :/ pero bueno, que le vemos a hacer, todos los fic's necesitan un poco -mucho a mi parecer- de drama :3
Me encanto el capítulo dear, espero que subas la conti pronto
Bessos.!
Me encanto el capítulo dear, espero que subas la conti pronto
Bessos.!
Katherina Kusanovic- ADMIN
- Mensajes : 1186
Fecha de inscripción : 08/01/2012
Edad : 27
Localización : donde el agua me llevo(?
Personaje Favorito : Itachii *-* es el amor de mi vida :3 Amm.. Yugao Uzuki (mi heroina desconocida) n_n am.. Rima, Shiki, Zero y Aidou (de Vampire Knight); Suigintou y Shinku (de Rozen Maiden); Algunos que me dan verguenza mencionar >////< y.... nee... otros xD
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
No puede ser. Challen,Challen, Challen, el no se merecía eso u.u creí que juntó con Zanna volverían juntos o ... No se ;c pero no quiero que quede solito ToT! Me encanto tu capítulo; por cierto. Si, si leí la parte 3, sólo que de volada por que ese día tenía pendientes & pues me fui sin comentar :c lo siento u.u. Aún así, sabes & sabe bien que adoro. Tu Fic *__*
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
Gracias chicas
Las adoro!!
Las adoro!!
SweeT PrincesS- Mensajes : 124
Fecha de inscripción : 06/07/2012
Re: Azalea, Flor Del Desierto (Entre El Amor Y El Odio) CAPÍTULO 20
NOOOOOOOOO, Challen......pobresito, ojalá y el viaje le ayude. Challen,Challen,Challen, mi personaje favorito u.u y el que mas sufre, ¿por qué tiene que sufrir tanto? TT-TT
~Shia~- Mensajes : 332
Fecha de inscripción : 10/09/2011
Edad : 26
Localización : Aquí
Personaje Favorito : Ninguno
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Mar Jun 07, 2022 3:06 am por Tsuki Kuroi
» No se como pero Regrese (?)
Vie Feb 10, 2017 12:56 am por miyu yami
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Dom Ene 22, 2017 1:35 am por yuki-chan~
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Jue Ago 25, 2016 9:00 pm por natiyami
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» Foro Activo
Dom Feb 28, 2016 11:00 am por Katherina Kusanovic
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Miér Feb 17, 2016 10:25 pm por Tyrion